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La Boda (One-SHot KaiXing, KaiLay) por ExoShidae

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Notas del capitulo:

One shot inspirado en una canción del grupo "Aventura"-La Boda

s, continuemos con esta boda; si hay alguien presente que se oponga a este matrimonio que hable ahora, o calle para siempre”

 

—Yo me opongo— entró agitado, el corazón acelerado; las gotas de sudor bajaban lentamente por la perfecta línea en su nariz. La gente lo miraba sin entender qué era lo que pasaba en ese momento; quizás tal vez él tampoco tenía el pleno conocimiento de lo que hacía, del por qué sus pies lo habían llevado hasta ese lugar si sabía cuánto iba a ser el dolor con solo escuchar un “Sí” por parte del amor de su vida, suyo. Pero de algo estaba seguro, no iba a dejarlo tan fácilmente. Tendría que hacer algo…

 

“Quien te ama como yo cosita linda
Ay Dios, si te casas te llevaras mi vida”

 

~~~~~~~~

 

Jongin tenía una vida perfecta para muchos jóvenes de su edad, la envidia estaba alrededor suyo; la avaricia corrompía su ser, los valores de respeto y demás los había dejado en la última carta de su madre; la cual nunca fue redactada, nunca existió. Comenzó a abusar de sus derechos como el hijo del propietario completo de dicho colegio. Todo iba como él quería, como él decía, como él ordenara… sin embargo, nunca había encontrado a un enemigo tan rebelde como el nuevo del año superior, tan hermoso.

 

Su primer encuentro fue en los baños, sin querer, tan solo un accidente había provocado lo que sería el comienzo de su historia. Lo tenía indefenso acorralado, sin manera de salir, definitivamente si algún dios quisiera salvar al pequeño Jongin podría sacar su demonio interno. Impregno sus venenosas pupilas en los ojos de su contrincante… presionaba sus muñecas con tal fuerza dando la impresión de querer arrebatárselas en ese instante. El menor comenzó sentir el dolor gradualmente más fuerte, las lágrimas se acumulaban en sus ojos provocando extraños cosquilleos en el estómago de Jongin. No le pegó mucho menos mando a alguien, lo cual era típico en él; muchos se preguntaban cómo fue que el supremo había dejado ir a un mocoso nuevo sin conocimiento pleno de quién era Jongin. Poco después Jongin mandó a investigarlo, no dio respuestas; otra cosa típica en él.

 

Zhang Yixing, argumento un joven de no más de 16 años de ChinaJongin salió del lugar después de escuchar a medias lo que el muchacho tenía preparado. No necesitó saber más, no le hacía falta saber que Yixing era algo torpe, que vivía a unas cuadras de la mansión de Jongin con sus padres y una pequeña hermana, etc., etc., etc.,… con saber su nombre le bastó, lo conocería a su propia cuenta.

 

“Es como un fin de una novela
nuestra historia la más bella
dime que esta ceremonia es una pesadilla”

 

Volvieron a tener un encuentro 6 años después del hermoso incidente. Definitivamente estaban destinados a estar juntos. No había duda.

 

Yixing no era una persona vulgar. Había recibido bastante buena educación, y la perspicacia de su inteligencia alcanzaba la luz de la verdad estableciendo comparaciones. De mediana estatura, y color claro; blanco, ojos hermosos sombreados por espesas pestañas y cejas aterciopeladas; llevaba además ese encanto en sus manos que tan solo con un toque volvía loco a cualquiera. Loco a Jongin.

 

