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Can I...? por Hagen Anfallen Sixx

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Notas del capitulo:

bueno, con casi 450 lectores entrego el ultimo capi.

Gracias a todos por leerme, especialmente a los que comentan, espero leerlos de nuevo en otra de mis loqueras

amor!

Sanji y Zoro llegaron a casa con una amable sonrisa cada uno dibujados en su cara, parecía que a partir de ahora las cosas solo iban a mejorar, ambos estaban realmente cansados pero había valido la pena y aun así Sanji se sentó sobre el sillón de la sala donde antes Zoro lo había visto pasar todas las noches de la semana en lugar de irse a dormir a su lado, Zoro respiró profundo y se preparó mentalmente para dormir solo una noche más, se quitó el saco y avanzó pesadamente por un trago de licor hasta el mini bar de la cocina, siempre le había gustado el licor y tenía una gran resistencia a él…aunque a Sanji no le gustaba que bebiera mucho, decía que el alcohol siempre es un buen pretexto para destruir lo que más amas.

El moreno volvió a la sala con su vaso en la mano dispuesto a hacer la pregunta obligada de cada noche “¿te espero para dormir o te vas a quedar ahí?” la formulo sin muchas ganas de escuchar la respuesta y entonces se dio cuenta que Sanji estaba dividiendo papeles en dos grandes pilas.

-        Si, si, ya voy…solo dame un momento, estoy tratando de separar las cosas que me son útiles aún de las que se irán al reciclado – respondió el rubio mientras ojeaba un folder sin mucho afán

-        Puedes hacer eso mañana, anda…vamos a la cama, sé que estás muy cansado – dijo Zoro tratando de hacer que el otro lo siguiera, lo extrañaba demasiado como para soportar dormir solo una sola noche mas

-        No, debo terminar ahora, mañana tengo un día muy ocupado – dijo Sanji mientras lanzaba el folder completo a la pila de reciclado

-        ¡dijiste que mañana estarías conmigo! – chilló Zoro apretando el puño de su mano libre dispuesto a estrellarlo sobre la cabeza dura del rubio que seguramente lo evitaría con agilidad

-        Exacto eso, tenemos primero un desayuno juntos en el restaurante que está a dos calles, después de eso te llevaré al cine, hay una nueva película que quiero ver, después que salgamos del cine podemos ir a la nueva pista de hielo que está en el centro, sé que no sabes patinar pero te puedo enseñar, no es muy difícil en realidad… - dijo el rubio y se giró solo para ver la cara del moreno que parecía pasmado

-        ¿lo planeaste todo? – preguntó Zoro un tanto conmovido de que su novio se hubiera tomado el tiempo de hacer planes

-        En realidad no todo, después de la pista de hielo hay un gran vacío en que no sé qué es lo que vamos a hacer, después a las 7 tengo boletos para la lucha libre, sé que querías ir y ya no encontraste boletos así que moví un poco las influencias y conseguí un par… pensé que en el espacio vacío podríamos ir a com… - trató de decir el rubio pero antes de poder continuar ya tenía la cara del chico que amaba contra la suya forzándolo en un delicioso beso lleno de amor

-        Claro, a comer…pero solo si dejas que te tome como plato fuerte… - dijo Zoro cuando se separaron, sus ojos brillaban con deseo y Sanji se perdió en ellos, ni siquiera se dio cuenta de cuando Zoro derramó un poco de licor en el sillón o cuando dejó caer el resto del vaso en la alfombra, todo lo que le interesaba era tener ahí a su novio, a ese chico tan grande y travieso que lo había enamorado y al que extrañaba cada dia mientras un fotógrafo no tan listo como su novio le sacaba fotos de mediana calidad.

