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MIRA MIS OJOS. ESCUCHA MI VOZ por Lady Hecate

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Notas del capitulo:

Gracias a una corrección que me hicieron, e di cuenta que en los capítulos anteriores escribí mal el nombre de Fugaku y el apellido de Neji y por eso me disculpo, a partir de este capítulo los nombres están corregidos.

Este capítulo lo escribí pensando en cómo las distintas culturas ven lo mismo, y aun así todas lo ven diferente.

Espero que lo disfruten…

Capitulo cuatro: ¿Le temes a la muerte?

Ingreso a la gran biblioteca y pudo observar las grandes mesas de roble talladas, los ventanales de vidrio con imágenes en ellos, varias personas yendo y viniendo de un lugar a otro, leyendo o conversando en voz baja. Sin saber porque, guiado por su instinto, Sasuke camino hasta el fondo la biblioteca, donde encontró un hermoso juego de sillones de un color rojo intenso con bordados dorados,  con amarga sonrisa se acordó de Mergo, el era uno de los hombres a quien más aprecio le tenía en el palacio, amable, caballeroso, un excelente maestro, fue él quien le regalo el hermoso sillón que abandono allá en Japón, camino hasta los hermosos sillones y se sentó en uno, sin tomar ningún libro solo se dedico a mirar por la ventana, con su mirada perdida se dedico a recordar.

-          ¿Mergo?- le llamo un Sasuke de seis años.

-          ¿Qué sucede niño?- respondió el hombre de gran altura y barba frondosa.

-          ¿Por qué debo aprender tantas cosas? ¿Acaso los ladrones no son todos ignorantes y por eso roban?- pregunto ladeando la cabeza.

-          Que tonterías dices niño-  respondió el hombre arrugando el entrecejo- yo soy ladrón y soy una persona realmente culta- dijo orgulloso.

-           ¿Y yo tengo que ser culto?- por alguna razón el niño a conciencia de Mergo era ya mucho más inteligente que otros hombres de mas tempo en tierra.

-          Por supuesto ¿Dónde has oído tu de un príncipe que no tiene cerebro para defenderse?-

-          Pero en los cuentos a las princesas y los príncipes siempre los salva un heroico caballero- dijo el niño haciendo puchero a lo que el mayor le sonrió.

-          Si, es verdad, pero yo no quiero eso para ti mi niño- se arrodillo a su lado en la mesa, en la que tenia al niño estudiando desde la salida del sol- yo quiero que seas inteligente, que no dependas de nadie, mi sueño es que cuando crezcas y todos sepan tu nombre, no piensen solo en tu belleza- dijo mientras le acariciaba la mejilla- quiero que piensen en tu valor como persona-

-          Si yo me convierto en una persona valiosa ¿Estarías orgulloso de mi?- pregunto el niño con los ojos decididos.

-          Sería el orgullo más grande para mi servir a un rey tan valioso como tu puede llegar a ser-

Cuanta amargura sentía al recordar el momento en que quería ser el alumno que más orgullo provocara en Mergo, cuánto dolor al pensar que, su voz se escucho primero, antes que la de los otros hombres que cantaron junto con él.

-          ¿Eso realmente es para mí Mergo?- pregunto el niño de nueve años.

-          Claro mi niño ¿Dónde has visto tu a un príncipe sin un trono?- dijo el hombre.

-          ¿De dónde es?- dijo el niño sus pies no llegaban al piso cuando se sentó.

-          Es ruso, Dimitri un amigo me lo trajo- dijo

-          Cuando sea grande viajaremos junto con papa y Kabuto a tu hermosa Rusia- dijo alegre el niño tomando la mano del mayor.

Mergo le enseño tantas cosas, leer, sumar, idiomas, historia, cultura, música, y que todo gran príncipe necesita un sillón que valla con su personalidad. Tan  metido estaba en los recuerdo de Mergo, que no se dio cuenta de que un hombre mayor se sentó en el sillón a su lado, como tampoco se di cuenta de que había de cuando subió las piernas al sillón y se abrazo a estas hasta que el hombre le hablo.