El moreno poco a poco fue conociendo más acerca de él; descubrió que le encantaba leer, para Yixing la biblioteca era el lugar perfecto en donde era grato  tomar una taza de café  con aroma terroso, dulce como la mezcla entre chocolate y frutas sacadas del refrigerador una hora y media antes de ser utilizadas, un café que deja el cuerpo aturdido y relajado; por supuesto; acompañado de un buen libro de misterios donde la incógnita sigue firme incluso después del final, o quizás un libro romántico donde los protagonistas tienen un final feliz o un final trágico; esto último era de preferencia para Yixing, compartía su sonrisa con infinidad de extraños. Jongin quería que esa sonrisa sea solo suya. Desde ya la anhelaba, lo quería y sin saber por qué empezó a frecuentar la puerta del salón más descuidado donde Yixing centraba su cerebro en los números infinitos, letras inexistentes y fórmulas peculiares.

 

Jongin nunca olvidaría aquel día cuando le declaró su amor, inolvidable invierno; puesto que la tarde era fría y los monzones venían húmedos, cada uno llevaba un poncho de plástico verde que podía servir como impermeable, como aislante en el suelo o como improvisada tienda de campaña. Con su tela acolchada, el poncho de Yixing pesaba casi dos libras, pero de vez en cuando merecía la pena. Después de todo, el tiempo era ideal. No podían haber existido un día más perfecto. Lo único que tapaba los radiantes ojos de Yixing era aquella luz dorada proveniente del sol ocultándose a lo lejos, como ocurre a veces a comienzos del invierno. El jardinero estaba levantado desde el amanecer, cortando el césped y barriéndolo, hasta la hierba y las rosetas llanas y oscuras donde las margaritas parecían brillar. Ni él mismo podía haber presenciado lo que se venía después, su primer beso… un beso sonoro.

Sonido ligero y prolongado, se elevaba entre la lengua y el borde húmedo del paladar, producido por el movimiento de la lengua de Jongin en la boca de Yixing. Un beso dado en la superficie de los labios y acompañado por un sonido como el que hacemos para llamar a un gato, no da ningún placer. Ninguno de los dos hubiera sentido algo si Jongin no lo intensificaba más.


“Un momento padre no permita
esto es absurdo es un error
ponga pausa a esta boda”

 

Imposible, también; olvidar la primera vez que sus almas se unieron por completo. Él, tan embriagado en los amores de un joven amante se dejó envolver en sus brazos firmes y fuertes. Seguidamente corrieron a la puerta de la alcoba que esperaba su recepción y fue entonces que el amor, la pasión y todo instinto sexual se fundieron esa noche, una explosión de emociones que vibraban a distintas intensidades y al final, justo cuando el sol se hacía notar por la ventana la pasión de aquella noche se había consumido y solo quedaba un Yixing sonriente a causa de tanto placer y un Jongin libre del estrés de la vida urbana.

 

Yixing conoció a Tao en el último año de la universidad, alto, original, creativo, intelectual, altos estándares, siempre tenía una respuesta ante cualquier pregunta y una solución ante cualquier problema. Aquel tipo de persona que sabe lo que hace y como lo hace y en el momento que debe hacerlo. Una persona inteligente que no tiene que ser necesariamente lista. Una persona inteligente que sabe coger conceptos y usarlos. Una persona inteligente pero muy vaga. Alguien que sabe lo que quiere… Zhang Yixing.

 

