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The Fame Monster por MattLucci

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Notas del fanfic:

Hola, este fanfic se me ocurrió ayer y escribí el primer capítulo, quiero saber si les gusta para proseguirlo, así que me pueden dar su opinión con un review luego de leerlo, y así me doy cuenta de lo que piensan porque… No sé leer mentes.

 

Los capítulos van a estar destinados a una canción, espero no les moleste la artista (y si les molesta a dar por culo C:) voy a dejar el link de la canción por ahí y verán que tendrá algo que ver con alguna parte del capítulo.

 

Y algunos diran “Pero es que tal cosa no va a al cosa con la otra” … Mi respuesta es que tengan paciencia, si veo que les ha gustado y sigo el fic, la respuesta estará en alguno de los próximos capítulos :3

 

Gracias por pasar a leer espero que les guste.

 

Los personajes no son de mi pertenencia, son de el tan famoso manga y anime de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata los genios creadores de Death Note, a quienes admiro mucho y agradezco haber publicado su obra.

 

Y también agradezco a Lady Gaga por inspirarme c: XD jaja y las canciones, obviamente son de ella X3

Notas del capitulo:

Bueno este capítulo es una introducción casi, es sobre Mello (no me digas) (pendeja) que… Pues, no está cómodo con su vida y no es su culpa, como a muchos nos pasa en diferentes situaciones no estamos cómodos con algo que nosotros no creamos pero ahí está punzándote y causándote miedo. Sus miedos, como los de muchos de nosotros, están causados por algo que nos ha hecho daño, hemos oído hablar mal de él, o simplemente no conocemos, le tenemos miedo a muchas cosas y somos inseguros con algo, no es en la adolescencia, no es en una etapa, es siempre, porque aunque te quieras a ti mismo, no estarás seguro de algo, ni siquiera estamos seguros de que mañana estaremos vivos así que, este fanfic gira en torno a los miedos. 

Capítulo 1: The Fame Monster

 

 

 

La sala estaba llena de algunos mafiosos, muy peligrosos, un montón de prostitutas caras, de bellezas infinitas, mucha bebida embriagante de la más fuerte, de la más difícil de pagar, del humo de cigarrillo de diferentes marcas, los más caros y deliciosos del mundo, muebles finos de cuero, valorados en más dinero que tu casa, vajillas finas de miles de años de antigüedad, ropas finas de piel de animales, piso de madera de los arboles más escasos del mundo, paredes pintadas de un rojo sangre de tigre, no sin antes, una pared anti balas, puertas fuertes y elegantes con efecto duro a la vista, tal y como eran en realidad.

 

Miles de lujos, y una vida que muchos desearían llevar.

 

Puedes tener mujeres y usarlas como se te dé la gana.

Puedes tener dinero e invertirlo en lo que se te dé la gana.

Puedes tener poder y gente inferior tratando de caerte bien porque su vida, básicamente, depende de ti, y lo que tu desees hacer con ella.

Puedes tener acción. Aunque suene extraño y estúpido, a muchos les llama la atención. Ellos son estúpidos pero ¿Quién no ha cometido una estupidez alguna vez después de todo? Nadie se escapa.

Puedes tener lujos que no tendrías si no fuera porque para cagar te limpias el culo con un billete.

Puedes tenerlo todo.

Casi.

Lo malo es que todo tiene sus consecuencias y algo tan grande, tiene consecuencias grandes.

 

-Hola guapo- dijo una mujer de cabello café largo hasta las caderas y de piel blanca, tenía grandes ojos azules, los labios gruesos pintados de rojo, sin duda era una mujer bella, preciosa, tenía unas curvas envidiables, un trasero grande, unos implantes gigantes en la parte delantera, sus piernas eran una maravilla y su vestido rojo acentuaba todos sus atractivos, llevaba unos zapatos de tacón envidiables, “Coco Chanel”  reconoció Mello, la mujer se sentó en una de sus piernas y toco el cuello de su camisa manga larga- Eres muy lindo para sonar tan malo- Mello sonrió y apoyo su mano en las piernas de la belleza encima de él.

 

-¿Quién te ha dicho tal cosa sobre mí?- Se hacia el inocente, pero era mal actor.

 

-Mmm- rio juguetona- tu amigo de allá – la mujer señalo con su dedo índice a un hombre robusto con lentes de sol que tenía 3 mujeres hermosas alrededor de él, el hombre le sonrió a Mello mostrando sus dientes de oro.

 

-Mmm ya veo, ¿quieres ver lo malo que soy?-

 

-¡Claro!- dijo sonriente, aunque Mello no entendía porque las putas sonreían cuando les decía que cogería con ellas de manera caballerosa, le agradaba como se sentía el sexo y poseer de alguien, y estas viejas eran un buen partido.

 

Mello le hizo señas a la mujer para que se levantara, partieron por una puerta y fueron recorriendo el largo pasillo frente a ellos.

 

La mujer como buena puta entrenada que era, caminaba detrás de Mello.

