Al día siguiente John despertó temprano para poder ir a la Armada vestido con su uniforme de Capitán de Navío. El usar su nuevo uniforme lo tenía emocionado desde que lo ascendieron.
Salió de su casa, una camioneta Jeep lo esperaba para llevarlo a la Armada de Cold Water que se encontraba a media hora del pueblo. Recogieron a Bill también, el usaba su uniforme verde.
-Hey, John. Perdona que sea tan curioso pero, que hacías ayer asomado en el borde del bote?-dijo Bill en un tono de voz muy tranquilo. John no lo miró, estaba recordando a ese tritón que se le acercó la noche anterior. Tragó saliva y respondió.
-Ah... pues había atrapado un pez y justo cuando lo estaba apunto de tomar con mis manos este saltó al agua y se me fue.-su tono de voz era débil, casi ronco. Fue lo primero que pasó por su mente al pensar en lo que había ocurrido con Sherlock al no poder tocarlo.
-No creas que soy tonto. Se perfectamente lo que hacías anoche.-las palabras de Bill habían puesto muy nervioso a John, tan nervioso que volvió a tragar saliva.-Se te cayó mi botella de whisky, no es así? La estuve buscando en mi mochila y no estaba.
-Oh... si. Eso era.-se voz temblaba y reia nervioso al mismo tiempo.
-Trataste de alcanzarla y no pudiste tomarla, verdad?
-Si, si, cuanto lo siento, Bill. No era mi intención.
-Esta bien, John. La próxima vez ten cuidado.
John suspiró de alivio y dejó de sentir un vació extraño en su estomago. Por un segundo creyó que Bill se había dado cuenta de la verdad y que su promesa estaría rota.
Su primer día en la Armada fue muy agotador, fastidioso. Quería llegar a casa. La Jeep lo llevó a su casa y durante el camino John tomó una siesta pegado a la ventanilla.
Al llegar a casa tomó una ducha. Cuando terminó se acostó en bata sobre su cama mientras bebía una botella de cerveza. Daba pequeños sorbos pero su mente estaba en realidad en otra parte, no podía olvidar a Sherlock. No dejaba de pensar en esos cabellos rizados negros que se veían tan suaves a pesar de estar empapados, en esos ojos azules, en ese cuerpo pálido y sensual que brillaba bajo la luz.
Estaba muy distraido pensando en lo bien que se sentirían sus rizos si estuviesen secos, el frío rose de su piel, el delicioso sabor de la comisura de sus labios.
-No, no, no! Como puedo estar pensando eso?! Soy un hombre, por Dios!-infló el pecho fingiendo masculinidad con un tono de voz rudo.
Sin embargo, su curiosidad por volver al lago lo estaba persiguiendo desde de la mañana. -Bah! Sera solo una pequeña visita.-se dijo poniéndose unos jeans y una camisa del ejercito y una chamarra.
Al salir de su casa caminó un poco hasta llegar al lago. Ahí había un pequeño bote de madera con remos, se subió y emprendió su viaje al mismo lugar de la noche anterior.
La luna era cada vez mas llena y esta se veía reflejada en el lago que aparentaba el color negro por la oscuridad. John suspiró y después de cinco minutos escuchó un chapoteo. Miró a su derecha como la noche anterior, pero el tritón no estaba ahí, sino del lado izquierdo mirándolo fijamente. Watson gritó muy asustado.
-Mierda! Tienes que dejar de hacer eso!-le gritó a Sherlock.
-Hacer que?-sonrió.
-De aparecer en el lugar en el que menos espero que aparezcas.
Sherlock rió un poco, luego John se unió a sus carcajadas.
-Y cuéntame... que es de tu vida en el lago?-dijo el Capitán.
-Pues, nada interesante. Aquí la vida es muy aburrida. Solo hay aburridos peces sin algún tema de conversación interesante o algo nuevo que hacer.
-Te entiendo.-John se sintió identificado.
-Y que hay de tu mundo de humanos?
-Aburrido, peligroso y vacío.
-No del todo aburrido, que se siente ver con tus propios ojos incrédulos a un ser como yo?
-Es extraño. La verdad no te imaginaba tan hermoso.-se cubrió la boca, había dejado escapar la palabra incorrecta.
Sherlock lo miró fijo y sus mejillas pálidas se volvieron rojas.-Crees que soy hermoso?-sonrió.
-Ah... a lo que me refiero es que... es que...-no tenía ninguna palabra o excusa para usar, solo sus mejillas se volvieron cada vez mas rojas.
-John, quieres tocarme?-le preguntó el tritón.
-Yo... yo...
-No seas tímido, no voy a hacerte daño.
John se quedó callado y dejo de temblar, solo bajó la mirada y se coloro estirando su mano para tocarlo. Sherlock vio la mano de color durazno frente a el, imaginó por un momento lo suave y tibia que era. Tocó su mano, acariciandola con el pulgar, realmente era como se la imaginaba. John trató de no quitarla pues la piel de Sherlock era helada.
-Que te pasó en la mano?-preguntó el tritón.
-Me mordió una araña.
Pero de pronto el tritón estiró la mano del Capitán y la pegó a su pálido y frío rostro. John se sonrojo mas mientras se perdía en los ojos azules. El tritón sonrió y besó la palma de su mano. Su beso era helado, mojado y agradable.
-Eres agradable, John humano.-le dijo sin soltar la mano.-Ojala los demás tritones fuesen como tu.
Watson no tuvo respuesta para tal cosa, solo le estiró la mano y la besó.
Pasaron un largo rato hablando de sus vidas, fue tanto tiempo que perdieron la noción del tiempo. Ya era media noche y John se tenía que ir para prepararse para la Armada mañana.
Su despedida fue dura para ambos a pesar de que se verían la próxima noche en el mismo lugar, así lo tenían planeado.
A la mañana siguiente John despertó sin sentir ningún tipo de dolor en la palma de su mano, de hecho el piquete se había borrado y Sherlock se lo había quitado con su beso.
Continuara...