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Cómo disciplinar a un mocoso. por FuckyGee

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Notas del capitulo:

Es un one-shot! ><

Estaban teniendo una época tranquila. El titán colosal no había vuelto a molestar y destruir una muralla en varios meses, casi un año, pero aun así, la Tropa de Reconocimiento seguía entrenando cada día para mantenerse alerta, pues tras todos los percances ocurridos, jamás se sabía cuándo iba a ser requerida su ayuda para la humanidad.

Hoy, nuestro protagonista, Eren, se estaba levantando con demasiada pereza de la cama. Hoy tocaba combate cuerpo en el entrenamiento. Se colocó su uniforme y su equipo, y salió adormilado hacia el exterior del lugar. Según el horario establecido, el entrenamiento sería al aire libre. Saludó con la mano a Armin, quien estaba intentando defenderse de una implacable, perfecta y serena Mikasa. ¿Cómo podía ser esa chica tan increíble y poseer ese talento natural? No tardó en correr hacia ellos, con una amplia sonrisa pese a todo el cansancio que sentía.

-¡Buenos días!

-¡Eren! Mikasa no me deja ganar ni una sola vez… -Acusó el chico rubio, señalando a la susodicha, quien tan sólo se encogió de hombros. Eren rió, revolviendo el pelo de Armin con cariño y rodeándole ambos hombros con un brazo, señalando también a la fémina.

-Armin… creo que Mikasa necesita una lección. ¡Vamos!

Los tres comenzaron a combatir con armas falsas, de madera, mientras reían y se gritaban. Eren en esos momentos se veía muy relajado, se notaba que hacía lo que gustaba con sus amigos. Era una verdadera suerte poder estar cumpliendo su sueño de defender a la humanidad con dos amigos tan fieles como Mikasa y Armin.

Pero, la mañana no era tan perfecta para todos los asistentes.

Sentado en la sombra, había un hombre de facciones serias y estrictas, mirando y supervisando al protagonista. Como siempre, tenía el ceño fruncido. Pero esta vez no era como el resto, esta vez… parecía estar molesto de verdad.

-¿Rivaille? –Preguntó Erwin, quien con un refresco se sentó a su lado, recorriendo la distancia que seguían los grisáceos ojos de su inferior-. Oi, ¿ya estás acosando al chaval?

El Capitán ni se inmutó. Continuó siguiendo los movimientos de Eren con la mirada, apretando los dientes un poco.

-Le queda un largo camino si de verdad pretende exterminar a los titanes.

Erwin lo contempló, sonriendo amablemente.

-Yo creo que Eren tiene un talento natural. Quizá no está tan obvio como el de Mikasa… -Desvió la mirada hacia la chica, asintiendo-. Esa chica es increíble –Añadió, aunque luego volvió a mirar al protagonista de nuestra historia-. Pero Eren tiene una determinación y una confianza que no la tiene todo el mundo.

-¿Lo dices porque es un titán? –Preguntó Rivaille aún observando y analizando sus movimientos.

-Lo digo porque es un buen soldado. Y si te tiene a ti como supervisor, creo que lograremos vencer la batalla contra los titanes.

Rivaille no contestó. Tan sólo cambió la expresión al ver cómo Eren y Armin eran tirados al suelo por una indestructible Mikasa.

-Torpe –Murmuró para sí mismo, negando varias veces-. A veces mee pregunto por qué demonios es él el titán y no Mikasa. Sería mucho más sencillo disciplinarla. Es muy seria y estricta.

Erwin sin embargo, rió, mirándole de reojo con una sonrisa socarrona.

-Lo dices como si no te gustase pasar tanto tiempo con Eren. Se te nota, Rivaille.

Levi miró al Sargento, alzando una ceja de forma expectante.

-¿Se me nota? ¿Qué se me nota?

Erwin tragó saliva. Pensó que le estaba atravesando con esa gélida mirada. Sin embargo, Rivaille era su amigo, ¿por qué temerle?

