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Don't disturb! por Pimennys

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Notas del fanfic:

Este es un Oneshot, que es una especie de historia alternativa de un Fic que pienso escribir. Realmente espero que lo disfruten y les guste.

Notas del capitulo:

Este es el tercer OS que publico, espero les guste c:

 

—Nikki, ¿Izan puede dormir en tu habitación esta noche?

— ¿Izan?

—Hijo, no quiero dejarlo con los chicos, ya sabes, eres el único en quien confío, además creo que bebió demasiado, no debí dejarlo

—Está bien, puedes dejarlo aquí papá.

El chico lo cargó ligeramente en su espalda e hizo que se recostara sobre su cama. Lo observó unos segundos. Parecía que dormía tranquilamente y que nada podría despertarlo hasta el día siguiente. Nikki caminó hasta la pequeña cocina que había en su habitación y cogió una taza de chocolate caliente ya preparada, la que se disponía a beber antes que su padre le pidiese ese pequeño favor. Se recostó en la pared y poco a poco se deslizó hasta quedar sentado en el piso. Solo tenía puesto su pijama, que se componía de un delgado short y una remera sin mangas un poco holgada, un pijama de verano, el que utilizaba también en invierno pues según decía no tenía frio, no necesitaba más.

No puedo creerlo aún, estoy totalmente enamorado de Izan, después de 8 años sigo enamorado de él, cada vez que lo veo me gusta más y ahora esta aquí en mi cama y no puedo hacer nada más que observarlo a la distancia. Es demasiado frustrante, más que él hecho de que jamás me corresponderá.

Nikki es un adolescente de 16 años, pero se diferencia de cualquier otro adolescente debido a que siempre ha permanecido en su habitación-departamento. Pocas veces sale a la calle y si lo hace siempre esta en compañía de alguien más. Todo esto es debido a que posee un gran atractivo y gran inocencia los que su padre no quiere corromper a pesar de las circunstancias tan duras y dolorosas que ha tenido que enfrentar por largos años.

—Nikki ¿verdad?

El chico de cabello rojo levantó la vista dirigiéndola hacia aquel chico que creía dormido, Izan, el hijo biológico de su padre.

—Creí que estabas dormido…

—Fingí

— ¿Fingiste haber bebido demás? Pero…

—Eso no importa ahora ¡Explícame que demonios significa que MI padre te llamara hijo!

—Pues…

Es cierto…él no sabe nada del asunto, mi padre, digo, el jefe siempre me ha mantenido oculto de él, nunca quiso decirles que me había encontrado y me había criado con tan rigurosidad y protección, sobreprotección. Es difícil de explicar pero siento que debo decirle la verdad, de todos modos no tengo oportunidad de ser correspondido por él y quizás es mejor así… será una forma de escapar…definitivamente será lo mejor.

—Es una larga historia…

—Ok, tengo todo el tiempo del mundo, pero… resúmela

—Primero prefiero aclarar que no somos hermanos de ningún tipo. Cuando tenía 6 años tu padre me encontró en la calle con una bata de hospital y cubierto de sangre. El me cuido hasta que sané y luego decidió criarme pero mantenerme aquí, él me dice hijo no porque realmente los sea, pero dice quererme de esa forma y yo le digo papá o viejo porque es el único que he tenido. —se pausó unos segundos y bebió un poco de chocolate. —Siempre he estado aquí por eso no sabías nada, a pesar de que me gustaría ser un chico normal, me gusta esta vida.

—Pues supongo que te debe gustar acostarte con los clientes de papá.

El chico se ahogó el chocolate, que acababa de beber, por la sorpresa del comentario, tosió. Jamás había pensado que esa sería la respuesta de Izan ante aquella historia resumida que acababa de relatarle. Izan se acercó y se sentó frente a él, en el piso para seguir charlando.

—Yo no me acuesto con los clientes del viejo.

—Todos dicen que lo haces y que eres realmente genial, pero no entiendo como papá te protege de otras cosas y no de eso.

—Ya te lo dije, nunca lo he hecho con nadie, solo fingía, y hace un par de años que lo dejé. Cuando era más pequeño parecía una niña entonces ellos se excitaban con solo verme, ahora requeriría de más cosas ya que corté mi cabello y soy más alto…pero te lo repito yo…soy virgen ni siquiera he sido tocado por los labios de otra persona. Puedes preguntarle a tu padre si no me crees. Y además yo no podría traicionarme pero no creo que sea algo que entiendas.

