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Waltz nº7 por lunicorns

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Notas del fanfic:

 K-ARTS (Korea National University of Arts) es la universidad nacional de las Artes de Corea.
El Waltz nº7 es de Chopin y es el responsable del titulo del fic. 
Tengo que darle las gracias a la maravillosa marmaladeheartb porque me ha beteado el fic y ha tenido paciencia conmigo y de todo ♥ Y a peasantword porque sin ella y sus ánimos no existiría este fic (mi primer fic ;A;), así que se lo dedico a las dos♥

Byun Baekhyun no se había pasado 10 años de su vida en el conservatorio estudiando Piano, Composición, Musicología y Dirección de orquesta para terminar siendo un don nadie.

Había sido un alumno brillante y estaba claro que tenía un don. Sus manos eran mágicas y escucharle tocar estaba dentro de uno de esos placeres que da la vida. Su enorme talento sumado a tantísimas horas de práctica y a los muchos recitales en los que actuaba había hecho que fuera catalogado por profesionales como el mejor concertista de piano de los últimos tiempos, incluso llegando a insinuar que hasta Mozart sentiría envidia de su destreza y maestría.

 

Su sueño siempre había sido componer, crear obras que inspirasen ballets, hacer grandes musicales, hermosas piezas para películas… Y cuando parecía que iba a lograr terminar su primera gran obra músical, su musa se marchó.

Tenía talento y capacidad para componer grandes obras, pero hacía varios años que no lograba hacer una composición minimamente aceptable, era música que no serviría ni para un triste anuncio. Y si era incapaz de componer no conseguiría ganar dinero para mantenerse, pero aun así rechazaba cualquier tipo de trabajo que le ofrecieran que no fuera de su agrado. Su orgullo como músico iba por delante de cualquier cosa, era un músico al borde de la ruina, sí, pero con mucha dignidad.

                                                                                                                                                                                                                                                                                       

***

 

 

—Byun Baekhyun no se ha pasado 10 años en... —de repente alguien cortó el relato del chico y podía notarse que dicho relato había sido contado ya muchas veces antes.

 

—A Byun Baekhyun le embargarán todas sus pertenencias si no deja su orgullo a un lado y consigue un trabajo de verdad.

 

Baekhyun se levantó del sofá y se giró ofendido, dándole la espalda al chico.

 

—Te he dicho mil veces, Chanyeol, que no pienso aceptar ese trabajo, mi talento no puede desperdiciarse de esa manera.

 

El joven visiblemente más alto que Baekhyun se acercó y le dio un par de palmaditas en la espalda.

 

—Lo que tú digas Baek, pero no podré hacer más por ti de lo que ya he hecho. Lo he alargado todo lo que he podido y si no encuentras un trabajo acabarás en la calle.

 

Se dio media vuelta y dejó sobre la encimera un papel, dando un portazo no muy ruidoso pero sí lo suficiente para hacerle notar al otro que no solo se había ido, si no que se había ido enfadado con él.

 

Byun Baekhyun se había pasado muchos años en la cuerda floja tentando a su suerte y esta finalmente le había abandonado. Este era el momento de que Byun Baekhyun dejara su orgullo como músico a un lado.

 

***

 

 

Finalmente, plantado frente a la puerta de una de las aulas de la K-ARTS (Korea National University of Arts), había aceptado a regañadientes el trabajo. Y es que Park Chanyeol era abogado, se notaba por cómo había logrado convencerle tras exponer su alegato final en el que explicaba más de cien motivos de peso por los que debía aceptar el trabajo que él mismo le había conseguido.

 

Abrió la puerta del aula y no había nadie. Miró su reloj y se dio cuenta de que había llegado demasiado temprano, así que se quitó el abrigo, lo dejó en el perchero que había cerca de la entrada de la clase y se dirigió al piano que había en la sala con suma tranquilidad. Se sentó en el taburete y comenzó a tocar notas al azar al principio, para después ponerse a tocar pequeños fragmentos musicales, totalmente aleatorios. Cuando finalmente se sintió preparado, comenzó a tocar una pieza, una pieza conocida, el Waltz nº7 de Chopin.

 

Realmente no le hacían justicia todos los halagos que había recibido durante años (y seguía recibiendo) por cómo tocaba el piano. Y es que había que escucharle tocar, había que sentirlo para conseguir hacerte una idea de la maravilla que estabas escuchando.

 

Lentamente el tempo fue siendo cada vez más pausado hasta que la melodía dejó de sonar. Solo un segundo duró el silencio en la sala cuando de repente empezó a sonar un aplauso. Sorprendido, dirigió la mirada hacía donde venía el sonido. Era un chico moreno, plantado en medio de la sala.

 

—Vaya, es cierto, eres tan bueno como dicen.

 

El chico acababa de decirle que era bueno. ¿En serio? Poca justicia le hacían esas palabras las cuales herían el inmenso orgullo de Baekhyun, era la primera vez que alguien decía simplemente que era bueno. ¿Qué se habría creído ese?

 

—Pues te han dicho mal, no soy bueno. Soy Byun Baekhyun y las palabras que la gente usa para referirse a mi son genio del piano.

 

El moreno no pudo contenerse y soltó una pequeña carcajada, dejando a Baekhyun perplejo.

 

En ese momento empezaron a entrar los primeros alumnos al aula.

 

—Vaya, ahora me quedo más tranquilo al saber que tengo al gran genio del piano tocando en mis clases —dijo en tono sarcástico.

