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Para siempre por spookytaco98

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Notas del capitulo:

Hey, perdón por no subir el Fic anoche pero pasé la noche en vela por leer un comic en tumblr y me decía a mi misma "Ok, llego a la pagina numero 50 y me pongo a escribir" pero sin darme cuenta ya estaba en la pagina 216 y hasta terminé el comic XD. Pero hoy en la mañana camino a la escuela me dio tiempo para escribir.

El verano estaba llegando a su fin y pronto tendrían que regresar a Oxford para continuar sus estudios en la universidad.

 

Tomaron el tren de la tarde con destino a Oxford, durante el camino John se quedó dormido sobre el hombro de su novio mientras sostenía su mano.

 

-Sherlock...-susurró John medio despierto.-No me quiero ir.

 

-Pero si ya llegamos.

 

-Oh...-se abrazó a el un poco mas.

 

Al llegar a Oxford, John hizo una llamada a su madre por un teléfono publico para confirmar su llegada y que pasaría la noche en el instituto pues ya tenía sus puertas abiertas desde la mañana.

 

En la noche John estaba medio dormido en la cama de Sherlock y sobre su pecho mientras lo acariciaba.

 

-Sherlock, no quise decirte nada pero como es que tu entraste a esos bares conmigo si eres menor de edad?

 

-Eso, mi amor, se arregla con el soborno.

 

John abrió sus ojos y trató de protestar pero el color de su piel se volvió rosa al instante y sonrió inocentemente.

 

-Es la primera vez en la que me llamas "mi amor".-dijo el rubio, a lo que Sherlock también hizo que se ruborizara pero trató de ocultarlo dándole un beso en los labios.

 

 

Pasaron horas en las que Sherlock siguió durmiendo, pero John solo lo miraba y admiraba como sus rizos limpios se movían a causa del aire que entraba por la ventana, la piel pálida oscurecida por la noche, sus bellos ojos cerrados que bajo los párpados se movían pues estaba soñando y sus labios abiertos que de vez en cuando dibujaban una sonrisa hasta que...

 

-John...-pronunció su nombre como si fuese un gemido dulce, estaba soñando con su novio y por ello sonreía.

 

John se sentó, le dio un pequeño beso en la mejilla y se fue de la cama para sentarse en su escritorio. Encendió su pequeña luz, tomó una impecable hoja blanca y un bolígrafo negro para comenzar a escribir.

 

 "Estimado Sherlock"-escribió viéndose muy serio:

 

"Ya pasó un año desde que nos conocimos y creeme que no puedo sacarte de mi mente ni por un segundo. Eres como mi bella y única droga en este mundo, una droga que en vez de hacerme algún daño me hace bien y me embriaga con su amor.

 

Se que un año no es mucho, pero aun así se y siento que estoy muy enamorado de ti. Tu eres la única persona que puede hacerme realmente feliz, el único en mi vida al que puedo amar y el único que puede tenerme por el resto de mi vida.

 

Eres la única persona en todo el mundo a quien menos entiendo y a quien mas quiero proteger hasta el fin de mis días. Eres tu el único ser que puede volverme loco y hacerme llegar hasta el mas exquisito éxtasis, solo tu haz podido tocar mi cuerpo y solo tu podrás hacerlo.

 

Te amo, Sherlock. Y sabes que anhelo que seas mi esposo algún día y el padre de mis hijos también.

 

Firma: John Hamish Watson."

 

Fue todo lo que John escribió, una carta llena de pensamientos bellos y un poco cursis pero que mas daba, al carajo con la gente imbécil ignorante y la gente homofobica que solo traía problemas y desgracias con su intolerancia y su odio. John amaba a Sherlock mas que a cualquier ser en el mundo y sabía que Sherlock hacía lo mismo.

 

Watson dobló la carta y la colocó en el escritorio junto al microscopio de Sherlock para que pudiese leerla cuando el rubio no estuviera. John se coló en la cama y volvió a los brazos de su amado hasta quedarse profundamente dormido.

