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Notas del fanfic:

Hola! Soy Yo, Lesly, y he vuelto con un twoshoot C:

Notas del capitulo:

De nuevo yo, Lesly, con un twoshoot C: 

Atrapado entre decenas y decenas de papeles -literalmente-, KyungSoo suspiró con cansancio. Él realmente necesitaba un asistente, urgentemente. En la última semana su madre se había encargado de llenarlo de trabajo, y KyungSoo comenzaba a creer que  su madre tenía algo en su contra.


Si no conseguía a alguien pronto, seguramente moriría de estrés, de un ataque o incluso de una sobredosis de trabajo. De cualquier forma, necesitaba un asistente que ayudara a que su infierno fuera más llevadero, y lo necesitaba ya.


Buscó en su laptop algunos vídeos de su grupo favorito; algo de música no afectaría en nada, además de que ya pasaba de la media noche y llevaba más de diez horas con la nariz y los ojos metidos entre números y números. Sabía que estudiar contaduría sería aburrido y agotador. Debió haber elegido estudiar para educador de pre-escolar. Aunque pensándolo bien, los niños no eran su fuerte, de hecho él los odiaba. Veterinaria, eso sí que sería una buena opción, KyungSoo amaba a los animales y todo lo que tuviera que ver con ellos, en especial con los gatos.


-KyungSoo, me voy a casa, deberías hacer lo mismo-. Su madre se asomó por la puerta, interrumpiendo sus patéticos e inútiles lamentos. KyungSoo, agradecido de que la jornada hubiese terminado al fin, se levantó de su silla, sintiéndo cómo sus piernas estaban entumecidas.


-Está bien, te veré mañana-. Respondió. Estiró sus brazos, sintiendo cada uno de sus músculos agarrotados.


-Te quiero hijo-. Su madre le lanzó un beso al aire antes de salir, cerrando la puerta tras de sí. KyungSoo se preparó para marcharse. Comenzó a guardar sus cosas en su maletín; apiló las hojas y las metió dentro del estante, y por último apagó su computadora. 


Cuando se aseguró de que todas las puertas estuvieran bien cerradas, KyungSoo caminó hasta el estacionamiento y subió  a su coche, emprendiendo el camino a su departamento.

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Algunas veces KyungSoo se cuestionaba cómo es  que un hombre de veintisiete años continuara soltero. No es que se sintiera viejo, ni que tuviera prisa por contraer matrimonio, de hecho él estaba bien viviendo de esa manera. Su sueño siempre fue tener una vida tranquila, con una casa linda, una mascota y un buen trabajo; y precisamente eso era lo que tenía; a pesar de que en momentos se quejara de su trabajo, él lo amaba, y por eso lo había elegido; sumándole a eso la buena paga. Sin embargo, en ocasiones sentía que se estaba volviendo bastante rutinario; sólo iba de su casa al trabajo, del trabajo a su casa, y algunas veces que escapaba a beber un café con sus amigos más cercanos. 


No podía evitar preguntarse qué se sentiría tener una novia. Alguien con quien pasar sus tiempos libres, alguien a quien contarle cómo estuvo su día en el trabajo; aunque no fuera una chica linda exteriormente, pero que su interior fuera hermoso. Pensaba en qué se sentiría tener a alguien a quién invitar a casa los fines de semana, alguien quien compartiera su amor por los gatos. Eran esos días en los que su departamento se sentía demasiado silencioso y amplio para él.


Después de prepararse un café caliente, tomó asiento en el sofá de su sala y encendió el televisor en el canal de las noticias. "El incremento de impuestos", "Robos en centros comerciales" etc, lo mismo de todos los días. Aburrido, tomó el control remotó y apagó el aparato. Sintió algo peludo y suave que le hizo cosquillas en la palma de la mano, seguido de un maullido agudo. Cuando bajó la mirada, se encontró con Tony, su gato de pelaje negro y ojos verdes.


-Mi pequeño, ¿Extrañaste a papá?-. Preguntó melosa-mente, acariciando el pelaje del animal. -¿Sí, sí me extrañaste?-. El gato maulló en respuesta. KyungSoo soltó una pequeña risa, para él no era nada extraño hablar con sus mascotas, en el fondo pensaba que ellas lo entendían. -Debes tener hambre. Lo lamento, me quedé más de lo esperado. Ven, te daré tu comida favorita-. KyungSoo se levantó de su asiento, siendo seguido por su gato. Juntos fueron hasta la cocina, en donde el hombre destapó una lata de alimento blando para gato; era el favorito de su amado Tony.