 

El moreno se giró dejándole con la palabra en la boca para dirigirse a sus alumnos y dar comienzo a la clase.

 

Durante todo el día Baekhyun no paró de maldecir mentalmente a Jongin, que así era como se llamaba. No es que le importase su nombre, pero se lo había escuchado a una de las alumnas a la hora de salir de clase.

 

***

 

 

—De todos los profesores de ballet de Corea, ¿por qué tuvo que tocarme él? —decía medio agonizando, tirado en el sofá.

 

—¿Byun Baekhyun se ha topado con alguien que no le alaba y llena de flores? —decía Chanyeol en la cocina mientras preparaba la cena.

 

—Tú no me has alabado nunca y no por eso tengo ganas de arrancarte la cabeza.

 

—Porque es tontería decirte lo que ya sabes, hay suficientes personas en este mundo para inflarte el ego. Además ya eres lo suficiente gilipollas, no quiero que lo seas todavía más.

 

—Explícame por qué tengo que aguantar a ese bailarín del tres al cuarto y a ti.

 

—Porque necesitas el dinero para  poder vivir. Y a mí me aguantas porque soy

adorable y en el fondo me quieres.

 

—No me vale, necesito algo mejor.

 

—Porque soy el único que aguanta que seas tan especial y porque necesitas el dinero para poder vivir.

 

—Algún día dejaré este trabajo y nunca más volveré a tocar para profesores de ballet.

 

—Antes te gustaba hacerlo.

 

Tras aquella frase se estableció un silencio sepulcral en toda la casa. La cena transcurrió también en completo silencio y nada más terminar de cenar Baekhyun fue al piano que había en el salón. Se inclinó ligeramente sobre el taburete y levantó la tapa, sacando de dentro una partitura. Lo cerró y se sentó.

 

Comenzó a tocar lo que había en la partitura. Era algo totalmente inédito, una melodía desconocida pero hermosa. De repente empezó a repetir una y otra vez la parte final, hasta que simplemente tocaba la misma nota una y otra vez. Finalmente golpeó con los puños las teclas, levantándose enfadado y tirando las partituras al suelo con furia.

 

Chanyeol le había dejado solo en cuanto le vio ponerse en el piano, pero desde la habitación pudo notar que estaba triste y enfadado y sabía que probablemente, por el silencio que ya reinaba de nuevo en la casa, estaría llorando.

 

 

***

 

 

Kim Jongin era el profesor de ballet que ni siquiera se había dignado a presentarse, el mismo que se había burlado de él dejándole como un simple pianista, ese con el cual llevaba compartiendo clases un mes y con el que no había intercambiado ni media frase, lo justo para darle órdenes como «para»

 o «de nuevo desde la anterior estrofa», las cuales le tocaba acatar sin rechistar.

 

Por fin habían terminado las clases y era viernes, así que no tendría que ver a Jongin hasta el lunes (por desgracia). Un par de días sin verle era lo que necesitaba, sin duda alguna.

 

Estaba guardando las partituras dentro del taburete del piano cuando de repente se le acercó Jongin, lo cual le dejó sorprendido.

 

—Soy Kim Jongin, siento mucho no haberme presentado antes —le dijo mientras hacía una reverencia de noventa grados, acompañada de una sonrisa.

 

Baekhyun, muy desconcertado, logró finalmente responder:

 

—Más vale tarde que nunca, aunque en parte tenía la esperanza de permanecer así hasta terminar este curso.

 

—Está claro que no eres Mister Simpatía, eres casi tan simpático como bueno tocando el piano —esto último lo dijo en un susurro, que aun así Baekhyun escuchó claramente.

 

—Me lo dice alguien que ha llegado muy lejos en su carrera y por eso mismo no es profesor de ballet —dijo señalando lo obvio.

 

Iba a responderle a ese comentario con una frase hiriente, pero prefirió ahorrársela o la sala de baile terminaría siendo el campo de batalla de ambos, así que decidió pasar por alto el comentario de Baekhyun y así enterrar el hacha de guerra e intentar que empezasen a tener una buena relación o, al menos, algo más cordial.

 

—Empecemos de nuevo. Soy Kim Jongin, profesor de ballet aquí en la K-ARTS y por lo que sé eres mi hyung —hizo una leve reverencia mirándole, esperando una reacción por parte de Baekhyun.

 

No entendía bien por qué el otro había decidido no discutirle ni enfadarse por su comentario, así que durante un segundo se quedó pensativo, sin saber bien qué decir.

 

—S-soy Byun Baekhyun, el mejor pianista de estos tiempos y ahora mismo toco el piano en las clases de ballet en la K-ARTS.

 

Jongin no pudo evitar reírse al escucharle darse el titulo de mejor pianista.

 

—Añade también que eres muy modesto —haciendo que el otro frunciera el ceño tras ese comentario—. Lo siento, lo siento, no he dicho nada.

 

Pasó cerca de un minuto hasta que uno de los dos dijo algo de nuevo. Fue  Baekhyun quien rompió ese silencio que ya comenzaba a ser muy incómodo.

 

—Bueno, me alegra que nos hayamos presentado, pero ya es hora de que me vaya, tengo cosas que hacer —se dirigió al perchero de la puerta y cogió su abrigo.

 

—Espera —dijo Jongin, acercándose rápidamente a él—, ¿Te apetece ir a tomar algo? Cerca de aquí hay un sitio muy bueno, si quieres podríamos ir, invito yo.