-          ¿Qué entristece a un doncel en flor de su juventud?- dijo el hombre cano de barba frondosa que vestía un traje marrón y tenia ojos azules.

-          Se supone que no hable con extraños- respondió monótono sin voltear.

-          Acabas de contestarme chico, ya metiste la pata- sonrió el hombre.

-          Estoy de luto- respondió Sasuke, quien parecía estar muerto emocionalmente.

-          Bueno en ese caso somos dos, ya que hoy es el aniversario de la muerte de mi esposa- dijo triste el hombre, Sasuke volteo.

-          Creí que ustedes los ingleses eran mucho más reservados- dijo el menor inclinando la cabeza.

-          Lo son, para tu suerte yo soy australiano- el hombre le tendió la mano- Franz- se presento tendiéndole la mano a lo cual Sasuke solo le devolvió un pequeño gesto con la cabeza como respuesta.

-          Sasuke- dijo el- ¿Cómo se llamaba su esposa?- pregunto dulce.

-          Merida, era una cantante de Viena- dijo nostálgico.

-          ¿Es normal para usted hablar tan libremente de ella con un desconocido?-

-          No, pero me sorprendió de sobre manera verte ahí sentado, ella solía sentarse en ese sillón y yo aquí, ella me leía todas las tardes- los ojos azules del hombre se fijaron en el.

-          La persona que falleció solía leerme también, tenía una fascinación por los sillones de este tipo- por unos momento lo dudo pero tuvo el coraje de preguntarle- señor ya que lo más probable es que no me lo cruce de nuevo ¿puedo hacerle una pregunta personal?- se arriesgaría.

-          Por supuesto chico, dispara- dijo el viejo

-          Usted… usted ¿Le teme a la muerte?- no pudo evitarlo tuvo que devolver la mirada a  la ventana.

-          ¿La muerte?- el hombre no pudo evitar levantar ambas cejas por la sorpresa de la pregunta- supongo que a mi edad lo que uno siempre tiene en la cabeza es escaparle a la muerte- el hombre lo miro serio- pero no, no le temo a la muerte… es más, yo por mi parte, aunque suene contradictorio la espero- Sasuke no comprendió la respuesta y su expresión lo dio a entender- veras cuando vives tantos años solo, tu comienzas a sentirte obsoleto y a extrañar a los que se fueron antes que tu, pero aun así te alegras de aquellos que se fueron antes- dijo el hombre.

-          ¿Por qué te alegras? ¿La muerte no tendría que ser deprimente?- respondió.

-          Pienso que si ella tuviera que vivir lo yo he vivido sin ella, sentir esta soledad…mi alama no tendría paz- el hombre se paro- por eso no temo a la muerte chico, por eso la espero, porque sé que esperándome esta ella- se estaba por marchar y se detuvo a su lado, poso su mano en el hombro de Sasuke- no le temas a la muerte chico y créeme cuando te digo que deberías temerle más a no vivir la vida por estar pensando que te arriesgas a perderla- le sonrió el mayor.

-          Franz ¿Cree usted que aquellos que mueren van al cielo o no cree en eso?- pregunto tomando la mano del mayor.

-          Yo soy compositor chico para mí la gente que amo jamás se va por completo porque por y para ellos compongo mi música, encuentra la forma de hacerlos inmortales, y jamás te abandonaran por completo-

El viejo se marcho dejando a Sasuke pensativo, seria acaso que si mantenía las costumbres de Mergo ¿Él seguiría a su lado? ¿Lo mismo seria con su padre y Kabuto?

Ya estaba mucho mejor de ánimos pero eso no evito que Neji quien al día anterior lo había visto vital se preocupara y creyera que estaba enfermo. Al finalizar las clases de ese día le pidió a Neji que lo acompañara a pasear con la escusa de que no quería andar solo, el pobre castaño no pudo negarse, después de todo él era un caballero. 

