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MIRA MIS OJOS. ESCUCHA MI VOZ por Lady Hecate

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Notas del capitulo:

He aquí el segundo capitulo, disfrútenlo, que mas adelante se pone interesante.

Capitulo uno: El barco.

Fugaka estaba en la cubierta del barco y a su lado su mejor amigo Minato, quien le calmaba los nervios, por fin conocería a su hijo y era un doncel eso sería difícil el no esperaba un doncel, y si no le gradaba, y si lo odiaba por haber abandonado a él y a su madre, y si no se llevaba bien con sus hermanos, y si no le gustaba la casa o Inglaterra, gracias a dios solo su mejor amigo podía darse cuenta del estado tan desesperado del gran Duque. Sus pensamientos fueron interrumpidos por los gritos del muelle, todos los tripulantes del Hokage (el nombre del barco) se asomaron al borde del barco incluso el capitán y el duque.

A ver el muelle se le helo la sangre un joven doncel avanzaba por entre la gente que se inclinaba a reverenciarle y tras él un gran número de hombres armados, vestía un pantalón azul y una camisa blanca, tenía el torso vendado por lo que el gran escote de la camisa no mostraba nada que no se desease mostrar (no era tan exhibicionista como el original), y en su espalda veía una espada, pero eso no fue lo que sorprendió a Fugaka fue el parecido con su difunta amante, si no fuera porque sabía que era su hijo creería que era la reencarnación de Mikoto, esos enormes ojos negros profundos que parecen infinitos, la piel blanca como marfil, el cabello largo y negro con destellos azules, los rajos finos y delicados que se volvían más duros al estar con el ceño fruncido, pero el porte era suyo, esa mirada altiva de superioridad, ese chico era Uchiha por donde lo viera.

En el puente lo esperaban el que debía ser su padre, y otro hombre realmente apuesto junto con mucho marineros, estos tomaron los dos baúles el enorme espejo, y una maseta que contenía una planta de malva. Se acerco a los hombres.

-          ¿Fugaka-san?- inquirió el menor.

-          Soy yo- le tendió la mano- es un placer conocerte Sasuke – le sonrió.

-          El placer es mío ¿Debo llamarlo señor Uchiha, Fugaka, o solo señor?- pregunto inclinando la cabeza.

-          Fugaka, ese es mi nombre llámame así y yo debo llamarte…-  espero que el otro.

-          Sasuke o niño así me llama mi padre- se  sonrojo luego de terminar la frase- yo lo lamento- se disculpo apenado.

-          Descuida niño no vas a herirle los sentimiento a este duque por solo ser tu- dijo el rubio poniendo su mano sobre la cabeza del niño, el cual se sonrojo mas.

-          Quita tu mano de encima del príncipe- dijo un hombre robusto apuntándole con una daga sobre el cuello del rubio.

-          Raino baja la daga ahora- su voz sonó dominante y poderosa, nada melodiosa como antes.

-          Pero mi señor este hombre se ha atrevido a tocarlo la ley dice que- fue interrumpido.

-          Conozco la ley,  ahora baja la daga y discúlpate es una orden- dijo serio.

-          Lo lamento señor, no fue mi intención importunarlo- dijo cortésmente el hombre lo cual sorprendió a todos los tripulantes del barco que ya estaban listos para atacar.

-          Descuida – le sonrió el rubio  a lo cual el azabache se sonrojo otra vez.

-          Atención todos- se volteo a hablar a los hombres que lo seguían- ha sido un placer combatir a su lado y les deseo la mejor victoria o la mas honorables de las muertes lo que llegue primero- les sonrió de una forma dulce que congelo a los marineros, les gustaba esa sonrisa era seductora e inocente a la vez.

Todo los hombre se arrodillaron ante él y ninguno se levanto, Sasuke subió al barco y este comenzó a alejarse y aun estaban los hombres arrodillados en el muelle, Sasuke estaba al borde del barco no se había separado de ese lugar desde que subió no había hablado desde que subió, seguía ahí parado mirando el muelle.

