ERA UN GRANDIOSO Y HERMOSO DÍA EN SEÚL. NO ERA UN DÍA TAN CALUROSO, NI TAN FRÍO. PERFECTO PARA UN GRAN INICIO DE CLASES.
Lee Taemin, era el típico niño, dulce e inocente. Su cabello era castaño obscuro, ojos cafés bien obscuros, tan obscuros, que parecían negros. Necesitaba el uso de gafas, pero aun así, la ternura desbordaba en su mirada.
Taemin era hijo de padres de separados. Nunca supo de su padre, pero poco le interesaba saber de alguien que de buenas a primeras había abandonado a Lee Sun con su pequeño retoño (su madre y él). A pesar de todo, creció en un ambiente cómodo, pero algo triste, puesto que siempre iba y venía de una casa a otra. Siempre se andaba mudando cada dos por tres, por suerte su madre le había dicho que esta sería la última vez que se mudaban.
La casa recién adquirida no era llena de lujos, ni la más grande de la cuadra, pero era acogedora y llena de amor. Perfecta para él y su madre.
Era su primer año en una escuela pública, pero tenía primos en esa escuela, asi que se adaptó fácilmente. Taemin tenía 8 años de edad pero era muy inteligente. Su primer día de clases... era el nuevo, así que se dispuso a encontrar su salón de clases por su propia cuenta. Iba caminando hacia los pasillos, cuando de repente tropezó con alguien, tropiezo por el cual se le cayeron los dos libros que tenía en la mano. Al agacharse a recogerlos notó que la persona con la que se había tropezado se agachó a ayudarle.
- Lo lamento!
Levantó la mirada al escuchar una voz y vió a un dulce niño con enormes y penetrantes ojos, pero con una sonrisa muy carismática. Su cabello negro, estaba revuelto y despeinado. Parecía ser mayor él, aunque era alto incluso para ser mayor tan siquiera por un año (¿o dos?). El niño le devolvió los libros, le sonrió e hizo una reverencia.
- Soy Choi Minho - extendió su mano esperando que el más bajo pueda saludarle
- Soy Lee Taemin. Soy nuevo este año, perdona mi torpeza - sus mejillas se pusieron rojas e hizo una reverencia
El timbre que indicaba que las clases daban comienzo los hizo despedirse pronto. Taemin se dió media vuelta, se acomodó las gafas y se marchó en busca de su salón de clases. Cuando por fin lo hubo encontrado fue tropezado por muchos niños que entraban apresurados para evitar ser sancionados por el maestro. Una vez pasado el alboroto ingresó y tomó asiento en la primera banca, ubicada cerca del escritorio del profesor. Miró a la puerta y vió como entraban algunos niños más, entre todos ellos logró divisar al niño con el que momentos anteriores se había tropezado.
"¿No es mayor a mí?" pensó para sí mismo, mientras veía como Minho se sentaba una banca atrás de el. Eso le incomodó bastante, ya que pensó que iba a hacerle burla por su tropiezo de hace rato, pero no fue así.
- Buenos días niños - la voz de la maestra se escuchó en todo salón, al tiempo que todos se paraban y haciendo una reverencia saludaban a la docente - Espero que esta vez no tengamos problemas como en el ciclo pasado - Taemin sintió la mirada de la maestra en él - ¡Oh! Casi lo olvido... Taemin, ven - dijo la maestra haciéndole señas de que pasara al frente junto a ella
Taemin se sintió nervioso de pronto. "¿Pasar al frente?" Desde que tenía memoria, siempre había tenido pánico escénico. Incluso hasta para leer algún párrafo en clase empezaba a temblar, aunque no le duraba mucho. Taemin vió como la maestra le sonreía cálidamente haciendo que tomara fuerzas para pararse. Se acomodó sus gafas una vez más mientras trataba de divisar a cada uno de sus compañeros. "Hey, ¡ahí esta Kai!" pensó al ver al amigo de su primo Onew. Era de su edad y siempre la pasaba bien con ellos. Siguió jugando con el panorama y vió a aquel niño con ojos grandes mirarle amistosamente.
- El será su compañero de clases, así que espero que lo reciban bien y traten de entablar buenas amistades con él - la voz de la maestra hizo que volteara a verla - Taemin, por favor, preséntate ante tus compañeros.
Taemin tragó saliva, pero al ver a Kai mirarle tan apaciblemente se dió fuerzas en hablar.
- Soy Lee Taemin. Tengo 8 años y me gusta mucho leer, bailar y actuar - su voz tan tierna se detuvo por momentos, que le parecieron eternos, pero al ver la confianza que sus compañeros le daban siguió - De grande quiero ser un gran artista, pero por ahora me conformo con estudiar mucho...
