Debió ser la posibilidad mencionada de que ese fuera su último día de vida en la tierra pero algo sucedió en el interior del mayor y borrado todo recelo se entregó a los brazos del otro.
Debemos encontrarlos. No puede ser tan difícil—dijo el CEO al jefe de policía de Domino City.
Debe relajarse y esperar. Hemos cerrado todas las vías de acceso de la ciudad y no dejaremos piedra sin remover. Apareceran tarde o temprano—dio este. Había sido sacado de un juego de golf por el millonario al verse despreciado por sus subalternos cuando fue a denunciar al otro poderoso CEO. Para suerte del castaño el hijo menor del cabeza de la policía estudiaba en su prestigiosa academia por lo que si le hizo caso esta vez ante la velada amenaza que hiciera el ojos azules de retirar la colegiatura al niño.
Seto Kaiba se valería de cualquier medio para recuperar a su familia.
¿Y bien?—le preguntó una hora después su rubio preferido con cara preocupada.
Nada. Ese idiota solo dice que me relaje que ellos apareceran tarde o temprano—le respondio su esposo.
¡Idiota!—estuvo de acuerdo el ojos mieles.
Seto en un inusual gesto público, mientras estaban rodeados de gente en la jefatura, tomó la mano de su cachorro y le agradeció—Gracias por estar aquí conmigo ahora. Me hacías falta—
Todo colorado y con algo atragantado en la garganta, el cantante de 44 años preguntó a su marido--¿Dónde querías que estuviese? Es mi hijo—
Como percibió en Seto cierta desazón al no verse mencionado añadió—Y tu mi esposo. Mi lugar es aquí, contigo—
Los ojos de Seto sonrieron tan solo un poco al mirarlo.
Los empujaron luego de que saltaran del camión. Eran dos tipos tan altos y fuertes como armarios, tenían sendas pistolas semiautomáticas que les apuntaban y los hicieron caminar.
Estaban en un parque.
Yo lo conozco—dijo Moki.
Yo también—dijo el menor de ambos.
Era el “Paebo” un parque de la ciudad. Caminaron hasta llegar al lago. En esa época y a hora tan temprana no había suficiente gente para verlos.
¡Será todo un escándalo viejo!—dijo un tipo al otro.
Si. Un tío y un sobrino escapando juntos. ¡Que gran problema para Seto Kaiba! Serán la comidilla. Aunque eso no es novedad con ese marido marica que tiene—dijo el tipo de la izquierda y entonces Nowaki quiso matarlo.
Si dices una palabra más…--dijo el ojos azules más alto.
¿Qué? ¿Tú qué idiota?—preguntó el tipo acercándose con su arma apuntando a la frente del primogénito de Seto.
Mokuba sintió temor de lo que pudiera pasarle a Nowa si seguía así, pero viéndolo bien… no estaban ahí por un picnic. Las cuerdas que los tipos tenían rodeando su torso, el lago y las semiautomáticas hablaban de la forma en que los desaparecerían. El final era evidente si no hacían nada por…
Con un grito el tío salió en pos del tipo tomando por sorpresa a los demás pero el tipo se recuperó rápido y le disparó en el torso.
Moki se detuvo y miró el espacio entre sus costillas donde un calor comenzaba a manar luego de sentir el impacto y vio como una tinta roja comenzaba a esparcirse por la tela de su camisa.
El otro ojos azules igual de impactado lo miró y luego sus ojos se encontraron antes de que el mayor se desvaneciera.