—Te creeré, pero después me tendrás que explicar como fingías...Y…eso…creo que te entiendo, papá siempre me busca chicas muy hermosas para que “me haga hombre” pero no puedo, mi corazón le pertenece a alguien más, alguien inalcanzable.

Nikki se sorprendió al ver al chico pelinegro diciendo esas cosas y aún más cuando vio como las lágrimas comenzaban ha aflorar y a rodar por sus mejillas, dejó la taza de chocolate a un lado y se acercó para abrazarlo. Sin poder creerlo el pelirrojo sintió como Izan se aferraba a él desahogándose, quitándose todo lo que tenía adentro.

—Tranquilo, nada es inalcanzable, y no lo sabrás si no lo intentas…háblale, dile lo que sientes de manera sincera. No creo que la conozca pero eres un gran chico no creo que pueda rechazarte.

—Es inalcanzable ya te lo dije, no tengo oportunidad aunque me declare.

Nikki no sabía cómo ayudarlo, por dentro sentía que su corazón se hacía mil pedazos tras escuchar cada palabra que salía de la boca de aquel chico que solía contemplar cada vez que podía. Y tenerlo tan cerca lo hacía aun más doloroso.

No puedo creer que este diciéndole estas cosas, siempre quise que estas cosas las hiciese por mí, pero también siempre supe que solo sucedería en mi cabeza, ahora me doy cuenta que esto está mal, duele demasiado pero no puedo permitir que él este mal por algo así, quizás pueda ayudarlo de alguna forma…

—Quizás puedo ayudarte si me dices como es o quien es…

—Es…un chico

—…

—Me enamoré la primera vez que lo vi, su cabello era perfecto, su piel, sus ojos eran extraños pero cautivadores. Nunca me importó que fuese un chico, de hecho creo que eso hacía que me gustara más…

Izan seguía llorando mientras Nikki se desmoronaba poco a poco, nunca había conocido a alguien así y el solo hecho de que Izan lo describiera con tanta dulzura lo hacía querer destrozar aquel sentimiento que lo había carcomido por la mitad de su vida.

—No…no conozco a nadie con esa descripción, lo lamento…

— ¡EL QUE ME GUSTA ERES TÚ!

Izan acababa de gritarle aquellas palabras que siempre había esperado oír, su mente se quedó en blanco su corazón no dejaba de latir a mil y sentía que de un momento a otro dejaría de hacerlo y no lo haría más. Sonrió aun abrazando al hijo de aquel hombre que lo había cuidado por largos años, pero inmediatamente lo alejó de él.

—Te lo dije es imp–

Aquellas palabras del pelinegro fueron interrumpidas por una sonrisa, una que él jamás esperó.

—Te dije que lo intentarás…

Nikki seguía sonriendo. Volvió a abrazarlo y luego se puso de pie ayudando al pelinegro para que también lo hiciera. Caminaron hasta la cama donde el pelirrojo prácticamente obligó a recostarse al chico que aun seguía llorando desconsoladamente pues sentía que aunque Nikki había aceptado aquella declaración, aquel sentimiento no era correspondido. El pelirrojo se recostó a su lado e hizo que lo abrazara consolándolo, acariciando su cabello mientras lo recostaba sobre su pecho.

—Te amo, siempre lo he hecho…

Pronunció el pelinegro ya casi en susurros acercándose para sentirse entre sus brazos nuevamente. Nikki sentía que su corazón latía cada vez más rápido y con más fuerza tan solo con oír esas palabras aunque fuesen en un ligero susurro, para él, era cumplir uno de sus sueños más anhelados. Poco a poco, lenta y silenciosamente ambos se quedaron profundamente dormidos.

******

Era invierno, tarde en la noche, afuera nevaba pero parecía que entre ellos no existía el frio. Se quedaron dormidos abrazados, cubriéndose con una manta, sobre la cama del pelirrojo. No habían hecho nada más que eso pero era suficiente y el calor del sentimiento que había expresado uno de ellos y que el otro mantenía en secreto era lo suficientemente fuerte para mantenerlos en un confortable ambiente.

******

Nikki despertó con los golpes en la puerta y se apresuró en despertar a Izan quien quería seguir durmiendo y solo se aferraba más a él. Cuando por fin logró despertar al pelinegro lo besó en la frente para conformarlo.

—Nunca me habían dado un beso de Buenos Días como ese

—Izan, apúrate debes ir a clases hoy

—Deja que me quede aquí contigo Nikki

—Tu padre no lo permitirá

— ¿Por qué lo dices?

—Porque no deja que nadie se me acerque, ayer me lo pidió porque no confía en nadie más tu lo oíste y hasta siento que yo traicioné su confianza…

—No lo hiciste, solo trataste de ayudarme, aunque me gustaría que fuéramos… uno.

