Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El secreto de mis hermanos por NaniNan_chan

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nuevo cap. Más largo y con sonpresas.

Aproveche que se fueron a duchar y vete tú a saber que más para ir a hacer la cena. Aún quedaba un rato para esa hora ya que apenas sí había anochecido pero mi mamá me dejó un mensaje en el contestador de casa para decirnos que ella y papá llegarían tarde. Ellos trabajan en una empresa. De hecho la heredó mi papá, Josh, de mi abuelo. Ellos son los máximos jefes y a veces salen a cenar para cerrar tratos o cosas por el estilo.

Al rato los escuche salir. Podía escuchar unas risitas de Leo. A saber que le habría echo ya a Miguel. Cuando acabé fui para la sala y los encontré en el sofá, mirando tele. El mayor estaba sentado y acariciaba la cabeza del menor, que estaba apoyada en su regazo, porque el castaño estaba tumbado ocupando toda la extensión del sofá.

 

-Tortolitos, ¿qué veis?- dije y me tire brutalmente encima de Mimi, aplastandolo. Siempre jugaba a eso con él. Yo me le tiraba encima y le molestaba. A veces le hacía cosquillas. Otras veces nada.

Me incorporé aún encima de él y me senté en su linda y dura barriguita, como tantas veces. Me giré para decirles que mamá hoy llegaría tarde pero me encontré a un sonrojado Miguel y a un Leo que no sabía donde meterse. No sabía que les pasaba si cada tarde estábamos igual. Entonces caí. Les había llamado "tortolitos" sin querer.

 

-Noticias- dijo como si nada Leo, haciéndose el despistado.

 

-Buuuuu. Muy aburrido. Mejor dame el mando.- me tiré a cogerlo. Estaba el su mano, pero no la que alcanzaba, sino la otra, que descansaba en el reposa brazos.

Al lanzarme a por mi objetivo, aplastaba más a Miguel y me remobia, haciendo que él hiciera lo mismo con todo su cuerpo, incluida su cabeza, que seguía sobre los muslos del moreno. Este parecía no notar ese último detalle y apartaba su mano para alejarme el control remoto lo más que podía.

 

-Aahguumnghn- se escuchó debajo mio, seguido de un suspiro bajo por parte de Leo. Me di cuenta de toda ese situación y me aparte de ellos de un salto.

 

-Tú tienes el mando, pero ¡escupiré en tu comida!- y me fui dramáticamente, dejándolos con una cara desencajada y a un alto con un poco de miedo sobre su comida.

 

Fuí a la cocina y serví tres platos para los que eramos, me vi tentada de escupir en verdad, pero luego pensé que el muy cabrón cambiaría los platos sin darme cuenta y preferí no hacerlo. Los llevé, haciendo malabares, junto a los tenedores y los vasos. No quería hacer más de un viaje para poner la mesa. En cuanto me vieron se levantaron. Pero en vez de ayudarme como buenos hermanos se dedicaron a sentarse en la meso y seguir viendo las noticias, que nunca contaban nada interesante, en mi opinión.

 

Leo miró su plato con cara expectante.

 

-¿Seguro que no le has escupido?- me preguntó.

 

-¿Quién te dijo que no lo había echo?- le devolví con una media sonrisa torcida, de esas que daban miedo.

 

Aprovechó que Miguel se había girado para mirar algo que decían de los deportes para cambiarle el plato rápidamente, delante de mis narices. La pobre victima se giró y nos miro alternadamente. Yo tenia cara de asombro, con un toque de reproche y enfado. En cambio, Leo sonreía altaneramente, Ambos le mirábamos.

 

-¿Qué?- preguntó sin entender.

 

-¡Te acaba de cambiar el plato de comida!- le dije señalando al alto.

 

-¿De verdad?-le preguntó algo molesto.

 

-Claro que no- se defendió- ¿Cómo podría hacerte yo eso?-le preguntaba inocentemente. Miguel me volvió a mirar en busca de una respuesta.

