No es como que tuvieran un código o algo similar; era, más bien, un forma de sobre llevar las cosas cuando la tensión estaba al máximo sin recurrir a ayuda externa, que pudiera atraer la atención o manchar su imagen como ídolos.
Yongguk no participaba de eso, pero tampoco se creía en el derecho de objetar porque solo era una razón moral el que no accediera a tocar a alguno de sus preciosos dongsaengs, Daehyun lo sabía.
Himchan, sin embargo, si participaba. Y Daehyun era su mejor presa para cuando estaba tenso. A Youngjae no le gustaba, pero sí había participado un par de veces. Jongup también había cumplido con satisfacer a Himchan o Daehyun, pero solo cuando uno de los mayores no estaba. Junhong. Zelo no participaba, al menos no con Himchan, Daehyun sabía.
“Daehyunnie”, el aludido escuchó contra su nuca. Aquella voz ronca y sensual, manos sobre sus caderas.
Daehyun intentó apartarlo.
“¿Qué haces Himchan-hyung, Youngjae está–” intentó decir, siendo interrumpido de inmediato.
“–está con Jongup y Junhong, hace casi media hora en el desayunador”, informó, apartándose un poco del menor. Daehyun se removió, aún con sueño. Usualmente era él quien despertaba primero de los seis muchachos, pero con el agote de la gira, apenas podía sentir energía por las mañanas.
Arriba el poder de las siestas.
Daehyun se incorporó en su cama, bostezando. Himchan a su lado acarició su cabello con una risa, intentando arreglarlo por el peinado que la almohada le había dejado.
“¿Cómo dormiste?”, preguntó el mayor.
“Horrible”, respondió sinceramente. Con Himchan podía ser sincero. “Me duele todo”, confesó, tocando con una mano su espalda.
El aludido frunció el ceño en preocupación. El día anterior habían tenido un concierto y habían celebrado solo una hora, después de haber cumplido con las tres horas en el escenario pero Himchan había notado como Daehyun parecía algo adolorido por no haber hecho los ejercicios de calentamiento correctamente.
“Déjame ver”, obligó más que pidió el mayor, volteando al otro para poder ver su espalda.
Las manos de Himchan hicieron un masaje sobre los adoloridos músculos de Daehyun, este último sintiéndose más relajado ante la atención. Cerró los ojos, disfrutando de las manos del mayor. Daehyun sabía que el mayor tenía talentosas manos (no solo en el aspecto musical) y así que no podía esperar menos de un masaje de parte de él, precisamente.
Himchan sonrió cuando el menor soltó un pequeño gemido, pero siguió tocando como si no se hubiese dado cuenta.
Pasó un momento, hasta que Daehyun ya se sentía mejor.
“Gracias”, dijo, volviéndose para que el otro se detuviera.
Himchan se inclinó, robando un beso de los labios de Daehyun, dejando a este algo sorprendido.
“No hay problema”.
Entonces, Daehyun solo necesitó ver los ojos de Himchan para comprender.
“¿Ahora, hyung?”, inquirió, algo resignado.
Himchan sonrió, volviendo a inclinarse y besar los labios del menor, pero esta vez más profundamente. Daehyun respondía el beso como mejor podía, agradeciendo haber usado enjuague bucal la noche anterior y así su aliento de mañana no fuera tan malo.
Pronto Himchan lo recostó sobre la cama, sacando de los otros labios un quejido.
“No puedo evitarlo, Daehyunnie”, murmuró el mayor, subiendo sobre el otro ahora completamente; una pierna entre las de Daehyun y una mano sujetando la del otro contra el colchón. Los labios de Himchan pronto llegaron hasta el cuello del menor, repartiendo suaves besos.
El otro chico suspiró ante la atención, comprendiendo que Himchan quería dominar y él realmente no tenía las energías de luchar contra él. Después de todo, Himchan era gentil con él (casi siempre).
La mano que no sujetaba la de Daehyun, se coló bajo su playera de pijama, subiéndola hasta que se encontró con el principio del cuello. Himchan movió ambas manos a los costados de Daehyun, sintiendo las costillas, tratándolas como si fuesen teclas de un fino piano mientras su boca repartía besos por toda la extensión de piel ahora disponible.
Daehyun gimió cuando el otro pasó su lengua por sus pechos, concentrando la succión en sus pequeños pezones de hombre.
“H-hyung”, le llamó, moviéndose ligeramente, ahora recargado sobre sus codos para elevar su pecho, cuello estirado hacia abajo.
Himchan sonrió, moviéndose hacia abajo. Fue perfectamente consciente de cómo su miembro daba un movimiento en sus pijamas cuando Daehyun suspiró al mismo tiempo que movió una de sus piernas para dejarla al lado de sus costados, dándole espacio.