-          ¿Crees que hice lo correcto?- miro a Minato los dos habían estado viendo la espalda del chico desde que zarparon.

-          Tal vez ahora no, pero si es como dijo ese tal Orochimaru es lo mejor- le sujeto el hombro con fuerza- asique no te mortifiques amigo- le sonrió.

De pronto muchos gritos se lograron escuchar, muchos gritos de hombres y ellos se acercaron a la borda y vieron como los hombres se paraban y alzaban sus manos, y Fugaka entendió que esperaba su hijo, una despedida, luego del grito aproximadamente dos docenas de flechas encendidas fuego volaron listas para morir en el agua, cuando terminaron de volar las flechas deseo no estar cerca de su hijo, Sasuke grito como si su vida se fuera en ello tan fuerte que todos los movimiento sobre el barco se fijaron en el joven parado de puntas de pie recargándose sobre la baranda y dejando parte de su espíritu en el grito, un grito que pareció dolerle a todos en el barco.

-          Fugaka – dijo luego de ver como los hombres desaparecían de su vista igual que la costa.

-          ¿Sí?- pregunto curioso recién había terminado de gritar.

-          ¿Podría sostener su mano?- lo miro- no es normal para mí, pero siento un vacio- volvió la mirada al mar donde antes estuvo la orilla.

-          Por supuesto- Fugaka se acerco y tomo la mano del más chico, se sorprendió de la calidez de su mano.

-          Creo que ya es hora de que alguien me presente- dijo el rubio.

-          Cierto, Sasuke este es mi mejor amigo y capitán del barco Minato Namikaze-  lo presento

-          Es un placer niño- le tendió la mano pero el azabache no la tomo simplemente le ofreció  una reverencia.

-          El placer es mío Minato-san- dijo el menor- podrían indicarme donde dormiré- dijo soltándose de Fugaka.

-          Claro- dijo el capitán- Azuma enséñale al chico su camarote- dijo indicándole a otro hombre.

-          Si capitán-

Sasuke siguió al hombre por un pasillo hasta una puerta de madera, el hombre abrió la puerta y Sasuke entro, era más pequeño que su cuarto en el palacio oscuro, ahí estaban los dos baúles el enorme espejo cubierto, una pequeña lámpara de querosén  encendida sobre una pequeña mesa de luz y a su lado una cama, una mesa y dos cillas, era obvio que el cuarto no fue planeado para un doncel, pero él había crecido entre muchos hombres asique estaba acostumbrado a no tener muchos lujos ya que su padre siempre entregaba dinero a su gente y jamás se había atrevido a adornar el cuarto del niño, el lo hiso a medida que fue creciendo y adquiriendo objetos, destapo el espejo tomo la lámpara y una daga que llevaba en su camisa, se sentó frente al espejo y comenzó a cortarse el cabello, recordó haber visto el corte en un cuadro la vez que estuvo en el palacio del emperador infiltrado, su cabello que llegaba hasta su cadera empezó a caer sobre el suelo, lo dejo corto de atrás donde la puntas quedaban erizadas y con una especie de flequillo adelante ( su corte de pelo original) sabia que de esa forma su padre no lo vería como lo había estado haciendo, era consciente de que su aspecto era el calco de su madre, Orochimaru se lo había dicho, que al verlo a él solo veía a Mikoto cuando era joven, con otro carácter y otros gustos , al terminar de cortarse el cabello dejo la lámpara sobre la mesa y comenzó a desvestirse quedo únicamente con la ropa interior , la venda al torso la cual no se quito y un anillo colgando de una cadena de plata al cuello, camino hasta el baúl verde y saco un kimono sencillo color azul petróleo con dibujos de olas pintados en este, se quedo descalzo, estaba acostumbrado a andar descalzo cuando usaba kimono, se paro delante del espejo y le gusto lo que veía, si, no era a lo que estaba acostumbrado pero no importo, ahora se veía como todo un doncel imperial, recordó a todos eso donceles y doncellas que caminaban por el palacio alegres creyendo que por estar ahí eran más importantes, ilusos.

