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Para siempre por spookytaco98

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Notas del capitulo:

John siente curiosidad por Sherlock, es un joven interesante pero un poco extraño para su gusto y muy solitario.

 

Watson trata de agradarle a Sherlock para que sean buenos amigos ademas de compañeros de cuarto. Incluso, ambos se meten en problemas.

John pasó el día entero arreglando sus cosas, desde su limpia y doblada ropa en los cajones, sus libros de medicina, sus novelas de espías, hasta sus póster de Star Wars en lo alto de su cama. 

 

-Bien, bien.-dijo John mirando su alrededor y feliz de su orden.-Si, se ve increíble.

 

La puerta se abrió detrás de el, era Sherlock el que entraba a la habitación con un frasco en las manos.

 

-Hola, Sherls.-dijo John sonriente.-Estuve esperando a que llegaras hace un rato para que arreglaramos nuestra habitación juntos pero... no soporté la tentación.

 

Sherlock caminó hasta su escritorio y dejo el enorme frasco negro. Y arregló un par de lápices que se habían caído. Mientras tanto John se acercaba a el de poco a poco.

 

-Hey, Sherls, que tal si después de arreglar tus cosas nos vamos por algo para la hora del té.

 

-Escucha.-le dijo a John mirándolo a los ojos, sus narices casi se tocaban por la posición amenazante del castaño.-En esta habitación no debe haber reglas pues somos compañeros de habitación y nosotros la controlamos pero tendrás que saber que odio que me den ordenes, odio que toquen mis cosas, mi ropa o mis experimentos. Mi cuarto, mi desorden, mi problema. Y no me llames Sherls.-se dio media vuelta.

 

-De acuerdo, solo estaba tratando de ser amigable.

 

De pronto la puerta se abrió y John se quedó mirando al joven que recogió a Sherlock la vez anterior.

 

-Uh, lo siento. No interrumpo nada, verdad?-habló el joven pelirrojo de uniforme impecable y paraguas.

 

-No, no, tranquilo. Ah, quien eres?-dijo John.

 

-Mycroft, trajiste mis maletas.-habló Sherlock.

 

-Si, aquí esta tu basura que llamas "equipaje". Mas te vale portarte bien.

 

-Ya no soy un niño, ahora dame mi equipaje y vete con un pastel, gordo.

 

-Cuida tus palabras, enano. Recuerda que te estaré vigilando.

 

Mycroft se dio la vuelta mirando mal a su hermano menor pero no se fue de la habitación sin despedirse educadamente de John.

 

Sherlock suspiró y desempaco en silencio. Finalmente su espacio no estaba nada mal, estaba arreglado pero en vez de que la pared sobre su cama tuviese algún póster de alguna película o banda de moda tenía recortes de periódico con noticias de crímenes y asesinatos terribles de los diarios mas amarillistas.

 

-Sherlock, que hay en el frasco?-dijo con curiosidad.

 

-Un hígado humano.-dijo sin mirarlo.

 

-Que asco! Eso es legal en esta universidad?

 

-No realmente, lo robe del hospital que esta a unas calles de aquí.

 

-Oh, Dios mio, robaste esto?!-estaba tan nervioso que le temblaban las manos.

 

-Por que no lo gritas, John? No te escucharon en Francia.

 

-Seguro te miraron cuando entraste por la puerta principal.-dijo John dando vueltas por la habitación.

 

-No me vieron, me cole por la puerta trasera, ahí no hay cámaras.

 

-Pero seguro detectaran tu huellas.

 

-Utilice guantes de látex y tenis viejos que ya tiré a la basura.

 

-Oh Dios, oh Dios, oh Dios, cometiste dos delitos; el hígado en nuestra habitación y el robo. Nos van a arrestar y a encerrar en prisión por siempre!-sus dedos se movían como si apretara el aire y su respiración se aceleraba hasta tal punto que su piel se tornó rosa y cada vez mas roja como si le costara respirar.

 

Sherlock se puso de pie y caminó hasta la mesita de noche de John y sacó un inhalador para el asma. Tomó la nuca de el rubio, la hizo hacia atrás poniendo el inhalador en su boca y presionando para que el medicamento llegara a sus pulmones. 

 

La cara de Watson volvió a su color natural, sus brazos se abrazaron de la cadera de Holmes para no caerse, cosa que los hizo ruborizarse a ambos y de inmediato se separaron.

 

-Muchas gracias.-dijo John.-Como sabias que mi...

 

-Es el lugar mas obvio para guardad medicamentos cuando el espejo de nuestro baño no tiene botiquín, se que tienes un botiquín pero lo usas para urgencias médicas.

 

John sonrió y de pronto se puso nervioso nuevamente, se quitó los lentes y pasó sus manos por su rostro.

 

-John, deja de ponerte nervioso. He robado partes humanas de varios hospitales desde que tenía diez años y nadie me ha atrapado. Y si me atrapan se como escapar y si te involucran no los dejare que te lleven.