Se movió hacia abajo, sin dejar de besar al menor y disfrutar sus sonidos dignos del cielo, hasta que se encontró con el comienzo de sus pantalones. Fue entonces que Himchan miró hacia arriba, observando la obra de arte que tenía en frente de él: Daehyun estaba sonrojado (ese sonrojo que la bbcream no dejaba ver cuando se avergonzaba), sus labios hinchados por haber dormido estaban separados para dar paso a su respiración agitada, y todo su torso cubierto de los rastros de saliva dejado por sus besos.
Definitivamente, Himchan era un artista.
“No te detengas”, musitó Daehyun, mirándolo, moviendo sus caderas hacia arriba.
El mayor no podía dejar de sonreír divertido, removiéndose para buscar el lubricante en el bolso de Daehyun, quien gruñó ante la pérdida.
“Sabes que podrías lamer para lubricarme, ¿no?”, preguntó el menor con algo de enojo.
Himchan rió sin humor ante eso, volviendo a la cama con el frasco necesario. Se acercó para depositar un suave beso en los labios del otro.
“¿Te gustaría eso, Daehyunnie?”, preguntó con voz baja, haciendo que al aludido le recorriera una onda de placer por el cuerpo solo al imaginarlo. Himchan había hecho eso antes, y–. Asintió con la cabeza lentamente. Himchan le sonrió de lado, “no hay tiempo, Youngjae podría venir en cualquier momento”, soltó.
“¿Qué?”, respondió Daehyun sintiendo más que viendo como era despojado de sus pantalones y ropa interior, “¿no cerraste la puerta con seguro?”, exigió saber. Himchan separó las piernas ajenas, negando la cabeza con una sonrisa maliciosa mientras lo hacía.
Daehyun pareció enojado ante eso. Bueno, lo más enojado que podía estar semi-desnudo (si es que su playera subida hasta arriba podía contar como ropa, en caso de que no, estaría desnudo) y abierto de piernas con Himchan entre ellas, sonrojado y semi-erecto.
“¿Estás loco?”, soltó el menor.
Himchan puso algo de lubricante en su mano, ignorando las palabras de Daehyun y haciéndolo callar efectivamente al tomar su miembro entre sus dedos. Impuso un ritmo, haciendo que el menor suspirara y se quejara suavemente por lo fácil que el lubricante hacía el movimiento. Se sentía delicioso.
Solo cuando Himchan decidió que no quería hacer que Daehyun terminara en su mano, le soltó, ganándose otro gran gruñido del otro chico.
Lubricó dos de sus dedos con otra capa de líquido, separando más las piernas de Daehyun, como si fueran su propiedad. Aquella confianza hacía al chico de abajo sonrojarse, pero no podía quejarse, después de todo Himchan lo conocía.
Conocía bien su cuerpo.
Sintió uno de los dedos del otro tocar su entrada y suspiró para relajarse, dejándole entrar fácilmente.
Himchan estiró bien la piel antes de meter el segundo, dándose cuenta que él aún estaba vestido.
“Daehyunnie”, le llamó, el aludido le miró con ojos brillantes, “aún estoy vestido”, informó.
No necesitó más que esas palabras para que el menor se inclinara hacia adelante, con cuidado porque aún estaba siendo estirado por los dedos de Himchan, y pasara sus manos por la camisa de pijama del otro, subiéndola hasta dejarla pendiendo del brazo que seguía dentro de su cuerpo. Daehyun aprovechó de besarle, paseando sus manos por el torso del mayor con regocijo; Himchan no tenía músculos marcados, pero su piel era suave y fácil de tocar, y el color hacía un lindo contraste con la propia.
No podía dejar sus manos quietas.
Dentro del beso, cuando sus lenguas se encontraron, Daehyun comenzó a mover sus caderas, incitando el movimiento de la mano de Himchan, quien al notar el suave vaivén, se separó y lo recostó con la mano que tenía libre.
Daehyun le observó desde abajo: Himchan quitó su mano de su interior, secando los restos de lubricante con su pantalón de pijama antes de moverlo hacia abajo, dejando libre su erección. No pudo evitar relamer sus labios ante la imagen de el mayor poniendo más sustancia sobre sí mismo y gimiendo por las sensaciones. Ante eso, Daehyun separó aún más sus piernas y acercándo su zona baja al otro, soltando un quejido para que Himchan lo notase.
Cuando dio un último suspiro, Himchan abrió los ojos y con una mano guió la punta de su miembro a la entrada de Daehyun, afirmándose con una mano y la otra al costado del muchacho. La entrada fue lenta y torturante para ambos; algo había en las mañanas que les hacía preferir las cosas más flojas y sensuales a que rudas y sin cuidado.
