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El secreto de mis hermanos por NaniNan_chan

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Notas del capitulo:

Siguiente cap XD 

Al llegar a casa empecé a preparar la comida. Hoy cocinaría spaghetti con salsa de tomate y queso. Extra de salsa de tomate y "queso". Puse la mesa, serví en los vasos soda pero en el de Elena añadí un poco de alcohol. Puse los platos donde correspondían y en el de ella espolvoreé un poco de laxante en polvo pero sin que se notara.
Mientras aflojaba un poco las patas de su silla llegaron ella y mi hermano. Fui a recibirles.

-Hola, encantada. Soy Nalya- le dije haciéndome la niña buena. Cosa que era mentira pero necesaria para mi siguiente paso: pisarla.
Al avanzar para saludarla hice que me tropezaba y la pisé "accidentalmente"- Uishh, perdona. Soy un desastre. ¿Estas bien?- le pregunte con finjida amabilidad.

-Si, tranquila.- me respondió- Yo soy Elena, la novia de tu hermano, como recién sabrás ¿no?- me dijo con una mirada que no supe descifrar.

-Ship- le sonreí.- Pero que mona eres- le dije cogiéndole los cachetes y estrujándolos como hacen las abuelas.

-Jejejeje. Tú también eres muy mona- dijo imitando mi gesto. La muy @#<%*& me estaba haciendo la misma jugarreta. Sí guerra quería, guerra tendría.

Elena-1 Nalya-1

Se oyó un pequeño carraspeo de parte del único chico presente.

-Deberíamos ir llendo a comer o la comida se quedará fría- dijo Miguel para intentar romper el mal ambiente y la tensión que se había formado.

-Eso, vamos a comer.- dije encaminándome para el comedor y sentándome primera.

Se sentaron ellos también pero cuando se sentó Elena se calló redondita al suelo.

Elena-1 Nalya-2

La quijada de Mimi estaba en el suelo mientras que yo no podía parar de reír.

Él reaccionó y rápido fue a ayudarla mientras yo hacercaba una silla (no rota) a su lugar.

-Vaya, amor, deberíais cambiar el mobiliario- le dijo Elena pero mientras me fulminaba con la mirada.

-Tienes razón cariño.- le contestó con un hilo de voz, a lo que yo intentaba retener mi risa, pero no conseguía gran cosa.

Después de unos minutos ya todo había pasado y nos dispusimos a comer.

-Buen provecho- dijimos los tres al unísono.

A continuación empezamos a comer. Miguel comía normal pero Elena después de cinco minutos empezó a hacer muecas raras. Cinco minutos en los que yo comía como una bebé cerdita, sorbiendo los spaghetti haciendo que toda la salsa de tomate se esparciera en la ropa de Elena.

Elena-1 Nalya-3

Elena bebió un poco de soda pero enseguida la escupió, regándola por toda al mesa.

-¡¿Pero qué lleva la soda?!- dijo con cara de loca.

Corrijo, :
Elena-1 Nalya-4

Cogí el vaso y le di un trago como si de agua se tratara. Ella me miraba sorprendida, ya que lo que había puesto era whisky de alta graduación, mientras que el castaño nos miraba extrañado, sin saber qué pasaba.

-¡Oh! Disculpa, te puse el que era mi vaso sin querer. Ahora te traigo uno nuevo- le dije amagando a levantarme, pero ella se levantó más rápido y dijo:

-No te molestes, mejor ya voy yo- miró a Miguel- ¿Me acompañas?- le preguntó con un tono que prácticamente parecía una orden.

-Claro- sonrió falsamente y fueron a la cocina.

Estaba segura de que hablarían de algo a mis espaldas y no estaba dispuesta a quedarme de brazos cruzada. Así qué cogí mi mobil y abrí mi nueva aplicación con Bluetooth, compatible con mis nuevas mini videocámaras que había colocado estratégicamente por toda la casa, así como que por "casualidad".
Me conecté a la que correspondía a la cocina y me puse a ver que pasaba mientras seguía comiendo tranquilamente.

-¡¿Qué está pasando?! ¡¿Porqué tu hermana se comporta así?! ¿Y qué mierda me ha echado en la comida?- decía rápido y enfadada Elena mientras se agarraba el estómago.

-Realmente no lo se. Ella sólo se veía muy emocionada de poder verte en persona y...- no terminó de hablar porque ella le interrumpió.

-¡Oh, ya sé!- dijo- Quieres molestarme a través de tu hermana ¿no? ¿Os habéis aliado o qué?- dijo.

-No, amor. No lo sabe, no se lo he dicho a nadie. Te lo juro.- parecía un poco desesperado por que le creyera y un poco temeroso también. Pero no sabría decir si le temía a ella o a algo más.

La chica agarro su teléfono y desbloqueándolo (gracias a la nutella que desde este ángulo podía ver la contraseña y la memoricé) le mostró la pantalla a Miguel.

-¿Seguro que quieres romper conmigo?- le decía mientras volvía a restregarle las delatadoras imágenes por la cara.

