Estaba totalmente aislado y eso era lo peor de todo. Atticus estaba deprimido. Todos de alguna manera, le odiaban. Ansiaba encontrar a Zane y salir de ahí. Nowaki no volvió a la tienda y eso era de esperar pero aún así no lograba pegar un ojo. La estaba pasando mal y ni siquiera había hecho algo para merecerlo. Es decir… Kaiba lo había tomado. Él no lo había seguido y agarrado con la guardia baja o algo así, ni siquiera lo pretendía. Aunque en verdad… el sexo con él… si hubiera sido un hombre soltero… pero no lo era y de nada valía que lo pensara. Otra vez esa canción acudió a sus labios. Quizás porque la había descubierto recientemente o tal vez porque su triste melodía estaba en consonancia con su sentir. Tonto el que no entienda, cuenta una leyenda, que una hembra gitana conjuró a la luna, hasta el amanecer. Llorando pedía, al llegar el día, desposar un calé. Luna quiere ser madre y no encuentras querer que te haga mujer. Dime luna de plata, que pretendes hacer c on un niño de piel. Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh. ¡Hijo de la luuuuunaaaaa! Tendrás a tu hombre piel morena, desde el cielo habló la luna llena, pero a cambio quiero, el hijo primero, que le engendres a él. Que quien a su hijo inmola, para no estar sola, poco le iba a querer. Luna quiere ser madre y no encuentras querer que te haga mujer. Dime luna de plata, que pretendes hacer con un niño de piel. Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh. ¡Hijo de la luuuuunaaaaa! De piel canela nació un niño, blanco como el lomo de un armiño. Con los ojos grises en vez de aceituna, niño albino de luna. Con los ojos grises en vez de aceituna, niño albino de luna. Luna quiere ser madre y no encuentras querer que te haga mujer. Dime luna de plata, que pretendes hacer con un niño de piel. Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh. ¡Hijo de la luuuuunaaaaa! Gitano al verse deshonrado, se fue a su mujer, cuchillo en mano. Maldita sea tu estampa, este hijo es de un payo y yo no me lo callo. ¿De quien es el hijo? Me has engañao fijo y de muerte la hirió. Luego se fue al monte con el niño en brazos y allí lo abandonó. Luna quiere ser madre y no encuentras querer que te haga mujer. Dime luna de plata, que pretendes hacer con un niño de piel. Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh. ¡Hijo de la luuuuunaaaaa! Y los días que haya luna llena, será porque el niño esté de buenas. Y si el niño llora, menguará la luna, para hacerle una cuna. Y si el niño llora, menguará la luna, para hacerle una cuna. Luna quiere ser madre y no encuentras querer que te haga mujer. Dime luna de plata, que pretendes hacer con un niño de piel. Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh, Ahhh, aaahhh. ¡Hijo de la luuuuunaaaaa! Esa dulce voz. Era su faro. ¿Cómo podía existir una voz tan tierna en medio de ese lugar tan salvaje? Las palabras que escapaban de esa boca tenían toda la carga de la tragedia que contaban. Era una leyenda acorde con el lugar en que estaba y sin embargo cantada con la dulzura que de seguro esa madre utilizaba para hacer dormir a un niño travieso después de una larga jornada. En medio de tantos peligros y cosas inexploradas se guió por esa única voz para llegar a un campamento. No pudo evitarlo. Todo el tiempo que caminara en pos de ella su único motivo había sido descubrir el rostro de esa noble mujer que podía ser muy bien una de esas princesas de cuento de hadas. No le habían importado los peligros a los que pudo estar expuesto. Atraído ,como si fuera de una sirena, el perdido se dirigió a la tienda que para su pesar permanecía a oscuras. Atticus percibió que la entrada de su carpa se movía y de pronto se distinguió una figura en ella, recortada por la luna. Antes de que pudiera hablar una palabra esta se movió hacia él y le fulminó con un beso. Él no entendía nada y trató de apartar a quien fuera que había entrado y pretendía… cuando algo lo impactó. Estoy seguro de que es la voz más dulce que he oído jamás—dijo el recién llegado. Tanto las palabras que el otro dijo como la voz con que lo dijo, conmovieron en lo profundo al cantante que solo pronunció una palabra antes de que sus labios fueran acallados de nuevo. --¿Zane?— Todo el campamento había caído bajo el hechizo. Era una canción tan bella y triste. Seto estaba seguro de que de oírla Jounichi se emocionaría hasta las lágrimas. Era un terrible tonto y lo extrañaba horrores pensó con angustia. Nowaki pensaba en su papá también y la idea de un niño abandonado sin saber porqué le atrajo a si mismo. Su padre e su modelo. Al menos antes. Pero su papá había sido siempre la fuente de su corazón y hasta ahora lo descubría. Le dolía horrores no poder hacer nada por él. Ichigo pensó en la luna como en sí misma, despertando a su instinto maternal y los más jóvenes se sintieron horrorizados por la situación del niño que de nada tenía la culpa. Ellos eran muy listos y habían percibido que algo muy malo pasaba entre sus padres. La idea del divorcio no les era ajena.