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Bro next door por Irabu-chan

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Bro next door

Miraba con recelo, apoyado en la puerta entrecerrada a cada mujer que entraba al cuarto que estaba al lado del mío.

¿Qué tienen ellas que yo no tenga? Nuestro afecto es más fuerte que el con cualquier otra persona, soy más bello que todas ellas juntas, puedo darle placer si es que así lo quiere.



Lo tengo todo, obviamente, menos a él.



Pero no entiendo porqué no me escoge luego de tantos años que hemos estado juntos, tanto que hemos compartido, tanto que hemos reído, llorado, disfrutado...Tan sólo debo mirar al suelo resignado de cada uno de mis deseos, pues la barrera que nos separa es la de la sangre.

Anhelo esos días en que él me tomaba la mano y con una sonrisa me proponía que fuésemos al parque por un helado para gastar el tiempo de la tarde, amaba esos días en los que pasaba junto con mi hermano mayor, desde hace pocos años ya todo es muy diferente.

Oh, ahora tiene una nueva novia y para colmo es vecina de nosotros... La poca cosa que es esa chica, sigo sin saber qué es lo que mi hermano le ve. Delgada, pero baja, cabello negro azabache y ojos marrones, algo normal. Pero yo...¿yo qué tengo? Soy rubio, alto y blanco, ojos verdes y manos finas, facciones perfectas, de un ángel... ¡Hermano! Abre los ojos y mírame.

Hoy fue un día corriente en la escuela, hice cada intento por pasarla al lado de mi hermano durante los ratos libres, pero me evitó a toda costa para pasársela con ella. La odio con todo mi ser, al verla tengo una imagen mental de ella sobre el piso bañada en sangre, esas ganas de vomitar al tan sólo ver su redondo rostro con esa expresión de felicidad infinita cuando ve a mi hermano...apuesto a que me quiere sacar de quicio, quiere que le tenga envidia, me saca en cara que ella lo tiene rendido a sus pies, ¡muere, maldita zorra!

Para calmar toda ansia y mal genio, tuve que conformarme con pasar el rato con mi mejor amigo, el cual no hacía más que preguntarme por mi estado anímico, sí, desde que mi hermano está con esa mujer no muestro alguna sonrisa, solamente procuro tener la mirada al piso por perderme tanto en mis pensamientos pseudo-sádicos.

Pronto quise pasar ese dolor que tanto me oprimía el pecho, prefería un dolor físico. Me puse de acuerdo con mi amigo durante la última hora y al final de clases nos fuimos al baño de hombres apenas todos se fueron, para así evitar toda sospecha. Perfectamente sé que él está enamorado perdidamente de mi, así que siempre está dispuesto a tener sexo conmigo cada vez que se lo permito, generalmente cuando me reniego a la idea de algún día hacerlo con mi hermano.

Sin esperar demasiado tiempo nos desvestimos rápido y así nos pusimos a tener sexo sin responsabilidad alguna por parte de los dos, tan sólo placer, en mi caso prefería el dolor "¡Quiero que me duela, haz que me duela!" No era raro que algo así saliera de mi boca cada vez que alguien me penetraba, y con alguien me refiero a cualquiera, no me acuesto con mi mejor amigo, solamente. Tengo a muchos hombres siguiéndome las espaldas y cuando me siento así de mal, nada más les doy el paso para que se jueguen conmigo tanto como yo con ellos.

Algún día recibiré mi castigo por esto.

Hermano, si supieras cuánto te amo...todo lo que hago es por ti y por tu culpa, ¡mis ojos no son para nadie más! ¿Qué quieres saber? Si no me llevo a alguien a la cama, cada noche me masturbo hasta el cansancio pensando solamente en ti, cada vez que tarareo es una canción dedicada a ti, ¡cada dolor que me azota el corazón es por ti! Eres tan tonto como para no darte cuenta, he hecho lo posible para demostrártelo pero de manera tan sutil.

Hicimos como que nada sucedió y cada uno tomó su camino de vuelta a las respectivas casas en el resplandor de día muriendo ya.

Ahora mismo tiene a la vecina en la cama, de seguro están haciendo el amor. Escucho la madera de la cama golpeando contra la pared y el sonido de las respiraciones agitadas... Hermano, ten un poco más de tacto conmigo. Quiero morir cada vez que me haces esto.

Ésta misma noche salí de casa sin que nadie supiera para evitar agarrar el cuchillo o tirarme por la ventana,. Tuve que ser bastante cuidadoso escabulléndome entre las sombras y pisando el suelo con la punta de mis pies, si mi madre se diese cuenta, se pondría enferma.

Ya afuera, camino con la manos en los bolsillos de mi chaqueta mientras miraba al suelo. Me sabía el camino de memoria a lo que no prestaba mucha atención siendo que apenas estaba iluminado con las luces de la calle. El agradable viento frío acaricia mis cabellos como queriendo consolarme de la constante desgracia que llevo sobre mis hombros, pero en definitiva nada ni nadie lograba acallar mis gritos de amor desesperados.