 

—Mmm... Vale —se sorprendió a sí mismo aceptando casi sin pensarlo y cuando quiso hacerlo era demasiado tarde para retractarse.

 

Sin saber bien cómo, se encontraba en un bar tomando algo con Jongin, aquel profesor de ballet que tanto detestaba.

 

 

***

 

 

Se había convertido en parte de la rutina el salir a tomar un café al terminar las clases (después de emborracharse tres noches seguidas decidieron que tomar un café sería mejor, más saludable al menos). Iban a una cafetería pequeña y acogedora que estaba no muy lejos de donde vivía Baekhyun, el sitio perfecto para pasarse la tarde hablando de música, ballet y temas varios con Jongin.

 

Durante el transcurso de cada una de las tardes que habían pasado y pasaban juntos iba descubriendo cosas de Jongin, como que era un bailarín con un potencial increíble pero que a causa de una lesión en la cadera no podía dedicarse 100% a la danza como a él le gustaría, lo cual le dio mucha pena y por una vez pensó que había sido un cabrón la vez que hizo aquel comentario sobre la carrera de este. Que le encanta el pollo frito y los perros, le dijo que hasta tenía tres, pero no podía tenerlos a todos en la casa donde vivía, así que sus hermanas cuidaban de ellos de momento.

 

Y aunque él no era un gran conversador (detalle del que se percató Jongin enseguida), no le disgustaba escuchar hablar al otro mientras se tomaban su café de después de las clases.

 

Cada día que pasaba descubría cosas nuevas de Jongin, se daba cuenta de alguna manía que tenía, como la necesidad que tenía de darle en el brazo cada vez que se reía por algo. Eran esos pequeños detalles, de los que se iba percatando día tras día, los que empezaban a gustarle, aunque todavía no se hubiera dando cuenta.

 

Empezaba a gustarle esa rutina.

 

 

***

 

 

Acababa de entrar por la puerta de casa cuando Chanyeol se le lanzó prácticamente encima, dedicándole una sonrisa pícara. Sabía por qué estaba ahí parado y no tenía ganas de que le interrogase. Estaba bastante cansado, se había quedado hasta muy tarde en la cafetería con Jongin.

 

—Cada vez llegas más tarde de tus citas con el famoso bailarín.

 

—No son citas, simplemente tomamos café.

 

—Ya, claro, y yo quedo con Bomi para pasear a su perro porque no tengo mejores cosas que hacer nada más volver de trabajar.

 

—Creo que Bomi a estas alturas ya se ha dado cuenta de que no lo haces porque te guste salir a pasear al perro, eres demasiado obvio.

 

—Pero no hablamos de mí, sino del gran pianista Byun Baekhyun y del bailarín… ¿Cómo se llamaba? —preguntó intentando evitar soltar una risa, ya que sabía perfectamente el nombre del chico.

 

—Kim Jongin.

 

—Eso, Kim Jongin, con el cual te vas a «tomar café» todos los días. ¿Y qué tal? Es bailarín, seguro que es muy flexible.

 

Baekhyun prefirió ignorar el comentario de Chanyeol, así que se quitó el abrigo y lo colgó en el perchero que había en la entrada, dirigiéndose hasta su habitación. Estaba demasiado cansado y necesitaba irse a dormir ya.

 

—Solo te diré una cosa, Baekhyun. En el fondo aunque no quieras reconocerlo ese bailarín te gusta aunque sea un poco. Desde que él se fue no pasabas tanto tiempo con alguien solo por pasar el rato. ¿Y sabes qué? Me alegra que lentamente vayas volviendo a ser el que eras.

 

—Chanyeol, ya te he dicho que Jongin es simplemente un compañero y por no hacerle el feo yo le acompaño a tomar café, nada más. Es solo un compañero, fin.

 

—Puedes decir eso todas las veces que quieras para tratar de convencerte a ti mismo, pero yo sé lo que veo.

 

Ahí terminó la conversación. Baekhyun se fue a dormir pensando en las tonterías que le había dicho Chanyeol y si tuviera algo de energía hasta se hubiera reído.

 

 

***

 

 

Salieron de la cafetería y se quedaron bajo el toldo un momento, viendo cuánto llovía e intentando adivinar si se empaparían mucho de vuelta a sus casas. Baekhyun miró su reloj y, alarmado, le dio en el brazo a Jongin.

 

—¡Jongin, el último tren está a punto de salir! —el moreno le miró sorprendido y echó a correr seguido por Baekhyun en dirección a la estación de tren. Ya era tarde, cuando quisieron llegar solo pudieron observar cómo el tren había partido.

 

—Ese era el último tren y mi casa está a más de una hora andando desde aquí —dijo Jongin frustrado.

 

Baekhyun se quedó pensativo e intentando encontrar una solución rápida, habló casi sin pensar.

 

—Puedes pasar la noche en mi casa, no está muy lejos de aquí.

 

—¿Lo dices en serio?

 

—Sí.

 

Fue cuando ya habían llegado a su casa que se dio cuenta de que le había ofrecido a Jongin pasar la noche en su casa sin apenas pensarlo. Era una suerte que esa noche Chanyeol tuviera que quedarse a trabajar en la oficina, si no habría sido una situación muy incómoda por la cual no le apetecía pasar.

 

—Hyung, gracias por dejarme pasar la noche en tu casa.

 

—No es nada, cualquiera habría hecho lo mismo así que  no hace falta que las des.

