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Little red riding hood syndrome por Nanami Fushikawa

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Notas del fanfic:

Primero que nada gracias por entrar a leer, el titulo en español vendria siendo "El sindrome de caperucita roja" espero y sea de su agrado :3

Notas del capitulo:

Disfruten~

 

Una gota, dos gotas, tres gotas, cuatro gotas… El mismo proceso llevaba horas repitiéndose, los ojos grises siguieron viendo a través de la ventana de la habitación, treinta y siete gotas, treinta y ocho gotas, treinta y nueve gotas, el sonido de un ave, el nudo en la garganta, el ardor en los ojos, la miseria en persona, dolor, dolor, dolor.

~

El día había empezado nublado, especialmente frío y con la amenaza de una llovizna, o eso era lo que pensaba Draco, últimamente los días parecían tener su humor, se miró en el espejo, las ojeras destacando en su pálida piel, soltó un suspiro, ajusto su corbata verde y salió con rumbo a las clases de pociones. No podía darse el lujo de llegar tarde, los ojos recelosos de todos los estudiantes de Hogwarts lo seguían, independientemente de ser sus compañeros de casa o no, una burla, dos burlas, tres burlas, un cuchicheo, un empujón, cientos de caras de asco y apatía, nada nuevo, lo mismo que lo seguía desde hace unos meses. Viro en una esquina solitaria, el segundo retrato a la izquierda, le hizo cosquillas y espero, la puerta oculta se mostró, entro con cuidado que nadie lo viera, no sería útil que alguien se diera cuenta de lo que hacía, parpadeo un poco al ser recibido por la cocina del gran comedor. Se sentó en una mesa, un elfo lo recibió-tráeme lo mismo de siempre…-un murmullo salió de sus labios a la vez que Dutty desaparecía y aparecía seguidos de un “pluff”, casi no era nada de comida solo una manzana verde y un poco de jugo de calabaza. Comió en silencio mientras miraba a los elfos yendo de un lado a otro.

-Gracias…-el agradecimiento salió autómata de sus labios, últimamente era siempre así, ¿Dónde estaba el Draco Malfoy de antaño? Una mueca recta se posó en sus labios, el Draco Malfoy de antaño no hubiera dado las gracias a unos elfos domésticos, el Draco Malfoy de antaño no hubiera dejado que una mocosa de tercero le lanzara un hechizo ensuciador, el Draco Malfoy de antaño caminaría elegante y altivo, no como el de ahora, que hacia todo lo posible para pasar desapercibido; pero, el Draco Malfoy de antaño se podía ir a la grandísima mierda ahora mismo.

Doblo en una esquina, bajo unas escaleras, un pasillo a la derecha y estaría en el salón de pociones, las mazmorras estaban especialmente frías ese día, unos pasos más y estaría al frente de la puerta del salón de Slughorn. Entro apenas unos segundos antes del inicio de la clase, lo hacía como una forma de protegerse y ocultarse, así nadie lo miraría por mucho rato.

El profesor de pociones entro mientras cargaba unos pergaminos, parecía atareado-Buenos días-saludo rápidamente a los Slytherin y Gryffindor.

-Hoy haremos unas pociones de transformaciones, abran sus libros en la página 207- los miro rápidamente analizando la situación-háganlo en parejas, si en parejas…-murmuro unas cuantas cosas por lo bajo-esta es una poción un tanto complicada, por lo que lo mejor es el realizarlo con ayuda de un compañero, pongan mucha atención, cuiden cada uno de sus ingredientes y ¡pongan sus calderos a hervir!-finalizo energético.

Se removió imperceptiblemente en su asiento, acomodo su libro en la página 207, pestañeo un poco intentando memorizar los ingredientes de la poción, sonrió en una mueca amarga al leer el décimo ingrediente “uñas de hurón” giro un poco la vista al caldero que había puesto a hervir en un fuego lento.

-Hola Draco-alza la vista un tanto dubitativa hasta toparse con unos ojos café oscuro.

-Theo-murmuro no muy convencido.

-Voy a hacer el trabajo contigo-informo sin más el chico alto-Blaise lo va a hacer con Pansy-murmuro con tranquilidad mientras tomaba asiento al lado del rubio platino. Malfoy solo asintió levemente, últimamente el contacto con sus compañeros de casa era casi inexistente por no decir nulo, por un momento pensó que ese trabajo lo tendría que hacer solo.

Por lo menos tendría compañía  y Theo, a diferencia de Blaise y Pansy, podía  trabajar en silencio. Y así ambos Slytherin comenzaron con la tarea que se les presentaba.

