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"El diario de la Luna" (EXO) por Sai Choi

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Notas del capitulo:

Estoy molesta.

En serio?

Les deje capitulo y solo una persona publico en tanto tiempo?

Quiero 6 coments al menos, o no hay actualización.

P.O.V Lay:
 
Unos ojos fríos, negros y penetrantes me observaban desde la otra punta del cuarto, estaba en una casa que nunca había visto en mi vida, pero aún así la sentía realmente conocida.
Había un olor extraño en el aire, parecía ser como… ¿Carne podrida?
Pestañeé, y aquellos ojos negros e intimidantes ojos habían desaparecido. No vi a quien le pertenecían, había sido casi como si estos hubieran estado suspendidos en el aire todo el tiempo.
 
-Yixing~ -una voz me llamó, y aún que tenía miedo mis pies buscaron aquella voz, comencé a caminar por un pasillo oscuro que parecía no tener un final, solo, al final del pasillo había una extraña luz.
 
Reparé en los detalles del pasillo, eran paredes delicadas, con un estilo pulcramente chino, daría mi vida por jurar que lo eran. Jamás había estado en una casa tan tradicional, y menos una con tantos adornos de oro y pinturas caras, ese pequeño pasillo parecía casi un museo.
Entonces, si así era, ¿Por qué conocía ese tapizado? ¿Y ese jarrón junto a la puerta de papel de arroz?
 
Al llegar a la luz del final, me asomé y me encontré en un extenso jardín, el sol estaba en lo alto del cielo, todo era vegetación verde y bellizima, y justo frente a mi se alzaba una bella banca blanca de mármol.
Había varios árboles de cerezo en aquel bello paisaje, pero no me gusto para nada que de estos colgaran unas flameantes banderas rojas, en ellas había claramente:”WU”, al leer esa simple palabra algo en mi estomago saltó. Conocía eso… Esa familia… Los conocía.
 
-¡Yixing! –escuché detrás de mi, y al girar me encontré con una bella mujer rubia como el oro, en sus brazos traía a un pequeño bebe. -¿Dónde haz estado? Estas incumpliendo tus quehaceres de nuevo.
 
-Yo n--- -antes de que pudiera hablar, una voz me interrumpió.
 
-Lo siento señora Wu. –mire de reojo, allí, parado junto a mi, estaba yo mismo. –Siempre me pierdo en su jardín, es muy extenso.
 
-Eres un chico distraído XingXing. –dijo la señora Wu con una sonrisa en los labios, y cuando el chico se acercó ella le tendió al pequeño bebe. –La próxima lleva a Wu Fan contigo al menos.
 
-Pero, ¿No sería peor si nos perdemos ambos? –preguntó el chico con una sonrisa adorable, una vez que tuvo a Wu Fan en sus brazos se le hizo imposible no sonreír más ampliamente. –Hey FanFan~ ¿Quieres ir a jugar conmigo?
 
A una distancia prudente me encontraba observando la escena, ese Yixing debería de tener al menos un 13 años, cabello negro, tez blanca y ojos extremadamente miel. Era exactamente igual a como fui a esa edad.
Presté más atención a la escena, esa señora, jamás la había visto, pero aún así sabía que su nombre era QinFan Wu, que era madre de ese bebe y que tenía un esposo…
 
Además, algo en lo profundo de mi mente me dijo que yo había vivido allí, que había vivido con esa señora, que había trabajado para ella, y que muchas tardes de ese tiempo lo había pasado jugando con el pequeño “FanFan”.
 
¿Cómo era posible?
 
Aún que… Siendo sinceros, desde que había cumplido los 17 años que todo lo imposible para e,l había comenzado a ser lo contrario. Si a los 16 años su amada abuela le hubiera dicho que escucharía voces, tendría pesadillas con laberintos interminables y que una bruja llamada Krystal le perseguiría por el amor de alguien que apenas conocía… Hubiera pensando seriamente en enviar a su abuela a un psicólogo.
 
