DESNUDAME
Mis padres y los padres de él, se habían ido de viaje, desde pequeños nos conocíamos y nos habíamos criado juntos, nos contábamos todo pero él no sabía una cosa… Que me gustaba.
Lo supe cuando cumplí trece años me puse celoso al verlo con besándose con una chica , vale sé que es hetero pero en ese momento no sabía ni lo que era yo, recuerdo como me puse a llorar delante de él, insultándole y pegándole como si fuese una chica, pero , cuando me di cuenta de verdad era ese día que se quedo en mi casa a dormir y salió del cuarto baño con solo una toalla luego se tumbo en mi cama y se puso a hacerme un masaje en los pies. La sensación más rica que me proporcionaba hizo que me empalmara, no se lo he dicho nunca por el miedo de que me abandonara por eso no pienso decirle nunca…Que soy gay.
Era la segunda semana que se quedaba en mi casa íbamos a celebrar que él había cumplido un mes con su novia, lo que todavía no sabia es como estaban durando tanto y porque lo celebraba conmigo. El había ido a comprar cerveza y yo preparaba la cena que constaba de llamar al Telepizza y esperar. Seria las diez y media cuando llego él, era alto, moreno con los ojos verdes, que te perdías en ellos, me encantaba su sonrisa tan resplandeciente y tan perfecta que se me hacia la boca agua, es jugador de baloncesto por lo cual tenía brazos fuertes y espalda ancha, tenía hasta el nombre perfecto, Marcos.
En cambio yo tenía un nombre común, Daniel. Era bajito, llevaba gafas, tenía el pelo rubio y los ojos como los de todo el mundo, marrones. Lo bueno era que cada vez que Marcos y yo nos veíamos me cogía en brazos y me despeinaba, me encantaba.
Llego con la bolsa de cervezas y una cajita que no sabía lo que era, al poco tiempo de entrar, llamo al telefonillo el repartidor de pizza, mientras estábamos comiendo empezamos a hablar.
-He traído un juego que he visto en el supermercado, se trata de un dado que cuando lo tiras tienes que coger el número de la carta que te diga el dado, lo vi y me gustó ¿Después de que comamos, jugamos?- dijo mientras mordía un trozo de pizza.
-Vale…pero… ¿Qué pone en las cartas?-pregunté.
-Ni idea después lo averiguamos- sonrió y me mato, casi escupo el agua que me estaba tomando.
Después de recoger la mesa y fregar los vasos y los platos, nos sentamos en la mesa con la cerveza por delante y abrí la cajita del juego. Se llamaba Atrévete, el juego me asustaba un poquito porque ya me olía de cómo era este juego. Lo mire un poco de reojo y ya estaba con la segunda cerveza cuando yo no me había tomado ni la primera.
-Dani, ¿Empezamos a jugar o qué?-pregunto serio.
-Si si, espérate coño que lo saque, aunque sea-me defendí.
Con todo en la mesa, empezamos a jugar, Marcos empezó primero y saco el número cinco.
-¿Qué pone Marcos?-pregunte
-Pone que me quite lo calcetines-se quito los calcetines y ahora era mi turno.
Tire el dado con nerviosismo este juego era el más raro que había jugado nunca, saque el número siete y ponía: Bésale el cuello al que tengas al lado. En la vida haría eso, quería cambiar la carta cuando, Marcos se dio cuenta.
-Eso no vale, ¿Qué pone Dani, para que la cambies?-hijo de puta con reflejos.
-Mm…pone que te bese el cuello-me sonroje.
-Pues lo, tampoco es que me pusiera hazme una mamada jajaja-cuando lo dije me puse más nervioso todavía.
Me acerque a él y me puse a su lado en posición vampiro, le di un beso y me quite enseguida
-¡¡Oye!! No me he dado cuenta del beso, sigue dándome besitos-puso morritos.
Mañana lo mataría y lo echaría, pero no podía lo quería demasiado.
Otra vez en la misma posición pero con una mano en su rodilla, empecé con besitos secos que se convirtieron en besos algo babosos y mordiscos. Al cabo de los cinco minutos.
-Ahora es mi turno- dijo dando un paso hacia delante y cogiendo una carta.-Pone que mi compañero se tiene quitar la camiseta con baile sexy-dijo pícaramente.
