RECORD #3
El automóvil se bamboleaba de lado a otro, brincando constantemente. El lente solamente mostraba, desde el asiento trasero: el parabrisas, la espesa oscuridad a través de este y a segundos, cuando quien sostenía la cámara perdía enfoque gracias a la tortuosa carretera, al conductor y al rubio copiloto.
No se veía nada más que los faros del automóvil alumbrando apenas un metro y medio adelante, como simples linternas en medio de una caverna.
Matt se le veía ligeramente contrariado ante el camino, cuyo seguimiento solo era visible con cada avance patético de las luces de alta.
--Deberíamos detenernos—musitó el rubio, con los pies sobre el tablero.
--¿Y a donde nos quedamos?—espetó Matt, entornando los ojos verdes para ver el sendero.
--Para empezar no sabes ni donde mierda estamos, perro.
--Pues por eso—se encogió de hombros—Si nos detenemos podemos caer a un precipicio, o estrellarnos contra un árbol, o perdernos en un bosque o…
--No hay ninguna de esas cosas en el camino que seguimos—apuntó el copiloto mirando el mapa extendido sobre sus piernas.
Un silencio absoluto inundó el interior del auto, roto solamente por las llantas al quejarse contra el difícil camino.
El lente cambió de enfoque, captando el perfil serio de Nate. Se escuchó un ligero balbuceo ininteligible.
Se oyó un movimiento de ropa contra el asiento y se repitió el susurro.
--Mello tú llevas el mapa—se oyó a Matt en tono acusador.
--¿Y qué?—replicó—te dije que tomáramos la desviación hace kilómetros—se defendió con evidente mal humor.
--¿Hay algún paradero? Me estoy cansando—se oyó un bostezo.
--¡No se te ocurra dormirte!
--Solo yo he manejado…
--¡Es tu maldito auto y prácticamente tu puta novia!
--Nate…--se oyó un susurro en forma, ajeno a la discusión de la cabina delantera. El interpelado no se movió—Nate…--susurró.
--¡Deberías conducir tú!—gruñó Matt.
--Nate…--susurro.
--Beyond—habló por fin el mencionado—mi opinión sobre el camino no será bienvenida.
--No es eso—respondió por lo bajo--¿Qué hicieron Mello y tú?
--No sé a qué te refieres.
--¿Usaron protección?—quiso saber, acercando el zoom al muchachito impasible.
--No sería necesario puesto que ambos somos hombres, y además, considero que Mello es una persona impulsiva pero higiénica—tajó.
--Entonces dime qué fue lo que paso.
--No ha ocurrido nada—giró el rostro hacia la ventanilla.
--Cuando te pregunté si usaste protección no negaste el hecho sino solo lo innecesario de usarla—apuntó.
Los hombros del chico se pusieron rígidos.
Un sonoro sonido hizo temblar el automóvil, sacudiéndolos por un momento. Algo parecido a una explosión de aire.
De inmediato el ronroneo del motor se apagó. El lente de la cámara enfocó a Mello, quien, con evidente fastidio salió del auto para ser tragado por la oscuridad. El pitido de aviso de la portezuela abierta timbró.
--¿Ves algo?—quiso saber Matt, estirando el cuerpo por ambos asientos.
Silencio.
--¿Rubia?...—silencio--¿Mello?—nada.
Matt compartió una mirada con Beyond, quien todavía sostenía la cámara.
--¿Mihael?—llamó—B…enciende el infrarrojo de la ca…
Mello se materializó de la nada, parándose junto a la ventanilla. Matt dio un evidente respingo, soltando una maldición.
--Algo pinchó la llanta—dijo.
--¡Idiota!—insultó, sosteniéndose el pecho--¿Por qué mierda no contestabas?—jadeó para recuperarse del susto.
--Porque no había visto nada…mariquita—se soltó a reír malévolamente, doblando el cuerpo con cada carcajada.
La cámara fue de uno a otro hasta que Mello arrastró fuera a Matt para sumergirse juntos en la densa oscuridad.
--Beyond enciende las luces traseras—oyeron decir al pelirrojo.
--Nate…--retomó el murmullo.
--Beyond, no hay nadie dentro del automóvil además de tú y yo—puntualizó al jugar con su cabello—no es necesario el tono.
--Mello es un perro radar…--excusó sin subir el volumen— Nate…
--No voy a decir absolutamente nada de lo que tú crees que ocurrió.
El lente enfocó el asiento y a los pálidos dedos de B al caminar sobre la superficie, en dirección a su primo. Siguió caminando cual araña hasta su pierna, subiendo por los muslos.
