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¿Y ahora........ que haremos? 2 EL DIVORCIO por desire nemesis

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Seto se sentó en ese lugar. Sentía que el mundo se había vuelto muy frío. Todo daba vueltas. El aparato en su oído seguía emitiendo sonidos pero él ya no lo escuchaba.

 

Se sentó en su sillón sin siquiera mirar a su alrededor. Tan afectado estaba que no se dio cuenta de cuando entró su marido que lo llamó en varias ocasiones con el café en las manos.

 

De pronto Seto oyó su voz y medio confundido levantó su mirada hacia él, encontrandose con los ojos mieles preocupados de Jounichi.

 

¿Seto?—preguntó él melado.

 

¿Cómo decirle?

 

¡Seto! ¡Dime ya! ¿Qué diablos…? ¿Es Nowa kun cierto? ¿Qué le sucedió a mi hijo?—preguntó el rubio asustado.

 

Nowaki está bien. Aparentemente puso fuera de combate a los hombres de Pegasus. Han librado una orden de captura en pos de él—respondió el castaño.

 

¿Entonces?—preguntó un poco fuera de lugar el cantante antes de comprender--¡Moki! ¿Qué le…?—

 

Fue herido y…--dijo el empresario en contestación con voz vacilante que pocas veces su esposo viera.

 

¿Y?—preguntó Katsuya.

 

Dicen que está muerto—respondió Kaiba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era un pasillo blanco y muy diferente a todo pasillo en el mundo. No era frío si se medía con un termómetro pero su carácter impersonal lo volvía el lugar más agreste de una poblada ciudad.

 

En ese lugar iban y venían toda clase de personas pero para el sujeto parado en medio de este no había nadie más. No los registraba.

 

Los ojos azules de él no se movían de la puerta batiente metálica que tenía una pequeña ventanita en cada hoja.

 

Sintió un empellón y de pronto se dio cuenta de que estaba siendo abrazado fuertemente. Sus ojos se encontraron con los melados de su padre que estaban brillosos.

 

¿Has sabido algo?—preguntó Katsuya.

 

Nadie ha salido—le respondió el otro mientras su otro padre llegaba a su lado.

 

¿Qué sucedió en verdad? La policía me dijo… me dijo que Moki… estaba muerto—dijo el ojos azules padre.

 

Al principio si. Les llevó casi quince minutos revivirlo—dijo el menor de los Kaiba presentes con ojos vidriosos.

 

Seto le miró a los ojos y pudo ver en ellos mucha de la desesperación que sintió en si mismo cuando creyó que perdería a su cachorro. Hacía más o menos diez años Jouno estaba en la situación de Mokuba.

 

¡Mokuba saldrá de esto! Recuerda que no es un tipo normal. ¡Es un Kaiba!—trató de darle ánimos el mayor.

 

El ojos mieles se sentía inútil.

 

¿Cómo ayudar?

 

¡Voy a por un café!—dijo el cantante con talante nervioso y su esposo le miró irse queriendo seguirlo.

 

¡Ve papá! Yo estaré aquí cuando regresen—le dijo el primogénito al empresario.

 

Jouno estaba muy aturdido. Miraba a un lado y otro buscando una máquina de café cuando se sintió halado por detrás y después de volverse y mirar los ojos marinos de su esposo, escuchó su pregunta--¿Qué sucede?—

 

Vine por un café—dijo el ojos mieles aparentemente tranquilo.

 

¡No me digas eso! Has tomado tres cafés hoy y que justo ahora quieras uno…--Seto no era facil de engañar.

 

¡Que tomo mucho café! ¿Acaso es un prob…?—dijo el menor con un lenguaje rebelde que no amedrentó al mayor.

 

¡Dímelo ya perro que no estoy para perder tiempo en esto!—le gritó Kaiba con dureza.

 

Jouno bajó los ojos.

 

Yo lo siento, es que Moki es…--dijo con tono culpable el empresario y su esposo le miró con tristeza en la mirada y tocó su brazo para que se detuviera.

 

Lo entiendo—dijo el cantante—Es solo que…--

 

¿Qué?—preguntó el castaño con voz suave y preocupación sincera por su marido.

 

Siento… Siento que todo esto es mi culpa. Si no me hubiera dejado atrapar por ese tipo… Mokuba no hubiera quedado solo a merced de Pegasus y…--dijo el rubio apretando su mano apoyada en el antebrazo de su esposo.

 

¡No es así!—le respondió su marido e iba a seguir cuando ambos oyeron…

 

¡Es cierto! No es tu culpa, papá. ¡Es la mía! Todo esto es mi culpa—dijo su hijo desde atrás de ambos. Su cara denotaba su dolor y su culpa. Sus padres sintieron su dolor como propio. Porque no hay nada peor para un buen padre que ver a su hijo sufrir sin poder hacer nada para aliviar su dolor y más cuando este dolor es impuesto por el mismo y este se aferra a dicho dolor.

 

Jouno era el más sensible de ambos pero en cuestiones de su familia para Seto todo acto que hiciera sufrir a los suyos le tocaba muy hondo.

 

Solo les quedaba apoyar y tratar de contener a su hijo mientras este duro momento pasaba. Al igual que esperar que el joven Mokuba pasara ese mal trago con un buen fin.

 

Seto quizás era el que más sufría de todos porque en su posición no podía demostrar cuan mal se sentía. Era el pilar de su casa y su trabajo era permanecer incólume mientras todo se apoyaba en él. Por la crianza que tuvo y por su lugar no demostraba cuan hondo le tocaba el sufrir de sus allegados ni lo haría. Sus ojos azules eran dos zafiros impenetrables que escondían más de un secreto.

Notas finales:

espero no les decepcione

mata ne

^^


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