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Para siempre por spookytaco98

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Notas del capitulo:

Sherlock pasa por un momento dificil ahora que ya no tiene  John a su lado, los problemas en la escuela han aumentado y su atencion es deficiente. Al mismo tiempo, John sigue en el ejercito y quiere volver pero los planes de una nueva vida al lado de quien ama se ven derrumbados.

Una semana después de que John se fuera a Sandhurst, Sherlock tuvo un déficit de atención en sus materias. No estaba en clase mentalmente, volvió a almorzar solo, a dormir en el frío de su habitación y lejos de quien de verdad amaba.

 

El viernes Sherlock terminó sus clases de ese día se fue caminando a un paso muy lento hacia el edificio en el que estaban las habitaciones. Pero durante el camino Luther se acercó a el, no estaban sus amigos idiotas solo estaba el.

 

-Hola Sherly.-dijo en su tono de voz burlón.

 

-Ahora no, Luther, no estoy de humor para discutir.-dijo sin siquiera mirarlo.

 

Sherlock ya había llegado al edificio, ahora estaba caminando por los pasillos para llegar a la habitación 221. Pero Luther lo estaba siguiendo todavía mientras decía estupideces.

 

Holmes abrió la puerta de su habitación y cuando ya iba a entrar escuchó a Luther decir algo mas.

 

-Como esta Johnny? Ya lo frieron vivo en el ejercito? Y tu sigues llorando por tu noviecito?-su risa retumbó por los oídos de Sherlock. 

 

El castaño se dio la vuelta rápidamente y lo empujó tan fuerte que la espalda de Luther golpeó la pared bruscamente. Sherlock caminaba hacia el como un animal molesto, tomó el cuello del bravucón y lo apretó fuerte para pegar su cuerpo a la pared.

 

-Escuchame, bastardo, ya sufro bastante con la ausencia de la única persona que he podido amar en este mundo como para que un imbécil inmaduro y estúpido venga y comience a molestarme solo porque no tiene nada mejor que hacer! La próxima vez que vuelvas a mencionar a John, te juro por Dios que abriré tu lindo y gordo cuello de par en par y disfrutare viéndote morir!-la amenaza fue muy lejos y muy seria, sobre todo por el tono de voz en el que Holmes habló.

 

La gente que estaba alrededor se quedó mirando a Luther y a Sherlock con miedo.

 

-QUE?!-gritó Sherlock entrando a su habitación azotando la puerta.

 

El castaño pasó una hora acostado en su cama abrazando la bufanda azul y oliendola mientras lloraba pegado a la almohada que John usaba. Llamaron a la puerta delicadamente.

 

-Largo!-gritó Sherlock.

 

-Sherlock, abre.-era Mycroft el que tocaba la puerta.

 

-Largate y tirate a un pozo.

 

Mycroft pudo abrir la puerta pues llevaba un repuesto, ya no quería intentar entrar por las buenas.

 

-Podemos hablar?-dijo el pelirrojo.

 

-De que hay que hablar? De como tengo el animo por el suelo y como deseo la muerte como nunca. Ni siquiera me ha escrito.

 

-De eso te equivocas, hermanito.-Mycroft le entregó una carta de color crema firmado con tinta negra y con destinatario de Real Academia de Sandhurst.

 

Sherlock se puso de pie, le arrebató el sobre y lo abrió.

 

"Querido Sherlock: 

 

Lamento no haberte escrito antes pero la rutina militar es tan dura que tengo que pasar todos las mañanas a partir de las 5:00 am arreglando mi espacio y teniéndolo en un total orden. Y si no tenía todo en orden las consecuencias eran cincuenta flexiones.

 

Luego corremos como locos toda la mañana, seguido vamos a estudiar y luego a hacer mas ejercicios. La comida no es tan buena y las camas son duras y pequeñas, a mi cama le falta tu presencia y eso me hace llorar todas las noches.

 

Como esta la escuela? Me extrañas? 

 

Te amo. JHW"

 

Sherlock sonrió cuando terminó de leer, dobló la carta y la guardó en un cofre pequeño de madera que su padre le había regalado cuando era niño para que guardara sus tesoros.

