Durante algún tiempo la rutina se repitió por semanas; John salía de la Armada, se daba una ducha y se iba al lago a ver a Sherlock. A veces John tenía planes para salir con Bill y sus nuevos colegas de la Armada o conseguía el numero de alguna chica que se lo daba sin que el lo pidiera, pero a pesar de todos los compromisos que John tuviera siempre iba a ver a Sherlock por las noches para charlar.
Una tarde en la Armada John se estaba preparando para irse a casa pero justo antes de salir se cruzó con Bill.
-Hey, John. Oye, estaba pensando que tal vez sería genial salir y tomarnos un trago con los chicos. No crees?
-Suena tentador pero no tengo muchas ganas de salir hoy. Tal vez luego.
-Siempre dices lo mismo cada vez que te invitamos a hacer algo por las noches. John, que sucede?
-Es que estoy muy cansado. Los días son muy largos y muy agotadores.
-Vamos, es viernes. Tal vez podamos conseguirte una chica.
-No, muchas gracias.
-No seas así, John.-se metió uno de sus nuevos colegas a la conversación, su nombre era Mike Stamford.-Vamos, necesitas vida social.
-No solo puedes quedarte ahí en casa cerca del lago.
John suspiró.-Esta bien, iré. Pero no me quedaré mucho, eh?
En la noche los tres platicaban en un bar bastante agradable. Reían y pasaban el rato divirtiendose ya que a John se le había olvidado que era tener vida social.
-Oh, mira eso.-dijo Bill mirando a una joven de cabello pelirrojo y de cuerpo sensual.-John, es tu oportunidad. Hablale!
-No, por favor.
-No seas gallina.-le dijo Mike.
-Ahora verán que no soy gallina, por algo tengo este rango en la Armada!
John le habló la mujer joven, tuvieron una charla agradable y bebieron bastante hasta que John comenzó a sentirse un poco mareado y ebrio.
Bill los fue a dejar a la casa de John con la intensión de que tuvieran sexo. La mujer le sugirió que primero fueran a dar un paseo por el lago. John aceptó sin pensar que Sherlock estaría ahí.
Se quedaron en medio del lago riéndose de estupideces. La mujer, cuyo nombre era Sarah, coqueteaba mas y cada vez mas. Se acercaba al cuerpo debilitado del rubio de tal manera que el terminó arrojarse sobre ella y besarla ferozmente. Su intensión era hacerlo ahí en el bote.
Pero las cosas no marcharon bien del todo, Sarah se sentó mientras John buscaba un condón en sus bolsillos. En un segundo el bote comenzó a tambalearse de lado a lado. Unas manos tomaron a Sarah de los hombros y la tiraron al lago, empapandola de agua helada.
-Sarah! O cuanto lo siento, en verdad lo siento.-le dijo John recuperando la conciencia y perdiendo el alcohol de su sistema. La ayudó a subir.
-Olvidalo! Llevame a la orilla. Quiero irme!-se cruzó de brazos. Su cabello pelirrojo estaba todo mojado y deshecho, su maquillaje le escurrió como gotas negras por su blanco rostro.
Una vez que la mujer se fue, John se sentó en el puente del lago. Sherlock se asomó, parecía como si pudiese sentarse dentro del lago. Se cruzó de brazos y frunció el ceño.
-Te divertiste con tu noviesita?-le dijo muy molesto.
-No era mi novia era solo una chica con la que tenía...
-Planeado tener sexo?-terminó la frase.
-No, Sherlock. Por que estas tan molesto? El que debería estar molesto debo ser yo contigo! La tiraste del bote, pudo haber muerto.
-Estabas a por tener sexo con ella!
-Y cual es el maldito problema?! Sherlock, tu y yo no somos pareja! Ademas yo soy un ser humano y tu un pez!
-Como te atreves a llamarme pez?!
-Como sea! Ya no podemos seguir viéndonos, estas destruyendo mi vida social. Yo también necesito mi espacio.
El tritón se quedó boquiabierto, estaba muy molesto y sintió que las palabras lo habían herido como un golpe.
-Lo siento, pero así debe ser.-continuo John.
John se fue y no pudo escuchar el movimiento del agua, Sherlock estaba aun en la orilla. Se fue a su casa y desde la ventana podía ver a Sherlock en el mismo lugar con las manos tapándose la cara y llorando, lo único que oía de el eran unos cuantos sollozos. Aun lo veía por la ventana, lo miró hasta que Sherlock se fue.