 

—Aun así gracias

 

Tras la breve conversación, Baekhyun le llevó un almohadón y mantas a Jongin para que durmiera cómodo en el sofá. Se dieron las buenas noches y Baekhyun se metió en su habitación. Tardó en dormirse, pensando en que había alguien más en esa casa. Y aunque vivía con Chanyeol, esto era distinto. Pero no tenía sentido darle muchas vueltas, solo era una noche así que no tenia que pensar en profundidad sobre ello.

 

 

 

A la primera noche le siguió una segunda, una tercera y una cuarta. Sin darse cuenta se convirtió en una costumbre que todas las noches Jongin durmiera en casa de Baekhyun.

 

Jongin acababa de salir por la puerta de la casa para ir a la suya a cambiarse, cuando Chanyeol salió de entre las sobras y se dirigió a la cocina, sentándose frente a Baekhyun y observándole mientras desayunaba.

 

—Vaya, parece que hay un nuevo inquilino en casa.

 

—No sé de qué me hablas —dijo sin despegar la mirada del periódico mientras se tomaba el café.

 

—Sí que avanza rápido vuestra relación. Ya está viviendo aquí, prácticamente.

 

—Solo se queda cuando pierde el tren, pensaba que era un buen gesto dejarle pasar aquí la noche.

 

—Sí, un buen gesto fue la primera noche, pero ya van dos meses en los que queda todas las noches aquí.

 

—Exageras.

 

—Ni siquiera nos has presentado, soy un fantasma en esta casa. ¡No sabe ni que existo! —dijo Chanyeol en tono dramático.

 

—Tampoco creo que sea algo necesario.

 

—Si yo no me he presentado aún es porque tengo la esperanza de que tú lo harás.

 

—Pues espera sentado.

 

—Menuda manera de tratar a tu mejor amigo, Baekhyun, dejándole ser un fantasma en su propia casa.

 

—Pues vete a tu casa de verdad, no sé por qué sigues viviendo conmigo.

 

—Es por tu sentido del humor, me da la vida —soltó Chanyeol acompañado de una carcajada.

 

—Serás idiota —le pegó un ultimo sorbo al café y se levantó, dejando solo a Chanyeol en la cocina.

 

 

***

 

 

Habían pasado dos días desde que había hablado con Baekhyun sobre que le presentase a Jongin y este seguía sin tener intención de hacerlo, así que había tomado una decisión: si Baekhyun no les presentaba, se presentaría él mismo.

 

Salió de su habitación y aún reinaba la calma en la casa, ninguno de los dos se había despertado aun, así que se acercó silenciosamente hasta la habitación de Baekhyun y entró.

 

—Baekhyun... ¿Estás despierto? —dijo en un susurro mientras se iba acercando a la cama de Baekhyun, repitiendo nuevamente lo mismo.

 

—¿Qué quieres, Chanyeol? —Baek se revolvió entre las mantas y se dio la vuelta, dándole la espalda a Chanyeol.

 

—¿Sigues sin querer presentarme a Jonginnie?

 

—No le llames así.

 

—Cierto, Jonginnie es algo que solo le llamaría su novio, así que dejaré que seas tú quien le llame así.

 

—Chanyeol, para empezar no voy a presentarte a Jongin, para seguir no es mi novio y para terminar lárgate de mi habitación y déjame dormir.

 

—Baekhyun, sé que probablemente te gusta más de lo que admitirás nunca, aunque sigas negándolo —se quedó pensando un momento, tenía la sensación de que se le olvidaba decir algo—. Ah y a él le gustas, está más que claro ya, que lleva dos meses dejando que se le vaya el tren para pasar la noche contigo aunque eso implique dormir en un triste sofá.

 

—¡Que me dejes en paz, Chanyeol! —agarró un almohadón y se lo lanzó.

 

—Está bien, ya me voy —dijo mientras se quitaba la camiseta del pijama y se revolvía el pelo, saliendo de la habitación tranquilamente.

 

Chanyeol apretó los labios evitando esbozar una sonrisa al ver que Jongin estaba donde quería, justo en el pasillo y viendo cómo salía de la habitación de Baekhyun.

 

 

***

 

 

Jongin se quedó perplejo y sin palabras al ver salir a un chico alto, sin camiseta y despeinado de la habitación de Baekhyun. Justo en ese momento sintió un pinchazo en el corazón. Saludó por cortesía  al chico y cogió sus cosas, marchándose de la casa rápidamente, casi corriendo.

 

No podía creerlo, pensaba que a pesar de todo y aunque no lo hubieran dicho abiertamente había algo entre ellos. Sabía que no se habían besado y apenas habían ido alguna una vez de la mano, pero él notaba que le gustaba a Baekhyun aunque este hubiera sido incapaz de decirlo.

 

Definitivamente, no había sido el mejor día. O al menos no era un buen comienzo. Ver aquello y que encima estuviera lloviendo a cántaros no ayudaba a que la situación mejorase. Estaba claro que ese iba a ser un mal día.

 

 

***

 

 

Había escuchado el sonido de la puerta abrir y cerrarse, así que se levantó de la cama alarmado. Tenía la sensación de que algo no iba bien.

Fue al salón y se encontró a Chanyeol recostado en la pared, miró hacía el sofá y no estaba Jongin. Le devolvió la mirada al más alto y este esbozó una sonrisa pícara, de esas que significan que acababa de hacer una travesura. Esa sonrisa definitivamente no significaba nada bueno.

 

—Chanyeol, ¿dónde está Jongin?