 

Al día siguiente, se les había hecho muy tarde para su primer día en el nuevo año escolar, así que todo lo hicieron tan rápido como pudieron. Corrieron hasta sus clases y se despidieron.

 

La clase de John fue un repaso de lo que habían visto el año pasado, era el corazón humano, la forma en la que bombeaba sangre y como esta recorría el cuerpo humano, también como algunos rasgos psicofisiologicos podían hacer que el corazón bombeara con fuerza. John recordó todo lo que había leído de eso hace solo unos meses y también como era que recordaba los rasgos psicofisiologicos cuando pensaba en Sherlock y su corazón iba al máximo.

 

La clase no le pareció muy importante pues ya se la sabía de memoria, así que lo único que hizo fue hacer unos garabatos en la ultima hoja cuadriculada de su cuaderno de historia medicinal, ese garabato era el dibujo hermoso a lápiz de un corazón humano que tenía un largo listón blanco a lo ancho de este que decía "SH + JW" y corazones populares alrededor.

 

Al salir de la clase fue directo hacia el comedor y almorzó con Sherlock, bajo la mesa ambos se tomaron de la mano y enlazaron sus piernas. Junto a ellos estaba ella, la chica rara y sin amigos que se sentía identificada con Sherlock, era Jane Adler. Que daba mordiscos a su sandwich de jamón y queso y daba pequeños sorbos a su coca-cola fría mientras escribía en su cuaderno.

 

-Esta noche quieres cenar mientras hacemos la tarea?-preguntó John en un susurro.

 

-Si, esta bien y cuando terminemos podremos ver si aprendiste bien las lecciones de doctor.-cuando Sherlock susurró esas palabras su pie subió de poco a poco acariciando la pierna de John y ambos rieron.

 

Pero algo no andaba bien y era que Jane los estaba mirando y estaba completamente ruborizada. La pareja la miró un poco nerviosos y de repente la joven castaña sonrió.

 

-Saben que siempre lucen muy lindos juntos?-dijo sonriendo la chica. A lo que Sherlock y John le sonrieron.-Tranquilos, no le diré a nadie.-La joven se puso de pie guardando su cuaderno color azul que tenía un corazón rojo dibujado que decía "Sherlock x John", ella misma lo había hecho. Sacó de su suéter un chicle y se fue. 

 

-Nos admira.-dijo Sherlock.-Y también escribe sobre nosotros.

 

-Esta loca.-bromeó John.-Pero por lo menos no es chismosa.

 

Al finalizar las clases del día, John pasó por el laboratorio de química y vio a Sherlock haciendo unas mezclas.

 

-Hey, Sherlock. Listo para irnos.-dijo el rubio.

 

-No puedo, estoy en medio de un experimento. Tranquilo, iré en una hora.-Holmes le dio un pequeño beso en la mejilla.

 

John se fue caminando directo a su habitación mientras nadie lo veía, iba a caminando como todo un colegial enamorado y cantando en voz baja "Every breath you take" de The Police.

 

En cuanto abrió la puerta de su habitación sintió como si fuese a vomitar el corazón.

 

-Así que ya perdiste tu virginidad, eh? Que lastima que no fue como un hombre.-era su padre que estaba sentado en la silla del escritorio de Sherlock.

 

-Papá, que... que haces aquí?-tartamudeo John.

 

-Pues, vine a ver como estaba mi hijo y si de verdad había vuelto de Londres o se había fugado con su mejor amigo, o debo decir "amante"?

 

John sintió como si su estomago se estuviera derritiendo de puro miedo, la respiración comenzó a hacerse fuerte y los latidos de su corazón iban a toda velocidad, casi a punto de explotar.

 

-Papá... te lo puedo explicar...

 

-Explicar?! Explicarme que?! El como ese chico te besó por primera vez?! El como te llama a solas?! El como perdiste tu virginidad con el?! Eso vas a explicarme?!-Gordon se puso de pie y abofeteó a John tan fuerte que sus lentes salieron volando.

 

-Pa... pá... Sher... lock... es un buen chico, es todo lo que he deseado; alguien que me comprenda y me ame... solo quería que alguien me amara de verdad!-tartamudeo muy nervioso y con los ojos cristalinos.

