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El lago helado por spookytaco98

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Notas del capitulo:

Hey, chicos. Aquí esta el extra de "El lago helado." Perdonen la tardanza pero en estos días he sufrido una horrible sequía de ideas pero ahora mi cerebro despertó y tengo nuevas ideas en mente.

 

Dedicado a Megumi san, espero que te guste ^^.

-Como que te vas?!-dijo Sherlock asustado y con el corazón en el puño mientras miraba a John bajando la vista a las pálidas manos de Sherlock que se aferraban a su bote.

 

-Sherlock...

 

-Como puedes hacerme esto?! Como es posible que el amor de mi vida quiera abandonarme?!-lo miraba estando al borde de las lágrimas.

 

-Sherlock...

 

-Yo te amo! Siempre creí que...

 

-SHERLOCK!-lo tomó de los hombros para mirarlo y acariciar su frío y bello rostro.-Yo jamas te abandonaría, nunca tendría el valor de hacerlo. Sabes que te amo y siempre lo haré. Pero solo será por un mes, mi hermana va a ser operada y necesita de mi ayuda. Soy la única familia que le queda. 

 

-Pe... pero, pasado mañana es luna llena.-dijo mirando el agua con tristeza.-Creí que tal vez te hubiese gustado que saliéramos a una "cita" como les dices tu. John... mi cuerpo ha estado muy raro y necesito de tu calor.-tomó su mano.

 

-Lo se, pero ella es mi familia igual que tu lo eres para mi.-acarició su mejilla y el castaño se ruborizó. Se acercó y besó sus labios.-se que pasado mañana es luna llena, por ello quiero que vayas a mi casa. Come lo que haya en el refrigerador, duerme en mi cama y por Dios no la quemes de nuevo "accidentalmente".

 

-Te voy a extrañar.-sus ojos brillaban con esa luz tan bella característica de el.

 

-Y yo a ti, hermoso.-volvió a besarlo.

 

Al día siguiente John tenía que partir a casa de su hermana. Dejó una llave bajo el tapete para que Sherlock la encontrara. En el bote en el que iba a visitarlo siempre puso un par de pantalones largos de pijama, un jersey y una chamarra para que se la pusiera su amado cuando la transformación aconteciera en su cuerpo. También dejó una nota:

 

"Se que no es de tu talla pero espero que no te de frío. Portate bien. Te voy a extrañar, espero que tu también. Si tu cuerpo no aguanta mi ausencia, imagina que estoy a tu lado. Te amo.

 

JHW."

 

Sherlock encontró el bote en el mismo lugar de siempre, estaba feliz por el gesto que John tuvo pero al mismo tiempo se sintió muy mal por no tenerle a su lado.

 

Esa noche Sherlock durmió con su cuerpo dentro del bote y la cola en el agua abrazando el jersey que John le había mandado.

 

Cuando despertó sus piernas ya habían aparecido, movió sus dedos de los pies y se vistió. La ropa le quedaba muy corta pero de alguna manera se veía sensual usándola.

 

Se fue remando hasta la orilla y con mucho cuidado de no caerse o tirar la nota en el agua. Se tambaleaba al caminar un poco, era por la falta de practica, pues el mes pasado John no quiso que Sherlock caminara y lo cargaba como princesa sin que le importara su estatura o su peso.

 

Al llegar a la casa de John, cayó al suelo accidentalmente y ahí se topó con la idea de que la llave podría estar bajo el tapete y así era. Entró y caminó con cuidado entre los muebles hasta que llegó a la sala y accidentalmente volvió a caer, solo que esta vez fue de sentón en un sofá. 

 

-Ah, que demonios.-dijo cruzando la pierna y tomando el libro que había en la mesa pequeña junto a el y comenzó a leer. Pero no estaba del todo concentrado en la lectura, solo veía las letras, la gran parte de su atención era mas bien para el aroma del jersey, olía a John.

