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MIRA MIS OJOS. ESCUCHA MI VOZ por Lady Hecate

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Notas del capitulo:

Soy una persona muy interesada en el ocultismo y la magia, por esa razón lo que escribo esta relacionado con el tema...

Disfruten el capítulo...

-          ¡Lo asesinare!- vocifero Sasuke.

Gaara había ido al día siguiente a contarle a la familia de Sai lo sucedido la noche anterior, como el desgraciado Conde Cliford intento abusar del pequeño Sai. El duque y su hijo mayor sentían hervir su sangre, pensar que algo tan atroz le pudo pasar al menor no solo enojaba a la familia de este si no también a los Namikase que se habían enterado.

-          Le avisare inmediatamente a la policía- dijo Fugaku mientras se dirigía a la puerta, completamente fuera de sí.

-          ¡NO!- fue el grito de Sasuke. Todos voltearon a verlo consternados.

-          ¿Qué dices Sasuke?- lo miro Itachi como si su hubiera vuelto loco.

-          No haremos eso, yo me encargare de el- los ojos de doncel se habían tornado rojos.

-          ¿Cuáles son tus planes Sasu?- pregunto el rojo

-          Casería y exterminación- dijo antes de romper el vaso que tenía en la mano.

-          Entendido su majestad- respondió el rojo haciendo una reverencia.

-          ¡Ho no!- dijo su padre- no asesinaras a nadie…-

-          Claro que si- respondió, aun con el carmesí en los ojos.

-          Por más que nos gustaría Sasuke no podemos permitir eso-  dijo su hermano.

-          Niño, no deberías pensar en que todo se soluciona con la muerte- le aconsejo Minato.

-          Mi gente asesinaba, robaba, mutilaba, pero jamás le tocaron a un doncel o mujer en contra de su voluntad- su mirada gélida era aterradora- todo aquel que se atreviera a romper la regla era juzgado y la pena a tal osadía era la muerte- finalizo volteando a ver a su padre.

-          Pero esto no es Japón es Londres-

-          Yo estoy de acuerdo con Sasuke, nosotros no encargaremos- hablo el rubio menor poniéndose de pie- lo haremos esta noche-

-          ¿Acaso creen que podemos permitir tal cosa?- hablo el rubio mayor.

-          No tienen que saberlo, tu llamaras a la policía mañana, y esta noche El Príncipe Destajador, el Fantasma de Arena y El Tormento del Mar irrumpirán en la mansión de un conde cualquiera-

Todos los presentes se sorprendieron, eran consientes que los tres jóvenes tenían un pasado sumamente comprometedor, estaban decididos a avanzar en la misión que Sasuke había impuesto, quien por cierto había estado afilando su espada desde la mañana. Fugaku por su parte estaba completamente preocupado, Sasuke le había dicho que no habría problemas, que ellos seguirían las cuatro reglas del ladrón, eso no le quito la preocupación. Su hermano por su parte comenzaba a inquietarse ¿acaso su hermano menor reaccionaria de esa manera siempre? ¿Sasuke sería capaz de arrebatarle la vida a otra persona? El más afectado era Sai, quien recientemente se había  enterado sobre el pasado de su hermano, y el del hombre que amaba.

Por la noche Sasuke se coloco su traje, el mismo que usaba en cuando tenía una misión en casa. Busco en el fondo de su baúl, y allí envuelta en seda  se encontraba una máscara blanca con el rostro de un gato pintada en rojo. La luna estaba en la cúspide de su esplendor. Naruto y Gaara se encontraban listos esperando al doncel en la parte baja de la mansión.

Poco después ya se encontraban afuera de la mansión del Conde Cliford, como siempre la luna prestando sus servicios a su humano favorito, había decidido ocultarse detrás de las nubes nocturnas.

Regla número cuatro: verifica el perímetro, que no haya testigos.

Gaara se había encargado esa tarde de hacer un recorrido por los alrededores de la misión, tenia tanto terreno a su alrededor que era prácticamente imposible que algún vecino oyera los gritos de desesperación del hombre. Si se avisaba a la policía esta tardaría aproximadamente una hora en llegar desde la estación más cercana, el tiempo suficiente para que tres expertos como ellos desaparecieran en la noche. Si no hay testigos, no hay quien los pueda acusar.

Regla número tres: el silencio y la oscuridad son tus mejores aliados.

Acordaron atracar en la mansión entre las doce de la noche y las cuatro de la mañana, cuando la oscuridad es mayor y solo ojos expertos pueden moverse en ella, Gaara se había quedado en el portón norte del gran terreno, escondido entre los dos callejones que se encontraban del otro lado de la calle, Naruto estaba entre unos arbustos debajo del gran balcón por el cual Sasuke estaba por subir. Naruto lo tomo por el brazo antes de verlo trepar por el enorme pilar.