 

Si, el famosísimo Mello, según las prostitutas, un buen semental, según los mafiosos, uno de los mejores en su categoría, y su calidad era superior a la de muchos, incluso mayores que el que llevaban años allí. Su padre, Mikami Teru, lo había metido en el “negocio” muy joven, después de todo, no confiaba en nadie para que lo cuidase y lo llevaba a su trabajo ¡Era  hijo de un mafioso! No podía confiar en NADIE y ¡Era hijo de Mikami Teru! Y quien fuese que se metiera con Mello sufriría las consecuencias si, pero no quería arriesgarse, ya que amaba a su hijo más que a nada en el mundo, y era lo más valioso en su vida. Mello estuvo con la mafia desde pequeño, y lo respetaban como si se tratase del mismísimo rey del mundo, el creador del dinero, del sexo y las drogas, Mello, era el pequeño príncipe de la mafia, y ¡claro! ¿A quién no le gustaría caerle bien a Mikami? Así que, al niño le mimaban hasta decir basta.

 

Mello lo había tenido todo.

 

Desde felicidad,

 

Hasta tristeza.

 

Desde cosas con sentido.

 

A cosas que carecían de ello.

 

Desde cosas reemplazables.

 

A cosas irremplazables.

 

 

 

Cuando llegaron a la habitación, Mello, como todo un caballero, abrió la puerta y dejo que la mujer entrara.

 

La habitación estaba pintada de rojo manzana, había una ventana que cubría toda una pared,  tenía una cama grande dorada con un edredón café y algunas almohadas color crema sobre ella. Al frente de la cama había un mueble negro con diferentes tipos de vino.

 

 

-Sirve un poco de vino- exigió Mello desabotonándose la camisa, llegando hasta el último botón y dejando la camisa apoyada en sus hombros.

 

-Claro- dijo la mujer sonriendo, se volteo y tomo 2 copas de un cajón del mismo mueble, estaban sobre trapos de seda color lila, eran muy elegantes y largas-¿De cuál se te apetece?- pregunto ella volviéndolo a ver, la verdad, ella estaba que se derretía, el hijo de Miakami estaba como quería.

 

-Un Screaming Eagle- dijo serio mientras emprendía camino a la gran ventana que aparcaba toda una pared desde donde veía toda la ciudad, para ser más exactos Bangkok (Tailandia), se veía todo iluminado, era genial.

 

Mello pensó que tal vez teniendo sexo se le olvidaría lo que habían hablado antes él y los demás miembros de la mafia.

 

Secuestro para trata de personas.

 

Si, era un mafioso. Si, era Mello. Y SI, ¡Era el hijo de Mikami! Pero aunque el fuera el, no le gustaba hacer eso ni jugar con la vida de las personas a no ser de que fueran putas claro, pero era muy diferente a pagarle a alguien que se mete en ello or su propia cuenta a alguien que no tiene idea de que hizo para merecerlo, a Mello le parecía un acto repudiable, imaginaba que ese sentimiento lo sacaba de su madre, ya que su padre se enojó unas 3 veces con el porque le había expresado lo que sentía, y lo había tratado de marica. Mello odiaba ese sentimiento porque, no era tan frio como parecía, era “tremendo marica”- como se llamaba así mismo-, eso le hacía sentir mal, aunque no lo demostrara, después de todo, a nadie le importaba, ni les debía de importar, porque a lo largo de las tristezas de su vida había estado el solo y el solo había salido adelante, si tenía que hablar con alguien, seria con el mismo, porque nadie jamás podría estar en sus zapatos, solo él. Con todo lo demás que tenía encima, y eso, estaba triste y desesperado, quería estar solo pero quería salir de eso antes, ¿Y... Porque no? Tener sexo un rato. No le hacía daño a nadie.

 

Y también  era por eso que no le gustaba hablar con nadie. JAMAS NADIE LE ENTENDERIA. Porque hasta el mismo decía que era un estúpido.

 

Si hubiese estado más joven, estaría llorando, pero ahora, con tanto que había vivido en tan poco tiempo se había hecho una persona fuerte pero destrozada.

 

-Toma- la mujer le traía una copa, el la recibió, y le sonrió. Ella apoyo su mano en el hombro de Mello y le dedico una mirada sensual.

 

-Vamos a brindar- Levanto la copa, seguido de la copa de la mujer- Por las mujeres hermosas como tú-

 

-Salud- le sonrió, para que luego los dos tomaran un sorbo de su respectiva copa, luego de terminar el trago y separar las copas de sus bocas la chica se tiro en sus brazos apoyando los suyos en el cuello de el, y pegando sus voluptuosos senos en el pecho desnudo de Mello, ella abrió sus labios y capturo los de Mello, dejando que el empezara a tocarle descaradamente.

 

De algo estaba segura, si los mitos eran ciertos, su trabajo la pondría orgullosa hoy, gracias al bienaventurado príncipe de la mafia.

 

Mello empezó a tocar las curvas de la mujer mientras esta le tocaba el pecho, deleitándose con cada parte de su cuerpo.