-Que estás muy interesado en ese niño –Lo señaló con un gesto de la cabeza, encogiéndose de hombros-. Jamás te he visto tan a gusto con alguien que no fuera yo –Rivaille volvió a fijar la mirada en ese “molesto mocoso”-. Tan sólo te pido que cuidado. No quiero recibir ninguna denuncia por pedofilia.

El Capitán Levi negó, varias veces.

-Más quisiera ese mocoso que le tocase. –Murmuró, ocultando lo evidente.

-Ya, ya…

Erwin siguió hablando, pero Levi estaba completamente en otro sitio. ¿De qué demonios hablaba SU mocoso con esa nenaza rubia? ¿Por qué estaba riendo tan… lindo? Chasqueó la lengua y frunció un poco más el ceño. Odiaba eso. Odiaba que con sus amigos fuera tan abierto, simpático y dulce mientras que con él… bueno, actuaba de forma seca y nerviosa. Es cierto que ese es el resultado de la disciplina, pero aun así, el Capitán sentía una oleada de celos indescriptible por ver cómo abrazaba y le hacía cosquillas a ese insoportable rubio. Eren era suyo, no debía tocarle si no quería morir.

-¿Rivaille?

Volvió en sí. Cerró los ojos por unos momentos y suspiró, negando.

-Estoy cansado. Sólo es eso.

 

---

-¡Armin! ¡Voy a matarte, por tu culpa estamos perdiendo contra Mikasa! –Gritó un animado castaño, revolviendo el pelo de su mejor amigo de la infancia.

-Ah, ¿es sólo su culpa? –Añadió Mikasa con un tono desafiante, sonriendo divertida aunque fuera raro en ella.

Eren la miró, con los ojos abiertos.

-¡Podría vencerte si quisiera!

-¡Sigue soñando, Eren! –Gritó Armin cuando Mikasa volvió a tirarle en el suelo, aprovechando para tirarse encima y matarle a cosquillas, haciéndole reír de forma escandalosa.

Sin embargo, Armin se detuvo con un escalofrío.

-¿Qué ocurre…? –Preguntó Mikasa, mirando hacia todos lados, mientras Eren se incorporaba.

-El Capitán Rivaille… -Murmuró, mirándole disimuladamente-. Sentí como si me destripara con la mirada.

Eren rió con fuerza, volviendo a desordenar su largo cabello.

-¡Él siempre mira así! –Y acto seguido, imitó la seca y gélida mirada del Capitán, a modo de burla, aunque dándole la espalda para que no le pillase y le matase por ello.

Ambos chicos reían con fuerza, mientras Mikasa ladeaba la cabeza, como siempre, calculadora.

-El Capitán siempre está junto al Sargento Erwin, ¿no creen? –Eren la miró, sin entender.

-Sí, ¿y qué?

-Sí, yo también lo creo. Más de una vez pensé que tienen algún tipo de relación… -Dijo Armin, encogiéndose de hombros. Eren sintió una punzada en el corazón, aunque trató de disimularlo con una forzada sonrisa. Ni sus mejores amigos podían saber la relación que tenía con su supervisor y superior.

-No lo creo, tan sólo son amigos… -Dijo, autoconvenciéndose de ello. Era imposible que fueran algo más. Levi le tenía a él, ¿por qué necesitaría algo más?

-Eh, ¿dónde va? –Preguntó de nuevo Armin al ver que el Capitán se levantó justo después de que se abrazase a Eren. Aunque su amigo no lo confesase, tanto él como Mikasa sabían los sentimientos de Eren hacia el Capitán. Éste se marchó, dejando a Erwin sólo sentado, que saludó riendo a los tres que miraban descaradamente hacia allá. Con aquel gesto, supieron que debían seguir con el entrenamiento y dejarse de tonterías. Estaban ahí para entrenar día a día y salvar la humanidad, no para meter las narices en líos amorosos entre sus superiores.

---

 

Había sido un duro día de trabajo, entrenamiento y esfuerzo, así que en cuanto se acabaron las actividades y cenaron, Eren se fue a duchar y directo a su habitación. Se colocó el pijama y se tiró en la cama, agotado.- “Vaya día…” –Pensó, apartándose el flequillo húmedo de la frente.