Después de limpiar un poco su departamento, KyungSoo simplemente se vistió con el pijama, sin siquiera ducharse. Estaba cansado, ya lo haría al día siguiente. Con Tony acomodado a los pies de la cama, y KyungSoo debajo de las sábanas azules, se durmió.

 

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Su alarma lo despertó temprano a la mañana siguiente. Con mucho esfuerzo, logró ponerse de pie y adentrarse al cuarto de baño. Cuando estuvo limpio por completo, salió, se vistió con un traje no muy formal de color negro y sin corbata; después fue hacia la cocina y se preparó un licuado energético. Antes de salir hacia su trabajo, dejó agua y comida para Tony, quien continuaba dormido. KyungSoo sentía un poco de envidia por los gatos.

Cuando llegó a la empresa, su madre lo recibió con un abrazo, informándole que le tenía buenas noticias.


-Vamos a mi oficina, ahí me dices qué es-. Cuando llegaron a la oficina del menor, su madre se sentó frente a su escritorio y lo miró con una enorme sonrisa. -Ya dime qué es, sabes que no me gusta el suspenso-. Suplicó. Su madre siguió en silencio por unos segundos.


-¿Recuerdas que me pediste que contrate a una persona para que te ayude?-.


-¿Lo hiciste?-. KyungSoo sonrió emocionado. Su madre negó, pero la sonrisa no desaparecía de su rostro.


-No, pero algo así. Coloqué el anuncio, y al parecer ya varias personas han enviado su solicitud de empleo, deberías de revisar tu correo electrónico. Elige al que mejor te parezca y yo lo contrataré-. KyungSoo estaba contento. Por fin tendría un asistente. Esas enormes filas de papel no serían sólo para él.


-En verdad te lo agradezco mamá, eres la mejor, ¿Lo sabes?-. La mujer sonrió, y antes de salir de la oficina, besó la mejilla de su hijo, dejándolo solo para revisar las solicitudes.


"Park ChanYeol. 24 años. Dos años de experiencia. Hombre responsable. Rehabilitado de las drogas".


"Lee DongHae. 28 años. Cinco años de experiencia Responsable, soltero y disponible para una relación. 

Tres hijos".


"Choi SiWon. 30 años. Hombre guapo y sencible en proceso de divorcio".


-Las opciones se están acabando y no encuentro al indicado-. KyungSoo lloriqueó. Su madre se quedó pensativa, antes de hablar emocionada.


-Creo haber visto algunas solicitudes en mi cuenta de correo. Ven, te mostraré-. KyungSoo fijó su mirada en la computadora de su madre. Abrieron el primer mensaje.


Buenas tardes/días/noches, querido/a señor/señora/señorita/joven :D 


Mi nombre es Kim JongIn OwO tengo 21 años de edad y me acabo de graduar hace un año en contaduría ;D Actualmente estoy ofreciendo mis servisios gratuitos a una empresa :C por esta razón, es que estoy solicitando este empleo. Le aseguro que soy su mejor opción, no podrán elegir a nadie mejor que yo. Tengo sólo un año de experiencia o menos, pero soy un hombre totalmente responsable, limpio en su trabajo, y además opuesto :p


Mido 1:82 cm, soy delgado y de buen cuerpo. Mi piel tiene un color ligeramente moreno, la gente me dice que es sexy.


Ya no sé qué más debo agregar a una solicitud de empleo x.x así que lo dejaré aquí, en verdad espero que me den el trabajo, le aseguro que no se arrepentirá C:

De antemano, gracias por su atención.

Kim JongIn.



Cuando terminaron de leer, la mujer tenía un gran signo de interrogación mientras que KyungSoo no podía dejar de reír.


-¿Qué le pasa? ¿Acaso nadie le enseñó cómo hacer este tipo de formularios?-. 


-De hecho, creo que es mejor que cualquiera que haya leído antes, mamá-. Comentó KyungSoo, calmándose un poco pero sin dejar de sonreír. -Pienso que es bueno-.