Los “me gustas” de Jongin eran suficientes en aquella relación, no les importaba ser novios o estar dispuestos a casarse. No tan convencido por ese detalle, Yixing aceptaba con alma y cuerpo lo que Jongin pudiera atar o desatar en su amistad,completamente en blanco, él solo se dejaba llevar por lo que el moreno le pudiera dar y todo el amor que le juraba entre gritos y susurros que soltaba en sus apasionados encuentros o en sus tiernos roces.

 

“Hoy no renuncio a su abandono
y vengo dispuesto a todo,
mi ídolo Romeo lucho por amor
un soldado es un héroe aunque muere en la guerra
no salgo de esta iglesia si no es junto con él”

Sus amores quedaron en el pasado centrándose solo en ellos, los terceros sobraban y las caricias faltaban para poder expresar todo el amor que el universo pudiera permitirles darse. Su mundo de hadas se vio derrumbado cuando la universidad decidió trasladar a una buena cantidad de alumnos a su nueva sede, entre ellos; Jongin. Las horas que pasaban juntos cada tarde después de las labores se vieron cortadas a minutos de silencio, ¿por qué había cambiado? Yixing se vio envuelto en una alfombra de dudas tratando de buscar una respuesta a la frialdad de su mejor amigo.

 

Jongin había conocido a una hermosa muchacha, aquella quien le ayudaba en  los deberes cuando él se perdía en su mirada habiendo transcurrido 25 minutos de la clase; ella gustaba de él… él gustaba de ella, la atracción era evidente. Pronto ambas universidades se enteraron de su noviazgo, todos menos Yixing.

 

—Ven a mi casa —Yixing se acercó con una sonrisa de oreja a oreja que dejaba ver sus relucientes dientes opacando por completo todo alrededor de Jongin —estoy aprendiendo a cocinar con mamá —no podía estar más feliz al sentir nuevamente sus dedos entrelazados con los de Jongin, este hizo un ademán rápido deshaciendo por completo la unión; que, hasta hace unos meses era como el aire que respiraban.

 

—Lo siento, no puedo —sintió la incomodidad por parte del moreno, por lo que Jongin decidió no seguir más en ese lugar; aunque su cuerpo quería quedarse ahí, junto a su pequeño protegido y decirle que deseaba con toda su alma probar de aquel postre que le tenía preparado salió de ahí huyendo para encontrarse con la joven quien a los pocos segundos de verlo atacó sus labios pidiendo que sus lenguas se unieran por quinta vez en el día. Sin un Yixing que los viera, Jongin se odiaba.  

 

“Yo te amo y tú me amas
y aunque venga el fin del mundo
ni la muerte nos separa”

 

Tao tampoco olvidaría la vez en que se declaró a Yixing, su mente guardaría con lujo de detalles la primera vez que el blanco le dio permiso para que sus labios se unieran, aquel ósculo que llenó por completo el ser de Tao y dejo completamente desolado a Yixing. “Tus besos son solo míos, mis besos solo serán tuyos” recordaba perfectamente lo que Jongin le había prometido la primera vez que se entregó por completo. Yixing no quería eso, pero no podía seguir cumpliendo algo que Jongin había dejado de lado.

 

Se recordaba a cada rato lo tonto que fue al creer que algo más formal pudiera haber entre el moreno y él, odio haber cruzado la calle y haberse quedado como una estúpida estatua masoquista observando como Jongin besaba con lujuria a una pelirroja de mediana estatura. Odio que Jongin notara su presencia y lo ignorara por completo, odio que Tao lo sacara de aquel lugar limpiando sus lágrimas, odio que el carro de Tao se sintiera tan cogedor, que  la luz en rojo demorara 56 segundos en cambiar, que una anciana en el camino pidiera ayuda a quien pasara por aquel lugar, que las miradas de los demás estén perdidas en sus preocupaciones y asuntos que probablemente nunca se solucionarían, odio haber visto el carro de Jongin seguirlo hasta cierto punto y verlo voltear en dirección derecha. Se odio asimismo, odio su vida, el haber nacido y el haber conocido a Jongin.