Caminaron hasta llegar a la fuente en el centro del parque cerca del hogar de Sasuke, quien gracias a Neji había logrado distenderse del dolor de la noche anterior. Neji se sorprendió de la actitud tan independiente de Sasuke y su forma de ver el mundo, una forma en la que no quería depender de nadie, una forma realista y controversial para la idea que tenían casi todas las jovencitas y donceles.

-          Sasuke me atrevo a preguntarte esto porque eres una persona de mente abierta- dijo Neji mientras Sasuke le dedicaba toda su atención que previamente estaba siendo dedicada a un violinista que estaba cerca tocando música- ¿Me dirías la razón de tu tristeza?- pregunta que tomo al doncel desprevenido.

-          ¿Tan obvio me he vuelto?- el castaño asintió- un amigo querido falleció, junto con varios conocidos- le contesto mirando a sus ojos de extraño color.

-          ¿Por eso vistes de negro? ¿Estás de luto?-

-          Si, dime Neji tu ¿Le temes a la muerte?- por alguna razón cada vez que hacia esa pregunta no podía ver al receptor de la conversación a la cara.

-          Pues… es difícil responder a eso- se llevo la mano al mentón pensando una respuesta para el doncel- ¿sabes? Jamás me había hecho esa pregunta, pero creo que sí y no a la vez, veras la muerte es algo natural en el siclo de la vida, nacemos, crecemos, formamos una familia y morimos, asique supongo que ahora que soy joven y solo pase por los dos primeros  si le temo, pero cuando ya esté grande, mis hijos igual y supongo mi pareja ya no esté o sepa que estará bien sin mí, no le tendré miedo, me entregare a ella-

-          Gracias- se levanto y miro al Hyuga- esta noche vendrás a cenar a mi casa ¿verdad?-

-          Por supuesto, ya te había dicho que si esta tarde, durante las clases ¿o no?, yo siempre cumplo mi palabra soy un Hyuga después de todo- también se levanto.

Luego de eso se despidieron, Sasuke camino un poco, hasta quedar en la banca que se encontraba enfrente del violinista, su música sonaba triste, casi tanto como él lo había estado. El hablar con el viejo compositor y Neji lo había hecho entender que tal vez no pudiera volver el tiempo a atrás y salvar a sus hombres, pero sí que podía recordarlos y vivir con ellos siempre que estuvieran en su corazón, el jamás se había considerado una persona que demostrase sus sentimientos, después de todo un asesino que mostrara afecto por alguna persona ponía en peligro al ser querido, asique ya estaba acostumbrado a guardar el amor en su corazón, amor por su gente, amor por su padre, amor a su tierra, amor a sus nuevos amigos, y su amor por cierto ex-pirata.

En otro lugar.

Naruto besaba los rojos labios de Hinata mientras que con sus manos acariciaba sus enormes pechos, cuando, la imagen de un Sasuke de ocho años sonriendo se poso en su mente, haciéndolo separar rápidamente de la mujer desnuda en la cama, quien se sorprendió por el brusco acto del rubio quien solía ser  siempre delicado y amable.

-          ¿Qué sucede Naru?- pregunto la azabache, haciendo que Naruto se recostara sobre su pecho, entre sus piernas, mientras acariciaba el pecho del rubio.

-          No puedo hacer esto Hina, no mas- dijo el rubio tomando la mano de la chica.

-          Creí que esto era lo que querías, olvidar a Sakumo- dijo ella apretando la mano del rubio.

-          Se llama Sasuke Hina no Sakumo- dijo mientras con su otra mano acariciaba la pierna izquierda de Hinata.

-          ¿Vas a contarme o tendré que sacarte la información por las malas?- dijo la mujer quien no había dejado de dibujar líneas sobre el musculoso torso del hombre.

-          Fue una pesadilla horrible- recordó Naruto- había una persona cantando, la misma voz que canta en algunos de mis sueños, pero su voz sonaba quebrada…- se giro para sentarse y ver el hermoso rostro de la mujer.