 

-Se cree que he escupido en su plato, por eso te lo ha cambiado- le expliqué.

 

-¡¿Quééé?!- cogió los platos con furia y los volvió a intercambiar. Leo a esto los volvió a cambiar, así hasta que ninguno de los dos sabia cual era el plato "bueno" y cual el "malo". A veces me pregunto cómo pueden ser tan infantiles con su edad. Opps, se me olvidaba, que eran hombres.

 

-Bueno, dejar ya de jugar y a comer. Buen provecho- le dije y empecé a comer. Ellos me miraron, con cara de duda, luego a sus respectivos platos y a continuación al plato del contrarío.

 

-¿Cuál?- preguntaron a la vez.

 

-¿Cuál qué?- no sabía de que hablaban.

 

-¿Que a cuál has escupido?- espetó Mimi y yo me puse a reir durante mínimo minuto y medio sin parar. Se me saltaban las lágrimas, y el estomago me dolía. Que inocentes eran. Seguían convencidos de que en verdad había sido tan cruel con uno de sus platos.

 

-¿Ya se te ha pasado la risa o seguimos muriendo de hambre?-me habló molesto Leo.

 

Me tranquilicé y dije

 

-No he escupido en ninguno.- por sus caras estaba claro que no me creían- ¿Qué? ¿No me creéis?-

 

-No- me respondieron rotundamente los dos.

 

-Mis dos hermanitos no me creen- sonó más como una afirmación que como una pregunta. Pero lo dije con un tono de tristeza.

 

-La última vez que "no" hiciste algo me la pasé en le baño una hora seguida.- me acusó el moreno.

 

Nota importante: nunca mezcléis café con zumo de naranja, le añadáis leche caliente y agua hirviendo, lo metáis en un vaso bien alto y ancho, pongáisazúcar, sal, pimienta, colacao, sacarina, cinco cucharadas de salsa picante en polvo, lo mezcléis todo bien y lo metáis en una lata de pepsi vacía retando a vuestro hermano mayor a beberla, diciendo que sólo llevaba demasiado tiempo abierta en la nevera. Porque ese hermano acabará muy enfermito. Lo digo por experiencia.

 

-Pero esta vez es de verdad. No le he echado nada, ni he escupido. -me defendí- Mimi, tu me crees, ¿no?- le dije a Miguel con carita de no haber roto nunca un plato.

 

Él me miró unos segundos y luego empezó a comer.

 

-Espero no mientas- me advirtió y to sonreí. Él me creyó.

 

A todo esto Leo comenzó a comer también, aunque revolviendo mucho la comida antes de probarla. Pese a ese pequeño incidente, la cena pasó tranquila, aunque al mayor se le escapaban algunas miradas de reproche y desaprobación hacia su hermano. Supongo que por haber tomado la anterior postura, apoyandome. Este sólo le devolvía miradas amorosas, ignorandole por completo. Fue algo un poco extraño.

Cuando terminé de comer, antes que ellos, fui a dejar mi plato en el fregadero y volví a la sala, sentándome como sólo yo lo hacia en el sofá sin aburrirme: con la espalda apoyada en los cojines, la cabeza colgando, al revés; medias piernas en el respaldo y las otras medias colgando también. En resumen, totalmente al reves. Y puse mi canal favorito. Como la tele era de ultima generación encontré una opción para cambiar o voltear la pantalla y ese canal estaba configurado para que la imagen estuviera 180º girada, de forma que yo la veía como si estuviera sentada normal.

 

-Lya, si me vas a cambiar el canal, al menos que lo pueda ver sin torcerme el cuello- me reprochó Leo, a lo que yo sólo le ignoré.

 

En verdad no quería estar en la sale, quería ir a mi habitación pero si iba ahora, ellos dos se quedarían a sola en un lugar que no tengo vigilado y no podría "investigarlos". Nota mental: hackear la cámara de la tele a través del wifi, también.