 

El rubio sonrió y se sentó en su cama.

 

Al día siguiente, John asistió a su primera clase. La clase consistió en la historia de la medicina desde el inicio de la historia. Watson estaba maravillado y perplejo. El día había resultado maravilloso y emocionante, tanto que no quiso salir del aula a la hora del almuerzo.

 

Durante el almuerzo, John se sentó en la misma mesa que Mike y otros chicos de su clase de medicina. Hablaban de lo interesante que había sido la clase y lo que esperaban ver en las próximas clases.

 

A lo lejos, John pudo ver como Sherlock caminaba entre las mesas con su charola de comida de la cafetería. El joven Watson lo seguía con la mirada, admirando como el joven de cabellos castaños vagaba con esa charola y los demás estudiantes, tanto chicos como chicas, se burlaban del joven raro y solitario. Hasta que finalmente encontró un asiento libre en una mesa sola. Nadie se quiso sentar a su lado, así que comenzó a almorzar y a leer un libro de química.

 

John se sintió muy mal al verlo tan solo y sin palabras pero al mismo tiempo el joven no estaba molesto o triste, se sentía bien de estar solo.

 

Watson volvió a clases y todo iba de maravilla. Hasta cuando la clase finalizó se sentía feliz porque cada día aprendería mas.

 

Llegó al cuarto 221 con mucha alegría y con ganas de preguntarle a su compañero como había sido su maravilloso día. Pero las luces de la habitación estaban apagadas y Sherlock estaba acostado en su cama en posición fetal mirando a la pared.

 

-Sherlock, estas bien?-se acercó de poco a poco hasta tocarle la espalda.

 

-Vete.-fue lo único que dijo.

 

-Que sucede?-se sentó a su lado y tocó su espalda.

 

-He dicho que te vayas!

 

-No me iré! Vamos, soy tu amigo, puedes confiar en mi.

 

-Yo no tengo amigos!-el castaño se giró hacia John, el rubio contempló asustado los afilados pómulos que estaban abiertos, su labio inferior manchado de sangre y rasguños por su pálida cara.

 

-Dios mio, que te pasó?!

 

-Me golpearon en un rincón del departamento de medicina, fue ese imbécil de Luther y sus estúpidos amigos. Solo quieren hacer saber "quien manda aquí." Los odio.

 

John se sintió mal, encendió la luz y sacó su botiquín de medicinas. Sherlock se sentó en la orilla de su cama mientras Watson le curaba las heridas con alcohol y le colocaba curitas. Sherlock no se molestó en dar las gracias, solo de sonreír débilmente.

 

Al día siguiente, Sherlock y John caminaban juntos por el campus para ir a sus clases. Ambos hablaban del tema favorito de Sherlock en ese tiempo, asesinatos sin testigos y pistas intactas. Amaba hablar de cosas grotescas y sangrientas pero aparentemente a John no le disgustaba, amaba ver a Sherlock inspirado ya que hacía que sus ojos brillaran.

 

Pero en un momento, Sherlock se encogió de hombros y se escondió detrás de John, utilizándolo como escudo.

 

-Eh? Que sucede?-le preguntó John. Realmente Sherlock se podía ver escondido detrás de John pues era mas alto.

 

-Ahí esta Luther y sus tontos amigos.-susurró con miedo.

 

-Vaya, miren quien volvió! Es el pequeño Sherly.-habló un chico de cabello rubio alborotado, de facciones fuertes y uniforme desarreglado, el era Luther.

 

-Que quieres ahora, Luther?-habló Holmes en un tono desafiante.

 

Los amigos de Luther rieron con su comentario y se acercaron cada vez mas a Sherlock y a John.

 

-Ah, y mira. Ahora tienes un novio.-se burló señalando a John.

 

-No soy su novio.-protestó John.

 

Luther tomó el cuello del chaleco azul marino de Holmes, acercando su cara a la suya.-Te dije que no te acercaras a esta parte del campus, la próxima vez que te vea te tiraré al bote de basura a ti y a tu novio.

 

-Que no soy su novio!-esta vez John tenía rubor en sus mejillas que lo hacía ver tierno mientras protestaba.

 

-Si, ya entendí.-Sherlock le siguió la corriente sin haber hecho caso a lo que había dicho John.

 

Luther se dio la vuelta pero de pronto y sin previo aviso se giró y le dio un puñetazo a Sherlock en la nariz y lo empujó a un charco de lodo. Todos los bravucones comenzaron a reírse del pobre Holmes que yacía sentado en el charco con los pantalones, el chaleco y la camisa blanca manchados de lodo así como sus zapatos.

 

Luther esta vez se dio la vuelta con sus amigos y de pronto una risilla se pudo escuchar detrás de ellos, la de Sherlock.

 

-De que rayos te ríes?!-gritó Luther.

