-Luego ven a mi cuarto a las once- le ordene a mi hermoso y único sirviente Misaki.
- Como desee- me dijo el culpable de mis sentimientos.
-Misaki es tu sirviente preferido ¿No?
Me dijo mi molesto hermano.
"Ese es el caso, como lo recogí yo, ¡Es obvio!”
Esta es mi historia, soy Usami Akihiko y un "señor" como me llamarían todos los que me vean pero la cuestión es que soy millonario gracias a mi padre y vivo en una hermosa mansión junto con mi hermano Haruhiko, mis sirvientes y mi Misaki.
-Ya veo- dijo Haruhiko- no me digas que te estás enamorando de él.
- ¡No digas esa maldita estupidez! ¡Quien se enamoraría de un hombre!- dije inquieto y gritando.
- ¡Misaki, Misaki! - llamo el molesto de Haruhiko.
- Si Haruhiko- sama.
- Ya es tarde puedes regresar a tu cuarto. Has hecho suficiente.
- Entonces me excusare antes - dijo Misaki mientras Haruhiko le tocaba el pelo y la cara.
"¡Por dios! no pongas tus manos en mis cosas" pensaba Usami enojadísimo
Después de eso me paro y me voy le digo a mi hermano que me voy a dormir. Es verdad... no había interés, ha pasado un mes desde que lo conocí y es increíble que nadie me lo haya robado.
Estoy en mi cuarto tirado en mi cama esperando que Misaki venga a la hora acordada a "traerme vino" pero solo es una escusa para llamarlo y no dejarlo salir de mi cuarto por un buen rato.
Ya es la hora y el toca mi puerta.
- Disculpe- dice con su hermosa voz- le traje el vino que pidió.
-Déjalo, no es eso lo que quiero- le dije agarrándolo del brazo y empujándolo a la cama.
- Estoy en medio del trabajo.
- ¿No te dije que la primera regla de tu trabajo es asegurarte de que los deseos de tu amo sean complacidos siempre?- dije besando esos hermosos, suaves y carnosos labios rojos que tan loco me vuelven- ¡deberías hacerlo!
Le empiezo a sacar su hermoso uniforme de sirviente que tan loco me vuelve ya que es él el que lo usa. En menos de 5 minutos ya está desnudo frente a mí y yo también junto a él. Empiezo a besar su cuello.
-Espere- me dice.
-Que acaso te has acostado con alguna mujer- le digo sin dejar de devorar ese hermoso cuello blanco- si odias esto entonces piensa en que soy la persona que te gusta.
De su cuello paso por su pecho hasta que llego a sus erectos botones rosados el lamio y mordió sin lastimar a mi adoración. Luego bajo hasta donde estaba su ya erecto miembro y se lo engullo de una en la boca, comenzó a lamer ese pedazo de carne que tan bien conocía y disfrutaba probar. En un gemido ronco Misaki se vino.
Empecé a dilatar su entrada primero con un dedo y luego de que se acostumbro otro y otro hasta que eran 3 dedos mi hermoso sirviente gemía sin parar. Hasta que se acostumbro y metí mi miembro dentro del, espere a que se acostumbre y luego de un rato ya estaba embistiéndolo lento hasta que aumente el volumen y las embestidas fueron salvajes. Agarre su miembro y empecé a masturbarlo, hasta que se vino entre nuestros pechos y yo en su interior.
“Pensé que lo que quería lo obtendría seguro, este hombre es mio. De cualquier manera él nunca se fija en mí. ¿Por eso me pongo tan irritado? ¿Por qué no puedo obtener lo que quiero?”