 

-Eres estúpido?! El te trata como tu juguete, no vales nada para el!

 

-NO! Se que el no es así, lo conozco mejor que a nadie y se que jamas me haría daño. Ni siquiera lo conoces bien. Por que mierda siempre los padres dicen cosas como esas solo para herirnos?! Tu no sabes nada!

 

Gordon Watson volvió a abofetear a John pero esta vez fue mas fuerte y siguió por darle un puñetazo en el estomago. El rubio cayó al piso llorando de rodillas, le faltaba el aire y necesitaba de su inhalador pero no lo pudo alcanzar, su padre le dio una patada y lo hizo quedar sin aire e inconsciente.

 

 

John despertó casi de un salto, miró a su alrededor, era un curto de hospital. El medidor cardiaco sonaba agudo en sus oídos, el suero a su lado iba por la mitad y a su lado una mano tomaba la suya y era la de Sherlock, este permanecía dormido a su lado y con la cabeza recargada en el muslo del rubio.

 

Watson sonrió y se quitó la mascara de oxigeno pequeña. Acarició los rizos de Sherlock y su nuca. Se dio cuenta del sucio uniforme de Sherlock y su olor a comida barata, había permanecido con el todo el tiempo.

 

-Despierta, mi amor.-le dijo John.

 

Sherlock abrió los ojos y se lanzó a abrazar a John y a besarlo.

 

-John, John, John, que bueno que despertaste!

 

-Si... yo también te extrañé. Cuanto tiempo estuve inconsciente?

 

-Dos días, el doctor dijo que casi fue un milagro haberte salvado después de que permaneciste tirado en el piso sin oxigeno por bastante tiempo.

 

-Entonces... tu llamaste a la ambulancia?

 

-Si, tu padre... se rehusaba a hacerlo. Pero no importa, lo que importa es que hayas despertado y que no vamos a tolerar que nadie nos quiera separar!

 

-SI! No voy a dejar que...

 

En ese momento la puerta de su habitación se abrió, era Gordon Watson que se presentaba ante el.

 

-Que quiere?!-gritó Sherlock.-Acaso vino a terminar lo que empezó?!

 

-Yo... necesito hablar con mi hijo.-dijo Gordon bajando la mirada.-A solas.

 

Sherlock se puso de pie, se acercó a John y le susurró; -Estaré aquí afuera.-le dio un beso en la mejilla.

 

-Que quieres?-dijo John cuando Sherlock salió.

 

-Me equivoqué respecto a Sherlock. Cuando te vio desmayado en el piso llamó una ambulancia y cuando se habían tardado solo tres segundos después de la llamada, te cargó hasta llegar a la entrada del instituto. Se quedó todos estos días, no quiso irse a la universidad, estuvo aquí tocando el violín para ti. Sin embargo, no puedo dejar que vuelvan a estar juntos.

 

-QUE?! Pero por que?!-protestó John muy molesto.

 

-Tardé un poco en darme cuenta de lo que en realidad te sucede, tienes las hormonas desbalanceadas y por ende no comprendes lo que tu cuerpo quieres.

 

-No, no, no, no! No es así! Yo amo a Sherlock Holmes mas que a nadie en el mundo! Lo amo y si no te gusta puedes irte mucho...

 

-Escucha.-dijo su padre sosteniéndolo de los hombros.-Tu solo estas pasando por una etapa difícil pero la vas a superar cuando te cambie de escuela.

 

-No! Papá, ten piedad, déjame estar con Sherlock, déjame estar en Oxford. Me gusta mi vida en esa universidad, me agradan mis amigos, estoy enamorado y tengo una relación seria. Por favor, por favor...-pidió enlazando sus dedos y rogando con los ojos cristalinos.

 

-Lo siento, pero ya te inscribí en la Real Academia de Sandhurst.

 

-No quiero ir a un colegio militar!

 

-Ahí aprenderás los buenos principios, las leyes, la disciplina, a ser fuerte, a ser....

 

-Mas hombre?-continuó John.