 

-De tu ignorancia y de tu triste vida. Veras, se que eres un joven negado sin madre y criado por nana pues tu padre no te busca y no quiere estar cerca de ti porque no eres su hijo biológico. Pero te mantiene por respeto a tu madre. Te da dinero por lo que veo en tus zapatos de marca y para lo que quieras para que no lo molestes. Aunque tienes el dinero no eres feliz porque necesitas cariño. Pero quien le va a dar cariño a un estúpido bravucón como tu?!

 

John, Luther y los demás estaban impactados por la deducción. Sherlock tenía razón por lo que Luther bajó la mirada. John creyó que todo había terminado ahora, pero...

 

-Estas muerto, Holmes!-gritó Luther lanzándose sobre el para golpearlo, pero John se interpuso en el camino.

 

-Hey! Déjalo en paz!-gritó John empujando a Luther, pero no tenía tanta fuerza por lo que el bravucón siguió en la misma posición.-Oh...-uno de los chicos tomó a John por detrás y otro comenzó a golpearlo en la cara sin parar de reír.

 

De pronto, Sherlock se puso de pie y con su corbata comenzó a estrangular al chico que estaba golpeando a John y luego se lanzó sobre el rubio para que cayeran sobre el joven que lo estaba sosteniendo. Sherlock tomó la mano de John y comenzaron a correr lo mas rápido que pudieron.

 

 

Fueron corriendo por todo el campus con miedo mientras los bravucones iban detrás de ellos. Los dos se escondieron en un rincón cerca de un bote de basura.

 

-Por poco nos atrapan.-dijo Sherlock con la respiración acelerada mientras John aspiraba por su inhalador el medicamento.-Lo siento, a veces olvido que tienes asma.

 

John hizo un gesto y un movimiento de manos en señal de despreocupación.

 

-Aquí no nos van a ver.-dijo el castaño antes de que unos pasos de tacón bajo se acercaran a ellos.

 

-Tal vez ellos no, pero yo si.-era el decano el que los había visto y ahora estaban en problemas.-Ustedes dos a mi oficina ahora.-en ese preciso instante, Luther y sus amigos llegaron también.-Y ustedes también.

 

Una vez que estuvieron en la oficina, el decano les llamaba la atención a gritos.

 

-Como se les ocurre?!-gritó el decano.-Esta es una institución con reglas y leyes y la violación de estas trae terribles consecuencias! Debería expulsarlos de aquí inmediatamente.

 

-Decano, nosotros no hicimos nada en absoluto.-dijo John.-Mi amigo y yo....-mientras pronunciaba se sintió un poco mal y tuvo que utilizar su inhalador, mientras Sherlock lo miraba fijamente por haberlo llamado "amigo"- íbamos camino a clases cuando estos imbéciles llegaron y comenzaron a molestarnos.

 

-Señor Watson, esa no es ninguna excusa, Sherlock es el estudiante mas joven de esta institución, debería poner el ejemplo en vez de buscar problemas.

 

-Ellos empezaron.-señaló a Luther y a sus amigos.

 

-No me importa quien haya empezado, es un problema grave.

 

-Que edad tienes?-le susurró John a Sherlock.

 

-Quince.-susurró.

 

-En serio?-arquero la ceja.-Es solo un niño!-le gritó al decano.

 

-Es mas alto que tu.-dijeron Luther y sus amigos.

 

-Callense, no hablo con ustedes!-los señaló.

 

-Escuchen, no los expulsare porque se que son chicos buenos y porque estamos empezando las clases.-dijo el decano.- Pero si vuelven a tener problemas como estos no solo les pondré tres horas de detención, también los expulsare de la institución. Entendido?

 

-Si, Señor.-dijeron todos mirando el piso como niños regañados.

 

-Ahora vayan a sus clases, ya van tarde.-dijo el decano mientras caminaba por la oficina.

 

Al salir de la oficina, Luther miró con desprecio a Sherlock y este le devolvió la mirada hasta que se fueron.

 

Sherlock y John se fueron juntos al baño de uno de los edificios para limpiarse el lodo y las heridas.

 

-En serio tienes quince años?-preguntó John mientras limpiaba sus lentes.

 

-Si, me gané una beca durante el ultimo año de secundaria. Mis padres querían que siguiera en la secundaria y luego la preparatoria como mi hermano pero la secundaria y la preparatoria me iban a aburrir mucho.

 

-Osea que eres como un niño genio?

 

-Mas o menos.

 

Siguieron limpiándose en silencio un rato mas.

 

-Oye, pudiste haber corrido.-dijo John.-Mientras ellos me golpeaban, pudiste haber huido pero te quedaste a ayudarme.

 

-Si, algo así.-sonrió.-Pues tu trataste de darles una lección y no se fueran con la suya.

 

-Bueno, si.-dijo en un tono de voz varonil.-No soporto a los bravucones y tampoco soporto que lastimen a un amigo.

 

Sherlock se acercó a John y le dio un fuerte abrazo.-Gracias.-susurró.

 

Continuara...

 

Notas finales:

Gracias por leer. Espero que les haya gustado. Nos vemos en el próximo capitulo.


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