 

-Te sientes mejor?-preguntó Mycroft.

 

-Si, gracias.-Holmes lo empujó, lo sacó de su habitación y cerró la puerta.

 

Sherlock tomó un papel y un bolígrafo y comenzó a escribir.

 

"Querido John: 

 

Claro que te extraño, todos los días lloro como estúpido pegado a la almohada que solías usar. Me haces mucha falta, de hecho creo que si no hubiese sido por esta carta me hubiese vuelto loco.

 

Es una lastima que no te guste el servicio militar, en tu caso yo hubiese tratado de controlar a mis superiores con psicología a la inversa.

 

Las clases son aburridas y vacías. Por cierto, encontré la carta que me habías escrito dos días antes de que te fueras a Sandhurst. Me parece muy hermosa, y si, no me importa lo que nos digan, nos vamos a casar en cuanto nos graduemos.

 

Te amo. SH."

 

Durante un largo tiempo las cartas comenzaron a llegar y a enviarse, no dejaban de hablar. Incluso por dos ocasiones pudieron hablar por teléfono.

 

Era pesado y triste pero todas esas cartas hacían que ninguno de los dos perdiera la cabeza. Era como si de alguna manera estuviesen conectados.

 

Sherlock conservaba todas las cartas que John le enviaba y las guardaba en su cofre, en el cual estaba la fila de fotos que se habían tomado en la cabina de fotos en Londres; en casi todas John sonreía o hacia una mueca mientras que Sherlock tenía su misma cara seria de siempre. Excepto la ultima en la que John besaba una de sus mejillas y Sherlock sonreía. El cofre también contenía un abrecartas viejo, una foto de Barba roja, su perro y un tubo de ensayo usado de su primer experimento con la química.

 

Los años habían pasado y Sherlock ya se estaba graduando. Su cuerpo había cambiado un mucho; era mas alto, con facciones fuertes, pómulos afilados, labios un poco mas gruesos y hasta su figura era mas sensual. En cambio John no había crecido tanto, sus ojos eran jóvenes todavía y con ese azul profundo de siempre pero con un corte extraño por el ejercito.

 

"Querido Sherlock:

 

Estoy muy feliz de que te hayas graduado. No sabes que feliz estoy de que vayas a cumplir tu sueño de ser un detective, yo se que serás el mejor.

 

En cuanto a mi, pues ya sabes que fui ascendido al rango de Capitán, igual que mi padre. Pero por desgracia no podré estar contigo ahora que me he graduado pues nos quieren mandar a una expedición en Afganistán. Lo siento, si fuera por mi estaría a tu lado ahora mismo.

 

No te vayas a molestar conmigo, mi amor.

 

Te amo. JHW."

 

"Querido John:

 

Maldito sea el maldito ejercito británico. No podrían enviar a los soldados a Afganistán el próximo año?! No puedo creer que no hayas a estar conmigo ahora.

 

No estoy molesto contigo, no seas idiota. No es tu culpa. Voy a estar esperando por ti. Escribeme. 

 

Te amo. SH"

 

"Querido Sherlock:

 

Cuanto siento no poder estar a tu lado ahora, se que estas tan molesto como yo y deseas volver a la rutina de siempre. Estoy deprimido todo el tiempo, te necesito tanto que no puedo ya sentir que estoy vivo.

 

Lo único que mantiene vivo es el solo pensar que cuando regrese de Afganistán podré tenerte en mis brazos nuevamente y comenzaremos una nueva vida juntos.

 

Las cosas aquí se han puesto horribles, hay violencia en cada esquina y probablemente entremos en un combate real muy pronto. Pero no te preocupes por mi, yo voy a escribirte cada semana. Tus cartas me mantendrán vivo.

 

Te amo. JHW."

 

El curso de las cartas continuó por un largo tiempo, ambos hablaban constantemente pero hubo un momento en el que John comenzaba a escribir una carta cada dos meses o cada tres. Las cosas en Afganistán se habían puesto muy fuertes, tanto que hubo tantos heridos que curar y tantos soldados que le rogaron a John la muerte porque ya no soportaban el dolor.