 

—¿Te refieres a ese chico guapo y moreno? Vaya, no sé dónde puede estar.

 

—Chanyeol no estoy de humor.

 

—No sé, salió corriendo cuando vio que un chico guapo, alto, sin camiseta y despeinado había salido de tu habitación.

 

—Serás capullo.

 

—Se ha ido hace nada, quizás… —no pudo terminar la frase cuando se dio cuenta de que Baekhyun se había puesto las zapatillas y un abrigo a la velocidad de la luz, así que solo pudo decir una breve frase antes de que el otro saliera por la puerta de casa—. ¡Llévate un paraguas!

 

Salió corriendo lo más rápido que pudo de casa. Corría por la calle mirando de un lado a otro buscando a Jongin, esperando que no le hubiera dado tiempo a llegar a la estación, pero le costaba ver bien del todo a causa de la fuerte lluvia. Cansado, se paró en seco un segundo y abrió el paraguas que llevaba en la mano. Comenzó a dar vueltas, buscando atentamente a su alrededor hasta que dio con una figura conocida que iba alejándose lentamente y corrió lo más rápido que pudo hacia ella.

 

Logró finalmente, tras una buena carrera, alcanzar al moreno, al cual agarró del brazo nada más llegar donde estaba, tirando hacia él para que se metiera bajo el paraguas. El moreno se había quedado sorprendido al verle.

 

—Hyung... ¿Qué haces aquí?

 

—No, ¿qué haces tú aquí? ¿Estás loco? Está lloviendo a mares y lo único que se te ocurre es salir de casa sin decir una sola palabra.

 

—Bueno no quería molestar, vi salir de tu habitación a ese chico alto semidesnudo y preferí marcharme para no... Molestaros.

 

«Será cabrón Chanyeol», pensó tras escuchar al otro.

 

—Jongin, tú nunca molestas y... R-respecto a esa jirafa que viste salir de mi habitación, ¡es Chanyeol! Simplemente es un amigo que vive conmigo. Y no sé qué me pasa, no sé qué hago aquí dándote explicaciones de… —Jongin interrumpió la frase del mayor con un beso.

 

Baekhyun no hizo ni el ademán de separarse.

 

Sabía bien que en ese momento Chanyeol estaría en casa celebrando que su plan había salido bien y que cuando llegase este le lanzaría una mirada de «tenía razón», pero él le ignorará, no quiere darle ese gusto reconociéndolo (no al menos en voz alta).

 

 

***

 

 

Durante el último año, la vida de Baekhyun había cambiado para bien y aunque no lo mostrase estaba empezando a sentirse feliz de nuevo. Uno de los cambios más importantes en su era Jongin, que empezó siendo alguien a quien no aguantaba ver, pasando luego a ser un amigo que dormía en el sofá de su casa porque había perdido el tren y convirtiéndose al final en una persona especial con la cual compartía todo (o casi todo).

 

Pero, aunque algunas cosas habían cambiado, otras seguían igual.

 

Llevaba días frente al piano pero seguía igual, continuaba atascado, no lograba componer nada y no entendía por qué. Empezaba a pensar que quizás no era tan bueno como siempre le habían dicho, tal vez se precipitaron. Él empezaba a pensar que lo suyo era simplemente tocar el piano en clases de ballet (pero eso era algo que nunca admitiría en voz alta).

 

Chanyeol se quejaba constantemente a Jongin por la actitud de Baekhyun a causa de su bloqueo, le decía que iba a terminar por rajarse las venas si Baekhyun no paraba de tocar piezas como Lacrimosa Dies Illa, Lux Aeterna, Réquiem for a tower o similares. Chanyeol pensaba que se le estaba yendo de las manos, pasarse el día tocando réquiems era demasiado.

 

Lo bueno era que Jongin estaba preocupado por Baekhyun e intentaba pensar en cómo ayudarlo. Sabía que había algo que no le dejaba tranquilo y era por lo que no lograba centrarse.

 

 

***

 

 

Jongin había logrado convencer a Baekhyun de ir a dar una vuelta y comprar de paso algo algo para comer. Sabía que al menos durante el rato que pasarían fuera el mayor no pensaría en aquello que parecía atormentarle.

 

Ambos disfrutaban de un día agradable, ya que a pesar de ser invierno hacía un buen día, cogidos de la mano e iban hablando de esto y aquello.

 

Baekhyun estaba riéndose cuando, de pronto, se dio de bruces con un chico alto y rubio. Se disponía a disculparse cuando se dio cuenta de quién era la persona con la que se había chocado, haciendo que le cambiase la cara a un gesto más serio y soltando rápidamente la mano de Jongin.

 

—Cuánto tiempo sin vernos, Yifan.

 

—Seis años ni más ni menos.

 

 

***

 

 

Sentía curiosidad sobre quién era ese tal Yifan con el que se habían encontrado, no le había gustado la reacción de Baekhyun al toparse con él. Eso sumado a que prácticamente le había ordenado que se fuera a casa hacía que todo ese asunto le gustase menos aún. Había algo raro entre esos dos y sabía que no iba a ser precisamente bueno, tenía la sensación de que aunque no quería, pronto se enteraría de qué era.

 

No había nadie en casa cuando llegó, Chanyeol había salido y habiendo dejado a Baekhyun atrás con Yifan significaba que estaba completamente solo. No sabía bien qué hacer y darle vueltas a las cosas le hacía ponerse más nervioso de lo que ya estaba. Así que decidió dejar de pensar y se dirigió al piano que había en el salón, se sentó y empezó a tocarlo, no sabía mucho, más bien imitaba lo que tanto había visto a Baekhyun hacer: acariciar el piano.

