Todos se lo dicen aunque él probablemente ya lo sepa. Es tan típico de su parte ser el centro de atención sin saberlo. Él, siendo siempre un chico bonito.
— ¡Hey, Joe!, ¿Por qué sigue viniendo "eso" a comer con nosotros? —Preguntó uno de esos jugadores cabeza hueca, al cual ignoré de forma olímpica.
— ¿Qué tiene de malo? —Preguntó él, con un gesto de extraña molestia. —No veo que esté haciendo algo que pueda molestarte. —Alegó ByungHun en el tono más tranquilo posible mientras se llevaba una rebanada de pizza a la boca.
El otro sólo le miró estupefacto y con completa molestia, olvidándose del tema segundos después para jugar con su balón de basquetbol.
ByungHun, viviendo siempre en su burbuja rodeado de chicas y chicos de su edad, siendo siempre todos iguales: niños ricos a los que papi les da lo que quieren, cuándo y cómo lo quieran. Pero sobretodo, viven siendo un grupo de niños bonitos con cara de muñequitos de porcelana.
Un grupo de patanes incompetentes buenos para nada. Sí, definitivamente eso les quedaba mejor.
Pero, ¿Quién soy yo para criticarlos? Nadie. Sólo soy un nerd "amigo" de ByungHun que se sienta con ellos a la hora del almuerzo, el que siempre lleva sus libros al brazo, el que siempre lee y estudia seguido, el rarito y miles de apodos más.
Según ellos solo soy el chico pobre, nerd y feo qué está en la escuela por "suerte" y una beca deportiva en Karate.
Fácilmente podría irme y jamás sentarme ahí con ellos, buscar un mejor lugar e inclusive un buen remplazo, pero simplemente prefiero soportarlo.
Porque amo a ByungHun y sin él no funciono al cien por ciento.
Tal vez él no lo sepa, pero con sólo mostrar su impecable sonrisa sobre sus labios rosas, sus delgadas piernas e incluso su menudo cuerpo, todos le aman, y es tan cómodo.
Para todos, excepto para mí. Porqué entonces medio mundo fija su vista en su belleza, en su extravagancia. En que es rico, yo pobre y cualquiera puede darle todo eso que yo no.
Muchas veces me tachan de raro, idiota y maricón. Pero cuando le hablan a ByungHun de nosotros le dicen somos la historia del príncipe y la bestia, ya que un "nerd" no tiene derecho a salir con un popular. Ya que una persona cómo yo no debería tocar o acercarse a alguien como él.
Byung los ignora de forma modesta, alegando que si es amor verdadero ni el sexo o la edad importan, valiendo mierda también el estatus social.
Ellos le dicen que no es así. Byung entonces me busca y los deja con la palabra en la boca.
Así somos felices, siendo el uno para el otro y no más. Defendiéndonos a toda costa, pues nuestro amor es real.
Muchas chicas se le ofrecen, él les habla con amabilidad y tacto, galantería y masculinidad, pero ellas no saben que de igual forma las ignora, ya que su corazón pertenece a otra persona.
— Basta ya señoritas, debo ir a clase. —Dictó con amabilidad mientras una sonrisa coqueta asomaba en su rostro, sin importarle que estuviese en presencia de ello y el que supiese que me cabreaba que hiciese eso.
Una de aquellas, atrevida, lo mira mientras se insinúa a él, deslizando de forma sensual su índice por el pecho de ByungHun, mientras charlaban.
No iba a permitir que le coqueteasen a mi novio en mi cara, así que me retiraré y le veré luego.
Pero ByungHun la ignoró por completo y cuando logra salir de aquellas garras de chica, se acerca por detrás mío para abrazarme por la cintura, sorprendiéndome en el acto, pero aún más, con el beso sobre los labios que terminó plantándome por sobre la mirada de las ofrecidas.
Y no me queda más que corresponderle al beso mismo, fundiéndonos como siempre en cada uno de ellos.
——
— ByungHun... —Susurré con suavidad mientras almorzábamos por primera vez en meses, solos y en la azotea del colegio. Con un leve asentimiento de cabeza me dio a entender le dijese.
— El baile de graduación es pronto, ¿Iras conmigo? —Pregunté con la vista en el cielo, que brillaba esplendoroso, haciendo un completo contraste con las blancas nubes y el brillante sol.
— ¿Qué clase de pregunta es esa, Choi JongHyun? —Preguntó mirándome mal y con un leve puchero en los labios. — Sabes que a dónde vayas iré. Pero... ¿No pudiste ser más romántico? —Su molestia era notable, pero que podía haber hecho yo, así llegaba a ser algunas veces.
— ¿Querías un ramo de rosas y una cita romántica? — Pregunté dándole un mordisco a mi sándwich. — Hubiese sido un gesto lindo de tu parte. —Dijo él con un pequeño mohín en los labios.
Ese lado infantil suyo me encantaba.
— Te traje a ver un lindo paisaje, en la azotea. — Su mirada de obviedad no era buena. —Y estamos almorzando unos ricos y saludables sándwiches de pollo. — Su mueca de asombro se hizo notar.