Nikki se le quedó mirando, no tenía nada de experiencia en esas cosas, así que decidió cambiar el tema. Era mejor de esa forma, lo hacia sentir más cómodo. Ignorar algunas cosas siempre había sido su mejor cualidad, incluso a veces lo hacia de manera inconsciente, aunque para algunos no era una cualidad.

—Es mejor que te vayas, aquí no tienes tu uniforme.

—Cierto, pero se lo pediré a papá, solo espérame un poco.

Izan salió de la habitación y fue en busca de su padre, él podría hacer que le trajesen un uniforme y sus cosas para poder irse al Instituto, aunque realmente no quería asistir prefería quedarse ahí, en aquella habitación, que estar en ese Instituto que era una especie de internado para familias pudientes donde sentía que no encajaba del todo.

Mientras Izan se encargaba de hablar con su padre, Nikki se dedicaba de preparar un delicioso desayuno, no sabía bien si sería del gusto del pelinegro pero esperaba que su primer desayuno “juntos” fuese por lo menos agradable. Sin cambiarse de ropa, seguía con su pijama, preparó tostadas con huevo, chocolate caliente y zumo de naranja.

Que sucederá ahora, el vivé en un departamento compartido a un lado del Instituto donde estudia, o eso he oído decir al viejo, creo que ahora lo anhelaré aun más y quizás si podré verlo el fin de semana, no sé que es más doloroso ahora saber que le gusto y no poder decirle lo que siento o eso y no poder verlo.

Estaba perdido en sus pensamientos cuando apareció el pelinegro en el umbral de la puerta con su uniforme y un bolso en el hombro. Los dejó en el piso y se acercó a Nikki para contemplar el desayuno que había preparado mientras lo abrazaba por la espalda.

—Promete que lo pensarás

Nikki no respondió ante eso. No sabía bien a que se refería. Nuevamente decidió pasarlo por alto pero solo esto, trataría de no hacerlo otra vez.

Mientras Izan se iba a dar una rápida ducha Nikki se encargaba de servir el desayuno que había preparado poco antes. Ambos se sentaron, agradecieron por la comida y se dispusieron a comer. Izan se veía feliz, nunca había pensado en desayunar junto al pelirrojo y mucho menos en su habitación pero aun sentía que necesitaba algo más.

Terminaron de desayunar. Nikki recogió la mesa y fue al baño a cepillarse los dientes, mientras tanto Izan se ponía el uniforme. Nikki luego de terminar eso fue a lavar los platos mientras Izan se cepillaba los dientes. Todo esto en un incómodo silencio que ninguno de los dos se atrevía a romper.

—Nikki, me voy, espero verte el fin de semana

Soltó el pelinegro de pie frente a la puerta. Nikki caminó a paso rápido hasta llegar donde él se encontraba dándole la espalda. Tragó saliva. Izan giró el pomo de la puerta y la abrió,  fue en ese instante que Nikki lo jaló y lo puso contra la puerta evitando así que la abriera.

—No puedo más…

Susurró el pelirrojo acercándose a Izan. Lo besó. Devoró su boca como nunca lo había hecho pero que tantas veces había imaginado. Mientras el pelinegro confuso se aferraba de su cuello, de su cabello de su remera. En ese momento pensaba que su corazón iba a estallar por la simple sensación de encontrarse en esta situación con aquel chico que lo había cautivado por primera vez una tarde de otoño. No podía creer que estaba tocando ese suave cabello color fuego, que estaba besando aquella boca que siempre había deseado, en ese momento sentía que no había nada más que ellos dos en el mundo, podría sentir la felicidad total solo con saber que estaba siendo correspondido y con saber que esto no era un sueño como tantos que había tenido.

Se separaron por falta de aire dejando ver un delgado hilo de saliva. Izan estaba completamente sonrojado mientras observaba la expresión dulce e igualmente acalorada del chico que tenía enfrente.

—Te esperaré…

Musitó Nikki aún falto de aire alejándose poco a poco de aquel chico, sabía que si se mantenía ahí no podría dejarlo ir. Sólo decidió aferrarse a esa pequeña esperanza de volverlo a ver.

Izan abrió la puerta mientras el pelirrojo observaba aquella silueta desaparecer tras esta. Cerró los ojos evitando ver lo que seguía. Se escuchó el cerrar de la puerta y un profundo silencio. Nuevamente estaba solo en aquel cuarto y ahora podía sentir la soledad más que nunca.

 

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado~

Espero sus reviews (?) ok no. ):


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