Salió de su camarote, quería ver el barco, al salir a la cubierta todos los ojos se posaron sobre él, era consciente de su atractivo, aun cuando estaba por acecinar a alguien podía ver una chispa de alegría por ver algo hermoso antes de morir en los ojos del futuro difunto. No encontró a su padre asique se dirigió a donde estaba el timón del barco donde estaba el capitán, este parecía muy absorto en su trabajo y no lo vio llegar, Sasuke no se dio cuenta pero a medida que avanzaba dejaba suspirando a los hombres del barco.

-          Minato- san si no le molesta la pregunta ¿qué curso toma para este viaje?- pregunto inclinado la cabeza.

-          Ha- recién se percataba de la presencia del menor- bueno iremos al sur por el Mar Japonés, hasta llegar al Mar de China Meridional, donde tomaremos el estrecho de Malaca, navegaremos por el Golfo Belga, aremos una  parada de un día para reabastecernos en la Isla Nicobar, circunnavegaremos la Isla  Ceilán navegaremos por el Mar Arábigo aremos escala en Bender Cassim queda en Somalia  de ahí aremos viaje directo por el Mar Rojo, hasta el Mediterráneo aremos escala en la Isla de Creta  seguiremos hasta el estrecho de Gibraltar iremos al norte bordeando las costas de Portugal, España, Francia donde pasarnos del Canal San Mateo a él Canal de San Jorge hasta llegar a Londres- dijo alegre el  rubio.

-          ¿Cuánto tiempo cree que nos tome llegar? Según los mapas que he visto es mucha la distancia sin contar el clima y las paradas no llevaría casi un año en barco, y no creo soportarlo- dijo sereno el moreno.

-          Seis meses niño, si es mucho tiempo, pero te gustara el viaje y no estarás solo, siéntete como en casa- le acaricio el cabello- me gusta este corte.

-          ¡Papi! – y como un rayo salió un niño de unos 8 años corriendo hacia Minato.

-          Konohamaru no corras en el barco- le regaño el mayor.

-          Perdona papá- sonrió alegre el menor.

-          Descuida, miren los presentare Sasuke es el mi hijo menor Konohamaru hijo el es Sasuke el chico por el cual hicimos este largo viaje- sonrió haciendo sonrojar al azabache.

-          Mucho gusto- dijo el menor quedándose mirando atentamente al azabache.

-          Igualmente – le sonrió cálido.

-          Eres hermoso- dijo sin pena el menor.

-          Gracias tu eres muy apuesto- ensancho su sonrisa el niño- ¿quieres ser mi guía y mostrarme el resto del barco?- pregunto amable.

-          Por supuesto- dijo el niño.

Si, era un viaje largo y todos sobre el barco eran consientes, pero el gran capitán sabia como hacerlo placentero, Konohamrau y Sasuke se volvieron muy unidos al parecer el menor gustaba de oír al azabache contar historias sobre su país y su gente, varias veces se pasaban el día entero en el camarote del mayor, el leyendo y el menor escuchando y aprendiendo, todos en el barco se sentían a gusto con el azabache a pesar de que muchos pensaron que era un frígido doncel de la corte se equivocaron, era un joven culto, muy culto más que muchos donceles que vivían para estudiar, para mostrarse más sobresalientes en sociedad, ya que el moreno tenia conocimientos en filosofía, antropología, psicología, política, medicina, herbolaria, física e historia, sin mencionar que hablaba 7 idiomas, añadiendo ahora los nuevos que aprendía en el viaje cuando hacían paradas, bebía alcohol a la par de los mejores y mayores bebedores, disfrutaba escuchar las aventuras de los marineros, y a pesar de que en un principio tuvieron miedo de tocar ciertos temas se dieron cuenta de que con el joven no habían temas tabú, algunos si hasta se atrevían a hablar de los prostíbulos que frecuentaban. Eso sí, jamás ninguno se atrevió a faltarle el respeto o preguntar de mas, porque en las dos ocasiones que sucedió ambos hombres que disgustaron al doncel terminaron volando camino al agua, donde tuvieron que ser rescatados por la tripulación.