~

Harry miro a Hermione que articulaba una disculpa muda, el de ojos verdes solo asintió, ya se lo esperaba, después de todo era obvio que la castaña hiciera el trabajo con su novio. Sonrio un poco, estaba alegre de que sus amigos hubieran dado el siguiente paso; sin embargo, no podía negar que se sentía un poco olvidado. Soltó un suspiro resignado, no era por ser malo pero ya sabía que si no lo hacía con Mione o Ron, terminaría trabajando con Neville como lo estaba haciendo en ese momento. Esperaba que todo saliera bien, se lo rogaba a Merlín. Ya suficiente tenía con que todo el jodido mundo lo mirara como si fuera una divinidad. Joder tenía apenas dieciocho años, ¿Qué no lo podían dejar vivir con tranquilidad por una jodida vez en su mísera vida? Soltó un gruñido molesto. Negó levemente mientras resoplaba un poco, todo el mundo lo acosaba. El pelinegro siguió analizando su vida por un rato. Por lo menos, Voldemort ya no existía. Suspiro.

¿Qué demonios era ese sonido como de un silbido? Pestañeo confundido al ver las muecas de pánico en el rostro de todos los de la sala, Neville se había retirado a una distancia alejada de él, lo miraba con los ojos desorbitados y con el labio inferior temblándole levemente. Bajo la mirada a su caldero que soltaba unas burbujas azules e inestables. Oh… puta su vida.

~

Harry abrió los ojos con molestia por el incesante ruido, Madame Pomfrey parecía discutir con una Hermione Granger alterada y con cara de preocupación, y con un Ron Weasley pálido como el papel.

Potter pestaño confundido al caer en cuenta que podía ver sin sus lentes, puso sus manos en su cara tanteándola. Si, comprobado, no llevaba lentes. Alzo una ceja, ¿Qué rayos? Su ceguera podía compararse con la de un topo. Pestañeo otra vez, hasta podía decir que miraba mejor que con los lentes.

-¿Está diciendo que no sabe como solucionarlo?- pudo ver la cara de pánico e indignación en el rostro de su mejor amiga.

Añadió casi inmediatamente el pelirrojo- ¡¿Se quedara así siempre?!- el de pecas soltó un pequeño chillido.

La mujer se sobo las sienes, ciertamente cansada con esa situación-les estoy diciendo que por el momento no tenemos cura para este… percance-la enfermera añadió al ver la cara de futura replica de los dos-como se desconoce el ingrediente que añadió de más el señor Potter, el profesor Slughorn tendrá que analizar los ingredientes uno por uno de los residuos de la poción, así que no hay nada más que pueda hacer por el momento.

El de ojos esmeralda frunció el ceño, ¿de qué demonios hablaban? Y más importante ¿Cómo diablos podía escuchar la conversación?  Si los tres estaban situados en la parte más alejada de la enfermería y parecían hablar en susurros contrariados. Harry alzo la vista al techo intentando recordar. Se levantó de un salto al recordar la inestable poción.

-¡Harry!- sus amigos llegaron corriendo a su encuentro.

-Señor Potter regrese a la cama-la enfermera regaño.

Ignorando los comentarios de los presentes decidió preguntar por sus dudas- ¿Qué me pasa?- joder, joder, joder, ¿Por qué no podía tener una  vida normal? Suspiro con resignación frotándose las sienes.

-Pues… lo mejor es que lo veas por ti mismo, compañero-le menciono Ron con una sonrisa condescendiente, agradecía esos gestos sutiles que claramente habían sido aprendidos gracias a la influencia de la castaña.

Se posiciono al frente del espejo, siendo guiado por Madame Pomfrey. Mordió sus labios contrariados, básicamente él seguía siendo él, solo que… solo que… ¡tenía unas putas orejas en la cabeza, una cola que seguía sin saber cómo coños no la había visto y sus ojos tenían un tinte animal! -Mierda…-no le importó la cara de reprobación de la enfermera y de su amiga, tampoco la de un poco de diversión del pelirrojo. Abrió la boca presintiendo algo, mierda, como lo esperaba sus colmillos se habían vuelto más afilados.

-Como vera señor Potter, sus nuevos apéndices son los de un lobo- explico la experimentada bruja mientras suspiraba -todavía no tenemos una solución para su estado, por lo que por el momento no podemos hacer nada por usted.

El de orejas asintió -supongo que está bien…-murmuro no muy convencido tocando la cola de un color negro azulado igual que sus orejas, ambas eran suaves al tacto. El de ojos verdes abrió los ojos asustado al recordar cierto detalle-¿se supone que deba asistir así a mis clases?-pregunto con un hilo de voz. La mirada incomoda de Madame Pomfrey se lo confirmo todo-mierda.