 

Pasado como tres cuartos de hora se aburrieron y subieron al cuarto. Yo rápido apagué la tele y fuí al mío para ponerme frente la pantalla.

 

Al maximizar la ventana donde se reproducía lo que pasaba en el cuarto contiguo, salió la cara de Mimi en plena pantalla y pegue un bote sin querer. Una idea tonta pasó por mi mente, Era sobre que él me veía a mí, pero eso, obviamente no ocurría. Lo sabia porque, como tenía acceso a su ordenador podía ver lo que hacía como si fuera en el mío y lo que hacía era chatear con una chica. Leí la conversación a medida que avanzaba. ¡Será infiel! Le estaba diciendo una sarta de obscenidades alucinante. La busqué en mi ordenador y resultó que por lo que podía ver era una chica de su misma clase, que pertenecía al consejo estudiantil. La chica, Elena, era lista, pero por sus pintas, te la podrías encontrar un día en la esquina.

Me volví a fijar en la pantalla y observé que Leo leía distraídamentebocabajo sobre su cama, ajeno a lo que su hermano-amate-amigo_con_beneficios-novio hacía. Me dio pena y todo.

Esa zorra que venía a romper la hermosa y secreta relación de mis hermanos, al parecer, al había roto hacia tiempo.

Esta era parte de su conversación:

 

Elena, 23:13.

Cariño, y cuando quedamos? <3

 

Miguel, 23:13.

Mañana mismo podemos volver a vernos, preciosa.

 

Elena, 23:13.

En el parque a eso de las 5?

 

Miguel, 23:14.

Sip. Te esperaré ;)

 

Elena, 23:14.

Oye, y cuando le dirás a tú hermano de nuestra relación? Me molesta mucho que se la pase pegado a tí conmigo delante.

 

Miguel, 23:15.

Pronto, amor. Es que con lo sobreprotector que es no puedo ir y decirle "oye, que tengo novia y desde hace tiempo, pero no te lo he dicho porque no quería que me sobreprotegieras. Apropósito a partir de ahora, como ya lo sabes, no hace falta que pase tanto tiempo contigo. Oh ya me voy, vuelvo al amanecer, cuando haya resuelto ciertos asuntos pendientes que tengo con ella"

 

Elena, 23:16.

Jajaja, pues a mi me parece una muy buena idea XD

 

Decidí hacer una captura de la pantalla, donde salía todo lo que os acabo de decir. Sólo la guardaba como chantaje, por precaución, que conste.

 

La conversación siguió un poco más, hablando de cosas triviales sobre su clase. A la hora de despedirse, lo hicieron de una forma demasiado melosa para mi gusto. Sobraban demasiados "te quiero", "sueña conmigo", "ya lo hago", "amor, "cariño" y demás noñerias. Pero yo aún no lo asimilaba. El aparentemente tranquilo e inocente de mi hermano Miguel estaba jugando a dos bandas. O tal vez era que esa tal Elena en verdad era su novia y Leo sólo un juguete de usar y tirar con el cual divertirse jugando con sus sentimientos. O tal vez Mimi era un Don Juan y efectivamente jugaba a dos bandas. O tal vez, tal vez, ... Demasiadas ideas vinieron a mi mente.

 

Vi como se cerraba la ventana donde veia como chateaba el castaño. Este fue hacia la cama del moreno y se sentó a horcajadas encima de sus caderas, aprovechando que esta vez estaba boca arriba. Empezó a restregarse como gata en celo y simulaba que Leo le embestía. Soltaba gemidos altos y muy eróticos. No habían pasado ni 10 segundos que Leo ya había lanzado el libro sin preocuparse donde cayera y se incorporaba para besar esos labios que gemían entrecortadamente su nombre.

 

Mimi se separó del húmedo beso y le susurró:

 

-Házmelo- con una cara llena de lascivia- Házmelo tan duro que no pueda andar. Rompeme en dos.- Muchas palabras sucias en una sola misma frase y boca.