- ¿Eres una clase de cerebrito? - la voz burlona de un niño le hizo callar de repente
- Daehyun! No seas irrespetuoso - la maestra alzó su tono de voz en forma de reprimenda - Para contestar a tu pregunta, el récord de Taemin es intachable - Taemin se sintió algo nervioso ante el "oohh" de sus compañeros - Tiene las mejores notas de su anterior escuela, y espero que todos puedan aprender algo de él.
La mestra indicé que volviera su lugar y empezé con la clase. A Taemin poco le importaba lo que pensaran de él puesto que era sólo un niño, y le gustaba mucho el estudio.
Al finalizar las clases de ese día, se dirigió a casa junto con Onew, su primo que era mayor a él y se sabía las calles cercanas a la escuela de memoria. Lee Jinki (Onew como le decían siempre) era muy agradable y bastante amigo de su primo Taemin a pesar de llevarle 4 años de ventaja en su edad.
- ¿Quieres comer algo? Mamá prepara pollo este día - mencionó Taemin mientras iba pateando una piedra por toda la acera, camino a casa
- ¿Pollo? - los ojos de Onew se iluminaron - ¿Qué hacemos aquí? - lo siguiente que Taemin sintió fue un halón de su manga del uniforme - ¿Por qué esperaste hasta ahora para decirme que tu mamá haría pollo?
Taemin reía divertido mientras acomodaba sus gafas. No cabía duda que debió escoger palabras más sutiles con su primo. Al mencionar pollo, Onew siempre parecía alterado. Cuando iban por el portón de su casa, se soltó de su primo para tomar algo de aire. Al alzar su mirada divisó a un par de casas más allá a un niño que se le hacía familiar. Para su sorpresa era Minho, quien llegaba siendo halado de una oreja por un hombre que parecía estarle retando.
- Tae, cariño, ¿vas a entrar?
- Si madre - respondió Taemin sin apartar la vista de Minho siendo casi arrastrado hasta entrar en su casa.
Por las tardes siempre escuchaba música salir de la casa de aquel niño. Su madre le dijo que eran una familia de músicos y que eran los hermanos quienes ensayaban. Taemin abrió los ojos de par en par al escuchar eso e insistía a su madre que le llevase a ver como ensayaban. Su madre, cansada de las insistencias de su energético hijo, lo llevó a ver el ensayo de ellos. Para su asombro, Minho, era el cantante principal.
- ¿Tu cantas? - había estado esperando por el descanso de aquel trío. Quedó impactado por la voz tan magistral de Minho. Y ni que hablar de su baile.
- Y bailo - completó Minho tomando un sorbo de agua - Mis hermanos y yo tenemos una banda, pero no somos famosos aún - los grandes ojos de Minho estaban llenos de la esperanza de que algún día sería un gran artista - Cantamos en bares, discotecas o eventos personales.
- ¡Wow! - Taemin se sorprendía por ver lo joven que era y lo mucho que soñaba - ¿Cómo tienes tiempo para estudiar, para tu banda, y para ser niño? - Taemin era muy inteligente así que le había hecho una pregunta muy inteligente, pero su curiosidad desapareció al ver la mirada triste de Minho.
- No siempre tengo tiempo - dijo Minho forzando una sonrisa - Reprobé dos ciclos por lo mismo y... - Taemin lo miró fijamente, notó la seriedad que puso - ...con respecto a lo de ser niño yo... emmm... ¿Podemos cambiar de tema?
Taemin lo miró con una cara de "¿Y a este qué?" y frunció el ceño. Pensó que quizás por tener algo de fama en la escuela ya estaba alardeando que no tenía tiempo. Es algo que le causó mucha curiosidad
- Bueno, como quieras - respondió Taemin encogiendo los hombros.
Estaban hablando acerca de sus cortas vidas. Taemin le contaba que había viajado por casi toda Corea del Sur y yendo de escuela en escuela. Minho por su parte le decía lo mucho que le gustaba cantar y que estaba aspirando a entrar en una escuela privada en donde preparaban a futuros artistas. De pronto, Taemin escuchó a su madre que le llamaba y se despidió de Minho y los familiares que estaban presentes.
- Mamá, ¿tu crees que ellos tienen tiempo para ser felices? - preguntó un curioso Taemin de regreso a su casa que no estaba tan distante de la de Minho
- ¿Por qué me preguntas eso? - cuestionó su madre - Son un familia, supongo que sí - de repente cayó en cuenta de las intenciones curiosas de su energético hijo - ¡Lee Taemin! ¡No se te vaya a ocurrir ser tan imprudente y preguntarles en persona!
Taemin sintió que le estaban regañando por algo que no había hecho (aún) y agachó la mirada.
- No, sólo lo decía por curiosidad - miró a su madre haciendo un puchero que esta se acercó a besar.