 

Mordió sus labios para tratar de no pensar en su amado y no prestar atención en el delicioso aroma del mismo que venía del jersey. Pero todo fue en vano, lo tomó con desespero y se lo quitó lanzándolo al otro sofá. El olor también llegaba del pantalón, tuvo que quitárselo también, no quería pensarle y volver a llorar.

 

Caminó con cuidado hacia un armario donde habían chamarras y sabanas, sacó una larga sabana blanca y la colocó alrededor de su cuerpo. 

 

Caminaba y arrastraba la sabana por el piso, incluso fue a la cocina con ella puesta. Buscó algo en el refrigerador pero lo único que había era pescado crudo y Sherlock no sabía cocinar por lo que se molestó un poco. Pero comer pescado frío y crudo era como vivir en el lago, el se alimentaba de eso.

 

Tomó el frío pescado en sus manos, lo olfateo de arriba a abajo y le dio un mordisco en el estomago. Al principio le causo repulsión pues no tenía el mismo sabor que los que comía justo unos segundos después de haberlos pescado pero... le dio igual y siguió comiendo.

 

Fue un día largo y muy aburrido para el y lo sería todo el maldito mes sin su adorado John a su lado para abrazarlo, besarlo y amarlo.

 

Mas tarde, cuando la noche estaba llegando, fue a la habitación de John pero para su mala suerte el olor de su amante estaba impregnado en todas partes, desde la cama hasta las paredes tapizadas. A Sherlock le entraron unas grandes ganas de llorar pero prefirió tragarse sus lágrimas y pensar que volvería en un mes. 

 

Pero su cuerpo aun estaba débil por su olor sin importar cuanto lo negara, y de pronto recordó la nota de John que decía: "Si tu cuerpo no aguanta mi ausencia, imagina que estoy a tu lado." Que rayos significaba eso? Acaso tenía que hablar con las paredes o con los fantasmas que tenía esa casa (los cuales Sherlock podía ver, no como John que solo se asustaba porque habían arañazos en las paredes).

 

Pensó solo un poco y luego entendió lo que significaba aquella frase en su nota. Se ruborizó al pensarlo, tragó saliva y dejó caer su sabana para irse a meter en la cama.

 

Una vez que estuvo dentro de la cama, se tapó con las cobijas hasta los hombros y hundió su cabeza en la almohada, inhalando el aroma de John; de su piel y de su perfume. 

 

No podía dejar de fantasear con el. Pasaba sus pálidas manos por las almohadas y las sabanas, como si quisiera que aquel aroma se impregnara en su piel y jamas lo dejara.

 

Se acostó boca arriba nuevamente, mirando el techo y suspirando. Miró su cuerpo bajo las sabanas, ahora tenía una incomoda e inesperada erección. Volvió a sonrojarse y a tragar saliva, tendría que encargarse de eso.

 

Pasó un dedo a lo largo de su miembro hasta llegar a su glande y masajearlo delicadamente. Sus gemidos sonoros y sensuales llenaron la habitación, pensando en su amado John.

 

Ya no pudo mas con sus caricias así que tomó miembro y comenzó a estrujarlo de arriba a abajo en un ritmo normal, pensando en su John cuando lo acariciaba, besaba o se lo metía en la boca.

 

-John...-gimió, llevó dos de sus dedos a su boca y los lamió para después deslizarlos hasta su entrada. Introdujo los dos dedos de un solo golpe, Sherlock arqueo la espalda y gimió con mas fuerza mientras los dedos entraban y salían.

 

Sus caderas se movieron y sus dedos continuaron en su interior escarbando para buscar aquel punto sensible que John amaba tocar y llegar a el sin tener que buscarlo.

 

Su mano fue a un ritmo mas fuerte mientras mordía su labio inferior con fuerza hasta dejar un leve rastro de sangre en el. 

 

-John...-volvió a susurrar e introdujo un tercer dedo sin dejar de buscar. Pero después de unos segundos encontró aquel punto tan sensible e hizo presión en el con sus tres dedos por unos segundos hasta que se corrió.-JOHN!-gritó, jadeante cerró los ojos y sonrió pues al fin había llegado al orgasmo por si solo, bueno, con una pequeña ayudita de la imagen de Watson en su mente.