Me quite la camiseta que llevaba puesta pero moviendo un poco la cadera, me fije que llevaba cuatro cervezas , lo hice lo más ligero que pude para que no viera que me estaba poniendo nervioso y rojo.
-Mi turno y pone…- me quede en blanco cuando leí lo que ponía. Ponía que tenía que darle un morreo de diez minutos.
-Otra vez igual, dilo que me da igual, eres mi mejor amigo y lo que hagamos, es nuestro secreto-afirmó seguro.
Le cogí la cabeza con las dos manos y le dije ronzándole los labios.
-Que te de un morreo de diez minutos-dije en tono casi como interrogante.
-Adelante-cuando dije la palabra junte mis labios a los suyos y comenzamos la danza de bocas.
Era suave pero con su toque salvaje, el puso sus manos en mi pierna y empezó a apretarla, entonces entendí que le faltaba aire. Paramos unos segundos y mi mejor amigo que me miraba con excitación y con la respiración agitada se abalanzo a mí.
No sabía, lo que estaba pasando pero lo seguí, su lengua se adentro a mí con necesidad, yo le seguí el juego pero llego un momento que su mano estaba muy cerca de mi entrepierna y me estaba empalmando, me separe de él rápidamente.
-Tu turno-dije borde.
Se quedo pillado, pero cogió otra carta y dijo:
-Dice que diga de quien estoy enamorado desde siempre-me puse tenso.
Nunca le había preguntado de quien estaba enamorado, seguramente sería la nueva, pero seguía tenso y nervioso. Se acerco a la altura de mi oído y me dijo en susurro.
-Estoy enamorado de ti, desde que tenía catorce años, no sabía lo que hacer para olvidarte pero no puedo, me gustas Dani-se tiro encima mía, besándome, dejándome sin respiración , mientras su mano se acercaba a mi entrepierna y me susurraba al oído :
-Dani…quiero hacerte el amor-respondió gimiendo en mi oído.
-Marcos…-gemí.- También me gustas desde hace unos años-su cara estaba blanca y sonrojada.
Me cogió de la cintura, levantándome del sofá y empujándome contra la pared más cercana a nosotros, nuestras lenguas no paraban de jugar, al igual que sus manos, yo tenía las manos en su pelo mientras él las tenias aprontándome el culo y masajeándolo. La pared se estaba cada vez haciéndome más daño, ya que, Marcos no paraba de pagarse más a mí y me estaba asfixiando.
-Marcos, la pared me está haciendo daño, vayamos a mi cuarto…-me queje.
-Mm…lo siento, me tienes loco y quiero ver como tú, también te vuelves loco-dijo gruñendo.
Llegamos a mi cuarto al cabo del tiempo, cada dos pasos nos deteníamos a besarnos, al llegar a mi cuarto me acorde que no tenía ni condones ni lubricante ni nada por el estilo.
-No te quiero cortar el punto…-dije, mientras él me iba quitando los pantalones quedando solo en bóxer-Pero no tenemos condones…ni nada de eso…-mi cara estaba roja por decir eso.
-Daniel-me dijo serio- lo tenía todo planeado para hacerte mío crees que no voy a llevar condones encima, ahora deja de pensar y disfruta , te voy hacer el amor tanto, que mañana vas a tener levantarte con ayuda de alguien-mientras decía eso le quitaba la camiseta mientras me excitaba mas y mas con sus palabras.
Marcos me sentó en la cama, bajo a mi entrepierna y me quito los bóxer de un solo tirón quedando totalmente expuesto a él, mi excitación se veía en todos lados, quería impedir que lo que iba a ocurrir pero no puede, su boca ya estaba haciendo de las suyas en mi pene, al sentir su lengua me retorcí y a partir de ahí no pude parar de gemir. El me miraba en forma picaron y vi como su propia mano se desabrochaba el botón del pantalón y sacaba su pene.
Era perfecto no muy grande ni tan pequeño, ni tan gorda ni tan fina. Las ganas que tenia de que me penetraran eran increíbles pero yo también quería ver como gozaba delante mía, lo cogí de los hombros llevándolo a que se sentara en la cama pero en vez de chupársela, me senté encima suya y empecé a moverme creando fricción, a él solo le quedaba que le quitaran los pantalones y los bóxer, cuando vi que estaba en el cielo, los deslice y se los quite. Al terminar esa danza rara que hacían que nuestros penes se chocaran, baje hacia la búsqueda de su amiguito, lo explore de arriba abajo con mi lengua, succionándole e incluso mordiéndole la punta del, sus manos estaban en mi cabello marcando el ritmo que tenía que seguir, era lento pero con algunas pausa.
