¿Ahora como piensas defenderte, tú, disque genio?—preguntó el mayor de los hermanos Kaiba al ojos mieles mientras este tocaba y tocaba con su índice la pantalla de su aparato preferido buscando las indicaciones del Google Maps.
Esta muerto—indicó el rubio.
¡Oh, cállate Seth!—le gritó Joey.
¡Tú no me mandas callar engendro!—dijo este.
¿Quieres ver a como si?—preguntó el ojos mieles.
Si, quiero—contestó el de ojos azules.
Nowaki los miraba pelear pensando que aunque casi tenían 17 se comportaban como de 10.
¡Oigan, los dos! ¡Basta!—les dijo.
¡Oye tú! ¡No eres nuestro papá!—le gritaron ambos muy enfadados de pronto con él.
Atticus que miraba todo comprendió que los muchachos no se llevaban de perlas pese a ser gemelos pero que ante un enemigo común cerraban filas.
Ichigo miraba al cielo para verificar que no quedaba nada de día ya.
¡Pero yo si lo soy y les ordeno que paren ya!—les gritó Seto con toda la autoridad de un padre.
El mayor de los castaños de ojos mieles vio como los chicos obedecían rápidamente la orden paterna.
¡Dame eso!—dijo a su hijo y le sacó el aparato que causara todo el lío.
¿Y padre?—preguntó la pelirroja desde muy cerca.
Seto exclamó--¡Esto no tiene solución! El satélite salió de rango. Hasta mañana estaremos varados aquí. Armemos las carpas—indicó y todos tiraron unas cajitas después de apretar un botón.
Todos menos Atticus que no tenía ninguna.
Para su asombro las carpas se auto montaron de inmediato y simultáneamente.
Las miró sin saber a cual acudir.
¡Tú vienes conmigo!—dijo tironeando de su mano Nowaki, era evidente que tenía toda la intención de evitar que él y el padre de este tuvieran cualquier contacto.
¡ZANEEEEEE! ¡ZANEEEEEEE!—gritaba alguien en la selva preguntándose donde estaría su acompañante--¿Se acordará que se llama Zane?—se preguntó de pronto en voz alta.
Se había hecho la noche.
¿Dónde dormiría?
En el suelo no.
Podía ir una serpiente y…
Rápidamente escaló una palmera.
¡Oye!—dijo una voz en la oscuridad, era Nowaki que estaba recostado en el saco de dormir a su lado de la carpa.
¿Si?—preguntó el ojos mieles.
¿De que se conocen mi padre y tú?—preguntó el ojos azules.
Nos conocimos en una reunión de duelos. ¿Por?—trató de hacerse el desentendido el ojos mieles.
Mi padre no se toma tantas confianzas así, además…--dijo el mayor para después quedar en la nada.
Casi lamentándolo el otro preguntó--¿Además?—
Tú y mi papá se parecen mucho—adujo Nowa.
¿Y eso que tiene que ver?—preguntó nervioso Rhodes. El otro no podía haber adivinado… de pronto se vio halado de la remera y sintió en la noche el aliento cercano de un predador mientras miraba sus profundos ojos azules.
¡Dime! ¿Tú eres la razón porque mis padres se están divorciando, cierto?—preguntó Nowaki.
¡Por supuesto que no!—contestó algo temeroso el ojos mieles.
¡Puedo oler a un desgraciado mentiroso a millas a la redonda! ¡Dime! ¿Qué hiciste para que mis padres se divorciaran?—la furia era patente en cada sílaba del Kaiba.
¡Nada!—respondió el castaño.
¡Nowaki!—gritó desde la entrada una voz de mujer--¡Los gemelos van a oírte!—
Nowa soltó al otro sin ganas mientras su padre hacía su aparición.
¡Déjame hablar con tu hermano!—le dijo el mayor a su hija que se retiró después de asentir.
¡Nowaki…!—exclamó su padre.
¡Tú y esta musaraña tuvieron algo! ¿Verdad?—preguntó el primogénito de Seto.
¡No es cierto!—lo defendió Atticus.
Mientras Seto miraba fijo a su hijo con su rostro pétreo. En la calurosa oscuridad selvática los ojos azules se enviaron chispas entre sí un segundo antes de que el mayor para asombro de los demás asintiera.
¿Padre… cómo tú?—preguntó su anonadado hijo.
Yo…--trató de explicar el padre.
Con razón papá… ¡Eres un sucio bastardo! ¡Después de todo lo que pasó papá por ti!—dijo el mayor de los hermanos Kaiba antes de asestar un duro golpe a la quijada de su padre y después de lanzarle una reprobatoria mirada irse enojado aún.
¡Te has dejado golpear!—enunció el otro castaño que quedó en la tienda y que quedó mudo con el actuar de ambos.
¡Me lo merecía! Tiene razón. Jouno ha pasado mucho conmigo. No debía pasar esto—dijo el mayor enjugándose la sangre del labio partido.
¿Le amas mucho, no es cierto?—preguntó el ojos mieles sorprendido.
Solo espero que todo esto no sea en vano. ¡Tengo que encontrar al cachorro antes de que algo malo le ocurra!—dijo el ojos azules sorprendiendo a Rhodes con su tono preocupado y su mirada perdida. Usualmente Kaiba solo mostraba dureza y decisión.
¡Le encontraremos!—dijo el menor poniendo su mano sobre la de Kaiba y entonces Nowaki volvió a entrar quizá para decir algo más a su padre pero se quedó frío al verlos sentados juntos a oscuras en una posición tan íntima.
Al ver su sombra su progenitor se dio cuenta de lo que estaba pensando e intentó detener su marcha para explicarle pero el joven sin atender a razones se fue como una exhalación.
Seto al salir se encontró con su hija de frente que con lágrimas en los ojos y mirada feroz se le puso firme y después de unos segundos en que nada dijo lo cacheteó para irse luego tratando de parecer lo más digna posible. Era evidente que lo oyó todo.