--Se acercó…a ti…
Nate no se movió. Los dedos subieron por la cadera.
La mano del muchachito se interpuso en el lente de forma brusca, cubriéndola de negro y terminando por automático con la visión.
Una maldición ahogada antes de un sonido sordo, acompañada de una descontrolada risa se escuchó como eco a la grabación.
Y terminó.
RECORD #4
La pantalla se mostró en azul total, la hora de la grabación estaba en gigantescos números blancos.
2:45 a.m.
Un zumbido y luego lluvia. Medio segundo, el interior del automóvil. El lente captaba a través de la ventanilla, en cuyo borde se notaba a Matt inclinado junto a la llanta delantera derecha. Mello, de pie detrás, sostenía una llave de equis.
--Que puto frio, Matt. ¡Apúrate!—ordenó.
--Ya casi termino.
--¿Qué fue?—habló la cercana voz lacónica de Beyond.
--Unas tijeras.
--¿Quién mierda deja unas tijeras a la mitad del camino?—replicó fastidiado.
--Probablemente fue el sobrepeso de ese lado—indicó Nate.
--¿Estás diciéndome gordo, enano repulsivo?—gruñó Mello, dando la vuelta al automóvil para encarar a Nate, quien calmadamente subió la ventanilla. B se rio sordamente.
Nadie respondió. Mello se perdió en la penumbra para aparecer del otro lado de la ventanilla, Nate subió el cristal sin ápice de miedo.
Los gritos del rubio se amortiguaban en el vidrio, Beyond reía sordamente.
--¿Oyeron?—la voz de Matt irrumpió de pronto en el interior del auto, sus cabellos cayeron sobre el lente.
--¿Qué?
--Oí algo.
--¿Qué?
--¡Cállate de una puta vez, rubia!—gritó. Mello gruñó, empezó a replicar cuando le interrumpió un lejano sonido, parecido a un gemido.
Silencio total. Matt sacó la cabeza de la ventana y se fijó en la oscuridad. Mello se puso en puntillas para mirar.
--¿Ven algo?—quiso saber Beyond.
--Nah.
La cámara tembló de forma poco cuidadosa al salir al frio exterior, hizo zoom en medio de la densa oscuridad, activando el infrarrojo.
--¿se ve algo?
--No, pero podemos ir—respondió.
--No mames*—el pelirrojo negó.
--Y nos perdemos…
A saber la resolución en su rostro, pero Matt le miró con los ojos bien abiertos.
--Está bien, yo voy—anunció Beyond.
El sonido de la grava al ser pisada llenó el silencio nocturno.
--¡B!—llamó Matt.
La cámara grabó un segundo al chico que estaba considerablemente lejos, el auto y a Mello, en el asiento del conductor de rodillas y hablando de algo con Nate.
El lente se giró para mostrar un horizonte vacío, reflejado en colores rojos y negros brillantes, que apenas alcanzaban a distinguirse formas.
El sonido de la tierra al ser pisado era lo único que servía como sonido de fondo.
--¡B!—una voz a lo lejos. El lente siguió moviéndose en un rango considerable para buscar.
Se detuvo el andar.
--Aburrido—musitó el muchacho. Sonidos externos captaron su atención, esperó en silencio hasta dar con las pisadas que se acercaban rápidamente. El foco comenzó a ir de lado a otro, reflejando solo formas.
Bajó para grabar los converse de Beyond mientras se escuchaba maniobrar con los botones del aparato.
La grava se agitaba con mayor frecuencia, con mayor fuerza.
Las imágenes ahora se vieron en vibrantes colores verde fluorescente. Y B alzó el lente hacia lado contrario. El rostro en tonos verdes de Matt llenó la grabación. Sus ojos brillaban plateados gracias a la resolución de la videocámara.
--¿Te asusté?—se le oía agitado.
--No.
Hizo un puchero justo antes de echarse a andar, la cámara le siguió desde atrás.
--¿Viste algo interesante?—preguntó sin volverse.
--No.
El lente bajó un momento hasta el final de la espalda del chico, grabando el vaivén de su andar.
--¿Ningún zombi?
--No.
--¿Fantasma?
--No.
--Que platicador—ironizó.
--En la oscuridad es complicado visualizar algo. Lo que sea—hizo ver.
Matt emitió un monosílabo estando de acuerdo.
--Aunque la videocámara es de muy buena resoluc…
--Mail—interrumpió.
Se volvió de golpe y la pantalla enfocó al instante su rostro.