A la esquina me encontré con él nuevamente. Debo agradecer cada vez que ha hecho caso a mis crueldades y las ha recibido con tacto afecto y consuelo, a veces me siento como la peor persona y luego culpable al no poder nunca responder a sus "Te amo" luego de que terminamos, me siento un monstruo al crearle siempre falsas esperanzas...pero la mayor parte de la culpa la lleva mi hermano.

Nos alejamos más y más del punto de encuentro, ambos en completo silencio como si alguna fuerza presionara nuestros labios para no soltar alguna palabra. Creo que así está mejor, se debe a la vela de lo que vendría, una noche de puro placer carnal, de dolorosas ilusiones y dos corazones rotos. Perdóname, nunca quise romper tu corazón, pero siempre estuviste ahí para mi y ahora es cuando más te necesito, ayúdame, consuélame, siénteme, dame. Ésta noche quiero que duela más que las anteriores, quiero sentirlo recorriendo cada centímetro de mi cuerpo.

Llegamos a la playa, nuestros pies descalzos tocaban la húmeda arena de la orilla del mar. De vez en cuando miraba al horizonte siguiendo el agua que con su gentil toque pasaba apenas por encima de la arena. El mar y la arena siempre están juntos, todo el día, todos los días...como mi hermano y yo, la única diferencia es que él no me acaricia.

Aprovechamos la pasividad de la marea para acostarnos cerca de la orilla, dejamos que las olas romper entonen su calma melodía quedándonos un rato en silencio entretanto apreciábamos lo que nuestra vista alcanzaba del cielo. Todo se rompió cuando mi amigo me dijo que lo mejor es hacerlo de una vez por todas, después hará frío.

Nuestros cuerpos se unieron con lo que empezó con un gentil beso seguido de tímidas caricias a lo largo de nuestros cuerpos, pese a que se me permitiera, durante el acto nunca puedo imaginar que estoy acariciando a mi hermano ni que él me acaricia, tengo claro que el tacto de su piel es completamente diferente tanto como la manera de moverse. Supongo que sobre mí sería igual.

Nos dejamos llevar por el calor del momento, de un momento a otro con movimientos rápidos y poco pacientes estábamos los dos desnudos, yo encima, él debajo, yo besándole y el correspondiendo. Ah, no me gusta cuando me hace saltar de repente con una caricia en mis lugares sensibles, de mis labios siempre se escapa un exagerado gemido y mi cuerpo cede más y más. Terminamos enrollados sobre la arena, abrazados con tanta fuerza que aunque quisiera, no podría soltarme de él, en verdad yo necesitaba agarrarme de algo, de alguien para no escapar directo al mar y ahogarme más de lo que ya estoy.

Los gemidos fueron en progresivo aumento, ya lo tenía dentro de mi, incluso ya estaba moviéndome encima de él para recibir esa deliciosa estocada que intentaba arremeter contra la sequedad de mis adentros. El dolor consume mi cuerpo y mi mente, quería parar pero también quería seguir, mentía a cada pregunta sobre el dolor respondiendo que se sentía tremendamente increíble el placer roto transformado en puro dolor. El ver la sonrisa a medio lado de mi amigo en veces, quizás de felicidad por estar de esa manera con él me causaba algo en el pecho y en la garganta, se me hacía un nudo siempre...¿por qué es feliz cuando lo utilizo? Por un momento me detuve y doblé tanto mi espalda que mi cabeza terminó sobre su pecho, pronto mi llanto rompió.

Ahora que tanto lo pensaba me daba cuenta de todos los errores que he cometido por algo tan simple e insignificante...¡pero es mi constante recuerdo! Vivo con quien amo, lo veo, le hablo, reímos y compartimos. La presión de mano ajena recorrió con suavidad mi cabeza hasta mi nuca, decidí hacer el intento por calmarme y callar, luego me dijo que todo estaba bien, no hay que desesperar por algo tan simple...estaba feliz por el simple hecho de que yo me juntase con él, que le hablara y le escogiera ahora mismo para éste tipo de cosas. ¡Qué cruel!



Tardé en darme cuenta que ya era tarde, pero eso no me importó, yo y él estábamos todavía con lo nuestro y no saldríamos de allí hasta terminarlo. Por giros de la vida, a lo lejos vi una sombra entretanto estaba literalmente montado sobre mi amigo, imaginé y era lo peor. La silueta poco visible de mi hermano estaba quieta a unos metros más allá de nosotros, ya era evidente que se dio cuenta de lo que estábamos haciendo. Tan pronto como pudo, se acercó y con toda brutalidad me pesca del brazo casi cortándome la circulación, yo a gritos le pedí que no me tocase o que no me separara de mi amigo quien también alegaba por el violento actuar de mi hermano, pero nada logré. A duras penas recogí mi ropa y a rastras tuve que seguirle. Entramos al auto, de un empujón me sentó en el asiento del copiloto, yo cohibido abracé mis ropas y hundí la cara sobre éstas incapaz de decir palabra alguna.