 

Una vez que su respiración volvió a la normalidad, abrazó la larga almohada en la que John solía reposar. Era tan larga que llegaba de su mejilla hasta su entrepierna, así que durmió abrazado a ella oliendo el perfume intacto de John.

 

Al día siguiente, unos golpes lejanos lo despertaron. Su expresión era agresiva pues tuvo un lindo sueño en el que el y John se tomaban de las manos y quería seguir durmiendo. Su cabello estaba alborotado, no como siempre lo estaba cuando se secaba sino que estaba mas esponjado de lo normal por el frío.

 

Los golpes no volvieron a sonar, así que apoyó la cabeza en la almohada con la intención de seguir durmiendo. Los golpes volvieron, uno tras otro y Sherlock se molestó tapando su rostro con las cobijas.

 

Salió de la cama y en cuanto caminó volvió a caerse. Se arrastró hasta la ventana, había una mujer uniformada y con un bolso largo en el cuello. Sherlock bajó con la sabana enredada a su esbelto cuerpo y abrió la puerta.

 

-Que?-dijo el castaño al abrir la puerta.

 

-Ah, buen día señor. Se encuentra el...-miró el paquete que llevaba en sus manos.-Doctor Watson?

 

-No, que quiere.-dijo en un tono celoso.

 

-Vengo a entregar un paquete para el pero si quiere se lo puedo dejar a usted.-la mujer se arregló el cabello mirando de forma coqueta a Sherlock, aunque este siguiera con la misma cara de pocos amigos.

 

-Si, yo lo guardo.

 

-Firme aquí.-le acercó una libreta. Sherlock sabía leer y escribir pero el único problema era que no tenía firma, así que solo escribió "Sherlock Watson", como si fuese el esposo de su John.-Es usted familia del Doctor Watson?

 

-Algo así. Buen día.-pero antes de que cerrara la puerta, se tropezó con la sabana blanca en cuanto dio un paso hacia atrás y cayó de sentón. Accidentalmente la sabana estaba en su trasero por lo que su miembro quedó descubierto. La mujer se sonrojo y sonrió bajo su mano. Sherlock también se sonrojo y cerró la puerta de una patada.

 

Era raro, ahora le estaban fallando las piernas? 

 

Ese día fue lo mismo, al igual que en la noche anterior. Volvió a tocarse pensando en John, ahora era mas fácil encontrar su punto mas sensible.  

 

A la mañana siguiente, despertó mas tarde pero por la sed. Se sentía deshidratado así que se puso de pie y al instante se cayó.

 

-Ahora que?!-se impresionó, sus piernas largas ya no estaban. Ahora estaba su larga cola azul verdosa.-Maldita sea!-gritó, la trasformación ocurrió mientras dormía.

 

Con cuidado fue arrastrando su cola que estaba amarrada accidentalmente a su cola de poco a poco hasta llegar a la tina y llenarla. Se metió en ella y su larga cola sobresalió de la tina.

 

Suspiró.-Como se me pudo haber olvidado todo?!-afortunadamente, John tenía muchas revistas y libros ahí, podría leerlos. Abrió un libro que había ahí "El Simarilion" de J. R. R. Tolkien. Leyó los primeros tres párrafos del libro y luego lo bajó haciendo una cara de disgusto, no por el libro sino por....

 

-Ahora que coño voy a comer?!-gritó muy molesto. Puso el libro en donde estaba y se tapó el rostro con desespero.-Ah, John, como me haces falta...-dijo al borde de las lágrimas.

 

Mientras tanto, John no se encontraba de maravilla como Sherlock creía. Tenía que cuidar de su pobre hermana pues la habían operado de los riñones y no podía ponerse de pie. 

