El secreto de mis hermanos por NaniNan_chan

Miguel tenía los ojos llorosos y no pasó inadvertido por Leo ni por mi. El alto se acercó más, le sujetó por los hombros y le obligó a mirarlo, aunque el castaño rehuía la mirada, cuando le cogió de la quijada.
 
-¿Qué...?-iba a preguntar el moreno pero el bajo le cortó.
 
-Déjame- le dijo de forma fria, lo que izo que la cara del mayor cambiara a una entre triste por no saber que hacer y enfadada por el comportamiento de su hermano. Este se apartó dejando atrás a un estatico Leo. Se acostó en su cama. A eso el que estaba de pie se acercó pero cuando ya iba llegando a la cama done estaba el otro cuerpo escuchó decirle de nuevo: -Déjame- esta vez más distante y algo ronco.
 
-No dime qué te pasa. ¿Por qué...?- le dijo Leo ya a su lado.
 
-¡Te he dicho que me dejes!- le chilló Miguel, levantando, tirando las sabanas casi po encima del otro de lo rápido que se bajó de la cama de un salto y salió disparado aún en calzoncillos. Pensé que iria a cualquier otro lugar menos al que en verdad se dirigía y es que entró en mi abitación azotando la puerta. Cerré de un manotazo el ordenador por miedo a ser descubierta, al tiempo que él  se metía en mi cama y la puerta era nuevamente abierta, esta vez por Leo. Creo que sentí un leve sollozo, del cual Leo no se dio cuenta.
 
-¡¿Pero qué coño haces?!- le reprocho este.
 
-¡Lo que quiera!- se le quebró la voz pero intentó disimularlo- ¡Vete de aquí! ¿Quién te crees que eres?- esta vez lo decía con fingida furia, cosa que no notó el otro invasor de mi habitación.
 
-¡¿Quién?! Pues tu hermano, así que dime ya que ocurre-
 
-Pues eso, sólo -remarcó esas palabras- mi hermano, así que vete que ahora estoy ocupado con mi otra hermana-volvió a remarcar esas dos últimas palabras. Entonces fue cuando el mayor pareció reparar en mi presencía. Yo no sabía dónde meterme, aunque fuera mi territorio y privacidad, no lo parecía. Leo me miró y creí que me mataría con la mirada. Luego le lanzó una mirada igual de mortífera a Miguel y se fue, cerrando la puerta fuertemente.
Pasó un minuto hasta que me atreví a hablar, cosa que no sé porque la hice.
 
-¿Y bien?-le miraba, no podía verlo porque se había metido debajo de las mantas y ahora no era mi hermano sino un bulto al lo que le estaba hablando.
 
-Y bien ¿qué?- me preguntó, ahora más calmado, mucho más calmado.
 
-Que qué ha pasado- le recordé.
 
-Nada- dijo, obio no le creía pues había visto la verdad.
 
-No te creo-
 
 -Bien por tí- me dijo con un tono de voz vacío.
 
-Sólo dime y estará bien- le segía insistiendo yo.
 
-Nada- me repitió.
 
-Dime-
 
-No-
 
-Dime-
 
-No-
 
-Dime-
 
-No- será tozudo él tio.
 
-¿Me lo diras luego?- le pregunté.
 
-Lo dudo- me respondió.
 
Decidí irme porque ahí no pintaba nada. Primero sopesé meterme en mi cama como tal cosa, ignorandole o abrazandole, pero luego pensé que sería mejor dejarle su espacio y que pensara. Me levanté, cojí el pijama que había ido a para al suelo cuando Miguel levantó la colcha para metese dentró y me dirigí a la puerta, con esperanza de poder dormir en el lugar que él había dejado libre. No me apetecía dormir e el sofa por muy grande y confortable que fuera, prefería una cama. Antes de salir me gire.
 
-Buenas noches, Mimi. Recuerda te quiero. Que descanses- le dije como cada noche. Apagué la luz sin preguntar y luego cerré la puerta tras de mi. Inmediatamente después escuche como pequeños sollozos salian de él, pero preferí no volver a entrar y preguntar.
 
Fuí a la habitación de al lado y toqué tres veces la puerta por si acaso. No esperé respuesta y entré. Leo volteó a verme y luego volvió a darse la vuelta ignorandome. Me acerqué a la cama vacía, la de Miguel y me arropé. Tengo una extraña costumbre de dormir muy pegada a la pared. Aunqué suene raro ya que en mi habitación mi cama no este tocandola sinó por el cabezal, ya que estaba casi en medio de la habitación. Igual me acerqué hasta que el colchón empezó a hundrse en esa zona. Me acurruqué aún más, si es que se podía y toqué algo duro pero no frio, al contrario de la pared. Alargué un poco la mano para ver que era y ví que era un cuaderno. Supuse que era de la escuela pero una voz en mi interior me decía que lo abriera y porque basicamente nadie me estaba viendo y porque soy muy curiosa includo frente un simple cuaderno de estudiante lo abrí. Tan grande fue mi sorpresa al ver que eso no era un cuaderno sino un diario que casi se me cae. Abrí los ojos desmesuradamente y casi por instinto comencé a leer, por la última pagina escrita, al parecer de ayer.
 
4 de junio
 
Hoy yo y mi novio lo volvimos a hacer >///<  
 
Me gustaba su letra,diferente a la que siempre había visto. Y que escribiera caritas era muy mono.  
 
Sigo pensando que es muy fogoso, pero esque hay confianza. Le estoy dando vueltas a todo lo ocurrido ultimamente. Y es que antes no le veia problema a esto, pero ahora, nose, simplemente creo que, no es que este mal. No puede estar mal que dos personas se quieran, pero tampoco puede estar bien que sean dos hombres, dos hermanos. Recuerdo el día en que todo comenzó y pienso que en verdad esto está bien, pero cualdo salgo con Elena me recuerdo a mí mismo que en verdad es salir con ella lo correcto y entonces mis pensamientos regresan a Leo. Lo mejor será que corte, pero con quién no lo se. Creo que lo mejor sería hacerlo con  é. Seguro al principio le soara igual de raro que cuando a mi me lo explicó ella, pero es que tiene razón, no está bien. Al principio supongo que le costará de asimilar y le debastará pero luego se le pasará. Al fin y al cabo no es tan fuerte lo nuestro. Elena tiene razón. Mañana mismo intentaré acabar con él pero aún no se como. Lo más dificil será mostrar indiferencia, con todo lo que atrae. Espero que las cosas no se tuerzan. Deseame suerte, Diario.
 
Osea, que la zorra esa le había estado comiendo la cabeza a mi querido Mimi y por eso había hecho lo que había echo. Pero que gran estupido están echos este par. Unos que no se empana de que lo encuernan en sus narices y otro que se deja convencer por la tonta esa haciendo que algo tan especial, bonito y largo que tenían mis hermanos se rompiera. Hay que solucionar esto, pero eso será mañana. Ahora no hay nadie con el suficiente humor como para hablar civilizadamente, menos yo. Pero tal vez aún no esté todo perdido. Sabiendo todo esto tendré que pensar en algo para solucionar este embrollo.