-        Sabes que siempre estoy dispuesto a compartir la cena contigo… - dijo Sanji mientras con sus delgados brazos rodeaba el cuello de su amor que sin el menor de los esfuerzos lo levantó del sillón  para llevarlo hasta la habitación

¿Qué cansancio? Aquí nadie estaba cansado, lo único que había eran las ansias de posesión que cada uno de ellos podía manifestar en medio de un beso pasional en el que las salivas se mezclaban y las lenguas discutían por tener acceso a la cavidad del otro. Sanji se aferraba con sus largas y finas piernas de la cadera de Zoro y el moreno parecía tranquilamente entender que esa iba a ser una larga noche que ninguno iba a olvidar pronto ¿Qué es lo mejor de pelear? Obviamente el sexo de reconciliación…y ambos lo sabían perfectamente desde que habían comenzado a figurar como una pareja seria.

Zoro entró a tientas a la habitación sin importarle casi morir al tropezar con uno de los muchos zapatos de Sanji y su propio desastre, ninguno de los dos era muy organizado para ser sinceros. Finalmente el objetivo estuvo al alcance de ambos y mientras Zoro recorría traviesamente el trasero de Sanji el rubio se veía más interesado en arrancarle la camisa a su pareja, no era un secreto que la ropa les estorbaba cuando se encontraban en estas situaciones, un par de botones salieron volando y algunos cuantos permanecieron en su lugar, la camisa blanca de Zoro estaba arruinada y a ninguno le importaba.

Sanji cayó a la cama pesadamente y un bufido escapó de su garganta, abrió los ojos que había cerrado en su caída solo para ver como su prometido se quitaba la camisa y comenzaba a desabrochar el cinturón de piel que custodiaba sus pantalones

-        Siempre que haces eso… - susurró  Sanji mientras movía sus pies para quitarse los zapatos – me da la impresión de que voy a ser violado sin piedad por un muy sensual policía… - dijo riendo y quitándose la camisa por sobre la cabeza sin darse tiempo de desabotonarla

-        Si eso es lo que quieres lo podemos arreglar, mi pequeño ladrón… - murmuró el de cabello verde mientras comenzaba a subir al cuerpo de su pequeña presa, el ruido de sus zapatos cayendo fue amortiguado por la alfombra y un beso tan deseoso que a nadie le interesó realmente

-        Humnn…no, no creo que lo quiera pronto, aún es demasiado excitante pensar en hacerlo con el único fotógrafo del mundo que me ha visto sin ropa – dijo riendo el rubio mientras que Zoro ya se encargaba de sacarle el cinturón y los pantalones de una sola

Pronto no hubo más ropa que quitar y solos ahí en la penumbra de la noche y de una habitación sin luces quedaban dos figuras sudorosas, el más fornido de ellos sobre el otro, su boca dominando por completo el pecho de la pequeña figura rubia al tomar uno de sus pezones y succionarlo como si de él se amamantara mientras que con su mano izquierda sujetaba la cadera del rubio y su mano derecha se encontraba entre su trasero con dos dedos dentro del chico. El rubio apoyaba ambas manos sobre la cabeza con pelo verde, hacía muchos meses que había dejado de sentir pudor por que el otro escuchara los obscenos sonidos que salían de su boca al ser llenado de amor así que ahora ya no sentía ninguna vergüenza por expresarlos a pulmón abierto.

-        ¡¡mahhh…!! ¡Zoro! Ahhhmnn… ya es…ya es bastante, si sigues voy a…ahhn… - sus gemidos eran completamente placenteros para el otro que escuchaba sintiéndose deleitado

-        Dioses…que bello eres… - dijo dándole un beso

-        ¡anda ya! – chilló Sanji dejando su cabeza ir hacia atrás

Zoro soltó una suave risa, divertido con los problemas en los que solía poner a su novio, lo miró y supo que en verdad Sanji era lo mejor que la fotografía le había traído, era el novio más hermoso del mundo, valiente, muy fuerte, nunca una nenaza frágil que lo necesitara a cada paso…todo lo que siempre deseo y ahora tenía…aunque tuviera que atarlo no lo dejaría ir. Los dos dedos salieron despacio de aquella entrada humedecida con el lubricante de uva que ahora daba aroma a toda la habitación, siempre de uva porque era el favorito de Zoro.