 

-Claro, Mimi.- le respondió el alto.

 

Este le subió la camisa hasta quitársela. Hizo lo mismo con la propia. Repartió besos a diestro y siniestro, dejando muchas marcas, mientras el menor, le clavaba las uñas en los hombros y espalda y se restregaba, haciendo rozar los dos excitados miembros por sobre la ropa, aumentando el calor.

Los pantalones del bajo fueron desabrochados, dejando libre paso a una traviesa mano canela para adentrarse y dar placer. Miguel se quitó él mismo los pantalones y se los retiró de una a Leo, llevándose la ropa también. Parecía urgido. Se le lanzó a besarle, mientra masturbaba el miembro contrario y lo acercaba a su entrada,

 

-Es-espera, no estas preparado- le dijo medio preocupado, medio excitado el de ojos negros al de mirada marrón.

 

-Da igual, quiero que me rompas- le repetía lascivo- Rompeme- le suplicaba.

 

Leo no entendía el ataque urgido de su hermano. Le gustaba esa faceta de dominación que presentaba ahora y el hecho de no tener que hacer prácticamente nada después de todas las veces que llevaban le resultó atractivo como idea.

 

-Pero...- aún así tenia sus dudas sobre el resentimiento que eso pudiera causar en el otro mañana.

 

Miguel se cansó de esperar a que Leo le obedeciera, se giró, dándole la espalda, agarró el miembro del alto y lo acercó a su entrada. Introdujo la punta y en cuanto esta entró bien, dejó caer todo su peso, haciendo que ese pedazo de carne caliente y palpitante le llenara por completo, llegando muy dentro y rozando de pasa su punto dulce. Leo soltó un gutural gemido, que resonó en las cuatro paredes, mientras que Miguel se mordía el labio para reprimir el grito que abría despertado hasta al vecino de enfrente. Una lagrima rodó por su mejilla, pero se levantó un poco y se dejó caer de nuevo. Así siguió autopenetrandose hasta que sintió todo el calor bajarle de golpe al vientre, anunciando que pronto se vendría. Se masturbó con fuerza al ritmo que bajaba y subía de aquel falo con el que se proporcionaba placer y se corrió, manchando su mano por completo. No dejó de subir y bajar, aunque con mayor esfuerzo ya que aún no se recomponía del anterior orgasmo. En cuanto notó que el mayor se venía en el dejó que le llenara y poco a poco se fue separando.

 

Sin decir nada cogió una toalla y se fue a duchar, dejando atrás aun confundido Leo que se sentía como una mierda. Era cierto que le gustaba que le montara, pero no así. No como si su querido Mimi fuera una muñeca sin sentimientos o una puta barata. Eso que acababa de pasar no era hacer el amor como había pasado hacía apenas unas horas. Era simplemente follar, si es que llegaba. Que le podía haber llegado a pasar en tan solo ese rato.

Se puso a pensar. Si cuando entraron aún estaba de buenas, debería haber sido mientras él leía y el contrarío jugaba ordenador.

 

En estos momento agradecía que Leo tuviera esa costumbre de pensar en voz alta o no sabría lo que pensaba.

 

Se puso unos boxes y un pantalón corto. Se acercó al portátil y abrió el historial, comprobando que había sido borrado, justo el rato donde lo había ocupado Miguel. Sabía que algo se traía pero no sabía qué. Decidió que lo mejor era ir y hablarlo, pero cuando salía, Mimi entraba. Se giró para hablar con él. Y entonces, al verlo a los ojos, pudo verlos inchado y rojos, al igual que los veía yo a simple vista. Eso si era extraño. ¿Tenían sexo y después se iba al baño a llorar? Ese no era el Miguel que conocía.

 

Notas finales:

No me odien, ¿si?

Miguel, bueno, él cambió de pronto peroes que se come mucho la olla y piensa demasiado.

En el proximo cap sabreis porque.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).