-          Sasuke…- quería ver sus ojos  pero esa máscara, maldita máscara- ten cuidado ¿quieres?-

-          ¿Dudas de mis habilidades Naruto?- dijo molesto el menor.

-          No es eso, pero…- no podía decirle lo que estaba pasando por su cabeza, eso enfurecería más al doncel.

-          Mírame Naruto- dijo sacándose la máscara del rostro- yo jamás he fallado y hoy no es la acepción- puso la mano sobre la mejilla del rubio, acto que sorprendió a ambos- no dejes que nadie trate de entrar a la casa-

Se había volteado para ingresar a la mansión pero algo lo detuvo, su instinto, siempre su instinto quien le indicaba como vencer, lo obligo a volverse hacia Naruto, miro fijamente el azul cielo de los ojos del otro, sintió que por un instante el tiempo se detuvo y eso fue suficiente para él. Tomo al rubio por la nuca y lo acerco hacia sí. Sus respiraciones chocaban.

-          Bésame ahora rubio, tal vez mañana no te lo permita-

Eso fue todo para Naruto, cerro la distancia entre ambos y beso al azabache, primero dulce casi como si temiera que se rompiera si seguía. Pudo darse cuenta de dos cosas la primera Sasuke no sabía besar y la segunda había besado a muchos antes que a Sasuke pero no quería volver a besar a nadie después de él. Quiso llegar un poco más lejos, por lo que aventuro su lengua a rozar los labios del menor, quien titubeo darle el paso, suerte para el  rubio ser insistente, ya que el doncel termino cediendo, los cual fue el deleite para Naruto, recorrió cada parte de la pequeña boca del menor, definitivamente su instinto jamás se equivocaba esa estaba siendo la experiencia mas excitante de su vida, la mescla de la adrenalina por la acción futura de ingresar a la mansión y la falta de oxigeno que deseaba no necesitar era simplemente exquisita.

-          Debo irme- se separo el menor.

Sasuke subió rápidamente por el pilar, desde lo alto le lanzo su calzado por la cabeza a Naruto, después de todo, así no dejaría huella y aria menos ruido, ser sigiloso es lo primordial en situaciones como esta.

Regla número dos: Se Rápido.

Sasuke corrió veloz y sigiloso, la luna estaba oculta por lo que se movía y su silueta parecía una sombra espectral, llego rápido a la habitación de su presa. Al entrar en la enorme habitación, ostentosa para su gusto, pudo distinguir rápidamente al maldito bastardo. Se movió cual gato hasta quedar sobre el hombre dormido, desenvaino su temible espada y con el frio filo de la misma despertó al futuro difunto.

-          ¿Quién demonios eres?- exclamo espantado el hombre.

-          Tu verdugo, vengo a cumplir tu sentencia- el hombre bajo el tembló de miedo.

-          Sea lo que te haya pagado por esto, yo te pagare el doble ¡no! El triple- trato de persuadirlo.

-          ¿Crees acaso que puedes convencerme con esa oferta?- movió la espada la coloco horizontalmente hasta dejarla sobre el corazón del Conde quien con horror ahogo un grito.

-          ¡Te pagare diez veces más!-  le rogo, grave error. Con una de sus manos sin soltar la empuñadura con la otra, levanto la máscara para la sorpresa del hombre- tú eres…-

-          Tu verdugo- sus ojos comenzaban a cambiar- Mira mis ojos, serán lo último que veas-

El grito desgarrador del hombre al ser atravesado por la espada del asesino llego hasta uno de los sirvientes que se encontraba despierto. Gaara supo que la mitad del trabajo estaba hecha cuando la luna se ilumino tornando el cielo rojo. Naruto se preocupo, Sasuke se estaba tardando mucho, demasiado para el tiempo estimado, fue en el momento en el que decidió entrar cuando vio saltar desde el balcón una sombra, una silueta negra similar a la de sus sueños.

Sasuke aterrizo perfectamente, volteo hacia Naruto quien tenía cara de alivio. Se molesto enormemente al ver que el rubio creyó que había fallado, también se sintió avergonzado por la forma en que Naruto lo miraba ya que sus mirada no era dirigida a otro lado sino a su trasero.

-          Mi ojos están más arriba Naruto- se quejo el doncel.

-          Lo sé, pero no puedo verlos con esa máscara, y siendo sincero esta vista es mejor que la de tu mascara- menos mal que tenia la máscara, si no, el rubio hubiera visto su rostro completamente rojo.

Regla numero uno: Lo Primordial NO es Saber Entrar, si no Saber Salir.

Corrieron rápidamente directo hacia la salida, justo a tiempo ya que las luces comenzaban a encenderse en el hogar del Conde, el rubio llego primero al gran portón colocándose de espalda a este, utilizando las manos para hacerle un escalón al doncel quien se impulso en el acto en un salto sorprendente, quedando justo sobre el soporte superior del misma, listo para tenderle la mano al rubio quien la tomo en el acto.