 

Mientras tanto, subiendo las escaleras del sótano, en algunas plantas más arriba, se encontraban un rubio y un moreno discutiendo.

-¿Qué te importa? Tan sólo hazlo.

-Rivaille, ¿olvidas quién da las órdenes aquí? Soy la máxima autoridad, no tu mensajero. Llámale tú mismo.

El moreno frunció el ceño.

-Te lo estoy pidiendo como un jodido favor personal, llama al mocoso.

-Tan sólo dime para qué.

-Debo disciplinarle mejor –Erwin no entendió aquello, así que se lo aclaró-. No puede tomarse los entrenamientos como si fueran horas de juego, está perdiendo tiempo, y ese tiempo suyo pueden ser vidas perdidas de la humanidad al no poder controlar su fuerza cuando se transforme en titán, ¿no entiendes? –Erwin asintió-. Bien. Tan sólo llámale y que venga él solito.

 

Erwin abandonó la habitación y bajó rápidamente al sótano, donde abrió la puerta del chico-titán.

-¿Eren? –Estaba medio dormido-. El Capitán te llama. Es bastante urgente, así que por favor, vístete y reúnete con él en su habitación.

-Sí, sargento. –Contestó, levantándose de golpe y una vez quedó solo, se cambió de ropa y se puso los pantalones y camiseta del uniforme. Prescindió de los arneses, chaquetas y botas, pues si era verdaderamente urgente, debía darse prisa. Por un momento dudó. ¿No querría quizá… sexo? Bueno, no es que pudieran llamarlo sexo porque no sucedía eso exactamente. Pero desechó esa idea. Cuando su Capitán quería atenciones sexuales, bajaba él mismo al sótano.

 

Al llegar arriba, pegó en la puerta, y escuchó un “está abierta” desde dentro. Era la voz de su supervisor. Entró y, nada más cerrar la puerta, recibió una fuerte patada en su costado, que le hizo tambalearse, y luego otra más fuerte en sus piernas, haciendo que cayese directamente al suelo.

-¿Pero qué…?

Intentó incorporarse, pero Rivaille colocó el pie en su hombro, empujándole hacia abajo. Eren se estremeció, ahora le dolía el costado y la pierna golpeada. Entendió que debía quedarse quieto, así que tan sólo miró a su superior desde el suelo, tumbado.

-Cállate y habla cuando te lo ordene, mocoso de mierda. –Caminó hacia su escritorio, donde se sirvió una copa de vino y agarró la silla, acercándola al menor que yacía en el suelo. Se sentó, cruzando las piernas, moviendo un poco la copa mientras le miraba. Eren se contuvo para decirle que no bebiese, detestaba eso-. Eren, eren… ¿recuerdas qué fue lo que te dije cuando comencé a hacerme cargo de ti? Ha pasado un año ya.

Eren negó. Iba a sentarse en el suelo, pero Rivaille pateó su abdomen y le dejó de nuevo a sus pies, tumbado.

-Cuando me metí en tu cama y te masturbé. –Puntualizó.

Eren abrió un poco más los ojos, algo sonrojado.

-Que… jamás me tocarías con otra cosa que no fueran tus manos y tus besos jamás bajarían más de mi cuello –Murmuró, bajando la mirada al suelo-. No lo harías hasta que no fuera mayor de edad.

-Eh, mírame cuando te hablo, cerdo. –Ordenó, dando un trago a la copa-. Y sí, es correcto. Eren, ¿sabes…? –Apoyó un pie sobre su pecho, mirándole-. Estoy realmente enfadado contigo. ¿Sabes por qué? –Eren negó-. No puedo follarte porque eres menor de edad… pero podrías hacerlo con un mocoso, eso no es ilegal. –Eren abrió los ojos, sorprendido. ¿Qué quería decir…?- Hoy me dieron ganas de matar a esa nenaza rubia. Esas sonrisas tendrían que ser mías, ¿no?

Eren abrió aún más los ojos. Estaba sorprendido. ¿Acaso su Capitán estaba…?