Me elevo y beso con fuerzas mis labios pegajosos, entonces me dijo:
-Túmbate y abre las piernas, quiero hacerte el menor daño posible –me puso delante dos dedos, para que los lubricara y cuando estuvieron bien mojados, se puso encima mía poniéndose el condón primero.
Su mano izquierda estaba apoyada al lado de mi cabeza, mientras la otra estaba en la entrada de mi culo, primero metió el primer dedo que empezó a moverlo en círculos, el segundo que entro, me dolió, haciendo que apretara la cama y gritara ahogadamente. Sus dos dedos buscaban el punto preciso para hacerme sentir bien, los sacaba y los metía, el no miraba hacia abajo si no que miraba mis ojos y me besaba. Yo gemía y gemía en su oído y mordía su hombro con excitación. Al llegar al punto exacto, cambie y mi ganas de apretar cosas por culpa del dolor se fueron dejándome solo en vaivén de escalofríos.
Cuando estuve listo me miro a los ojos y dijo:
-Daniel, quiero hacerte mío ya… ¿Puedo entrar?... te juro que te hare el menor daño pero quiero que estés seguro…-su cara de excitación era hermosa y quería que fuese suyo.
-Marcos, hazme tuyo, te amo y estoy loca mente enamorado de ti- los dos estábamos deseosos por este momento, yo lo quería desde hace tiempo y él se le veía en esos ojos verdes que hipnotizaban.
Fue entrando poco a poco, mi respiración era regular y me dolía pero quería ajuntar ya que lo amaba.
-Ya…ah… casi esta-dijo mientras metía lo que quedaba, cuando estuvo todo dentro, llore de dolor al sentir que algo caliente estaba en mi trasero, quería gritar, pero grite en un grito lleno de gozo.
Nos quedamos unos minutos quietos para que me acostumbrara el dolor iba desmullendo, gracias a la mano de Marcos que estaba en mi pene tocándolo. Ya no podía más y empecé a moverme un poco. El puso cara de preocupación pero entendió el mensaje y se movió poquito a poco.
Cuando observo que mis caderas se movían desenfrenadamente, el se movió al ritmo mío, los dos gemíamos como loco, nos arañábamos, nos mordíamos los labios el uno al otro y nuestras manos andaban como locas por nuestro cuerpo, su calor me excitaba de sobremanera, disfrutaba tenerlo dentro y me hacia gemir de placer. Me tomo de las caderas y tomo el ritmo de los dos, yo le agarre cabeza y lo bese apasionadamente.
Yo estaba sentado encima suya y el debajo mía con sus manos en las caderas moviéndome de arriba abajo para poder llegar al orgasmo juntos, no sabía cuánto tiempo llevábamos haciéndolo pero disfrutaba y me daba igual.
-Ya…mph… no puedo más…voy a…-dije gritando y arqueándome de placer al sentir que llegaba al órganos.
-Yo también…te amo Daniel-respondió, mordiéndome la oreja.
Al terminar estábamos exhaustos por el gran orgasmo que habíamos tenido, estábamos pegajosos y Marcos estaba al lado mío mirando el techo. Se giro quedando cara a cara me tomo de las manos y dijo:
-Te amo mucho, todo esto ha sido planeado, no sabía cómo decírtelo y ese juego lo he comprado por internet, me ha ayudado mucho– rio.
-Yo también te amo y me ha encantado como me los has dicho pero la próxima vez pónmelo en una carta - reímos a carcajadas y nos quedamos fritos.
A la mañana siguiente me levante y vi en el borde de la cama, una carta que tenía como título”DESNUDAME”.
Si deseas algo mucho da igual el tiempo que pase, lo quieras olvidar o evadirlo de tu cabeza siempre estará ahí en un rincón de tu cabeza, a los años puede cumplirse, como me paso a mi contigo, lo intente y me salió bien aquí te tengo leyendo esta carta mientras tu estarás en la cama todavía y yo en la calle corriendo.
ESTA NOCHE SUSURRAME “DESNUDAME”
Te amo, Marcos.
Sonreí al leerla y escuche, como entraba el hombre que me había cautivado desde hace años, el hombre al que amaba.
FIN