~

Apretó la boca para no soltar una maldición en contra de los idiotas que tenía al frente, “vamos Draco, ya sabes un movimiento en falso y estas jodido” el de ojos grises miro lo que traía puesto, una puta falda en todo el sentido de la palabra, una camisa blanca con un corset negro y una estúpida capa roja. Soltó un resoplido mientras se apuntaba con su varita para regresar su antigua ropa.

-Awww Malfoy se ve adorable, toda una caperucita roja-unos chicos de Gryffindor rieron.

Se mordió la lengua al ver que al intentar desaparecer el conjunto aparecían más cosas, ahora llevaba una canasta y unas medias altas negras, ¡¿Qué clase de maldición era esa?! Y ¡¿Qué mierda era una caperucita?! Seguro alguna estupidez muggle. Se dio la vuelta, con la estúpida canasta en las manos, de alguna forma no podía soltarla. Soltó un par de maldiciones por lo bajo mientras buscaba pasadillos no transitados, necesitaba llegar a su habitación.

-¿A dónde crees que vas, escoria?-le reclamaron unos chicos, ya ni si quiera importaba de que casa eran, “genial olvidaron las rivalidades para joderme”.

No respondió, apuro el paso, mierda, le debió haber hecho caso a Theo y haberse ido con él. Puta. Comenzó a correr, siendo seguido por los demás  tipos de las diferentes casas, doblo en una esquina a toda velocidad, jodidos zapatos de bailarina negros, no podía ni dar un paso porque sentía que se resbalaba. Esos hijos de puta se la iban a pagar bien caro.

-Mierda-soltó una maldición, la estúpida canasta pesaba- genial Draco, tu suerte es una perra-soltó un jadeo mientras se lanzaba por una ventana del primer piso que daba al exterior de Hogwarts.

Un quejido salió de sus labios al empezar a rodar colina abajo junto a algo, se sintió impactar con un árbol- que golpe…-apretó los ojos adolorido, aunque el gruñido de lo que le pareció un animal lo obligo a abrir los ojos rápidamente.

-¿Potter?-encima de él se encontraba un Harry Potter con expresión animal, lo miraba con fastidio. En un movimiento involuntario se hizo para atrás, tristemente, no tenía un lugar para hacerse para atrás.

-Malfoy…-el de ojos verdes alzo una ceja al ver la ropa que tenía, su más jurado enemigo, puesta -¿Qué demonios?- vio como Malfoy abría la boca y la volvía a cerrar con una expresión de fastidio que contrarrestaba con el sonrojo que se había posicionado en el rostro de este.

-¡Creo que lo vi lanzarse por aquí!- Draco abrió los ojos alterado, esos cabrones lo seguían buscando, se movió aun debajo de Harry para observar su entorno, suspiro aliviado al ver que quedaron muy bien escondidos.

-¿Qué demonios pasa?-volvió a cuestionar el de orejas.

-Solo cállate Potter-el Slytherin atrajo hacia si a Harry. El Gryffindor se mantuvo de esa forma en contra de su voluntad, tal vez fue por el aroma que expedía el chico debajo de él, era un olor suave y delicioso. Atrayente. Hundió su cara en el cuello del rubio buscando más de ese olor-listo-susurro el ojigris al ver como desaparecían por el castillo los idiotas que lo perseguían-  levántate Potter-solo obtuvo una especie de gruñido por parte del pelinegro, y es que Harry se sentía tan cómodo allí, encima de Malfoy que olía delicioso, “me pregunto si sabrá igual” sin pensarlo mucho paso su lengua sobre el cuello del pálido chico, joder, era cremoso y delicioso.

-¡¿Pero qué mierda te pasa Gryffindor de pacotilla?!-una cosa era no meterse en problemas como lo había ordenado el Wizengamot y otro muy diferente era dejarse manosear por el idiota de Harry Potter.

Los ojos verdes brillando salvajemente devoraron el festín que estaba bajo él, la falda estaba un poco subida dejando muy poco a la imaginación, las media altas, si bien tapaban casi toda la longitud de la pierna de la serpiente hasta la falda, dejaban ver una parte cremosa de piel apetitosa, al pecho de este bajando y subiendo agitadamente, el cabello desordenado lleno de una que otra hojita, las mejillas sonrosadas junto con la mirada furibunda y ultraja, y esa capa roja que lo envolvía todo como invitándolo a la tentación.  Saco la lengua remojándose los labios, necesitaba probar más.

El de cola lobuna cayo retorciéndose en el piso, puta madre, Draco Malfoy sí que pateaba fuerte en las debilidades de  un hombre, corría jodidamente rápido y tenía una forma deliciosa de mover las caderas cuando lo hacía.

Oh… Mierda. Acababa de pensar todo eso acerca de Malfoy. Si… su vida era una puta.

Notas finales:

Gracias por leer :d y muchas gracias para los que dejaron review en Little prank ;3


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