-Estoy celoso, niñato asqueroso.

Y Eren sonrió, sin poder evitarlo. Tenía cierto sonrojo en sus mejillas, y eso hizo que Rivaille sintiera una especie de punzada en el corazón. Maldito imbécil, era demasiado bonito. Sin embargo, no lo exteriorizó.

-¿Por qué mierdas sonríes?

-Porque… Es la primera vez que se pone celoso… y yo creía que usted y… Erwin… -Balbuceó, nervioso. Levi rodó los ojos y bufó. ¿Cómo podía demostrarle que no sentía nada por Erwin?- Ambos sois mayores y… cercanos, entonces…

-Eren. –Llamó el Capitán, volviendo a beber de la copa- Verte tirado en el suelo y siendo golpeado por mí me pone demasiado cachondo –Eren se sonrojó y tragó saliva, manteniéndose en silencio-. ¿Te parece bien si… ignoramos la regla de no besar por debajo del cuello? Te perdonaré si haces algo.

Eren, pese a todo, era sumamente inocente, así que le miró sin comprender.

-¿Qué…?

-Acércate, mocoso. –Descruzó las piernas y las dejó abiertas, dejando que el adolescente se colocase de rodillas entre ellas-. Sexo oral. –Le aclaró aquello, desabrochándose el botón del pantalón y bajándose la cremallera con la mano que no sostenía la copa de cristal, metiendo la mano bajo la prenda para sacarse la erección sin necesidad de bajarse del todo la ropa-. Se trata de que me la mames hasta que te atragantes, mocoso de mierda.

Eren le miró, desconcertado, aunque en realidad verle desde esa perspectiva era muy excitante. Tragó saliva y asintió, apoyando las manos en los muslos de Levi, quien los apartó de un manotazo.

-Las manos tras la espalda, ahora vas a trabajar con tu boca.

Eren asintió y obedeció. Empezó a lamer su miembro de arriba abajo, empezando por la base y luego subiendo la lengua lentamente por su erección hasta llegar al glande, donde succionaba varias veces. El mayor de los dos sonrió muy levemente, y llevó la mano libre al cabello del mayor. Se mantuvo observándole, bebiendo de vez en cuando de la copa con la mirada fija en él. Su miembro crecía cada vez más y más, y la lengua del menor trataba de recorrer toda la extensión posible, empezando a disfrutar con ello, y se le notaba. Lamía con más ganas, y gemía por lo bajo por estar en esa situación. Cuando subía a su glande, ahora lamía éste en círculos y elevaba la mirada a su superior, buscando alguna aprobación. Lo estaba disfrutando, y quería saber si el mayor también. Supo que sí al ver quitarse el pañuelo del cuello, posiblemente tuviera calor. Eso era bueno. De hecho, Rivaille nunca había estado más excitado. Todo el cabreo que tenía se estaba viendo contrastado con las inocentes y aficionadas lamidas de su amante, quien de vez en cuando se metía la punta de su miembro y la succionaba. Dios, eso le volvía loco.

-Ca… capitán… -Se separó de su erección y le miró, con algunos hilos de saliva cayendo por sus labios-. Quiero que sepa que… jamás haría esto con Armin o c-cualquier otro… -Rivaille alzó una ceja, algo interesado-. Yo… sólo quiero que sea usted quien… reciba mi primera vez en todo… -Mientras hablaba, subió una mano disimuladamente y empezó a masturbarle, para que su miembro no quedara desatendido en el discurso-. Cuando hago estas c-cosas con usted… me entra mucho calor y siento que me sobra la ropa… el corazón me late muy fuerte y deseo que el tiempo sea eterno…

Aquel discurso estaba siendo demasiado para el viejo Capitán. Sintió cómo su temperatura subía. Le veía hablar en susurros, con su miembro entre las manos… de rodillas. Dios, era un auténtico pederasta, daba asco. Pero, ¿qué más da? Le había hecho chupársela y… bueno, por seguir un poco más no iba a pasar nada. Pese a que estaba sintiendo su corazón latir con violencia, no contestó. Era orgulloso y jamás podría decir algo como eso de un momento a otro.