"No quiero que vuelvas con él, ni siquiera lo veas." Me dictaminó con voz firme como si fuese él quien controla mi vida. Yo pocos segundos después le pregunté el por qué, no es quien para decir qué hago con quién y qué no. La injusticia tremenda de que él pueda acostarse con todas las que quiera sin que yo le diga algo. "No puedo creer que eres homosexual...y maldigo la escena en la que te encontré ahora." Luego respondió entre dientes "No le diré a mamá sobre esto...sabes cómo se pondría si es que se enterara de que prefieres acostarte con los hombres." Mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente, la manera en que mi hermano hablaba del tema era muy...asqueada, odiaba eso. Ya me dio más a entender que golpearía incluso al hombre que apena le besara la mejilla. Mis manos cubrieron mi rostro lentamente, fue como si de un segundo a otro, mi mundo entero se hubiese destruido y en efecto así fue. No pudo soportar más.

Hermano, ¿por qué me haces esto? ¿Qué harías si yo me atreviera algún día a besarte en los labios? Hermano...ahora mismo no quiero que me odies ni me tengas mucho más asco. Hubiese querido que me sacases de allí por puros celos, pero la razón era que tanto mi madre como él y la novia se dieron cuenta que no estaba en casa.

Antes de entrar me vestí dentro del auto, antes de entrar le dije a mi hermano con la voz temblorosa que todo ésto lo hacía por su culpa, él fue quien me dejó ese hoyo tan inmenso en el corazón que me llevó a hacer éstas cosas. Me miró en silencio luego de que le aclaré que lo amaba con tanta fuerza y obsesión, no un amor entre hermanos, un amor intenso, carnal, posesivo, lo quería sólo para mi y que nadie más se atreviera a tocarlo...Como respuesta recibí una fuerte bofetada, un dolor inimaginable en todos los ámbitos posibles, pero fue a causa de mi hermano, su mano me tocó la mejilla, ¡me tocó! ¡Mi amado hermano me tocó! Una felicidad tremenda me tomaba el cuerpo mientras recibía más y más golpes en distintas zonas, no me interesaba lo que hiciese, no me interesaba que me sacara sangre, era mi hermano quien metía los puños para arremeter contra mi cuerpo que tanto le necesitaba.

Luego de la paliza, entre jadeos me miró directo al cansancio de mi doloroso mirar, de mis ojos las lágrimas no cesaban, de dolor, de felicidad, pero no de tristeza. Me pasó con cuidado la mano por mi roja mejilla. Algo que separaba a mi hermano de otros es que no controlaba mucho sus emociones, por lo mínimo pierde los estribos y llega a ser violento...eso nadie lo sabe más que yo. Nadie más lo ha vivido como yo, yo soy el único que ha visto esa faceta en mi hermano, por eso lo merezco, por eso y muchísimo más.

Esa mera caricia terminó con un frío melancólico, al apartarse de mi para que lograse salir del auto, fue directo hacia el porche de la casa tocando la puerta. Ojalá encuentre una buena excusa por los golpes que me dejó en la cara y en el cuerpo.

A duras penas le seguí, me encontraba mareado y cansado, al pararme justo al lado de él, me abrazó del hombro con un sólo brazo y al instante dibujó una expresión triste...Hermano, por favor no llores. Me lo merezco.

La puerta se abrió, me encontré con la cara sorprendida de mi madre y las gotas que corrían por la mejilla de mi hermano. Antes de que él dijera alguna palabra, lo excusé diciendo que alguien abusó de mi, eso explicaría mis ropas mal puestas. No necesité más palabras para que mi madre entendiese, pero ahora estaba preocupada por aquel que lo haya dicho. Mi hermano dijo después que el hombre escapó y eso daba la explicación de sus nudillos rojos, por los buenos golpes que le propinó al "malhechor".



Mi madre le encargó a mi hermano de mis curaciones, subimos al baño y me obligó a entrar a la bañera para limpiarme de los sucios restos que mi amigo me dejó, de paso también la sangre. Yo con la boca cerrada y él frotándome la espalda con el jabón en mano, un toque tan suave y agradable.

Escuché la voz de mi hermano diciendo que soy un tonto, pero que aún así me quería demasiado. Alcancé el rostro de él estirando mi mano y con un leve impulso levanté mi cuerpo, así con mis labios alcancé los de él creando un mero roce que en realidad en mi causó un gran estremecimiento, un revuelco en el corazón acompañado de una sensación inexplicable, quería gritar de felicidad o algo así. No podía esperar más ya, si no actuaba él, tendría que ser yo. Lo inesperado sucedió, correspondió gustoso al beso que le brindé, no tenía más lágrimas para llorar así que sonreí tanto como pude. Al terminar, parecía él dispuesto a no recibir otro, por eso me empujó desde el pecho para que volviese a sentarme.

No podía sentirme más feliz...espero que ésto vuelva a suceder.

Notas finales:

-Espero que les haya gustado uvu. 


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