El Capitán tuvo una noche terrible, no pudo dormir nada bien. Solo durmió hora y media. Una parte de su cerebro pensaba que todo era culpa del tritón que lo había hecho perder los estribos con sus celos. Pero la otra parte se culpaba a si mismo por haberse embriagado a tal punto y haber llevado a esa mujer al lago.
Pasaron tres semanas desde la discusión entre Sherlock y John, no se habían visto durante ese tiempo y eso había resultado muy triste y muy pesado para John. No dormía tan bien como en las noches en las que iba a visitarlo, no se sentía arrullado en su cama mientras recordaba su voz hablándole al oído, incluso el apetito había desaparecido.
Uno de esos días en la Armada a John tuvo el deber de dirigir el bote mas grande hacia la orilla del lago helado, en resumen tenía que atravesarlo para reunir sus tropas con el General Scott. Pero durante el corto camino, la tropa se tomó un descanso y bajaron a almorzar en el sótano del bote. John se quedó afuera a que la brisa lo refrescara un poco.
Estaba perdido en su mente, fantaseando con Sherlock aun, lo quería ver esa noche y sin duda alguna iría. Pero entonces el bote pasó muy cerca de una roca, en esos momentos John estaba muy a la orilla de bote. El movimiento lo hizo resbalar y caer en el agua.
El agua esta helada, sentía como si muchos cuchillos le perforaran la piel, cada corriente era una cachetada que le abría los poros, miles de rasguños. El lago de agua oscura no le permitía mirar mas allá de unos rayos de sol, tantas algas y basura oscurecían en agua.
John no podía ir a la superficie, estaba perdiendo el poco aire que tenía en los pulmones y su vista se nublaba cada vez mas, provocándole sueño y probablemente se quedaría dormido por siempre.
-John...-Sherlock estaba a unos metros de el. Habría sido casualidad que se encontrara ahí?- JOHN!-nadó lo mas rápido que pudo hasta dar con el, lo tomó por los hombros y lo sacudió.-John, despierta! Por favor, despierta!-mientras lo sacudía su mano helada se atoró con el collar que llevaba las placas de identidad del ejercito de John, no pudo quitársela y tuvo que tirar de ella tan fuerte que se rompió.
El tritón nadó a la superficie mientras sostenía la mano de John, el bote en el que iba ya no estaba y seguro nadie había notado que se había caído de este. Inhalo todo el aire que pudo y volvió al lago. Tomó las mejillas de John que comenzaron a tornarse pálidas y juntó la delgada boca de John con la suya para que el aire que había inhalado llegara a sus pulmones y se quedara en estos por un rato.
John aun no despertaba, por lo que Sherlock tuvo que abrazarlo por debajo de los brazos y nadó lo mas rápido que pudo hasta la orilla del lago. Una vez que llegaron, Sherlock lo acostó en la orilla del lago, manchando su uniforme de lodo y pasto.
-Despierta, John, despierta!-le dijo una y otra vez. Apretó su nariz con los dedos como una pinza y volvió a darle respiración de boca a boca, ya había visto a los seres humanos hacer eso cuando Sherlock los tiraba de sus botes por diversión y alguno de ellos no sabía nadar.
-Por favor, John... no me dejes.-sollozo el tritón mostrando los sentimientos amorosos que había ocultado toda su vida.-Te necesito! Por favor!-le volvió a dar respiración de boca a boca pero no despertó. Sherlock dejó caer su cara bruscamente en el pecho de John mientras rompía a llorar. El golpe fue tan fuerte que hizo que John tosiera escupiendo el agua helada que había tragado.
Sherlock lo miró con los ojos vidriosos y muy sorprendido. John siguió tosiendo por un rato en lo que recuperaba el aliento se dejó caer nuevamente en el lodo.
-John!-gritó Sherlock sonriendo y derramando unas cuantas lágrimas.-John, oh, John!-lo abrazó
-Sherlock?-su susurro fue ronco y lo separó de su cuerpo en un momento, mirándolo a los ojos y sosteniéndolo de los hombros.-Tu... me salvaste... me sacaste del lago.
El tritón no tuvo palabras solo lo miró sintiéndose mal por el vago recuerdo de John diciéndole "Alejate! Ya no podemos vernos."
-Sherlock...-volvió a hablar.-Tu...-bruscamente lo tomó de la nuca y acercó a su rostro haciendo una expresión seria.
-John! Donde estas?!-gritó Bill a lo lejos.
En cuanto escucharon ese grito Sherlock se metió al agua y escapó. John se quedó con las manos extendidas.
Los soldados llegaron en el bote y bajaron de este con varias mantas y toallas para arropar al Capitán. Lo ayudaron a subir al bote, mientras tanto John buscaba con su débil vista Sherlock pero no lo vio.
Continuara...