-¿Quién te dijo que pares, mocoso? Abre la maldita boca y aparta la mano. –Como era de esperar, el sumiso de Eren apartó la mano y dejó los labios abiertos, a su gusto. El mayor no tardó nada en agarrar su nuca con la mano libre y metérsela de una sola vez, embistiendo su garganta con fuerza. Estaba estrecho, mojado y… cálido. Daba fuertes y contínuas estocadas contra su garganta. Eren estaba sonrojado a más no poder. Tenía algunas arcadas, pero realmente no le importaba recibir dolor, estaba disfrutando. Quería más. Empezó a mover la cabeza con más fuerza contra su miembro, succionando con fuerza a la vez y lamiendo desde el interior de su boca. Se estaba esforzando mucho para ganarse el perdón de su superior-. Jo… der, niñato… mírame. –Ordenó con una voz grave, perdiéndose en sus verdosos ojos mientras embestía con más fuerza su boca. Eren los entrecerró por el dolor de su garganta, pero lo estaba disfrutando. Sentía un dolor en su entrepierna al estar atrapada en el pantalón. Rivaille era consciente, y dirigió un pie hacia la zona, apretándola con él. Eren gimió con su miembro en la boca y eso le transmitió unas exquisitas vibraciones al mayor, que tan sólo empezó a mover y restregar el pie con fuerza contra la entrepierna del menor para complacerle en cierto modo

Rivaille enredó los dedos en el pelo del menor con fuerza y bebió un nuevo trago de la copa, embistiendo con más fuerza su perfecta boca, hasta que se corrió en su interior. Eren abrió de par en par los ojos e hizo el amago de separarse, pero la mano de su superior en el pelo se lo impedía.

-Traga, mocoso. Trágatelo todo.

Eren obedeció, como siempre, y tragó todo el esperma de su superior, aunque bastante caía por sus comisuras. Eso a Levi le pareció adorable. Eren se relamió los labios, mirándole desde el suelo aún sorprendido, pues su erección se mantenía dura. Dura y… enorme. Tenía impulsos de seguir chupando, así que se inclinó y empezó a lamer los restos de semen, haciendo que el capitán se sorprendiera bastante por ello. Sin embargo, le miró, jadeante.

-Rivaille, deja de beber. –Eso sorprendió al Capitán-. Sabes que lo odio, odio cuando apestas a alcohol. Deja de beber o no continúo haciendo esto.

Ahora el mayor frunció el ceño violentamente y sin soltar la copa, agarró a Eren de la camiseta para levantarle y tirarlo a la cama boca arriba, de forma violenta.

-Maldito mocoso de mierda… ¿quién coño te crees para darle órdenes a tu superior? –Eren, muy al contrario de asustarse, se excitó más. Le encantaba verle violento, era algo así como un fetiche. Se sentía un pervertido y masoquista por gustarle, pero le daba igual. La fuerte mano de Levi arrancó la camiseta del mayor de un tirón y la lanzó fuera de la cama-. Si me apetece beber, bebo. –Continuó, abriendo las piernas del menor para colocarse entre ellas, volcando el contenido de la copa sobre su pecho desnudo. Eren se sorprendió  de sobremanera. El Capitán era conocido por ser un maniático de la limpieza y… acababa de manchar las sábanas blancas con vino-. ¿Me entiendes, imbécil? –Agarró su pelo y tiró hacia atrás, lamiendo el vino de su cuello para luego lanzar la copa hacia la pared, rompiéndola-. Si te ordeno que me la comas, te callas y chupas como una guarra, ¿comprendes? –El miembro de Eren palpitaba con fuerza, no podía sentirse más caliente… ese viejo pederasta le excitaba más que cualquier otra persona en la faz de la Tierra-. Si me sale de la polla violarte, que no te quepa duda de que lo haré, por muy menor de edad que seas. ¿Sabes lo mucho que me cuesta mantener el control? –Se apartó el pelo de la frente y se inclinó a lamer uno de sus pezones, manchados con el vino, succionándolo. Eren se estremeció violentamente, era la primera vez que los labios de su superior bajaban más allá de su cuello… creía que se iba a volver loco por el placer.- Llevo un puto año haciéndote pajas, niñato. Soy un adulto, necesito más que eso, necesito partirte de una jodida vez, ¿por qué coño eres menor de edad? –Golpeó con fuerza el cabecero de la cama. Esa noche el Capitán estaba más violento que de costumbre, y eso hacía que las mejillas de Eren se tiñeran de rojo y gimiera por la simple imagen de tener a su superior cachondo perdido encima de él, lamiendo el vino de su cuerpo-. Y tú, pequeño gilipollas, lo único que haces es calentarme más y más. Tengo poco autocontrol en estas situaciones. Por muy menor de edad que seas, pienso follarte toda la noche… -Se inclinó hacia su rostro, con una sonrisa lasciva que el adolescente jamás había visto antes-. Joder, Eren… pienso destrozarte, matarte. No te haces ni una mínima idea de lo que provocas en mí.

