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Pas de Deux por fatygsquare

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Notas del fanfic:

No es un fanfic muy largo y ya está terminado, así que espero poder ir subiéndo todos los capítulos a lo largo de esta semana.

Seúl, 24 de Agosto de 2013

JongIn revisó por enésima vez que lo tenía todo: el billete, el pasaporte, todo el papeleo, la maleta de mano lista, su maleta enorme preparada y cerrada. Suspiró. Había esperado toda una vida por este momento y aún le costaba creer que ya hubiese llegado.

-JongIn, baja ya. Si no te das prisa, llegaremos tarde.

-¡Ya voy mamá!

JongIn dio un último vistazo a su habitación. Se le hacía extraño verla sin sus pósteres de Grigorovich, Mordkin, Petipa, Filin o Stiefel decorando las paredes. Sonrió. Todos aquellos maltrechos pósteres iban guardados en su maleta, listos para decorar la habitación de la residencia en la que se alojaría.

Bajó las escaleras y se encontró con su madre y sus dos hermanas, sus perros y su mejor amigo, TaeMin, quién también se iba con él.

-Vamos, no queremos llegar tarde.

Se subieron todos en el monovolumen de los padres de TaeMin y hablaron de tonterías hasta llegar al aeropuerto de Incheon. Una vez localizado su vuelo, facturadas las maletas y controlada la línea de seguridad que debían pasar, las dos familias se sentaron a desayunar tranquilamente. Fue entonces cuando JongIn  no pudo evitar sentir esos celos que ya le eran tan naturales como respirar.

TaeMin estaba sentado entre sus padres, ambos comentando lo orgullosos que estaban de su pequeño TaeMinnie mientras el chico sonreía y les decía a sus padres lo mucho que les iba a echar de menos.

JongIn no tenía nada de eso. Su madre lo apoyaba a regañadientes, solo de cara a aquellos que la felicitaban por lo talentoso que era su único hijo varón; pero de puertas para dentro, JongIn sabía que su madre no compartía su ilusión por la carrera que el menor de los Kim había elegido. Ser bailarín de ballet se veía como algo afeminado y sus padres habían tenido más de una pelea por su culpa, hasta que acabaron divorciándose. Además de perder a su padre, del que solo sabía lo que sus hermanas le contaban, perdió el apoyo de su madre. La Sra. Kim pensaba que si su hijo abandonaba aquella ridícula idea de convertirse en un saltimbanqui con mayas, su marido volvería.

Y JongIn lo intentó. Sabía que no podía ser tan egoísta como para privar a su madre de su marido. Pero fue inútil. Pasó gran parte de su segundo año de instituto intentando negarse aquello que más le gustaba. Hasta que apareció TaeMin. El chico le había ayudado con todo lo que pudo. Le ayudó con los estudios, con el ballet, con su madre. Cientos de veces, TaeMin había convencido a sus padres para que le ayudasen a ayudar a JongIn. Los Sres. Lee no se mostraron muy por la labor, pero tras oír las razones y ver bailar a JongIn un día con su hijo, ambos supieron que JongIn tenía un potencial que no se podía desperdiciar.

Sus hermanas también lo habían ayudado, en especial su hermana mayor, SooIn. La mayor de los tres hermanos Kim estaba estudiando medicina en contra de los deseos de su madre de que estudiase algo que la ayudase a ser buena ama de casa. Y SooIn, conociendo los perjuicios de su madre y su padre hacia cualquier cosa que fuese en contra de sus ideales, se dedicó en cuerpo y alma a ayudar a su hermanito pequeño. JooIn había sido más reticente, pues ella misma había culpado a JongIn de la separación de sus padres, pero acabó accediendo a ayudar a su hermano tras ver al pequeño llorar y llorar todas las noche por no poder ser como TaeMin.

-¡JongIn!

El joven salió de sus pensamientos y miró a su hermana mayor, que le sonreía con los billetes en mano.

-Vamos, enano. Es hora de pasar el control.

El menor sonrió a su hermana y cogió su bolsa de mano. Andaba detrás de todos, aún metido en su pequeño mundo y recordando la reacción de su madre cuando le dijo que se iba a estudiar ballet fuera de Corea.

Al llegar al control de seguridad, chocó con TaeMin.

-Jjong, sal de tu mundo.

-Perdona.

Mientras TaeMin se despedía de sus padres, la madre de JongIn lo abrazó forzosamente.

-Espero que estés contento, ya tienes lo que querías.

JongIn no respondió, simplemente se forzó a sí mismo a abrazar a su madre de tal modo que pareciese real. Se había imaginado que su madre diría algo por el estilo, pero eso no significaba que no doliese. Asintió de tal forma que solo su madre lo notase y pasó a despedirse de sus hermanas. JooIn se acercó a él primero, con una sonrisa de oreja a oreja y pasó su brazo por los hombros de su hermano como buenamente pudo, el chico le sacaba una cabeza.

-Cuídate mucho, JongIn. Y cuando seas un bailarín famoso, no te olvides de tu hermana que te quiere mucho.

JongIn rio y abrazó a su hermana. La iba a echar de menos, aunque no tanto como a SooIn. A JongIn no le gustaba tener favoritismos entre sus hermanas, pero SooIn siempre había sido como un ángel de la guarda para él.

La mayor de los Kim se acercó a su hermano pequeño con los brazos bien abiertos, mientras las primeras lágrimas comenzaban a surcar su rostro. JongIn sintió ese picor familiar en sus ojos y casi corrió a abrazar a su hermana.

-Noona, no llores. Por favor, no llores.

-Te voy a echar muchísimo de menos, JongIn-ah.

-Y yo a ti, noona.

-Si necesitas cualquier cosa, llámame. No importa la hora que sea, llámame.

SooIn le dio un beso en la frente a su hermano y le empujó hacia la cola de seguridad. Mientras TaeMin presentaba su documentación y pasaba por el detector de metales, JongIn miró por última vez a su familia, antes de darse la vuelta y emprender un camino hacia su nueva vida.

~*~

Notas finales:

Primer capítulo subido. Espero que os haya gustado.


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