— ¡No me digas! —Exclamó sarcástico. —Tú sí que eres increíble. JongHyung, ¿por qué no puedes ser más romántico, eh? —Largó un suspiro pequeño. Estaba molesto, eso era seguro.
— No puedo ser más romántico. Tú eres Lee ByungHun, el chico más popular y bonito de toooda la escuela, ¿cómo me pides que sea más romántico? —Pregunté enarcando una ceja, obviamente con mi comentario no convencería a nadie. — Todos los chicos de esta maldita escuela pueden darte un auto, pueden darte un campo de rosas e incluso un mensaje de humo desde un avión para pedirte salir… ¡Incluso tú podrías costearte eso por gusto propio! —Exclamé algo exasperado, ya que era la realidad; todos ahí eran un montón de ricachones que no sabían guardar respeto por alguien que con mucho esfuerzo entró a la prestigiosa y costosa academia. Alguien como yo tenía que soportar diariamente el que le dijeran que al tener un novio que provenía de familias de dinero, era un mantenido por el mismo, que sólo le estorbaba, que podía haberse conseguido algo mejor para él y no una basura cómo yo. Era horriblemente fastidioso.
— ¡Pero no lo hago! —Respondió alterado. — No te pido gran cosa, sabes que prefiero lo simple antes que lo lujoso Jjong… —Susurró herido, su rostro cambió totalmente, su mirada se volvió más dolida.
— Lo siento… ¡estoy tan harto de toda la mierda que nos tiran a diario! —Exploté, necesitaba hacerlo. ByungHun alzó una ceja, pareciendo entender unos momentos después. — Hyunnie… No debemos hacerles caso, ¿recuerdas? Acordamos que dijeran lo que dijeran, y pasara lo que pasara, estaríamos juntos, sin importar qué, quién; dónde y cuándo. —Su voz se atenuó demasiado, haciéndome entrar en paz. ¡Odiaba cuándo lo hacía! Porqué entonces no podía molestarme, me levantaba los sentidos, los agudizaba y entraba en paz…
Sentí su mano, algo fría, posarse en mi rostro y acariciarlo con levedad. Cerré los ojos lentamente y me ví envuelto en el calor de sus labios, la textura suave, su lengua cálida y húmeda…
——
— ¿Entonces, JongHyun? — Dos dedos fueron recorriendo mi pecho hasta tocar la punta de mi nariz. Él yacía frente a mí, sobre mí más que nada; me miraba en búsqueda de una respuesta, o una pregunta, lo que fuese primero.
— Siento no ser tan romántico cómo deseas que sea siempre… —Sonrió de forma dulce y se abrazó a mí. Le adyudé a levantarse, pues la incomodidad de lo recientemente echo le afectó la movilidad temporalmente.
—Los pequeños gestos me gustan mucho, ¿sabes? —Dijp al soltar una risita antes de darme un beso corto en los labios. — Hay que ir a clase antes de que alguien se entere que follamos en la azotea de la escuela. — Y su camisa comenzó a tapar su pecho desnudo, lleno de marquitas rojas y mordidas notables
— ¿Crees que si haya quién se entere? —Estaba tomando mis prendas cuándo le formulé la pregunta. Él se detuvo a pensar antes de colarse los pantalones. — Supongo que sí. No hay que fiarse mucho de los demás.
No se mencionó alguno otra palabra mientras nos vestíamos. Me incomodó el silencio –por alguna rara razón- por lo cual, decidí “romper el hielo” que se había formado entre nosotros.
Una vez recogí todo me acerqué a él y me coloqué de rodillas. — Lee ByungHun, sé que acabamos de “hacer el amor” hace unos minutos pero, —La mueca en su rostro de falsa indignación me dio gracia. Tuve que respirar un poco y contenerme la risa— me gustaría preguntarle, ¿le gustaría ir al baile de primavera con este hombre que toma su mano en este momento?
— Mhn~… — ¡Todavía se lo pensaba el muy maldito! — ¿Cuál es su nombre, amable caballero? —Quiso saber siguiendo mi juego.
— ¿Es que acaso usted lo hace sin saber el nombre del tipo? —Chasqueé mi lengua rápidamente, negando en un movimiento lento. — Usted es un muchachito muy sucio en ese aspecto.
— ¡Yah!, no soy así. —Afirmó él. — Tengo principios.
— No lo pareciera. —Dije a la ligera, recibiendo un golpe seco en el pecho. — ¡Hey!, ¿qué fue eso? —No recibí más que un beso, justo cuando me giré a verlo. Por costumbre, cerré mis ojos e inmediatamente envolví su cintura entre mis brazos.
Unos segundos más y moriría, él se separó, dejándome atónito. —El golpe fue porque eres un cabeza hueca irrespetuoso… El beso es porque te amo aunque seas un tonto.
Sonreí cómo idiota al ver sus mejillas con un rubor rosa. — ¿Irás conmigo al baile entonces? —Le pregunté ansioso por la respuesta.
— ¿Sabes? Con eso que haz dicho antes, creo que si querré algo grande para poder aceptar. —Su sonrisa ladina y su risilla de malicia me hizo saber una cosa, ¡tengo un novio desgraciadamente maligno y hermoso!
— ¡Yah, Lee ByungHun! — Bufé molesto.
— Sólo bromeo, tonto.