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¿Y ahora........ que haremos? 2 EL DIVORCIO por desire nemesis

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Estaba pensando en su hermano. Como le iría a  Seto en su búsqueda. Le deseaba lo mejor.

 

Señor Kaiba, le busca el señor Pegasus—anunció la secretaria de Seto. El pelinegro se había quedado al frente de la empresa y de la casa, cuidando de la pequeña Yue.

 

¿Pegasus aquí?—se preguntó en voz alta. No tenían negocios con el peliplateado--¡Hágalo pasar!—comando a su empleada esperando que el otro no trajera malas noticias como casi siempre.

 

Veo que te has habituado bien al lugar de tu hermano—saludó el siempre insidioso Maximiliam.

 

¿Qué quieres?—preguntó el menor de los Kaiba.

 

¡Que rudo! Esperaría ese recibimiento de tu hermano no de ti. Veo que se te han pegado sus malas costumbres—acotó el otro CEO.

 

¡Dime a que has venido!—ordenó Mokuba de mal talante. Tenía un mal presentimiento.

 

Si lo quieres así… Vine a hacerte una pregunta—dijo el otro tomando desprevenido al menor de los dos.

 

¿Una pregunta?—repitió el ojos azules.

 

Si—respondió el pelilargo--¿Sabe tu hermano que tienes relaciones con su hijo?—preguntó después y al otro se le paró el corazón por un momento.

 

¡No me dignaré responder semejante estupidez! ¡Vete ahora mismo o te haré echar por seguridad!—le respondió Moki.

 

¡Yo no haría eso de ser tú!—le advirtió el CEO.

 

Sabes que mi hermano no te creería y que eso es una falacia, así que no gastes más saliva en ese intento. No soy tan estúpido como quisieras—le retrucó el ojos azules.

 

Puede ser que tu hermano no me creyera pero los tabloides se morirían por comentar eso. ¿Imaginas el escándalo? Incesto en la familia Kaiba. Tío y sobrino entre las sábanas—se regodeó el peliplateado.

 

¿Qué es lo que quieres?—preguntó el pelinegro.

 

¡Oh, varias cosas!—dijo rodeando la mesa el que no se había sentado. De pronto Mokuba vio atrapado y halado su brazo, fue tirado sobre el escritorio y con su brazo retorcido hacia atrás sintió el peso del cuerpo del otro en su espalda—¡Entre otras a ti! ¡Además de hacer ciertos negocios juntos, hasta que vuelva tu hermano, claro!—

 

¡Ni lo sueñes!—dijo el otro mientras permanecía atrapado.

 

¡Piénsalo! Es mejor que cuando vuelva tu hermano tenga una empresa estable, aunque no todo lo productiva que podría ser, antes de ese escándalo en los medios. Él podrá con lo primero pero… ¿En verdad quieres causarle tal retroceso a Seto Kaiba?—preguntó junto a su oído Pegasus.

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Déjame en paz! ¡No quiero hablar contigo!—dijo el rubio indignado alejándose de donde se habían recluído por ahora.

 

¡Jouno! ¡Te estás alejando demasiado! ¡Vas a perderte de nuevo!—le gritó el ojos azules mientras lo perseguía por la selva.

 

¡No te preocupes! ¡Tienes un reemplazo!—dijo el ojos mieles con sus orbes brillosas por el llanto.

 

Entonces Seto atrapó uno de sus brazos y lo haló hacia él haciendo que perdiera estabilidad. El otro se recompuso y dijo--¡Te dije que me dejaras! ¡No quiero hablar contigo!—

 

¡Pero yo si!—exclamó de pronto el castaño con toda la decisión de su vozarrón Kaiba haciendo que el otro prestara atención y callara. Al menos lo suficiente para recibir sus labios llenos de pasión. Porque si algo había aprendido con los años Seto Kaiba era que nada se arreglaba entre ambos a menos que los que hablaran fueran sus cuerpos.

 

Arrinconó a su cachorro contra un árbol mientras sus manos recorrían, una su nuca y la otra su espalda por debajo de la ropa cosa que sabía que enloquecería a su pareja.

 

Lo que para desgracia de la dignidad de Katsuya era muy efectivo.

 

¡Deja… eso!—dijo con lenguaje entrecortado el menor mientras su cuerpo subía en temperatura.

 

Este lugar  me recuerda la primera vez que te hice mío. ¿Lo recuerdas, cachorro?—preguntó el castaño sorprendiendo a su amante esposo. La alusión a su primera vez causó el efecto esperado.

 

Era demasiado.

 

Estar entre los brazos de Seto.

 

Perdidos en un frondoso paraje.

 

A punto de hacer el amor.

 

Como la primera vez.

 

Las garras de Seto se clavaron en su carne con ansias de posesión infinita.

 

¡Detente!—pidió el rubio entre beso y beso.

 

Sabes que no puedo detenerme ahora—le respondió su marido mientras recorría su cuello y sus manos exploraban, ahora juntas, el plexo de Jounichi consiguiendo alcanzar sus tetillas y empezando a acariciarlas.

 

¡Los niños…!—dijo preocupado el ojos mieles. Trancó los dientes por las sensaciones que provocaban esos dedos voraces.

 

Están demasiado lejos—respondió Seto para tranquilizarlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Lo que no sabían?

 

Seth preocupado porque sus padres peleaban les había seguido y alelado los observaba desde detrás de un árbol.

 

Volvió al lugar donde estaban sus hermanos todo blanco de la impresión.

 

Nowa temió lo peor.

 

¿Qué sucede?—le preguntó sabiendo que los había seguido y ante la falta de respuesta de su hermano menor dijo—Voy a ver si los encuentro—

 

¡No vayas!—gritó con pánico el menor solo mirando al suelo, sentado en cuclillas como estaba.

 

Si no me dices que pasa, iré—le advirtió el pelinegro y como vio que el otro no encontraba la forma preguntó--¿Están pegándose?—

 

El otro movió de un lado al otro la cabeza con violencia.

 

¿Discuten?—preguntó Ichigo y obtuvo la misma respuesta y entonces los mayores vieron la cara de sorpresa y conturbación del menor y dándose cuenta sonrieron.

 

Solo espero que no nos den más hermanos—dijo Seth casi taciturno.

 

 

 

 

Notas finales:

^^

creo que ya saben como arreglare las cosas entre el cachorro y su amo infiel

espero que los que no esten de acuerdo me perdonen

ja ne

^^


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