Se sintió aliviado cuando le dieron la noticia de que su hermano volvía. Desde un pequeño pueblo se trasladaron a Calcuta de donde llamaron gracias a un celular prestado a las instalaciones de la embajada nipona en India pues sus celulares y tecnologías habían quedado en el viejo campamento abandonado. Prolijamente empacados.
Lo recibió en el aeropuerto.
¿Qué más podía hacer?
Un abrazo algo incómodo y los condujo en la limo de la empresa a la mansión mientras el abogado y Rhodes se dirigían a una clínica a consultar a un médico.
Yue corrió a los brazos de su papito y luego pidió que su amado padre la cargara.
Jouno la cedió con cierto puchero. Las cosas saldrían bien después de todo. Pensó con alivio mientras los veía y se despidió mientras los hijos se estaban duchando y cambiando. No quería hablar de nuevo con Nowaki y así lo entendió su hermano mayor.
Una carta de renuncia.
¿Qué más hacer?
¿Cómo enfrentar lo que había hecho?
La compañía había perdido varios contratos millonarios y cedido dos patentes importantes a “Ilusiones Inc.”
La estabilidad financiera de “KC” estaba en serio peligro.
Lo primero que hizo Seto al llegar a la compañía fue pedir los estados financieros, y el resumen de los movimientos los dejó a la presentación de su hermano pero como ya era tarde pidió a contabilidad y legales que le mandaran copias de todos sus movimientos durante la semana que había estado ausente.
Frunció el ceño al ver lo que había sucedido en dicho período.
Hermano deberás explicarme que has estado haciendo—dijo una hora después de empezar a intentar localizarlo. 45 minutos antes de recibir el E-mail en que Mokuba Kaiba renunciaba a su cargo en Kaiba Corp.
¿Qué vas a hacer ahora?—preguntó el pelilargo por el teléfono.
¡Irme lejos! ¡Ya no hay nada aquí para mí! Quedarme sería enfrentarme a la ira de Seto y es algo que no quiero hacer. No me interesa el dinero, solo quiero vivir mi vida sin que Seto pueda interferir—dijo el ojos azules.
Pues yo podría tener una interesante propuesta. Sería una lástima perder un elemento tan valioso, después de todo. Y además debo admitit que me acostumnre a tí—exclamó el mayor.
¡No puede ser cierto!—exclamó el pelinegro. Defendería a capa y espada la cabalidad del otro. Su tío era una persona buena, una persona que…
¡Yo tampoco quiero creerlo pero aquí tienes los estados financierons!—dijo apuntando a la pantalla de su computadora personal--¡Y su renuncia!—
¡Debemos hablar con su esposa! ¡Ella debe saber que pasa! ¡Nos respaldará! ¡El tío jamás haría eso!—exclamó Nowaki y vio la mirada soslayada de su padre--¿Qué sucede?—
No quería que te enteraras así pero… Tu tío se ha divorciado—le explicó a su hijo.
¿Cómo?—preguntó verdaderamente sorprendido el otro.
Anami lo engañó con otro—respondió el castaño.
Pero… Iban a tener un hij…--se extrañó el otro ojos azules de que su tío abandonara así no más la idea de la paternidad.
Eso también era mentira. Ella… no estaba embarazada de él. Se hizo un ADN que salió negativo—le informó su padre—Algo cambió en él después de eso pero nunca pensé que su desengaño causaría algo como esto—
Nowaki no daba para más. Todo a su alrededor giraba de frenética forma. Como todo un Kaiba con su mente ordenó que todo se calmara en su interior y mirando de una manera muy decidida a su progenitor le dijo—¡Yo descubriré como pasó esto! Sé que él no nos dañaría. Él es la persona que más nos quiere aparte de ti y papá—
Trató de llamarlo o ubicarlo por días pero no había dejado rastros. Cuando su padre le llamó pensó que por fin tendría la oportunidad de ver a su tío.
La realidad es dura.
Su padre hizo investigar los movimientos de su hermano, dentro y fuera de la empresa y así descubrió que tras cada contrato perdido se hallaba Ilusiones Inc. y que su tío ahora vivía y trabajaba para Pegasus.
Sus manos temblaron cuando tocó las fotos en que los habían registrado juntos saliendo de la mansión de Maximiliam y de su empresa.
¡Esto se explica por si solo!—dijo Seto con un deje de tristeza en su voz. Jamás pensó que su hermano le haría algo como eso al estar él ausente. Pero su voz apenas expresaba una pequeña parte de lo que sentía.
¡Necesito saber porqué lo hizo!—gritó el pelinegro y tirando las fotos sobre el escritorio se fue, azotando la puerta en su huída en busca de la verdad.
Al llegar lo avistaron por la ventanilla de la limo. Estaba parado a un lado de la verja. Apoyado en el muro de ladrillos.
¿No piensas hablar con él?—preguntó el pelilargo.
¿Para decirle qué?—preguntó el pelinegro mirando su figura a través de la ventanilla mientras pasaban a su lado. Parecía frustrado y decidido pero por más que lo intentara no le hablaría. Había tirado su antiguo teléfono y así su vida anterior.
Nowaki golpeó las ventanillas del auto mientras este pasaba. No veía dentro porque eran ahumados pero algo lo hacía estar seguro de que quien iba adentro era Mokuba. La seguridad se acercó cuando se abrieron los portones, alejándolo.
Todos los días esperaba en el mismo lugar. Lo veían al pasar rumbo a la casa a la salida de la oficina.
Ese día llovía torrencialmente. Él estaba bajo un paraguas, esperando. Al rato su tío estaba en una de las ventanas mirando hacia la verja junto a la que él sabía que estaba parado su sobrino.
¿Estás preocupado por tu sobrino?—preguntó el siempre irónico peliplateado.
Moki bebía un café caliente. Sin mirarlo volteó, yendo hacia el otro lado mientras respondía—Es un hombre, debe aprender a cuidarse—
A Pegasus le pareció sorprendente ver la frialdad que Mokuba Kaiba podía demostrar. Era más parecido a su hermano de lo que parecía. Sonrió y le siguió.
Dos días después el CEO de Ilusiones Inc. viajó a una de las islas por un negocio y Moki volvió a casa solo. Tal vez Nowa-kun no lo sabía pero era el momento justo para llevar a cabo sus planes.