06 de Mayo del 2014 5:13 PM
Normal P.O.V
El viento soplaba fuerte, el sol brillaba con intensidad, haciendo brillar los hermosos ojos de Naota. Este último se encontraba en la azotea de la escuela, cerca observando como las personas reían y hablaban con sus amigos…
Naota pasó su mano derecha sobre la baranda y derramando un aire de nostalgia dijo. –Que hermoso… Todos… Sonríen, ¿Por qué yo no puedo ser feliz cómo ellos?... Da igual, se supone que con esto… Seré igual a ellos… Seré... ‘‘Normal’’. – El albino se sentó encima de la barandilla causándole un pequeño mareo a Naota.
Minutos después de estar pensando en el pro y en el contra, Naota se dispuso a tirarse, pero en el acto, una voz lo detuvo, erizando la piel de Naota. –
Naota P.O.V
-¿Sabes lo que pasa si te tiras desde aquí? - Al oír eso, me sobresalté un poco e inesperadamente traté de responderle. – Ah… M-muero…- Entonces, ¿Por qué te tirarás sabiendo que morirás? - Me pregunto con un serio toque de frialdad, yo rápidamente respondí enojado.- ¡E-eso a ti no te incumbe!... S-sólo vete, ¿Quieres? – Lo último lo dije con una voz demasiada baja, pero al parecer logró escucharme.-
Noté que el chico suspiro para luego volver a interrumpir mi hermoso futuro.- ¿Es esta tu mejor opción? – Me sorprendí por la pregunta que hizo… ¿Qué tramaba este inútil? Traté de tranquilizarme y le respondí.- ¿Qué más puedo hacer?, ¿Soportar lo que me hacen cómo los últimos 10 años?... Además… ¿Quién eres?- El chico al cual no conozco se puso a pensar unos minutos y nuevamente habló.- La persona que robará tu dolor y tristeza.- No entendí muy bien lo que dijo, pero cuando pensaba en sus palabras, éste me jaló y me sacó de la azotea, impidiendo mi entrada hacia el más allá…
- ¡¿Qué crees que haces?! , ¡Suéltame maldito pervertido! – Me estaba agarrando demasiado fuerte, me dolía, no sabía porque ese chico se metía en mi vida. Es absurdo, ni siquiera lo conozco… ¿Qué trata de hacer?, acaso… ¿Se preocupa por mí? Que estúpido…- ¿Podrías callarte un rato? – El chico se quejó, aunque no tenía derecho a hacerlo.-
- Ah… ¿Y tú podrías soltarme? – Forcejee un poco para que me soltara.
- Tch…- Logré ver una graciosa escena de enojo y timidez en su rostro. – Gra-gracias. Este, todavía… No sé tu nombre, ¿Me lo podrías decir? Por favor… - No sabía ni por qué le preguntaba eso. Creo que solo fue curiosidad.-
-¿Es importante que lo sepas?- Su cara realmente me dio miedo cuando dijo eso, este chico es demasiado raro, me asusta.- Sí, quiero saber el nombre del estúpido que irrumpió en mi acto de ‘’felicidad’’- Respondí con un poco de sarcasmo que ni siquiera la persona con un intelecto… Intelectual podría notar.-
-… Tomoya, mi nombre es Tomoya Satou. – Dijo un poco molesto.- A-ah… Y-yo me llamo- Naota, ya lo sé.- (¿Cómo sabe que me llamo así, acaso es un acosador? Debe serlo… Es un acosador, definitivamente) – S-sí… -
-Vamos, ya van a tocar y no me gustaría quedarme castigado con un engendro como tú.- Primero me ‘’salva’’ y luego me molesta, ¿Qué tipo de persona hace eso? - … - ¿Qué sucede? – Me dijo, yo solo me quedé ahí parado.- ¿Acaso te enojaste por lo que dije?, no seas tonto y camina.- Tomoya me agarró de la mano y arrastró, literalmente, hacia el salón 3-A - ¡Ah! ¡E-espera, ve más lento, no soy bueno corriendo! – Le grité pero no me hizo caso, mi condición física era realmente mala, como ya había dicho antes, sufro de Asma y el estar muy agitado no era muy bueno para mí que digamos.-
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6:05 PM
Naota P.O.V
Después de correr unos cuantos minutos Tomoya se detuvo, y yo… Yo me desplomé, estaba realmente cansado. Sí… Una persona normalmente no se cansaría por subir 2 escaleras, correr por el pasillo bruscamente durante minutos infernales y detenerse sin hidratarse… Espera, creo que eso cansaría a cualquiera…- Oye conejo, ¿Estás bien? – S-sí… Espera… ¿Co-conejo? –
- Ah… Es que, pareces un conejo… Lo siento. – Eso me sorprendió un poco, digo, tengo el pelo blanco, pero tampoco es como si me pareciera a uno.- O-okay…
El timbre sonó y Tomoya me empujó al salón de clases, luego se fue corriendo, seguramente al salón D-3… Era mayor que yo. Seguramente me ganaba por 2 años. Aunque, parece de 19, ¿Habrá repetido? Ah… No importa.