 

Mientras tocaba, sus pensamientos volvieron de nuevo al chico alto que se encontraron y se preguntaba si tendría relación con lo que había descubierto recientemente.

 

Hacía poco tiempo había estado trasteando con el piano y había abierto el taburete para cotillear las partituras de Baekhyun, cuando se topó  con algo más que partituras. Dentro del taburete encontró fotografías de Baekhyun con un chico de pelo rubio poco más alto que él y fotografías de ese chico bailando. A parte de fotografías, había una pulsera que tenía grabada una fecha y partituras que por la letra habían sido escritas por Baekhyun y por la pinta que tenía el papel eran de hacía algún tiempo.

 

En aquel momento no le había dado mucha importancia, pero ahora empezaba a rondarle de nuevo por la cabeza. Se preguntaba si tendría relación con aquello que parecía atormentar a Baekhyun y provocaba su bloqueo.

 

Continuaba inmerso en sus pensamientos cuando escuchó el ruido de la puerta, haciendo que saliera de su trance. Chanyeol había llegado.

 

Al más alto no le había dado tiempo a quitarse el abrigo cuando una pregunta de Jongin lo dejó descolocado.

 

—¿Quién es el chico de las fotos?

 

—¿Qué fotos? —le preguntó extrañado mientras dejaba el abrigo en el perchero y se acercaba hacia el piano.

 

—Creo que sabes qué fotos son, esas que esconde Baekhyun…

 

—Mmm… —se recostó sobre el piano nada más llegar, asintiendo y haciendo ver que acababa de recordar—. Es Luhan.

 

—Oh…

 

—Fue un novio de Baekhyun hace muchos años —añadió al ver que simplemente el  nombre no le había dicho demasiado al moreno.

 

—Ya veo —se quedó pensando un momento en lo que había dicho y saltó—. ¿Y quién es Yifan?

 

—¿Y-Yifan? —la simple mención del nombre le dejó sorprendido.

 

—Si, nos encontramos a un tal Yifan cuando estábamos en la calle y Baekhyun me pidió que me viniera a casa.

 

—Pensaba que estaba en China —dijo, dejando a Jongin confuso. Sabía que Baekhyun no le habría contado nada y que tampoco tendría intención de hacerlo, no le hacía especial ilusión ser él quien le contase sobre Luhan—. Yifan era el mejor amigo de Luhan, eran prácticamente como hermanos.

 

Jongin, pensativo, intentaba atar cabos.

 

—Baekhyun no se llevaba bien con él, ¿verdad?

 

—Antes del accidente sí que eran buenos amigos.

 

—¿Accidente?

 

—Baekhyun y Luhan tuvieron un accidente hace varios años. Después de eso su relación... —Chanyeol tragó saliva, intentando encontrar las palabras adecuadas—, cambió.

 

—¿Hace seis años que fue el accidente? —recordó que seis años era el tiempo que le había dicho Yifan a Baekhyun.

 

—Es cierto, han pasado seis años ya y seis años desde la ultima vez que se vieron esos dos.

 

—¿No se ven desde el accidente?

 

—Sé lo que quieres saber realmente. La última vez que se vieron fue... E-en el funeral de Luhan.

 

El moreno se quedó sin palabras, estaba claro que no era la respuesta que esperaba oír. Sentía como si por dentro algo se hubiese roto. Crack.

 

La casa se había sumido en un profundo silencio que se vio interrumpido por el chirriar de la puerta. Baekhyun había llegado.

 

Cruzó la casa sin siquiera mirar a Chanyeol y Jongin, fue directo a su habitación y cerró de un portazo que se escuchó en toda la casa.

 

Jongin se quedó mirando a Chanyeol hasta que se levantó de golpe y fue a la habitación para hablar con Baekhyun pero no pudo entrar, la habitación estaba cerrada a cal y canto. Dio un par de golpes a la puerta.

 

—Hyung... Abre y hablemos... —Pero la respuesta que obtuvo fue el silencio del mayor.

 

Chanyeol se cansó de escuchar cómo el pobre Jongin le seguía llamando sin obtener respuesta, así que fue hasta la puerta de la habitación y apartó de la puerta al moreno, empezando a dar golpes más fuertes de los que había estado dando el otro.

 

—¡Baekhyun! No puedo creer que te dejes intimidar por Yifan. Tú, el gran Byun Baekhyun —dio un último golpe a la puerta, enfadado—. Deja de sentirte culpable por algo que no fue por tu culpa, ¡supéralo! Intenta ser feliz de una vez —se hizo el silencio durante un segundo—. ¿Es que sigues queriendo a Luhan? Es eso, aún le quieres y Jongin no es más que un pobre reemplazo, es su sombra.

 

Jongin se quedó perplejo al escuchar decir eso a Chanyeol, se acercó y le apartó de un empujón de la puerta.

 

—No lo hagas caso, hyung, sé que no es verdad... Díselo —dio un par de golpes a la puerta, se acercó y casi en un susurro suplicó—, dile que no es verdad... —aquel silencio sin respuesta demostró algo que Jongin no quería creer—. ¡Díselo!

 

En algún momento del rato que estuvo frente a la puerta de Baekhyun suplicándole, Chanyeol se había marchado. Se habían quedado ellos dos solos, en silencio, con Jongin derramando algunas lagrimas sintiendo que les separaba mucho más que una puerta.