 

Se besaban, y decían que en los besos había amor, decían que era algo hermoso, algo inolvidable, pero él ni siquiera recordaba su primer beso, ni con quien, tampoco quería saberlo, le hubiese gustado recordarlo, y recordar a esa persona especial, como su primer amor. Ahora lo único que sentía era como esa mujer se le  restregaba como una perra en celo.

 

La mujer bajo lentamente dando lengüetazos por su pecho y luego le quito la fastidiosa faja que yacía en su cadera, bajo su pantalón y empezó a pasar su lengua por encima del bóxer.

 

Mello  miraba la ventana, la ciudad era hermosa, ¿Cómo podía haber tanta maldad en el mundo? Aunque el fuera uno de los proveedores, le sabia mal.

 

La mujer estaba con su miembro en la boca y lo recorría con mucho fervor se notaba que sabía como hacerlo y sus años de experiencia...

 

¡Valla que disfrutaba su trabajo!.

 

Mello no tenía ninguna expresión en la cara.

 

Estaba muerto en vida mirando la ventana, seguía pensando, el sexo  nunca lo había sentido como algo lindo. Las personas decían que era lindo, Él lo sentía rico, ¡era  rico coger y ya!, era solo e pensamiento de solo es placer y ya.

 

Mello tomo a la mujer del brazo y la jalo hacia arriba pegando sus labios e introduciéndolos en un beso lujurioso.

 

Sus manos tomaron la tela del vestido y lo rasgaron dejando a la mujer medio desnuda. Le alzó y dejo su pantalón y bóxer con sus zapatos y demás en el piso al lado de la ventana, camino hacia la cama con la mujer pegada en sus labios, y luego la tiro en la cama, se quitó la camisa y empezó a terminarla de desvestir apartando lo que le estorbaba.

 

-Date vuelta- le ordeno

 

La mujer obedeció… ¿Cómo no hacerlo?.

 

Desde ahí lo que ocurrió fue solo un acto de sexo sucio y vulgar que no vale la pena explicar. Fue como llegar al cielo, pero Mello no quería hacer simplemente eso, el quería ir al infierno con alguien, con alguien que le quisiere, le protegiese, y le cuidase, aunque fuese el papel que él debía realizar.

 

Durante su vida, había estado con muchísimas mujeres, pero ninguna de ellas por más hermosas que fueran lo habían llevado a la locura, y creía que ya estaba loco, pero quería que alguien lo hiciese perder la cordura que no lo dejaba demostrar quién era realmente.

 

Sentía que era básicamente imposible, pero de alguna manera, quería pensar que era posible, y que algún día tendría el amor de alguien.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Temores y miedos—

 

El lado oscuro—

 

“MIEDO AL MONSTRUO DEL SEXO”

 

“MIEDO AL MONSTRUO DEL ALCOHOL”

 

“MIEDO AL MOSTRUO DEL AMOR”

 

“MIEDO AL MONSTRUO DE LA MUERTE”

 

“MIEDO AL MONSTRUO DE LA SOLEDAD”

 

“MIEDO DE SI MISMO”

 

 

 

“Ser libre y deja salir tu animal cuando las luces estén apagadas”

 

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

 

Cuando terminaron su acto sucio, la mujer se acostó a su lado.

 

-Era cierto, me dijeron que eras todo un hombre- sonrió.

 

-Lo se- le dijo seriamente.

 

-¿Qué pasa?- le acaricio el rostro

 

-Me acuesto con putas no duermo con ellas- le aclaro- ¿Cuánto es?-

 

-Ya me pagaron- la mujer se levantó ofendida-

 

-¿No quieres propina?-

 

-No necesito limosna de nadie-

 

-¡Uy perdona zorra!- dijo Mello burlesco debajo de las sabanas mientras se acomodaba para dormir, a los pocos segundos, escucho la puerta cerrarse, la mujer se había ido, Mello estaba sonriendo, le hizo el rato amargo y le alegró, se levantó de la cama a duras penas y cerró la puerta con llave. No iba a correr ningún riesgo, mañana  se  iba de Tailandia, lastimosamente, ahora que lo pensaba, no había disfrutado de ninguna tailandesa, ¡Que mal rollo!, ya seria para la otra. Mañana tendría un duro día así que se dispuso a dormir.

 

Lo único que había podido confirmar de lo que había escuchado de otras bocas era que el sexo hacia feliz, y si, a él lo hacía olvidar en el acto, por eso se dormía lo más anticipado posible.

 

 

 

 

Mello hace que las mujeres se vuelvan locas y que los demás lo envidien, pero hay una idea que todos comparten, Mello es un monstruo, y es el ser más frio que conoce la humanidad.

 

 

………………………………………………………………….

Notas finales:

¿Qué tal?

¿Les agrado?

¿Continuo?

¿Preguntas?

¿Respuestas?
¡Digan algo! U.U

 

Si están acá es porque leyeron (supongo) así que, como ya dije, me gustaría saber si les gusto o no y si quieren que continúe…

 

¡Por cierto! Este fanfic es MXM XD perdonen, hay algunos a los que no les gusta así que se los digo de una, adiós, perdón..

 

Les mando un sexy cosplayer de Mello  ._.7 imaginario claro DX

 

Gracias por su tiempo :)


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