Necesitaba alejarse un poco.
Respirar.
Desde ese beso, Atticus tenía mucho en que pensar. Y es que…
…era lo que más había deseado. Pero el momento y la situación eran muy inoportunos pues el otro estaba amnésico y él no podía engañar así su amigo. En distintas circunstancias estaba seguro de que el otro no se le hubiera acercado de esa manera.
Entonces oyó un grito ahogado y se detuvo inquieto y asustado. ¿Y si un animal peligroso andaba por ahí cazando?
¡Que estúpido fue al salir a caminar solo por la maleza! No estaban en un parque.
Otro grito ahogado.
Era al otro lado del árbol por donde estaba pasando. Se aprestó para salir sigilosamente de ahí sin ser notado cuando…
¡Crack!
El sonido de una rama quebrándose a sus espaldas lo congeló.
¿Oíste eso?—preguntó el rubio mientras ambos se ponían atentos. El sonido era de muy cerca. Sin embargo Seto prosiguió luego luego con sus besos y caricias preparatorias en su bajo vientre.
¡De… tente! ¡Puede ser un animal peligroso!—advirtió alejando al otro.
En este momento no me importa nada de eso—contestó el castaño separando sus manos de su torso con una de las propias para acercarse de nuevo a su cuello mientras su otra mano seguía con la dura faena de masturbarlo.
¿Estás diciendo que no te importa que te ataque un animal feroz por acostarte conmigo?—preguntó algo indignado y casi feliz el ojos mieles.
¡Podría ser la última vez!—dijo en respuesta el CEO antes de besar sus labios.
Zane sentía el impulso de seguirlo. Quería saber todo de él lo máas pronto posible y es por eso que inadvertidamente fue con él en su paseo.
Observó como se asustaba y empezaba a huir y se apresuró a seguirle. En su afán olvido ser cuidadoso con donde pisaba y terminó así.
¡Crack!
De inmediato el otro volteó y al verlo lo haló al piso y se quedaron quietos y muy juntos.
¿Qué diablos haces aquí? ¿No te das cuenta que es peligroso?—le dijo bajito y antes de poder oír nada del peliverde oyó algo por lo bajo de detrás del árbol.
¿Estás diciendo que no te importa que te ataque un animal feroz por acostarte conmigo?—
¡Podría ser la última vez!—
Ambos se quedaron perplejos un momento al oír semejante conversación para después, sin poder evitarlo, mirar tras el vegetal.
Vieron a la pareja que recostados bajo el tronco de un árbol disfrutaban de las más eróticas caricias mientras sus labios no tenían respiro. Una de las manos de Jouno se enredaba en los cabellos de la coronilla de su amado esposo mientras su otro brazo rodeaba la espalda del otro en un abrazo que mantenía muy juntos sus cuerpos.
Mientras Kaiba prodigaba caricias a su miembro erecto con una y con la otra se apoyaba en tierra. Su cuerpo había iniciado el vaivén de sus caderas de manera automática al oír las exclamaciones de placer del ojos mieles que se ocultaban en su propia boca.
¡Oh rayos! Era tan excitante todo eso.
Las manos del castaño comenzaron a temblar mientras veía la pornográfica escena en que ambos esposos empezaban a hacer el amor. Una mano del ojos azules dejó el suelo para jalar la cintura del pantalón del otro mientras Jounichi se aferraba a él para no separarse cuando el otro se arrodillara.
Marrón y verde se encontraron cuando Atti no pudo mirar más. El otro también se veía afectado por lo que Rhodes dijo—Es mejor que nos vayamos antes de que…--
Pero el otro sin mediar palabra lo haló del brazo y logró que sus bocas se estamparan consiguiendo el contacto requerido por su impulsividad.
Atticus intentó alejarlo pero cuando sintió como el otro imitaba a Kaiba su cuerpo se arqueó sin poder evitarlo.
Es que…
…su mano ahí.
Le quitó el aliento y algo más cuando sus manos comenzaron a hacer otro tipo de masajes por su piel desnuda bajo toda la carga de tela.
¡De… tente!—pidió.
¡No!—respondió el ojos verdemar.
¡De… tente!—suplicó el ojos mieles.
¡No!—subrayó esa palabra un beso feroz.
Debía admitirlo. Estaba intrigado y algo nervioso aunque no se lo diría a los demás. Últimamente todo acercamiento entre sus padres terminaba en desastre.
Es por eso que fue a investigar y los halló tal como esperaba.
Deseándose. Besándose.
Sonriente iba a irse cuando reparó en otra cosa entre la espesura.
Parece que otra cosa está en su lugar—dijo Nowaki.
¿Y? ¿Qué hacían?—preguntó Ichigo a sus padres.
¡Nada! ¡Para variar discutíamos!—contestó el rubio y era cierto. Antes y después, aún durante esos dos no se habían puesto de acuerdo pero su esposo se dio cuenta del ambiente antes que él.
De seguro fue una acalorada discusión—sonrió la pelirroja. Sus padres la miraron con sospecha mientras uno de sus hijos menores estaba sentado dándoles la espalda.
Joey que estaba sentado de frente a su hermano no pudo evitarlo y…
Comenzó a reír con ganas. Sus hermanos sonrieron.
¡AH! ¡DÉJENME EN PAZ!—dijo el sonrojado Seth mientras se levantaba y se iba molesto por ser objeto de burla es que oír las voces de su padre y la alusión de su hermana fueron demasiado para la vergüenza del castaño.
Seto sonrió. Esto se parecía demasiado a su familia de siempre.
¿Y los demás?—preguntó Katsuya.
Ocupados en lo mismo que ustedes—respondió su hijo mayor—Tenían mucho que discutir, creo—sonrió con una mirada que cohibió a su papá.
¿Se estaría refiriendo a lo que creía?
¿Qué sabía Nowa en verdad?
Son las preguntas que cruzaron la mente de su papá.
Seto no se preguntó nada.
Era más que obvio lo que su hijo estaba diciendo y eso tranquilizó un poco su precavido corazón pues si esos dos se entretenían juntos era más fácil recuperar a Katsuya.