“Cómo olvidar ese colegio
donde estudie tu cuerpo
en el baño, piso cuatro
todos los días dos y cuarto”

 

Pasaron cuatro meses, Jongin estaba parado frente a la puerta del departamento de Yixing  con una botella en la mano, los mechones alborotados y el límite de alcohol permitido había superado siete puntos más. No espero a que abriera la puerta para lanzarse sobre él y devorar sus labios con los suyos, volver a morderlo dejando marca en lo que alguna vez fue suyo. El mayor – desconcertado- revivió las pasiones que había dejado en aquel baúl de la azotea en la casa de su madre, quien cuando su hijo se encontró devastado fue el principal apoyo de Yixing muy aparte de Tao. No pudo más, dejó salir un gemido ahogado, sin embargo; tenía que guardar siquiera un poquito de respeto hacia Tao, después de haberse entregado a él una hora antes, tenía que ser respetuoso considerando que lo había hecho imaginando conscientemente que estaba con Jongin.

 

Jongin salió del departamento tratando de encontrarse asimismo y poder así recuperar a Yixing. Su Yixing.

“No es lo mismo hacer el sexo, que te hagan el amor
tu almohada fue testigos de las noches de pasión
tu perdías el control
y hasta te excito con mi voz
tus días amargos remedié con una llamada”
 

Tao y Yixing decidieron casarse después de un año perfecto  de relación, para alegría de sus familias, los rebeldes de la casa había sentado cabeza. Tao no dudó en mandar una invitación a quien fue su mejor amiga en la escuela secundaria, coincidentemente; la prima de Jongin.

—Tal vez, pero acaban de invitarme a una boda, no creo que pueda. Jongin —comentó la joven en vista que su querido primo quería que lo acompañase a cierto lugar

 

—Déjame ver —tomó el sobre envuelto en pequeñas perlas doradas y cubierto por un hermosos tono crema. Quiso m atar a cualquiera que se revelara ante él cuando notó el nombre de Yixing escrito hermosamente con una fuente.  ¿Cómo evitar que el amor de su vida se vaya de esa forma? No sabía dónde encontrarlo, hace tanto tiempo que dejó de encontrarse con sus hermosas pupilas, de sentir sus dedos largos impregnarse en su espalda, sentirlos entrelazados con los suyos. Hace un año que perdía lágrimas cada noche y ganaba más alcohol en su sangre.


“Hace un año que rompimos
como locos nos quisimos
los dos compartimos un corazón
mas hoy se casa para intentar borrarme”

No había otra explicación, Yixing no lo amaba, Jongin y él lo tenían bien en claro. Nunca podían encontrar a alguien que los ame como ellos se amaron.

 
“Ahora me dirijo al insuficiente de poca cosa
–Jongin comenzó a atacar directamente con la mirada a Tao- y así te atreves a compararte conmigo ¿Quién te da los títulos de un hombre ajeno? Dime quién maldita sea. Yo conozco sus defectos, sus más íntimos secretos; te daré de hombre a hombre un chance para hablar. ¿Qué pasa? no dices nada
nunca lo harás feliz. Tu futuro esposo llora lágrimas por mí”


¿Por qué lloras? ¿Por qué sabes que digo la verdad? La única verdad que tú conoces, la verdad que muchos en esta boda también recuerdan. Se sientan a presenciar este teatro dramatizado por un hipócrita y un payaso. Sí, tú eres el actor de esta obra ridícula. Levanta la cabeza, mírame cuando te hablo; yo que te vi reír, te vi llorar; yo que viví a tu lado los mejores y peores capítulos de nuestra novela, de nuestra historia.