 

No podía más así que se fue, dejando atrás a Baekhyun.

 

 

***

 

 

La conversación con Yifan no se le iba de la cabeza. Cada una de las palabras le estaban destrozando por dentro,  estaba tan inmerso en sus pensamientos que había entrado en casa sin percatarse si había alguien, pero le daba igual, no tenía ganas de hablar con nadie así que se encerró en su habitación.

 

Se recostó sobre la puerta y se fue dejando caer hasta quedar finalmente sentado en el suelo, parecía un alma en pena. Al poco empezó a escuchar como le llamaban, pero no quiso responder, tenía ganas de estar solo con sus pensamientos.

 

«Por tu culpa Luhan está muerto», «Has olvidado a Luhan». No podía quitarse esas palabras de la cabeza. Sabía que el accidente había sido culpa suya, pero decir que se había olvidado de Luhan era demasiado. No le había olvidado, claro que no, había sido alguien importante para él como para olvidarlo sin más.

 

Escuchaba cosas mezcladas: sus pensamientos y lo que por la voz parecía ser Chanyeol. «Supéralo» decía, eso llevaba intentando hacer desde el día del accidente.  «Intenta ser feliz». Lo intentaba, pero no podía serlo cuando Luhan había muerto por su culpa. Escuchó que decía que Jongin era un reemplazo de Luhan y no era cierto. Nunca lo fue ni intentó que así fuera.

 

Jongin golpeó la puerta y no hizo más que repetir ese «díselo», pero no tenía que decir nada. Chanyeol solo intentaba molestarlo con aquello, él sabía que no era así.

 

Todo era silencio y estaba convencido de que hacía bien en no caer. Chanyeol sabía la verdad, aunque quizás quien no lo sabía era Jongin, a él sí debería decírselo, no quería que pensase lo que no es. Escuchó la puerta principal cerrarse.

 

—¿Jongin? —no obtuvo respuesta. Se levantó corriendo y abrió la puerta. No estaba por ningún lado.

 

Salió corriendo, con suerte aún podría alcanzarle si iba corriendo. Tenía que decirle que no era un reemplazo de Luhan, tenía que hacérselo saber.

 

Corría entre la multitud buscando a Jongin, le vio a lo lejos parado esperando para poder cruzar la carretera, si iba más rápido le podría alcanzar.

 

—¡Jongin! —le llamó mientras se iba acercando, pero el otro parecía no escucharle, estaba demasiado lejos. Pasó corriendo por el cruce sin mirar el semáforo, solo ensando en alcanzar a Jongin. No mirarlo fue un error.

 

 

***

 

 

Abrió lentamente los ojos intentando adaptar su vista a la luz. No sabía dónde estaba y lo último que recordaba era el golpe que le había dado el coche. Sin duda alguna pasar sin mirar había sido algo irresponsable.

 

Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en medio de la nada, sentado en lo que parecía ser una parada de autobús, aunque dudaba que por allí pasasen. Continuó mirando a su alrededor hasta que reparó en que tenía al lado sentado a un chico que le era muy familiar. Amplia sonrisa, pelo rubio revuelto... solo podía ser él.

 

—¿L-Luhan? —Baekhyun no podía estar más sorprendido al ver al otro ahí.

 

El chico sonrío mientras asentía y le miraba a los ojos como siempre hacía. Tal y como Baekhyun recordaba. No había cambiado nada.

 

—¿Quién si no?

 

—S-si tú estas aquí significa que... ¿Estoy en el cielo?

 

—Qué va, esto no es el cielo, Baekhyun.

 

—Entonces... ¿Qué haces aquí?

 

—Vaya, esperaba más emoción por tu parte, Baekhyunnie. Hace años que no nos vemos y ni siquiera me preguntas qué tal me va todo —le dijo Luhan entre risas.

 

—Lo siento Luhan. Perdóname.

 

—¿Por qué tengo que perdonarte? No has hecho nada malo.

 

—El accidente de hace seis años, siento que por mi culpa murieras.

 

—No te sientas mal, el accidente no fue culpa tuya. Tú ibas bien, fue el otro conductor el que no miró y se saltó el semáforo, no tú.

 

—Tras el golpe pude intentar haberte ayudado, podría haber… —Luhan le interrumpió para hablar él.

 

—No habrías podido hacer nada Baekhyun, yo fallecí en el acto, no habrías conseguido nada. Tampoco podías hacer mucho, así que no te tortures más.

 

Baekhyun bajó la cabeza con un gesto de tristeza en la cara y se quedó mirando pensativo al suelo.

 

—No dejes que Yifan y que un suceso del pasado te impidan ser feliz —rápidamente Baekhyun alzó la cabeza y se le quedó mirando—. Sé todo lo que te pasa, puedo verlo todo. Y me entristece verte así, quiero que seas feliz.

 

—Eras muy joven cuando pasó todo... A-aún te quedaba mucho por delante.

 

—Era algo que tenía que pasar, era mi momento.

 

—Luhan…

 

—Pero no te sientas triste, Baekhyun, he vivido una vida corta pero plena. He podido soñar con lo que quería ser, he alcanzado mis sueños, he podido bailar, he podido enamorarme y amar a alguien, a ti. Y por todo lo que hemos vivido juntos, te doy las gracias. En su momento me olvidé dártelas. Ahora llego tarde pero, al menos, quiero que lo sepas.