 

Eren no podía contestar, estaba alucinando. De repente se quedó mudo y eso provocó una risa burlona en el contrario, que se puso de pie en la cama. Eren contempló como se iba abriendo la camisa y bajando los pantalones junto a la ropa interior… No podía desviar la mirada de ese perfecto cuerpo. Parecía esculpido por los mismos Dioses griegos. Acto seguido, Rivaille empezó a masturbarse, viendo la imagen igual de excitante; tenía a Eren, SU Eren, tumbado en la cama, desnudo de torso hacia arriba, sonrojado, lleno de vino y gimiendo. Y por si fuera poco, el hecho de que fuera menor de edad le ponía más cachondo aún. No sabía el motivo exacto; si era porque era inocente e inexperto, porque era virgen, porque iba a estar más que cerrado por detrás o porque simplemente era ilegal. Pisó la entrepierna ajena, y comenzó a masajearla con el pie, sonriendo sádicamente. Más que sentir dolor, Eren se revolvía sobre las sábanas de placer.

-Ri… Riva… ¡a-ah! –No podía terminar ni su nombre, los gemidos eran muy fuertes y continuos.

El mayor se volvió a posicionar encima suya, frotando ahora la rodilla contra su entrepierna, frenéticamente. Con una de las manos, aprisionó ambas del menor por encima de su cabeza, inmovilizándole. Eren arqueaba la espalda, gemía, y pedía más. Y Levi no podía dejar de sentirse un asqueroso pederasta, y eso le gustaba. El ojiverde empezó a mover las caderas contra su dura rodilla, gimiendo más continuo, hasta que se corrió sin la necesidad de ser tocado por su mano. Se sonrojó, avergonzado, y le miró con la respiración entrecortada. Levi empezó a notar cómo su rodilla se humedecía.

-¿Te has corrido, mocoso? –Eren asintió, jadeando-. ¿Sin mi permiso? –Volvió a asentir, tragando saliva-. Ah… pienso castigarte por ello. –Mordió uno de sus pezones con fuerza y luego le agarró de las caderas, haciendo que girase para quedar boca abajo en el colchón, quitándole rápidamente el pantalón y la ropa interior, admirando su trasero desde esa perspectiva. Se relamió, y no tardó en azotar una de sus nalgas-. Imbécil, saca el culo. Levántalo. –Eren asintió y mantuvo el pecho acostado sobre las sábanas, alzando bien el trasero apoyándose en las rodillas para quedar con éste en pompa delante de su superior… eso era muy vergonzoso-. Uhm, ya veo… -Con la mano que le azotó, acarició la señal de su mano, masajeando luego dicha nalga-. Me pregunto si debo masturbarme entre tus nalgas o directamente follarte… -Deslizó los dedos hasta su entrada, recorriendo ésta por fuera con un par de ellos. Luego tiró del pelo del menor para llevarle ese par de dedos a su boca, metiéndoselos a la fuerza, y Eren los lamió y lubricó como si se tratara de su miembro-. Así me gusta…

 

Levi los introdujo de una vez en su interior, y Eren se acostumbró rápido porque eso el Capitán se lo había hecho más de una vez. En poco tiempo, ya estaba gimiendo y moviéndose contra sus dedos, mientras Rivaille lamía y marcaba su espalda, sobre todo su sensible nuca.