--¿Estabas grabando mi trasero?---preguntó alarmado.
--Olvidé que estaba grabando, Matt es todo—su voz se oyó calmada.
--Y además me llamaste Mail.
--Así te llamas.
--Ya sé, B, pero…--el ruido volvió a escucharse--¿oíste eso?
La cámara fue en esa dirección.
--Matt—murmuró.
--¿Eh?
--Deberíamos quitarnos la ropa por si algo se aproxima.
--¡¿Y eso como diablos ayudaría?!
--Pistas falsas.
--Ahá y desnudos por el camino escapamos de “eso”—se rio—Pescaremos pulmonía B. Vamos al auto, terminamos con la llanta.
--Puedo darte calor.
--¿eh?—la cámara grabó su expresión desconcertada, visible a pesar de los tonos verdosos.
--Para evitarte que mueras de frio, Matt—exclamó acercándose al chico.
Todo quedó en negro.
RECORD #5
Con un solo click la grabación echó a andar. Todo estaba en silencio. El lente vibró mientras quien lo sostenía se acomodaba para grabar mejor. Mostró a Nate hecho un ovillo sobre el asiento trasero, acomodado conforme la cajuela para formar una especie de colchón improvisado.
Lo analizó detenidamente, luego pasó hacia el frente, grabando al chico rubio roncando levemente sobre el asiento copiloto. Los cabellos rubios sobre el rostro.
A su lado estaba Matt, con el pelirrojo cabello revuelto sobre el respaldo del silloncillo.
Respiraba apaciblemente.
Los níveos dedos de Beyond surgieron desde el otro lado del lente, acercándose para apartar los mechones de su piel.
Matt se acomodó mejor.
Sonido de tela al ser frotada.
--Beyond.
El lente se giró a Nate.
--¿Has pensado que posiblemente incomode a Matt?—quiso saber mientras se retorcía el cabello.
B no respondió.
El lente tembló y hubo bastante ruido justo antes de que se grabara el exterior del auto.
La pantalla mostró la hora con los mismos números blancos. 7:30 a.m.
La carretera estaba rodeada por una extensión en grava y arena dura, no se veía nada más que otra autopista a algunos kilómetros.
Todo estaba callado y tranquilo, los primeros haces de luz solar iluminaban el desértico suelo.
El lente rodeó el automóvil para grabar el horizonte vacío. Luego a Matt, se quedó dormido sosteniendo su consola portátil. La mano de Beyond se deslizó por el cristal, delineando el rostro calmado del pelirrojo.
Y todo quedó oscuro.
RECORD #6
--¡Muero de hambre!—gruñó Matt, de pie al lado del auto rojo.
La carretera lucía un poco mas iluminada, sin embargo se notaba el frio de la mañana. Algunos autos pasaron como bólidos sobre el asfalto.
Nate seguía dentro, leyendo con calma mientras el pelirrojo se acercaba al lente.
--Dame, B—dijo en medio de una sonrisa. La imagen tembló al cambiar de portador, apenas se vio a Beyond, descalzo, volverse al auto para decirle algo a su primo.
Sus zapatos salieron por la ventana.
La escena siguió avanzando por los mismos caminos de grava por los que caminó durante la noche.
Las pisadas se hicieron más sigilosas conforme andaba hasta detrás de un montón de rocas y tierra seca.
Ahogó una risilla.
Rodeó con el lente la roca, captando el perfil del muchacho rubio muy atento a lo que sostenía entre las manos, justo a la altura de su cadera.
--Pstt…rubia…--se oyó la voz divertida de Matt, a punto de soltarse a carcajear. El lente bajó para mostrar la masculinidad de Mello expuesta y en evidente uso natural.
Mello se giró de golpe, mirándolo entre la sorpresa, la vergüenza y la furia total.
--¡¡¡PERRO IDIOTA!!!—gruñó subiéndose el cierre del pantalón.
El muchacho se soltó a reír con fuerza.
--Vas a mojarte—musitó entre carcajadas.
--¡ESTÁS MUERTO!—amenazó acercándose.
La imagen cambió mientras se volvía de golpe y bajaba hasta grabar los zapatos deportivos de Matt al correr rápidamente de vuelta al automóvil.
No paraba de reír.
Se oyeron los pasos del rubio al ir detrás.
--¡¡BASTARDO!!
--¿Tomaste mucha agua?—se burló sin parar de correr.
Escenas cortadas y con haces de colores. Sin enfoque.
--¡MATT!
El lente tembló cayendo al suelo.
--¡Mello! ¡espera…rubi..
Y todo quedó en negro.