-          Y ¿su silueta era negra como las otras veces o ya tiene forma esta voz misteriosa?-

-          No, sigue siendo una mancha negra sin forma alguna, pero eso no me sorprende, ya estoy acostumbrado, luego se escucharon otras voces cantando la misma canción…- recordó la escena de su sueño y ni cuando en el barco de su abuelo habían peleas contra otro barco y veía muertes se sentía tan impactado- después las voces extras tomaron la forma de muchos hombres de rodillas siendo decapitados y luego la silueta negra derramando lagrimas de sangre- dijo acariciando el rostro de la mujer- ¿te he dicho que tu rostro es tan hermoso como la primera vez que te vi?-

-          Naruto cuando me viste tenias dieciocho y yo veinticinco- recordó la mujer- ahora tengo treinta y este cuerpo ha sido usado tanto que no puedo creerte- le devolvió la caricia al único hombre del que se había enamorado.

-          No volveré después de este día Hina, ya no volveré a buscarte ni a desahogarme con tu cuerpo- le dijo firme pero dulce, pues sabía de los sentimientos de la mujer.

-          Lo sé Naru…-  a pesar de sentir una inmensa tristeza por las palabras del rubio le sonrió, como solo para él solía hacerlo, distinto a como le sonreía a sus otros clientes.

-          Hina dime ¿tu le temes a la muerte?- la mujer lo miro dulce.

-          No, para nada- respondió segura de sí misma.

-          ¿Por qué no?- dijo el rubio

-          Si muriera hoy no me arrepentiría de nada Naru, eso quiere decir que he tenido una vida plena, mi conciencia está limpia y no le tengo rencor a nadie, moriría en paz-

-          Te quiero Hina pero hasta aquí llego yo- la beso por última vez.

Naruto se marcho con gran pesar, hacerle eso a Hinata le dolía en el alma, después de todo como no hacerlo si había sido su amante por más de cinco años. Pero ahora tenía que ponerse a trabajar, el amaba a Sasuke y tenía que empezar a hacer la cosas bien si quería conquistarlo.

El padre de Sasuke estaba encantado con Neji, a pesar de no ser de alta cuna, el joven tenía ganas de superarse, un sueño que perseguía con perseverancia, Itachi por su parte se sintió tremendamente mal de solo pensar que su hermanito ya había conseguido un pretendiente y lo hiso saber en la mesa, haciendo no solo avergonzar al castaño si no enojar al doncel, quien refuto que para su mala suerte tendría que acostumbrarse a que él estuviera rodeado de hombres más que de mujeres o donceles, ya que él no estaba acostumbrado a otra cosa, que refería tener conversaciones serias a vivir hablando de ropa y maquillaje. Neji se marcho no sin antes aceptar la invitación del conde a la fiesta que se realizaría pronto en su casa en honor a Sasuke quien sería presentado en sociedad a un en contra de la voluntad del futuro agasajado.

Esa noche Sai le pregunto si podían dormir juntos y el acepto, después de todo prefería dormir acompañado, por no decir que estaba realmente feliz del cambio de ánimos de su hermano con respecto al día anterior, lo que sorprendió al azabache fue que el menor en sueños llamo a alguien en particular, lo dijo solo unas tres veces pero lo suficiente claro como para saber que llamaba a Gaara. A eso de las tres de la madrugada volteo a ver la luna

-          ¿Tu le temes a la muerte?- le susurro a la luna quien como respuesta pareció brillar un poco mas fuerte- Ya veo, hasta tu, imponente y poderosa, tienes una respuesta para un simple peón en el juego del destino-

Notas finales:

¿Qué les pareció? en mi opinión creo que es mejor arriesgarse en la vida porque sino, no estas viviéndola al máximo. Ustedes ¿ le temen a la muerte?

Mergo es el nombre de un cuervo marino.

Y el personaje de Franz, es una acotación a Fran Joseph Haydn, compositor austriaco (Rohrau 1732- Viena 1809) Quiero aclarar que la línea de tiempo de la historia no está relaciona con la línea de tiempo del compositor.


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