-        ¿estás listo? – preguntó Zoro con dudas pues la preparación había sido poca comparada con lo que solía ser usualmente

-        Claro que sí, bastardo…no me hagas esperar… - le dijo Sanji dándole un suave golpecito en la frente con una sonrisa calida

Zoro sonrió de nuevo mientras se posicionaba en la entrada y comenzaba a penetrar ese cuerpo que en apariencia siempre era tan frágil pero que en realidad de eso nada había, era un cuerpo delgado ciertamente pero muy resistente a todas las locuras que como pareja se les había ocurrido hacer. Lentamente el fondo fue tocado mientras que Sanji gritaba fuertemente lo delicioso que aquello le estaba pareciendo, unos minutos después, si acaso dos la presión del interior de Sanji se hizo intolerable para el moreno y tuvo que comenzar a mover sus caderas con fuerza dando duras y profundas estocadas.

El tiempo se hizo abstracto, nada parecía ser lo que era y lo que para ellos solo habían sido unos cuantos minutos pronto ya habían sido dos horas, Sanji estaba boca abajo sobre la cama con las caderas levantadas y las manos aferradas a las sabanas, su voz sonaba ronca por los múltiples gemidos que ya había dejado volar libres por la habitación, Zoro lo sostenía por las caderas mirando como su semen rebosaba ya en la entrada del rubio y gruesos gotones caían por esas suaves piernas de crema, las sabanas y las mantas eran un asco, sucias de la semilla de ambos pues se habían corrido ya bastantes veces antes.

-        ¡¡ZORO!! – un gemido más fuerte que los otros, una extensión de cuello increíble, un apretón fuerte en el interior del otro y finalmente entre gemidos la corrida de ambos salio de nuevo, la del moreno en el interior del rubio y la del rubio sobre la sabana

-        Oh….voy a morirme ahora…eres demasiado delicioso… - dijo Zoro mientras salía y con torpeza acomodaba al otro de lado en la cama dejando espacio para ponerse detrás del otro

-        No puedes morirte, nunca antes que yo… si se me antoja repetir tendría que buscar a otro – dijo el rubio después de un largo silencio en el que trató de recuperar el aire que su proyección al espacio le había arrebatado

-        ¡de eso nada! Tu eres solo mío… - dijo el moreno aferrándolo con fuerza

-        Lo sé…te amo mucho, Zoro… - dijo el rubio con amor

-        Ya casi amanece, no deberías dormirte o no vamos a cumplir con los planes de tu día…

-        ¿tan tarde es? – preguntó Sanji incorporándose para ver el reloj sobre la mesa de noche – maldición…todo es culpa de la cena, llegamos demasiado tarde a casa.

-        Claro…la cena y no lo mucho que nos extrañábamos – dijo el peliverde con una sonrisa de lado

-        Pensé sobre papá…estoy…dispuesto a dejar de modelar, ya no soy tan joven e igual lo dejaría en unos años cuando quiera hijos contigo y una boda y un millón de viajes...y eso… le propondré ser presidente medio año…y medio año lo seré yo…así ninguno pierde tanto… - dijo el rubio sonriendo amable, como si aquella fuera toda la solución

-        ¿hace cuánto que sabes que lo vas a dejar casarse? – preguntó Zoro sonriendo

-        Desde que esa mujer no nos juzgó…mi padre no le había dicho que su único hijo era gay o que estaba comprometido…se lo dijiste tú y ella lo tomó muy bien…merece ser la esposa de mi padre.

-        ¡ella no…! ¡oh, yo y mi bocota! ¡pude arruinarlo todo! – chilló Zoro asombrado

-        ¿para mi padre? No, él sabe que si ella hubiera salido huyendo no sería una buena esposa…tranquilo, mejor ve a tomar un baño, tengo antojo de waffles…

-        ¿no estarás…? – preguntó Zoro bromeando mientras posaba su mano en el vientre del rubio

-        ¡idiota! – chilló el rubio lanzando la almohada a su cara, ambos sonreían…la vida no iba a estar tan mal ¿no? Se tenían después de todo ¿verdad? Siempre juntos ¿Qué les podría hacer daño?

Notas finales:

¿revs?

Recuerden que dejar rev adelgaza :3


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