~~~~~~

 

Jongin se quedó sentado con tantas ganas de decir “Yo me opongo” pero solo su imaginación tenía el valor de borrarle la sonrisa a Yixing. Terminó la boda y él seguía sin asimilar que todo se había consumado con aquel beso al final de la ceremonia. Tampoco entendía cómo fue que accedió a asistir, quizás por la amistad que Yixing y él tuvieron por tantos años, o por pedido del blanco la última vez que se vieron, un día antes de la boda. Donde Yixing se entregó por última vez a Jongin, donde sus besos fueron infinitos y sus gemidos llenaban el vacío de la habitación de baño.

 

~~~~~

 

 

Guardaron silencio largo rato, casi flotando, casi soñando. Se rozaban a cada momento al mecerse con las invisibles co­rrientes de viento que entraban al baño. Jongin tiró del señorito Zhang hasta que sus pechos se juntaron. El agua no sólo era caliente, sino también pesada, casi aceitosa. Las manos de Jongin flotaron por su espalda hasta cerrarse en sus nalgas y lo levantaron.

 

La penetración fue asombrosa. Con la piel caliente y resbaladi­za, se unieron con una mínima sensación de roce o presión. Sin em­bargo, la presencia en el interior de Yixing interior era sólida e íntima, un punto fijo en un mundo acuático. Emitió un sonido de sorpresa al sentir el flujo de agua caliente que acompañó su ingreso. Se sentó en su punto fijo de referencia con un suave suspiro de placer.

 

No podía ruborizarse. La piel ya había llegado al límite del en­rojecimiento. Dejó que los mechones de cabello le cubrieran parte del rostro. Lo sujetó más cerca y posó la frente en el cuello de Jongin. De inmedia­to, el vaho brotó entre ellos, resbaladizo como el agua cargada de azufre. Jongin hizo un ligero movimiento de caderas y Yixing respiró hondo para sofocar un nuevo gemido.

 

Pensaba mucho en esto —comentó mientras subía y bajaba las manos por la espalda del blanco y delineaba la curva de sus caderas

 

Su respiración ya era más acelerada. Sostenido por el agua densa y saturada de minerales, tenía la ligereza de una pluma aceitada. Lo único que lo sujetaba eran sus manos en los hombros de Jongin y la tensión que ejercía sobre él más abajo.

 

Las manos del moreno exploraban con ternura y lentitud. Se deslizaban hacia sus nalgas y descendían para tantear y acariciar el tieso y excitado punto de unión. Se estremeció y exhaló con un jadeo involuntario.

 

Jongin —suplicó con voz ronca que retumbó en el agua—. Jongin, por favor.

 

Todavía no—Clavó las manos en su cintura para acomodarlo y retenerlo. Lo presionó hacia abajo hasta que gruñó. —Todavía no. Tenemos tiempo. Y quiero escucharte gemir así otra vez. Y que gimotees y solloces, aunque no quieras, porque no podrás evitarlo. Quiero hacerte suspirar, como si tu corazón estuvie­ra a punto de romperse, y gritar de deseo y, por fin, estallar en mis brazos. Así sabré que te he dado placer.

 

El torrente surgió entre sus muslos y se disparó como un dar­do hacia lo hondo de sus entrañas. Se aflojó y sus manos resbala­ron laxas e indefensas de los hombros de Jongin. Su espalda se arqueó. Tembló en la oscuridad caliente y Jongin lo sostuvo para que no se ahogara.

 

Yixing se desplomó contra él, blando como una medusa. No sabía, ni le importaba qué sonidos había emitido, pero se sentía in­capaz de hablar con coherencia. Hasta que Jongin comenzó a mecer­se otra vez con la fuerza de un tiburón debajo del agua oscura.

 

Sujetó sus caderas con firmeza y lo impulsó con la potencia de las corrientes submarinas. Se aplastó contra él, como las olas contra las rocas y fue a su encuentro con la fuerza brutal del granito, su ancla en el caos embestidor. Líquida como el agua que los rodeaba, contenida sólo por el marco de sus manos, gritó, el suave y ahogado grito de un marinero al ser succionado por las olas. Y oyó el grito de Jongin, tan indefenso como el suyo. Y supo que le había dado placer. El último placer, a un día de pertenecerle a otro.

 

Jongin se fue acercando lentamente mirándolo directamente a los ojos, y poco a poco, pudo sentir la intensa fusión de sus labios, el dulzor llenándolo por completo, como cada uno, pasaba a ser parte del otro, como dejaban de ser individuos por separado. Pero el vacío se ensanchó, sus labios se separaron, dejándolo vacío.

 

~~~~

 

Cuatro años después Jongin volvió a aquella ciudad que había sido su escenario durante 27 años. Recibió una llamada por sorpresa dejándolo atónito al reconocer la voz proveniente del otro lado de la llamada. Yixing le pedía verlo, quizás ya se había enamorado por completo de Tao… o quizás quería revivir con él. Como sea el caso, Jongin necesitaba de él.

 

Al llegar encontró un montón de globos y decoraciones infantiles. La mamá de Yixing le explicó que celebraban el cuarto cumpleaños del primer hijo de Tao y Yixing, quien se encontraba jugando con sus compañeros en el amplio jardín. La noticia de le cayó del todo bien, mucho menos ver como dos pequeños corrían al encuentro de los que serían sus padres: Tao y Yixing.

 

Cruzaron miradas mientras Jongin era jalado por una niña risueña de pelos rubios para que pudiese ayudarla a abrir una botella de refresco, en ese milisegundo pudieron sentirse nuevamente amados. Sin cruzar palabra.

 

El hijo mayor de Yixing, el mismo cumpleañero se acercó a saludarlo. Era increíble que con tan solo cuatro años se parezca tanto a Jongin.

Notas finales:

Escribí KaiXing porque no encuentro mucho de ellos, así como el último ChanLay que publiqué :3

Muy aparte de que me gusta a Lay uke xD (EXO x LAY!!) LOL

Gracias por leer

L@s amito <3


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