-¿También este es tu punto débil en el sexo? –Eren se sonrojó y gimió como respuesta, hasta que Levi sacó los dedos de su interior.- Ya veo…  uno de muchos. Todo tu cuerpo es erógeno, me encanta.

Giró al menor, dejándole boca arriba. Abrió sus piernas y se colocó entre ellas, rozando la cabeza de su miembro contra su entrada repetidas veces, sintiendo cómo su amante se estremecía exageradamente por ello.

-Rivaille… a-ahm… -Cuando le llamó, Levi alzó la vista y se quedó mirando su precioso rostro-. S-Sé que no te… a-ah… puedo ordenar nada p-pero…

-¿Pero…?

-Házmelo… M-métela dentro, Capitán… quie… quiero s-sentirme lleno… por favor… se lo suplico… no me haga esperar más… quiero que me hagas sentir a-adulto…

Si Rivaille tenía alguna duda de embestirle o no, se esfumó. Agarró sus caderas y de una sola estocada se metió en su cuerpo, abriendo los ojos por la agradable presión que hacía alrededor de su miembro. Al ser virgen, el cuerpo del adolescente estaba más cerrado que cualquier otro, y encima… verle gritar de dolor y soltar lágrimas, sólo lo excitaban más. Sí, al Capitán le excitaba el dolor, era algo imposible de evitar. Eren tembló bajo su cuerpo, y le miró lloriqueando entre quejidos. Sin embargo, Levi no se quedó quieto y ya empezó a moverse dentro de él… y no con suavidad precisamente.

-D-Duele.. a-ah… Capitán…

Eren arañó la espalda de su superior para descargar parte de la excitación, y Levi sonrió.

-¿Quiere salvar a… la humanidad y no eres capaz de soportar una polla dentro tuya…?

Eren se sonrojó más, avergonzado, y reunió fuerzas para empujar al Capitán de encima suya. Le dejó tumbado, y no tardó en sentarse sobre su miembro, autopenetrándose con él de una sola vez, aún con bastante dolor. Rivaille estaba sorprendido, por un momento iba a pegarle por haberle empujado… pero tener ahora al menor botando sobre su miembro y moviéndose con la torpeza de un estúpido adolescente virgen, le gustó demasiado. Iba a ser permisivo por una vez y dejarle experimentar. Eren se movía lo que podía, y eso desesperó a Levi, quien se incorporó hasta quedar sentado aún con el castaño encima, acariciando sus costados con las manos.

-¿Sigue doliendo… Eren?

El nombrado se sonrojó y asintió, rodeando su cuello con los brazos para pegarse algo a su torso. Levi decidió ser más… generoso, y se acercó a sus labios para besarlos con intensidad, recorriendo toda su boca con le lengua. Agarró su trasero con ambas manos y estuvo moviendo al mayor con fuerza sobre él, haciendo que botara más, hasta que pudo escucharle de nuevo gemir.

-¿No duele ahora?

Eren negó, mirándole sonrojado y moviéndose ahora con más fuerza, volviendo a inclinarse a sus labios.

-Duele… p-pero duele tanto que me gusta…

Levi enmudeció. “Maldito bastardo”, pensó, antes de empujarle con violencia y dejarle en la cama boca arriba, empezando a embestir su cuerpo con toda la fuerza posible, sintiendo el interior de Eren contraerse y su espalda arquearse varias veces, gritando su nombre por el placer. Joder, ese niñato le estaba volviendo loco. Levi se concentraba en mantener los gemidos a un volumen bajo y grave para poder escuchar a la perfección los contrarios, embistiéndole con rapidez y sin descanso alguno.

Pero se detuvo. Eren hizo algo diferente.