-¿De qué hablas? ¿Ya viste? Envió su solicitud llena de emoticones, ¿Quién hace eso? ¿Quién se alaba a sí mismo y se llama atractivo en un documento como este?-. Preguntó asombrada.


-Al menos él no escribió que es un padre de tres hijos dispuesto a tener una relación. O un hombre sensible divorciándose de su esposa. Creo que ese tal JongIn es perfecto para el empleo. Parece ser alguien divertido mamá, es justo lo que necesito, tal vez con él, el estrés de mi trabajo sea menor, ¿no lo crees así?-. La mujer se quedó pensativa por unos minutos hasta que se resignó.


-Bueno, si ya decidiste está bien. Él será tu asistente, no mío-. Su madre parecía no estar de acuerdo, pero KyungSoo sabía que se le pasaría tarde o temprano, y terminaría aceptando su decisión de buena manera. Antes de que ella se marchara, KyungSoo le gritó un, "Gracias mamá, te amo", y se dispuso a contactar con el tal Kim JongIn.


Sacó su número telefónico de la solicitud y marcó en su móvil.


-Sí, ¿bueno?-.


-Hola, ¿Es Kim JongIn?-. KyungSoo se sentó. La voz del hombre era agradable, grave, pero suave.


-Sí, soy yo, ¿Quién es?-.


-Habla Do KyungSoo, de la empresa a la que aplicó para el empleo-. 


-¡No me diga que me dieron el trabajo!-. KyungSoo rió. Kim JongIn en verdad era interesante.


-Sí, el trabajo es tuyo. Bienvenido-.


-¿En serio? ¿Cuándo empiezo?-.


-¿Puedes ahora mismo?-.



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Y así fue como en ese momento Kim JongIn se encontraba parado frente a KyungSoo. El muchacho era más atractivo que lo que imaginó, aunque KyungSoo no tenía nada qué envidiarle, él sabía lo apuesto que era él mismo. 


El empleado nuevo llevaba unos pantalones de vestir y una camisa blanca arremangada hasta los codos. Zapatos negros pulidos, y sólo eso era necesario para hacerlo ver guapo.


Se saludaron con un apretón de mano, y después de las presentaciones, KyungSoo prosiguió a explicarle todo sobre lo que debía hacer.


-Por favor, estas columnas las pasaras a computadora. Antes de guardar el documento, asegúrate de no haberte equivocado en ninguna cifra-. Explicó amablemente. JongIn solamente asentía obediente.


A las cinco de la tarde ya habían terminado todo lo que debía tener listo para ese día. Con las constantes bromas del menor, el trabajo por supuesto fue más ameno. KyungSoo se estiró en su asiento y tronó los dedos de sus manos.


-Debes tener hambre, te invito a comer, ¿aceptas?-. KyungSoo se sorprendió un poco con la propuesta de JongIn, pero no perdía nada con aceptar. El chico le agradaba.


Se encontraban en un restaurante cercano a la empresa. Cada uno con su platillo frente a él.


-En serio JongIn, llegaste como caído del cielo. Sin ti seguramente estaría en este momento podrido en trabajo, y saldría hasta tarde-. El menor rió despacio.


-No es nada. Pero por favor, acabamos de salir del trabajo, así que dejemos ese tema al lado-.


-¿De qué quieres hablar entonces?-. 


-¿Qué tal si me hablas de ti?-. Sugirió. Reposando su barbilla sobre sus manos cruzadas. KyungSoo se sintió nervioso con la mirada del menor clavada en sus ojos.


-Eso suena a a frase de ligue-. Bromeó, pero el menor no dejaba de sonreír de esa manera.


-Tal vez es lo que es-. El mayor se sintió incómodo. No le molestaría que su asistente fuera gay, pero él no lo era, y esas bromas no le resultaban graciosas. En ese instante JongIn soltó una gran carcajada. -Debiste ver tu cara KyungSoo, fue épica. Por supuesto que no te quiero ligar, no soy gay, tengo una novia-.


-Ah, ¿es así?-. KyungSoo trató se sonreír como siempre, pero aún se sentía incómodo, aunque estaba aliviado de que JongIn le hubiera aclarado las cosas. -Hay que apurarnos-.