 

-Tomaras un tren que te lleve a Sandhurst mañana en la noche. Y te lo juro...-acercó su rostro al de John.-que si vuelves a hablar con Sherlock en cuanto regreses, el que saldrá herido saldrá el.

 

John se puso muy nervioso, el solo pensar que si su padre se atrevía a hacerle daño al único hombre al que amaba lo estaba poniendo tan asustado que sus ojo casi lloran.

 

-Sherlock!-gritó John, necesitaba hablar con el.

 

Holmes entró lo mas rápido que pudo y se puso de rodillas junto a John. En ese momento Gordon salió de la habitación pero no dejo de espirales pues podía escucharlos desde afuera.

 

-Sherlock... yo voy a dejar Oxford....

 

-Que? Pero si tu amas esa universidad...

 

-Déjame terminar. También me voy a ir a Sandhurst a una escuela militar.-su voz era cada vez mas amarga y se mordía los labios con fuerza.

 

-No, no! Por favor, no. Yo te amo, no me dejes.-Sherlock comenzó a llorar y su rostro se mojó de lágrimas.

 

-Crees que quiero irme?! Mi padre me esta obligando a irme, tienes que entender que no es mi culpa y que si fuera por mi me quedaría en Oxford contigo.

 

Sherlock ocultó su cara en el estómago de John mientras lo abrazaba. Estaba llorando como nunca lo había hecho y se sentía tan mal que por un momento deseó ir con el, pero sus padres no se lo permitirían y John correría el peligro de que Gordon lo descubriera.

 

-Perdóname...-sollozo John acariciando la melena castaña de Sherlock y besándolo.

 

-No, tu no tienes que pedir disculpas.

 

Esa noche John durmió en el hospital una vez mas y al día siguiente hizo sus maletas y Sherlock lo ayudó. En el pasillo todos veían a John pasar con sus maletas y en el campus muchos bajaron la mirada.

 

Pasó el resto del día con Sherlock y su padre siguiendolos, Holmes se rehusaba a soltarle de la mano y John a soltarla.

 

Antes de ir a la estación de trenes, John fue a la que fue su hogar y se despidió de su madre y de su hermana, fue entonces cuando Linda Watson se dio cuenta de que su hijo se había enamorado de su compañero y que ahora sufría por no volver a verlo.

 

John se puso su uniforme militar nuevo y se fue a la estación de trenes en compañía de su padre y de Sherlock.

 

John vestía su uniforme con una chamarra encima y una bufanda azul que le había tejido su madre hace años.

 

Watson ya estaba a punto de subir al tren cuando se dio cuenta de que no había soltado a Sherlock aun.

 

-Prometeme que no te meterás en problemas.-dijo John mirándole a los ojos.

 

-Lo prometo. Prometeme que me vas a escribir.

 

-Todas las semanas lo haré.

 

Sherlock quiso decir algo inteligente pero estaba muy herido como para pensar bien. John se quitó su bufanda azul y se la puso a Sherlock.

 

-Ahora es tuya, así una parte de mi estará contigo.-sonrió el rubio. Sherlock comenzó a llorar y le dio un fuerte abrazo.

 

-Te amo...-susurró John.

 

-Yo también te amo.-respondió y se separaron para besarse por ultima vez.

 

El tren ya se iba y John tuvo que subir, le sonrió a Sherlock y a su padre lo miró con unos ojos llenos de odio y rencor.

 

-Adiós hijo.-dijo Gordon en voz baja.

 

-Si, adiós.- John subió al tren y desde la ventana pudo ver como Sherlock se quedaba mirándolo desde lejos. Nada le dolió mas a John que eso.

 

Sherlock miraba el tren que se iba, secó sus lágrimas con la bufanda que John le había dado y miró al padre de John con desprecio.

 

Holmes tomó un taxi que lo llevara a la universidad, durante todo el camino no pudo hacer nada mas que llorar y llevar la bufanda azul a su nariz para oler el rastro del perfume de John.

 

Continuara...

t

Notas finales:

Muchas gracias por leer. Espero que les haya gustado aunque cuando lo estaba escribiendo me puse a llorar. Nos vemos en el próximo capitulo.


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