Daehyun tomó mucho aire cuando sintió al mayor por completo dentro de él, desviando la vista hacia un lado y concentrarse en su propio auto control. Aún dolía, pero nunca tanto como la primera vez. Además, al pasar el tiempo, ya sabía que pronto se iba a ir.
Himchan bajó a su altura, dando besos en el cuello del otro al mismo tiempo que comenzaba a moverse dentro del otro, apenas saliendo del otro cuerpo.
“A puesto a que te gustaría”, murmuró el mayor contra su sensible piel, provocándole un gemido al otro.
“¿De qué hablas?”, inquirió el otro chico, moviendo sus caderas para encontrar el movimiento del mayor.
Una suave risa se escuchó sobre su oído.
“A puesto a que te gustaría que Youngjae entrara y nos viera así”.
Daehyun cerró los ojos, ambas manos tomaron con fuerza los brazos de Himchan. Intentó no imaginar lo que el mayor le decía, sin cesar el movimiento de sus cuerpos.
“¿No te gustaría que te viera así? Abriendo tus piernas para mí, y tan perdido en placer”, continuó el mayor.
El aludido negó fuertemente con la cabeza, sin embargo, gimió y su propio movimiento de cadera se hizo más rápido, pidiéndole a Himchan que le siguiera.
“¿No?”, preguntó, gimiendo ahora él también por el aumento de ritmo. “¿Seguro? ¿No te gustaría que Youngjae entrara y te viera así? Quizás se uniría para llenar tu boca, ¿no te gustaría?”, susurró, escondiéndose entre el cabello castaño.
“¡Cállate!”, gritó, ambos brazos alrededor del cuello de Himchan, acercándolo a su cuerpo para tener algo en qué sujetarse y soportar las ondas de placer que comenzaban en su espalda y acababan en su miembro ya bastante mojado por la estimulación.
Entonces, Himchan se separó de él, sentándose sobre sus tobillos y atrayendo a Daehyun consigo. El menor se dejó hacer cuando el otro le indicó que se sentara sobre él, logrando con esa posición llegar más profundo que antes. Las piernas de Daehyun se ubicaron a los lados de Himchan, con sus pies afirmados para poder elevarse sobre el miembro del otro cuando este le llevaba hacia abajo con sus manos sobre su cintura.
Los ojos de Himchan miraban hacia abajo, encantado por el movimiento de revote que hacía la erección de Daehyun cuando su trasero chocaba con sus muslos. Una de sus manos quiso tocarlo, pero decidió que era más sensual si no lo hacía.
Ambos gemían por el ritmo, pero ninguno dispuesto a terminar aún.
Algo faltaba.
“¿No te gustaría, Daehyunnie?”, inquirió de nuevo el mayor, sin detener su movimiento. El aludido gruñó, deseando en parte que pudiera tapar la boca del otro pero sus manos estaban ocupadas sujetando su peso en los hombros ajenos. “Succionarlo mientras yo te penetro, ¿uh?”, preguntó dando lugar a un par de gemidos.
Daehyun no respondió, solo cerró los ojos porque se sentía cerca.
“O tal vez no quieres a Youngjae”, musitó luego, inclinándose hacia adelante para tomar uno de los pezones del menor en su boca y morderlo ligeramente, “tal vez te gustaría a Yongguk en mi posición y que yo te llenara la boca”, comentó como si fuera algo normal, “Yongguk es todo un hombre, Daehyunnie”.
El menor emitió un grito por la sobre estimulación, ambas manos ahora jalando el cabello de Himchan, suspirando y gimiendo porque la imaginación era poderosa, sobre todo en los momentos así.
Himchan apresuró un poco el ritmo, y ahora el menor estaba prácticamente saltando sobre él. Soltó el cuerpo del otro, llevando dos de sus dedos a la boca de Daehyun, quien de inmediato lo aceptó y lamió como si fuera—
No pudo más. Daehyun estaba imaginando cosas y estaba succionándolo como si sus dedos fueran otro hombre. Con un fuerte grito, pero algo contenido, Himchan terminó dentro del muchacho sobre él, ocupando su otra mano para masturbar la erección frente de él.
Pronto, Daehyun estaba manchando su propio estómago, gritando alrededor de sus dedos y ojos cerrados.
Lo dejó caer sobre la almohada mientras él se quedaba sentado donde estaba, recuperando el aliento. Cuando se sintió mejor, subió sus pantalones y se recostó a un lado del otro, abrazándolo por detrás porque Himchan amaba acurrucarse en cualquier momento.
“¿En serio dejaste la puerta sin seguro?”, preguntó Daehyun después de un rato.
Himchan rió contra su espalda.
“No”.