 

Harry en una de esas trató de ponerse de pie para demostrarle a su hermano que estaba bien y no necesitaba de su ayuda pero en el intento de bajar sus propias escaleras cayó y se rompió la pierna, por lo que tuvieron que enyesarla y eso sería mas trabajo para el pobre John.

 

-Ay Sherlock, como me haces falta...-dijo abrazando la almohada del cuarto de huéspedes.

 

Esa mismo día en la tarde, Sherlock había leído "El Simarilion" completo. Lo había disfrutado mucho, incluso sintió cariño por Tolkien. 

 

-Tengo hambre...-dijo sobando su estomago. Quería tratar de salir de la tina y hacer el intento de arrastrar su bello cuerpo hasta llegar a la cocina, pero aquella tarea sería muy arriesgada.

 

Esperó que el hambre desapareciera, trató de olvidarse de ella leyendo otro libro, "El cuervo" de Edgar Allan Poe. Pero en vez de que la lectura se hiciera interesante para el, las palabras decían mas bien "pez, pez, pez, pez."

 

-Maldita sea!-gritó lanzando el libro. Un ruido extraño surgió desde la entrada. Sherlock sintió escalofríos y como pudo metió su larga cola de pez mas adentro de la tina junto con su torso humano.

 

Los pasos fuertes eran de un hombre y se estaba acercando cada vez mas a la habitación hasta que abrieron la puerta.

 

-Que?!-pudo oir la voz de su amado.-Que es este desorden?! Ah, Sherlock!-dijo mirando la cama destendida y la ropa regada por todas partes.

 

-John!-gritó Sherlock dentro del agua y sacó la cabeza. Eso no se lo esperaba el rubio por lo que dio un salto del susto.

 

-Sherlock!-corrió hacia el baño con una sonrisa dibujada en sus labios o eso pasmo hasta que vio que la enorme cola de pez sobresalir de la tina.-Oh, Dios mio. Que sucedió?!

 

-Olvidé que hoy se terminaba la luna llena y pues... desperté con esto.-dijo señalando su cola.

 

-Como haz llegado hasta aquí?!

 

-Me arrastre hasta aquí, realmente tenía mucha sed y mi cola estaba seca.

 

-Pobrecito, no te haz podido mover. Debes estar muerto de hambre.-dijo tomando su rostro a lo que Sherlock respondió con una tierna cara de tristeza. John se puso de pie y casi sale corriendo del baño hasta que volvió hasta donde estaba su amado y le dio un beso en los labios.-No me tardo.

 

Sherlock suspiró feliz y con sus mejillas sonrojadas. Después de cinco minutos, John regresó con una bandeja con un plato con dos pescados crudos, cubiertos, una botella de vino y dos copas.

 

Picó el pescado mientras estaba sentado en un banco cerca de su Sherlock y le dio bocados de este en la boca junto con pequeños tragos de vino.

 

-Creí que volvías en un mes.-dijo Sherlock acariciando su mejilla.

 

-Si, pero Harry no soporta que yo la cuide. Ademas Clara volvió para cuidarla y me dejó ir. Así que me fui lo mas rápido que pude para estar contigo.-acarició su mejilla.

 

-Estas enojado conmigo?

 

-Que?! No, por el desorden? No, se que no fue tu culpa. Solo ten cuidado la próxima vez.

 

-La próxima?! No creo poder aguantar un fin de semana sin ti de nuevo!

 

Ambos se besaron apasionadamente y enlazaron sus dedos.

 

-Como desearía que fuera luna llena para poder tenerte en mis brazos esta noche.-susurró en su oído.

 

-Paciencia...-besó su cuello.-Solo falta un mes.

 

-Es mucho tiempo...

 

 

Esa noche, John llevó a Sherlock al lago mientras lo cargaba como princesa. Cuando llegaron, Sherlock se sintió muy bien por poder mover su cuerpo. Esa noche, John durmió en el bote y Sherlock tomó su mano durante toda la noche.

 

El mes se pasó lento para ambos, pasaban sus noches deseándose el uno al otro pero no podían hasta la luna llena, lo cual resultaba agobiante para ambos.