 

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En tan solo dos semanas KyungSoo y JongIn se habían vuelto cercanos. Todos los días, cuando terminaban el trabajo, iban a comer juntos. Con JongIn siempre existía un tema de conversación. Aun si era la cosa más simple del mundo, JongIn la podía convertir en la más interesante. Era una persona muy agradable, y tal vez a KyungSoo le estaba comenzando a agradar más de lo debido.


Era domingo, día de descanso. El par se encontraba en un parque, habían decidido ir de paseo, pues ninguno de los dos tenía algo qué hacer.


-KyungSoo, ¿Puedo preguntarte algo?-. 


-Adelante-. KyungSoo miró a JongIn, esperando la pregunta.


-¿Por qué no tienes a nadie?-.


-¿A qué te refieres con eso?-.


-A una pareja, ¿Por qué estás soltero?-. PReguntó al fin. KyungSoo pensó unos segundos qué decir.


-Supongo que simplemente no se ha dado-.


-Es que, eres un hombre exitoso, apuesto, y agradable. Pensé que alguien como tú tendría pareja-. Esas palabras eran mucho mejores viniendo del menor. KyungSoo se sentía alagado.


-No lo sé, tal vez el momento llegue pronto-.



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Una tarde de miércoles, mientras guardaban sus cosas, KyungSoo decidió invitar al menor a comer a un restaurante que recién se estaba inaugurando.


-Lo siento, pero hoy no puedo, saldré con mi novia-. Fue la respuesta del menor. Estaba avergonzado, pero no tanto como KyungSoo, quien disimuló una sonrisa.


-No te preocupes, supongo que será después-. KyungSoo fue el primero en salir de la oficina, sin notar la mirada triste del menor. 


Se subió a su auto y ahí se quedó por largos minutos, pensando y pensando. KyungSoo nunca fue una persona de mente cerrada, y tal vez fue por eso que no le resultó un problema plantearse que una de las posibilidades era que gustaba de JongIn. Vamos, que el chico era guapo, mucho. Era inteligente, divertido, y atento con él.


En ese instante notó dos figuras llegar. Eran JongIn y la que parecía ser su novia. Era una chica linda, de cabello corto y rizado, ojos pequeños y cara delgada. Sus sospechas fueron confirmadas cuando vio cómo la chica se paraba de puntas para sellar sus labios con los de JongIn en un beso, y él le correspondía feliz.


Sí, definitivamente le gustaba JongIn, tal vez más que eso.


Esperó a que la pareja se marchara de ahí para arrancar y manejar hasta su departamento. Sentpia ganas de llorar, y cuando llegó lo hizo. Sin embargo, sus esperanzas no morían. Creía que el menor se podría enamorar de él.



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Al día siguiente estuvieron trabajando todo el día, pues tuvieron más trabajo de lo normal. Cuando estaba anocheciendo, KyungSoo decidió hablar.


-¿Saldrás a cenar con tu novia?-. 


-No, ¿quieres que cenemos juntos?-.


-JongIn, tengo que hablar contigo sobre algo-. KyungSoo respiró profundo. No encontraba las palabras para confesarse, y pensó que sería mejor demostrarlo con actos, así que, siendo rápido, se apoderó de la boca del más alto. Al principio JongIn siguió el beso, pero cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, lo separó. -Me gustas-. Confesó al fin-. El menor negó con la cabeza.


-No, KyungSoo, no puedo-.


-Lo sabía-. El mayor intentó por todos los medios sonreír, pero no sabía qué era más patético; llorar, o fingir que estaba bien; las dos cosas eran igual de patéticas, así que al final no hizo nada para detener el llanto. -¿La amas?-.


-Sí-. Respondió JongIn sin pensarlo. KyungSoo le dio la espalda al menor. -Lo siento-. "No, por favor". -Eres un chico maravilloso-. "No sigas, por favor, no lo hagas". -Pero no me gustan los hombres-.


KyungSoo no respondió, no se movió de un milímetro, quería que toda esa situación terminara.


-Mañana presentaré la carta de renuncia-. Y sin más, JongIn se marchó.



Eran esos días en los que KyungSoo se sentía tan solo en su departamento. Y eran esos días en los que agradecía tener a Tony junto a él. 


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