Su cuerpo se revolvió sobre el colchón y se tuvo que tapar el enrojecido rostro por la vergüenza debido al grito de placer tan femenino que había soltado. Su cuerpo… parecía haber cambiado y haberse vuelto más… ¿sensible? Levi parecía desconcertado, temía haber sido demasiado bruto con su mocoso.

-Ca… capitán… -Gimió, en el mismo tono de antes, con cierto temor en la voz.

Rivaille se quedó atónito, mirándole.

-¿Qué te pasa…? –Estaba incómodo, pues estaba completamente dentro suya y trataba de contenerse para no seguir moviéndose.

Eren bajó una mano al propio abdomen, apretando por donde se suponía que estaba la erección ajena por dentro, mirándole completamente rojo.

-Jus… Justo donde la tienes… ahí… se siente raro… -Rivaille sonrió lascivamente. Ya sabía de qué se trataba. Apretó un poco más el miembro en su interior, y Eren abrió los ojos de par en par, volviendo a soltar un grito de puro placer-. ¡A-Ahí! –Se cubrió la  boca con ambas manos, estremeciéndose de nuevo. El pederasta estaba disfrutando al máximo con aquella magnífica visión… al parecer, su uke se volvía loco si le daba en la próstata. Ese punto donde  mataba de placer al adolescente.

-Joder, maldito niñato… e-es el punto más débil de tu cuerpo… -El moreno habló con una voz seductoramente grave, mirándole a los ojos-. Voy a follarte dándote ahí… y no quiero que reprimas ni un puto sonido que salga de tu boca.

Eren apartó la mano de sus labios y rodeó con ambas piernas sus caderas, dejando que fuera más sencillo penetrarle.

-S-Sí… quiero sentirlo más…

Rodeó su cuello con ambos brazos en cuanto el mayor empezó a embestirle con más ganas que antes, sonriendo al escuchar cómo los gritos de su pequeño inundaban toda la habitación… y fuera de ella también, seguramente. Pero eso le daba igual. Llevó las dos manos al cabecero de la cama y se agarró de este para impulsarse y darle embestidas más bruscas y certeras contra ese punto, bajando un poco más el abdomen para poder masturbar la erección del mayor con la fricción de su abdomen.

-¡Hm… hm-mh…! –Eren no podía callarse por mucho que lo intentara, así que dejó de morderse el labio inferior, y comenzó a moverse contra el mayor, desesperado-. ¡M-me vengo, Riv… a-ah! ¡Rivaille… Cap..itán!

No tardó en correrse entre ambos cuerpos, y al sentir la presión alrededor de su miembro, Levi hizo lo mismo, pero en su interior. Al rato, salió poco a poco de él, tumbándose a su lado y dejando que el contrario le abrazara.

-Ves… s-sólo soy tuyo… -Susurró el adolescente, cerrando los ojos. Estaba agotado.

-¿Ah, sí…? –Levi alzó una de sus comisuras con una media sonrisa. Eren le miró, confuso.

-¿No me crees…? ¿Qué… debo hacer?

El Capitán miró el reloj. Se habían pasado gran parte de la noche haciéndolo, pero aún quedaban tres horas para despertarse y empezar con el horario. Aún tenían tiempo. Volvió a mirar a su pequeño, quien había captado la indirecta a la perfección y empezaba a bajar los besos por su torso. El Capitán sonrió al ver a dónde quería llegar.

-¿Qué haces…?

-Despertar de nuevo al titán para seguir demostrándotelo. –Dijo Eren, repartiendo lamidas por su miembro.

El mayor cerró los ojos, y llevó las manos a su pelo, volviendo a abrirlos después.

-No tardas nada en conseguir ponerme duro de nuevo, mocoso… -Suspiró, observando cómo ahora el menor iba mejorando su técnica, empujando más la cabeza hacia su miembro-. Soy un jodido pederasta…

Eren alzó la mirada, mordiéndose el labio inferior.

-Me gusta que lo seas.

 

Y desde ese momento, el moreno entendió... que aunque otros se les tirase encima, Eren estaba tan enamorado de él... como él lo estaba de Eren.

Notas finales:

Si queréis algún fic de esta pareja podéis pedírmelos auishfiasd... ><


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