 

—Gracias a ti, siempre sabes cómo reconfortarme.

 

Luhan se levantó rápidamente del asiento.

 

—¡Vamos, Baekhyun! No puedes quedarte aquí, este no es tu sitio —agarró a Baekhyun por el brazo para levantarle y señaló al frente, había un autobús parado—, debes irte.

 

—¿Irme? —se quedó mirándole confuso al ver el autobús, el cual se preguntó de dónde salió y cuándo apareció.

 

—Este no es tu lugar, alguien te espera. ¿Recuerdas que me decías que teníamos muchos días juntos? —el otro asintió con la cabeza—. Ahora te quedan muchos días que pasar con Jongin.

 

Luhan le empujó hasta que finalmente el otro acabó metido en la entrada del autobús.

 

—Hyung, ¿qué haces? —el más joven se quedó mirándole sin saber bien qué hacer.

 

Desde fuera el rubio tiró ligeramente de Baekhyun, dándole un beso superficial en los labios, susurrando después:

 

—Sé feliz, porque si lo eres yo también lo seré —sin darle tiempo a reaccionar dio un par de golpes al autobús, apartándose de el—. Cuídate... Baekhyun.

 

Las puertas del autobús se cerraron antes de que Baekhyun pudiera reaccionar y fuera consciente de que volvía a separarse del amor de su vida. Otra vez. Corrió por todo el autobús hasta llegar al final y se pegó al cristal, viendo cómo se perdía la silueta del que una vez fue su primer amor.

 

Se sentó en uno de los asientos, el sueño empezaba a adueñarse de su cuerpo, incluso empezaba a escuchar voces. Alguien le llamaba.

 

 

***

 

 

Un año después…

 

 

—¡Jongin, date prisa o vamos a llegar tarde! —gritaba un frustrado Chanyeol que no hacía más que mirar el reloj.

 

Hacía menos de una hora que Chanyeol había ido a la casa y le había exigido vestirse de etiqueta porque tenían que ir urgentemente a ver algo. No entendía a qué sitio debían ir con tanta urgencia y mucho menos alcanzaba a comprender el por qué debían ir vestidos tan elegantes.

 

Finalmente salieron de su casa y se metieron en el coche del alto, el cual fue corriendo por las calles de Seúl hasta que pararon frente a un edificio blanco. No era el edificio más vistoso de la zona pero se veía acogedor.

 

Mientras subían en el ascensor le dijo que iban a un recital. ¿Un recital? ¿Qué clase de recital se hace en una casa? Iba a preguntárselo cuando se dio cuenta de que ya estaban entrando en una de las casas.

 

La casa estaba iluminada simplemente por unas velas, las cuales formaban un caminito hasta una mesa, la cual tenía un par de velas en el centro. Chanyeol le dio un toque para que se sentase en una de las dos sillas que había al lado de la mesa. Jongin, cada vez más confuso, decidió que quería saber qué pasaba, quería saber qué hacían allí.

 

—Chanyeol... ¿Qué es todo esto?

 

El más alto chistó para hacerle callar.

 

—La función está a punto de comenzar.

 

Una luz iluminó parcialmente el salón. En el centro había un piano de cola blanco y sentado en el banco, comenzando a tocar las primeras notas, estaba Baekhyun. Iba ataviado con un chaqué, estaba radiante y a Jongin no podía gustarle más esa imagen.

 

 

 

 

 

 

Llevaba dos semanas preparando aquello. Finalmente, había llegado el momento, iba a tocar la primera pieza que había compuesto y la iba a tocar para Jongin.

 

Había estado en grandes auditorios, había tocado en los mejores lugares que cualquiera pudiera imaginar, pero esa casa que había comprado era el mejor escenario que cualquiera de los otros en los había tocado anteriormente.

 

Era el edificio que una vez Jongin le comentó, un par de meses atrás que le gustaba, que le parecía un sitio acogedor aunque no hubiera llegado a verlo por dentro.

 

Y ahí estaba, intentando mostrarle la nueva vida que iban a vivir, su nuevo hogar y el nuevo Baekhyun, libre de sus fantasmas, dispuesto a darle a Jongin lo que se merecía, dispuesto a hacerlo feliz.

 

Si es Jongin o no la persona definitiva con la que pase el resto de sus días es algo que solo el tiempo dirá. Pero lo que sí sabe a ciencia cierta es que es la persona con la quiere pasar todos los días ahora mismo, en el presente, en su presente.

 

Nunca había estado tan nervioso cuando iba a tocar y parecía que esa sería la primera vez. Por fin la luz se encendió, lo que significaba que Chanyeol se había marchado. Se dio un segundo para deshacerse de los nervios, finalmente empezando a tocar. Desde la primera hasta la última nota de la canción iban dedicadas a Jongin.

 

Finalmente terminó la canción y vio cómo Jongin cruzaba el salón entero hasta llegar a él rápidamente, cogiéndole de la mano y haciéndole levantar del taburete, para terminar dándole un beso.

 

 

Se le había caído una nota a Jongin cuando salió directo a por Baekhyun, que decía«Bienvenido a nuestra nueva vida».

 

 

FIN

Notas finales:

Notas finales: Lacrimosa Dies Illa de MozartLux Aeterna de Clint Mansell, Réquiem for a tower son requiems

- Mientras escribía este fic hice un drabble sobre como era un poco la historia de Baekhyun y Luhan. Me gustaba como era la pareja y no tenia cabida dentro del fic.


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