Otra vez el olor a muerto golpeó contra mi nariz, haciendo escocer mis ojos, era horrible, era como si estuvieras oliendo a un cadáver quemado. Insoportable.
 
-Nunca la mires a los ojos Yixing. –escuché decir a la señora Wu, y al verla esta me estaba observando atentamente, a mi, no al pequeño Yixing de 13 años. Tragué saliva al ver como una sombra empezaba a asomar por detrás de ella, era Krystal, quien me miraba, fría y fijamente a los ojos.
 
 
“Despierta”
 
 
Esa voz… La conozco… ¿Kris?
 
***
 
-¿Hasta cuando piensas en estar inconsciente? –abrí lentamente mis ojos, el olor a putrefacción se había esfumado, ahora, frente a mis ojos estaban los dorados de Kris.
 
-¿D-donde estoy? –pregunté removiéndome algo incómodo. No pude evitar sonrojarme al notar que estaba con mi cabeza recostada en las piernas de Kris, que vergüenza, apenas si le conocía.
 
-Estas en mi oficina. –dijo suavemente, ayudándome a sentarme. –Lo lamento, no pude llevarte a un lugar mejor.
 
-N-no es problema… Es más de lo que acostumbro. –dije sentándome como una persona normal, pero me arrepentí cuando de repente el olor a muerto volvió a mi nariz. –Ugh, ¿Qué es ese olor? Es horrible.
 
-Lo siento. –dijo levantándose del sofá y caminando hasta una silla giratoria junto a un gran ventanal. Mis ojos se abrieron como platos al ver que su brazo estaba manchado de liquido púrpura, en ese momento me volvieron los recuerdos, de lo que había pasado con aquella bestia en el callejón. –Apenas te desmayaste te traje aquí, iba a cambiarme antes, pero no dejabas de revolverte en sueños, creí que tenías una pesadilla.
 
-Gracias. –el me miro de reojo con una levé sonrisa, debía de admitir que Kris era un chico guapo. –Realmente te lo agradezco.
 
-No es nada. –dijo mientras de un tirón se deshacía de su camisa, la lanzó por algún lugar en el cuarto y me dio la espalda para colocarse la que estaba colgando del respaldo de la silla giratoria. –Aún que no soy del tipo de persona que ayuda a los demás, a ti te he ayudado porque me recuerdas a alguien.
 
-Oh… -subí mis pies al sofá y abrace mis rodillas. -¿Podría preguntarte que era esa cosa? Lo que me perseguía.
 
-No esta bajo mi jurisdicción hablarte de eso. –murmuró caminando hacía mi con la camisa aún abierta. –Pero me encantaría que me dijeras en que lío te haz metido para que aquella cosa te estuviera corriendo por la calle.
 
-No soy idiota. –dije molesto, esperaba que la voz de mi cabeza dijera algo, cualquier comentario que dejara en claro mi estupidez, pero esta no hablaba. –Se… Algunas cosas.
 
-Bien, dime a quien haz hecho enojar y… -alargó la frase con un matiz misterioso. –Y a cambio, te daré mi protección.
 
-¿Protección? –la necesitaba, realmente la necesitaba.
 
-La protección de toda la policía privada Wu estará sobre ti si es necesario. –dijo y algo en mi saltó de la emoción.
 
-Bueno verás… Hice enojar a una bruja. –la sonrisa de ganador que pintaba su rostro desapareció de la nada.
 
-Estamos, jodidos.
 
//Adelanto:
 
-Entonces, ¿Técnicamente hablando te quedaras aquí sin ir al baile?
 
-Como escuchaste, no tengo ganas, ni pareja, me quedaré aquí hasta pudrirme en mi dicha.
 
-Vaya, y yo que venía a invitarte al baile.
 
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
 
 
-Te vez hermoso.
 
-Basta, me avergüenzas…
 
-Eso no cambia el hecho de que lo sigo pensando.
 
-¿Acaso estas coqueteando conmigo?
 
-…Y si así fuera… ¿Cuál sería el problema?

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