 

Sherlock seguía en Oxford, vivo un tiempo con sus padres en lo que el arreglaba unas cuantas cosas en el banco para poder irse a Londres y esperar a su amado ahí.

 

Un año después de cartas enviadas, John tuvo que involucrarse en combate. Pero desgraciadamente había recibido tres balazos; uno en el hombro, otro en la pierna y el mas peligroso, uno en la nuca.

 

Cuando recibió ese balazo en nuca pudo ver como todo a su alrededor se oscurecía, lo único que podía hacer era llorar y mencionar múltiples veces el nombre de su amado.

 

Afortunadamente, John sobrevivió a aquel balazo. La bala le había abierto tan solo un 10% del cráneo y se pondría mejor en un tiempo, cuando despertara del coma.

 

Sus padres se enteraron de su herida y fueron a verlo al hospital, aun inconsciente. Su padre lo acompañaba, al igual que su madre pero ninguno de los dos le dijo a Sherlock que su amado permanecía en coma en el hospital de Sandhurst, ninguna carta, ninguna señal de vida. 

 

Hubo un tiempo en el cual Holmes llegó a escribir cartas a diario por 300 días pero ninguna de ellas tuvo respuestas. Incluso se atrevió a enviarle unas al padre de John, por su puesto este no respondió ninguna.

 

-Se olvidó de mi!-gritó Sherlock casi al punto de liberar su llanto.-No puedo creer que me haga esto! Seguro ya esta en otro lugar con una mujer!

 

-Calmate, hermano, no sirve de nada maldecir y gritar. No vas a arreglar nada de esa manera.-le dijo Mycroft mientras se sentaba en una silla cerca de la mesa cuando estaba de visita con sus padres.-Deberías preocuparte por conseguir un trabajo y tal vez una casa lejos del hogar de nuestros padres.

 

-Cállate! Quiero largarme de aquí, sabes cuanto odio Oxford por no tener nada de nada! Pero.... si me voy y John vuelve ya no me podrá encontrar.-llevó sus manos a sus ojos y comenzó a llorar.

 

-Para, para ya.-Mycroft se puso de pie y caminó hacia su hermano menor.-Me das pena cuando lloras. Olvídate ya de John Watson, ese chico solo te trajo problemas desde que llegó. 

 

Mycroft sacó de un maletín una chequera y escribió un cheque y lo firmó.-Toma.-se lo entregó a Sherlock.-Para tu iniciación en Londres.... si, no digas nada. Ya se que te querías ir con el a vivir allá, pero tienes que entender que ahora estas solo y tienes que acostumbrarte. Renta un departamento pequeño y consigue un empleo.

 

-Vaya... es mucho dinero.... yo...

 

-Ni lo menciones.-lo interrumpió.-Si lo mencionas enviaré a alguien a golpearte. Tampoco se lo digas a Mummy, ya sabes como se pone cuando presto dinero.

 

-Si, ah... esta bien...-dijo para no dar las gracias, le daba vergüenza.

 

Meses mas tarde, Sherlock se fue de Oxford arrastrando dolor y tristeza por no poder volver a ver a su John y por mas que lo intentara no pasaba nada. Era imposible olvidar al hombre con el que pasó por tanto, no podía sacar de su cabeza las veces en las que se repetían que se amaban y los planes de su futuro. Esos recuerdos volvieron tan loco a Holmes que lo único que lo hacía olvidar a John era la cocaína.

 

La cocaína era un pequeño escape y entretenido que lo hacía perderse en pequeños choques de felicidad y de deducción inútil. Todo su dinero era para drogas, para estúpidas e inútiles drogas que no servían para una mierda. El dinero de Mycroft alcanzaba para pagar la renta de un pequeño departamento sin muebles, solo un par de cobijas y tres latas de comida. Era todo, no quería mucho pues sentía que nada en la vida valía la pena tanto como el hombre que amó.

 

Continuara....  

 

Notas finales:

Gracias por leer. Nos vemos en el proximo capitulo.


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