-N-no, no quiero- le contestó resignado.

-Entonces mantén a raya a tu hermana- parecía más un sargento dando órdenes antes de atacar que la novia que decía ser.

Mimi sólo asintió y salieron de la cocina. Rápido guardé el móvil y seguí comiendo.

-Si que tardaron. ¿No había nada de tu agrado?- le pregunté viéndola, que traía las manos vacías al igual que él.

Esos tontitos habían ido a por algo de beber y con la conversación de habían olvidado.

Nada que merezca la pena mencionar pasó luego de eso, excepto un par de pisotones que le di "por accidente" bajo la mesa, los cuales devolvió fallando.
Elena estuvo haciendo muecas a cada rato y en cuanto acabó de comer se fue directa al baño. Ahí estuvo un buen rato.

Al salir quiso subir con Miguel a su habitación y éste no se pudo negar. Nada más oír la puerta cerrarse corrí rápido a mi habitación y abrí el portátil.
Por un lado tenía una ventana abierta controlando la habitación contigua y por otro tenía un programa pirata que conseguía entrar a cualquier dispositivo móvil a menos de 100m. Sólo tuve que poner la primera contraseña que había visto y memorizado cuando Elena desbloqueó el móvil para enseñar las fotos y el programa haría sólo su trabajo descifrando el resto de contraseñas para así poder tener libre y absoluto control sobre el móvil.

Realmente resultó pan comido. Yo me había colado en sitios con mucha más seguridad sin dejar rastro. Como por ejemplo la bade de datos del instituto. Era eso o reprobar y ¿a quién le gusta reprobar?

Mientras el programa trabajaba amplíe la ventana donde se veía la habitación de los chicos. No pasaba nada relevante hasta que la chica se pudo como que en modo atacante y se lanzó a los brazos de Migusl, el cual no pudo hacer otra cosa que corresponder el abrazo. De eso pasaron a los besos y de golpe la ropa desapareció de sus cuerpos y apareció regada el en suelo. No quise continuar viendo como Elena se violaba a Miguel así que minimicé la ventana. No la cerré por sí luego pasaba algo interesante y si la cerraba y dejaba de escuchar no me enteraría.

Mientras tanto hice lo que tenía planeado hacer con el móvil al cual recién había podido tener acceso.
Fui directa a la galería y allí seleccioné todas la imágenes y vídeos que tenía y las copié en mi ordenador bajo un carpeta encriptada. Dos personas podía jugar a su juego. Sólo que yo quedaría en el anonimato.
Mientras se copiaban, ya que iba a tardar más de cinco minutos, me puse a cotillear: conversaciones, llamadas, mensajes, redes sociales, ... TODO. Me hubiera puesto a copiar todo pero no tenía el tiempo suficiente.
Cuando las imágenes ya estaban copiadas me dispuse a cerrar todo eso para asegurarme de no dejar rastro y me dispuse a esperar pacientemente a que terminarán de hacer sus cosas triple x.
Para pasar el tiempo me puse a ver la imágenes y en verdad había mucho con la que tratar. Montones de fotos embarazosas, otras haciendo el tonto, varias con otros chicos en situaciones que daba mucho de lo que hablar y por fin aparecieron las que buscaba: las de mis hermanitos juntos.

En ellas se reflejaba todo el amor que se tenían el unos por el otro. Amor que no hace mucho acababa de ser destruido. De golpe se hizo el silencio en la habitación de al lado y curiosa amplíe la ventana.
Habían terminado y permanecían abrazados, cubiertos por la sábana. Como si nada hubiera pasado Elena se levantó y empezó a vestirse mientras el castaño hacía lo mismo. Cuando acabaron se sintieron para darse un abrazo, un pequeño beso y ella murmuró que ya era hora de que se fuera.
Los vi salir y al poco rato escuché la puerta principal cerrarse.

Salí echa una furia dispuesta a cruzarle la cara a mi hermano pero cuando ya estaba a punto de gritarle me encontré que Leo estaba parado en la puerta mirando a Miguel. Me di cuenta de que no habían notado mi presencia así que me escondí para espiarles (como de costumbre).

-Hola, Mimi. ¿Qué tal fue todo?- le preguntó amigable.

-Bien- le contestó cortante a el mayor y hizo un amago de irse pero fue retenido por la mano del moreno que le cogía del brazo, evitando la huida.

-¿Porqué eres tan cortante conmigo?- Su voz sonaba lastimada y sus ojos brillaban como si se fuera a poner a llorar en cualquier momento.

-¿Lo soy?- le dijo irónico y cínico- Déjame- y volvió a intentar irse pero de nuevo el mayor de lo impidió, tirando la mochila que llevaba al suelo y acorralando al menor entre la pared y su cuerpo.

-No pienso dejarte hasta que me digas qué mierdas está pasando- casi gruñó. Estaba a punto de sacar todo el coraje que llevaba dentro y eso era malo; así que decidí tomar cartas en el asunto.

-Yo te diré qué jodidos esta pasando- les dije pasando en frente suyo con mi tablet en la mano.


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