Durante el viaje surgió que era el cumpleaños del hijo del capitán fue imposible hacer un pastel, o tener música o comprarles regalos, pero todos los marineros lo saludaron y desearon felicidades, el niño estaba feliz y Sasuke quería regalarle algo, aunque fuera inapropiado él le dio a Konohamaru el mismo regalo que él recibió a esa edad, una daga no muy larga que en la empuñadura parecía tener la cabeza de un dragón, el le explico a Minato que de donde el venia a esa edad era normal que los niños recibieran su primer arma y aunque parecía algo disgustado no pudo quitarle el arma a su hijo que estaba más feliz que político en navidad por haber recibido un obsequio de parte de Sasuke, luego de esa noche Sasuke entreno a Konohamaru por lo menos dos horas diarias con la daga.

El viaje fue favorable todo el transcurso tanto que en vez de durar los seis meces duro apenas cuatro, ya que el viento y las corrientes marinas fueron favorables. Todos creían que era por Sasuke, quien al comienzo del viaje tiro por la borda un par de joyas para honrar a los dioses del mar y pedir su aliento en el viaje.

Comentarios como “los dioses del mar favorecen a Sasuke “, “los cielos se emocionan con su presencia” o “la olas se mueven con su humor” eran oídos.

Sasuke bajo en todos los muelles a los que llegaron comprando telas, libros y pieles. Su padre una noche le dijo.

-          Sasuke ¿te molestaría pedirme el dinero para comprar tus caprichos?-

-          Lo lamento, jamás pensé que te gustaría que te pidiese dinero, como tenía mi dote creí que lo conveniente sería usarlo- comento el joven en respuesta.

-          Me encantaría que dependieras aunque sea para eso de mi, se que ya eres independiente y maduro, pero siquiera me gustaría formar parte de tu vida y no ser otro hombre con el que sociabilizas en el barco-

-          Hagamos un trato, en casa tenía un enorme sillón muy cómodo de origen ruso un regalo de un traficante de Magadan, cuando lleguemos a Londres  me acompañaras comprar uno y lo pagaras tu- sonrió- después de todo mi cuarto debe tener un buen sillón no digo uno exacto al que tenia, pero…-

Todos en el barco admiraban la determinación del doncel, pero lo que había hecho que Sasuke se ganara a la tripulación fue el día en que una ola golpeo el barco haciendo que Marco uno de los más jóvenes del barco callera al mar y el sin que nadie hubiera hecho algo tomo una cuerda que estaba amarrada al mástil mayor y salto al agua y salvo al muchacho. Sí, todos querían al muchacho y se habían acostumbrado a él, incluso todos sabían que extrañaría las noches en las que él se dirigía a uno por uno solo para desearles buenas noches. Sasuke había adquirido la costumbre de dormir con Konohamaru.

En una oportunidad un marinero le pregunto y su contestación sorprendió a todos los hombres.

-          Dinos tu eres un acecino entonces ¿Cómo es posible que seas tan buena persona?-

-          Ser destajador es solo una parte de lo que soy, crecí rodeado de personas de destinos países con distintas culturas y conocí a muchos viajeros y piratas, para mí la maldad es indistinta a mi ocupación, ya que mi corazón está limpio y no hay rencor en el-

Sasuke descubrió que tenía atracción por dos cosas en ese barco, el mar, y el capitán aunque esta última no era amor sol atracción física y él lo sabía por lo que jamás se atrevió a insinuar algo, sin mencionar que seguro su padre se volvería una furia y trataría de lanzar al capitán por la borda.

El día en que el viaje llego a su fin todos y cada unos de los marineros se despido de de Sasuke con gran tristeza, uno le dijo a Sasuke:

-          Nosotros no podremos despedirte con gritos o flechas encendidas fuego pero- mientras hablaba todos los marineros se arrodillaron-si podemos arrodillaros ante ti para mostrarte nuestros respetos-

Notas finales:

¿Y? ¿Qué les pareció?


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