-          Para ser doncel, eres muy fuerte- se burlo el rubio.

-          Para ser hombre, eres muy débil- contesto el azabache.

Naruto salto desde lo alto seguido por Sasuke quien fue atrapado en vuelo por Gaara. Los tres caminaron por la calle oscura, donde Naruto comenzó a cantar.

El rey y su reina por fin 
ataron a su galeón 
Sé que mi hogar va a ser el mar 
donde él esté yo estoy 

Esa canción estaba prohibida, era canción de piratas pero que importaba… ahora solo necesitaba liberar algo dentro de él, deseaba estar en un barco y sentir la brisa del mal sobre su rostro, quería que a sus fosas llegase el salitre aroma. Gaara canto con él, ya que ambos extrañaban el mar.

Yo ho, todos, 
la bandera izar 
pillos y mendigos nunca morirán 
Yo ho, todos juntos 
la bandera izar 
pillos y mendigos nunca morirán 

Esa canción le trajo recuerdos hermosos a Sasuke, después de todo muchos marino la cantaban cuando en las noches encendían hogueras, cantaban a su alrededor y contaban historias. Sabía la letra, ya la había cantado antes pensando en el rubio pirata, por lo que se les unió.

Unos murieron en el mar 
y otros navegando están 
con la llave del tesoro 
al mal le pagaran 

Los hombres se sorprendieron, pero no del todo, ya que el pasado del doncel no era desconocido para ninguno. Lo que dejo atónito al rubio fue la voz de Sasuke, la misma voz que escuchaba en sus sueños, la misma voz que escuchaba durante las noches,  durante las mañanas.

Yo ho, todos, 
la bandera izar 
pillos y mendigos nunca morirán 
Yo ho, todos juntos 
la bandera izar 
pillos y mendigos nunca morirán

Por un momento, en otro lugar muy lejos al otro lado del océano,  se encontraba un joven de anteojos corriendo en la inmensidad del bosque, la enorme herida debajo de sus costillas no dejaba de sangrar, el aire empezaba a faltarle.

Sasuke sintió de pronto como su pecho se oprimía, estaban ya en la entrada del hogar de los Uchihas, trastabillo el primer escalón siendo atrapado por el pelirrojo.

Se fue de cara al suelo, el impacto contra el pasto fue menos doloroso, sus anteojos estaban rotos, su hemorragia no se detenía, miro la luna, esperando que con ese gesto ella le permitiera ver por última vez a su amado Sasuke. La luna se apiado de él puesto que todo lo  que el pasto cubría cambio se vistió de malvas y lo escucho desde otro lado del mundo.

Dolía, dolía una atrocidad, su corazón se estaba partiendo, y una lagrima surco su rostro… pero no derramaría mas lagrimas, no por Kabuto, seria romper su idea más preciada “cualquier doncel o mujer solo debe llorar de alegría”. Completo la canción para que la Luna guiase el alma del joven como lo hiso antes. –Escucha mi voz Kabuto- susurro.

 Y así la bandera ondeara 
los muertos resucitaran 
para luchar en el mar 
como un pirata ha! 

Varios soldados rodearon a Kabuto, todos levantaron las armas listos para dispararles, sus órdenes eran claras, exterminar a todo el bajo mundo.

El aroma a malvas inundo todo el prado, inundando los sentidos de Kabuto haciéndolo olvidar el dolor, por segunda vez los soldados del emperador fueron testigos de la magia que rodea al ejército del bajo mundo


Yo ho, todos, 
la bandera izar 
pillos y mendigos nunca morirán 
Yo ho, todos juntos 
la bandera izar 
pillos y mendigos nunca morirán

De pronto Kabuto simplemente comenzó a brillar, y desde sus pies comenzó a desprenderse cada brillo subiendo por sus piernas, desapareciendo ante las miradas incrédulas de los soldados, sonrió esa era su forma de agradecerle a la Luna, ya que su voz estaba ahoga, desapareció por completo.

Miro la luna y le sonrió, tal vez Kabuto había muerto pero con honor, con libertad. La luna le daba la oportunidad de convertirse en estrella, en un ser inmortal.

El rey y su grey a la reina por fin 
ataron a su galeón 
Sé que mi hogar va a ser el mar 
donde él esté yo estoy.

Notas finales:

Me preguntaron si Orochimaru  había muerto en el capitulo tres, bueno no, mi idea es que por lo menos la muerte de Kabuto (como pudieron leer) y de Orochimaru queden asentadas porque ellos son importantes para Sasuke en esta historia.

La canción que cantan al final es de “los piratas del cribe: el fin del mundo” y se llama “Yo Ho”

La continuación estará para la semana que viene, seguramente el Lunes 23.


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