-¡¿Eh?!- dijeron a la vez- ¡¿Qué sabrás?!- volvieron a decir sincronizados.
-T-O-D-O- les espeté.
-¡Qué todo no qué todo! ¡Tú qué mierdas vas a saber sobre todo este asunto, mocosa!- me chilló muy enojado Miguel, al que ya se le había acabado la paciencia entre la "novia", Leo y yo.
-Esto- le dije más para él que para el moreno. Desbloqueé la pantalla y aparecieron las fotos de ellos dos esa noche. Las había copiado en varios dispositivos por seguridad.
-¿Qué es esto?- dijo el alto arrebatándome la tablet y comenzando a pasar fotos, mirándonos acusadoramente a Mimi y a mi.
-Esto, hermanito, es la causa de este maldito problema. Elena o como tú mejor la conces es la novia- la última palabra la dije con un toque de ironía- de Miguel. Novia que no sería si no hubiera tomado estas fotografías y le hubiera chantajeado, amenazado con publicarlas en todas partes para que todo el mundo supiera vuestro secreto- concluí.
-¿De dónde sacas tú todo eso?- preguntó incrédulo el bajo.
-Mmm... ¿Los secretos de una maga no se revelan?- dije.
-No me vengas con chorradas y suéltalo- me exigió. Leo aún seguía mirando las fotos, entré enternecido, con lástima y enojado.
-He investigado- dije haciéndome la desinteresada, al fin y al cabo no quería decirles que les espiaba.
-Ni que hubiera un expediente o algo donde buscar información- me dijo irónicamente.
-Sí lo hay- contesté
-¡¿¿Lo hay??!- chillaron a la vez.
-Bueno, si juntamos los pensamientos en alto de alguien que yo me sé- dije mirando al alto- con las hermosas escrituras de otro- está vez miré al menor- mas lo documentamos inoportunamente- dije refiriéndome a las fotos- y lo juntamos todo con mi brillante mente- ok, sí, tengo mucho ego- y talvez, sólo talvez, un poco de tecnología, pues obtenemos vuestra secreta historia de amor.- concluí.
Me miraban un poco sonrojados por tener ambos un poco de culpa de que yo lo supiera. Hasta qué Leo y su efecto retrasado aparecieron:
-¡¡¡Nos espiabas!!!- soltó de golpe.
-Bueno... Yo... No- no sabía que decir.
-¡Oh, si!- dijo Mimi, señalándome con el dedo- Sino como ibas a saber de mi diario y el resto de cosas- me acusó.
-¿Diario?- preguntó Leo. De seguro que ni sabía que Miguel tenía uno.
-Sí, sí. Tiene uno. Habla mucho de vosotros, por no decir que el 99% se la pasa escribiendo de ti- le guiñé un ojo- Está en su cama, entre la pared y el colchón. ¡Corre!- le dije y lo hizo. Sabía que su curiosidad le podía.
-¡¡¡Nooooo!!!- chilló Miguel corriendo detrás del alto, pero ya hacía tarde.
Me dirigí a ver que pasó y cuando llegué enfrente de la puerta abierta de su habitación me encontré Leo leyendo el diario en voz alta mientras que el castaño intentaba cogerlo pero le era imposible ya que el moreno tenía un brazo alrededor de su cintura y su otro brazo estaba levantado poniendo más distancia de por medio.
Miguel me vió parada en la puerta y salió corriendo a pillarme para hacerme de todo por haber invadido su intimidad. Pero yo fui más lista y me escondí en mi habitación, encerrándome.
Sus golpes se oían mientras gritaba todo tipo de insultos habidos y por haber.
Yo lo ignoré y fui hacia mi móvil que reposaba en la mesita de noche. Lo cogí y marqué un número que cierto profesor me había dado por si ocurría algo malo con cierta hermana suya.
Ya iba a colgar porque se tardaban mucho en atender cuando una voz se oyó del otro lado.
*Llamada*
-Aló?- preguntó una jadeante voz al otro lado. Se oyó un 'te dije que no lo cogieras, Ale.'
-Aló, ¿podría hablar con el profesor Daniel?- pues pese a que había interrumpido algo no quería volver a llamar más tarde.
-Aghh~ Dani, para que no escucho mnngh~- dijo esa voz que me había atendido hasta el momento- Perdón, ¿qué dijiste?- preguntó.
-Que si puedo hablar con Daniel- repetí.
-¿Daniel?- pregunto esa voz- ¿quién eres?- esta vez lo preguntó algo enojado.
-Esto soy Nalya, su...- no pude terminar porque del otro lado se escucho un:
-¡Pinche, ¿quién carajos es Nalya y que mierdas tienes con ella?!-
Oups. No llamé al profesor, sino a un demonio celoso, por lo visto.
Se oyó un débil 'Ale, bebé, es una alumna que...'
-¡¿Me engañas con una de tus alumnas?! ¡Pinche infiel!-
'¡Nooo! Ella es la hermana de Cruz' explicó la que ahora sabía era la voz de mi profesor. Su novio era un poc celoso ¿no?
-¡¿Su hermana?!- gritó "Ale" y me quedé sin tímpano.
'¡Ale, deja el cuchillo!' Y un estruendo se escuchó.
Yo están flipando en colores con lo que debía de estar pasando al otro lado del teléfono. No quería que Dani muriera y no tuviera refuerzos para luchar contra Elena así que grite al teléfono:
-¡¡Sólo quiero hablar de Elena!!- y un silencio se formó. Creí que habían colgado hasta que un golpe seco se oyó, seguido de un gran gemido. Toda yo estaba sonrojada.
-Hola, Nalya- dijo Daniel- ¿Qué querías?- preguntó mientras de fondo se escuchaban quejidos como de alguien intentando desatarse juntó con pequeños gemidos.- Ale estate quieto- dijo.
-Esto... No quería interrumpir lo que sea que haya interrumpido pero quería hablar sobre Elena. Esque... ¡Esque ya no sé que más hacer! Le tire de las mejillas, la pisé, hice que se cayera de la silla y tambn que fuera directa al retrete a descomponerse largo rato, por no contar todos los pisotazos que le di. Pero seguía ahí peor que garrapata. ¡Incluso se encerró a solas con Miguel y no quiera saber lo que hicieron!- le conté.
-Entiendo- dijo simplemente.
-Pero tengo un plan. Sólo que necesito su ayuda- le dije.
-Cuéntame- pidió.
Estaba a punto de contarle mi plan cuando un grito se oyó por toda la casa, proveniente de la habitación contigua:
-¡Lo sé todo, así que no finjas que no me amas!- decía el grito.
Y se escuchó un portazo.