 

Hasta que finalmente llegó la noche de luna llena y John no pudo soportar a nadie que se interpusiera en su camino hasta llegar corriendo al lago. Pero antes de que llegara al bote, miró que Sherlock estaba sentado en la orilla del puente, desnudo y moviendo sus piernas como un niño pequeño esperando.

 

John tocó su hombro para llamar su atención, en cuanto volteó a verlo no dijeron nada con las palabras. Solo dejaron que sus bocas se besaran con tanta pasión que no fue necesario decir algo.

 

John cargó a Sherlock y corriendo se fueron hasta su casa donde no esperaron a decir algo hasta que el castaño fue lanzado a la cama de su amado y este lo miró fijamente a los ojos.

 

-John...-gimió el castaño abriendo sus piernas y dejando ver su erección, pero John solo se mordió el labio inferior.

 

-No... quiero jugar....-sonrió maliciosamente.

 

Sherlock se acomodó en la cama y John gateo hasta el para besarle y lamer su cuello hasta morderlo y succionarlo. Siguió por pasar la lengua por su pecho hasta llegar a los pezones y mordisquearlos mientras su mano exploraba su entrepierna.

 

El rubio tomó una de sus piernas e hizo que se diera la vuelta, quedando en cuatro con el rostro pegado a la cama. Watson besó tiernamente sus glúteos y de vez en cuando los mordía sin causar daño hasta que llegó a su entrada, la cual besó y lamió.

 

-Ah, John...!-gritó apretando las sabanas y mordiendo su labio inferior con fuerza. El rubio succionaba su entrada mientras que con sus dedos jugaba con la entrepierna del rubio que goteaba en liquido pre seminal para después introducirlos en su amante.

 

-Relajate, hermoso.-dijo John moviendo sus dedos en forma de tijerillas dentro de su amante.

 

-Para... ya no puedo mas, quiero...-antes de que llegara al orgasmo, John se detuvo lamiendo sus labios.

 

-Ah, ya extrañaba saborear tu cuerpo.-pero sin que Sherlock hiciera caso a esa frase, se lanzó sobre John y comenzó a lamer su glande desesperadamente lento. Lo metió todo en su boca, una y otra vez succionaba, haciendo que John cerrara los ojos y gimiera arqueando la espalda.

 

Sherlock paró tan rápido como el cuerpo de John se estremeció por el delicioso rose de su lengua, para después encontrarse con su rostro y sentarse en sus piernas mientras John lo penetraba.

 

Un grito de puro placer salió de la boca del castaño. El rubio lo abrazó y con cuidado lo acostó sobre la cama sin sacar su miembro.

 

Sherlock lo abrazó y enlazó sus piernas en la cadera del capitán mientras que este se movía de adelante hacia atrás lentamente para que sintiera cada rose de su tibia virilidad. 

 

-Ah.... John, hace tanto que he deseado esto... mas, mas, por favor...-jadeó con deseo y pasando la lengua por los labios del rubio. 

 

-Sher... Ah!... Estas muy apretado... Se siente delicioso!

 

Watson aumentó su ritmo y el movimiento de caderas de Sherlock se hizo cada vez mas sensual hasta que contrajo sus músculos y John sintió una fuerte y encantadora sensación en la entrepierna como una descarga eléctrica que lo hizo correrse dentro de su amante. Sherlock respondió al orgasmo con un grito de placer, llegando al éxtasis mas grande. El cual manchó su estomago. 

 

Amos amantes se acostaron con las manos enlazadas y la respiración acelerada. Hasta que John rió de pura felicidad y besó a su amado en los labios.

 

-Te amo...-susurró John en su oído.

 

-Yo también te amo.... John, nunca me vuelvas a dejar solo otra vez.

 

-No, no lo haré, mi amor, nunca mas...

 

                                  Fin

Notas finales:

Gracias por leer mi fic. Este es el fin del extra. Nos vemos en el próximo fic.


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