Fui a sentarme en mi asiento, me ubicaba al fondo en la última fila, normalmente, los mejores alumnos se sientan adelante, pero a mí no me gustaba estar allí, por lo que pedí que me cambiaran, pues siempre me tiraban papeles y cosas así.
El profesor había entrado al salón, todos nos levantamos de nuestros asientos y saludamos al profesor. Luego nos sentamos e iniciamos con la clase de lengua.
Para mí suerte, esta era la última clase. Yo estudio en un internado, se me había olvidado decirlo antes. Cada estudiante tiene una habitación y un compañero de piso. Yo también tengo uno, pero nunca lo veo, las pocas veces en que lo veo son en la clase y en la biblioteca. Es demasiado tranquilo, y no habla mucho, me agrada.
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7:45 PM
Normal P.O.V
La clase de Lengua había terminado sin interrupción alguna, eso se le hizo raro a Naota, muy raro… En cada clase sus compañeros lo molestaban, pero hoy, extrañamente fue la excepción. Dejó de pensar en ello. Acto seguido, recogió sus pertenencias y se fue a la biblioteca.
Naota siempre fue un chico tranquilo, le apasionaba leer, sentía que haciendo eso, se alejaría de la realidad que le rodeaba, le hacía feliz.
El albino fue hacia una de las estanterías, estaba pensando en llevarse un libro, obviamente con el permiso de la bibliotecaria
Mientras Naota buscaba un libro pudo escuchar unos sonidos un poco… Depravados por decir así. Nao, se acercó un poco más para poder escuchar mejor y aclarar que no era lo que pensaba.
- I-izumi… E-espera, n-no hagas eso… ¡Ah! D-detente… N-nos escucharan ¡Ghn!- Se escuchaba una voz suave y baja.-
-Si no quieres que nos escuchen, entonces no grites.- Esta voz era un poco más fría y nivelada, no como la anterior.- N-no estoy ¡A-ah! Gri-tando.- El de voz fría se río un poco.- ¡Ah! Izu-mi, ya… Ya no- puedo, v-voy a…nh.- Esto ya era demasiado para el pequeño oji-azul, estaba demasiado avergonzado por haber escuchado algo como eso, sin mencionar que una de las voces se le hacía conocida. Poco a poco fue acercándose a la escena indecente y logró ver a un chico pelinegro con ojos del mismo color a su cabello. Naota ya sabía quien era ese chico y cuando logró ver con claridad lo que estaba haciendo con ese senpai, se sorprendió. Resulta que el pelinegro era Yasuo, su compañero de piso, nunca imaginó que lo encontraría en la biblioteca y menos haciendo ese tipo de cosas.
Cuando el albino estaba a punto de irse de ese lugar, tropezó con unos libros que estaban esparcidos por el suelo, probablemente por las gemelas del director. Al tropezar, logró llevarse por completo la atención de la parejita. Naota no sabía que decir, estaba frente a su compañero semidesnudo y su senpai desconocido. Los otros dos quedaron completamente callados, Izumi ruborizado y el otro haciendo una mueca.
~Fin~
Cáp. 2 ‘‘Idiota’’