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MIRA MIS OJOS. ESCUCHA MI VOZ por Lady Hecate

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Notas del capitulo:

Disfruten el capitulo, creo que tengo un problema con hacer cantar a Sasuke jajajaja, me gusta mucho hacerlo.

Hace una semana habían recibido la carta por parte de su tía Tsunade  avisándoles su ferviente interés en conocer a su nuevo sobrino. Sasuke llevaba bien, o eso demostraba, la muerte de Kabuto, aun así toda esa semana había dormido solo, con la escusa de que necesitaba espacio, no fue algo que Sai sintiera como desprecio. Esa tarde llegaría su tía desde Rusia, se había sentido excitado de pensar en que en algún momento podría visitar la tan amada Rusia de su maestro.

En algún momento del día había terminado su libro, la vida y obra del Gran Alejandro Magno, ese era un hombre al cual enamorar, del cual enamorarse, rubio, apuesto, decidido, un ejemplar, pensándolo de una forma, si se había enamorado de Alejandro y Alejandro de él, se reacomodo en el enorme sillón, el clima estaba templado y el sol brillaba en la cúspide de su esplendor, por las sombras que se veían en el jardín trasero serian las dos de la tarde.

-          ¿Qué parte de la inmensidad azul estarás surcando mi Alejandro?- dijo en voz alta recordando la partida del rubio hacia tres días.

El viento salado golpeaba su rostro suavemente mientras Gaara lo abrazaba alejándolo del suelo, el cielo azul resplandecía y el calor del sol le causaba comezón en las mejillas. Toda la tripulación del rubio miraba con asombro la reacción del siempre serio y reservado segundo de Naruto. Sai se encontraba poco más lejos de un metro, y a su lado estaba Neji sin separarse del menor que se despedía del rubio.

-          Espero que tengan un buen viaje, mi padre mando esta carta, dijo que debes entregársela a vizconde Lafrugd en la mansión de Shangton, París- le decía tendiéndole la carta.

-          Entendido, hazme un favor y cuida a Sasuke ¿quieres?- le sonrió coqueto mientras tomaba la carta.

-          Es mi hermano claro que lo cuidare- dijo sonriente.

-          Tú cuídalos a los dos- dijo tendiéndole la mano a Neji, con quien aun tenía celos pero sin importar eso se habían vuelto amigos.

-          Ese es mi trabajo- dijo serio como siempre.

Sasuke se acerco a ellos junto con el pelirrojo, que a pesar de solo Neji no tener el conocimiento sobre la atracción ente él y Sai, no abrazo al menor como querría. Naruto vio como el azabache le decía algo a su amigo antes de acercarse.

-          Ayúdalo cuando subamos a la carrosa- esas fueron sus palabras, que el rojo supo llevaban algo oculto en ellas.

Naruto no era tan reservado como Gaara, no, el tomo a Sasuke por la cintura ciñéndolo hacia sí. A pesar de lo sucedido hacia poco Sasuke seguía negando el compromiso, o llamar a su extraña relación noviazgo.

-          Extráñame ho gran príncipe- le dijo sonriente, mientras juntaba sus frentes, era una suerte que Sasuke fue más bajo que él, de esa forma podía ver mejor sus hermosos ojos.

-          Extráñame más- le respondió abrazándolo por el cuello.

-          Esperare la noche para escucharte cantar- le susurro dulce.

-          Cupido me ha flechado – respondió soltándose de su Naruto.

-          La riqueza me da igual-  dijo soltándolo.

Se alejaron hasta la carrosa, Neji ayudo a Sasuke a subir a la carrosa pero, antes de ayudar a Sai sintió como la pálida mano del doncel de kimono monocromático con cigüeñas en él lo jalaba al interior de la carrosa. Gaara tomo la mano de Sai para ayudarlo, sintió como la mano del doncel se movía hasta sujetarlo de la muñeca, soltándolo rápidamente y regalándole una sonrisa, antes de cerrar la puertezuela se despidió con un susurrado “buen viaje”.

Volvió a la realidad cuando la puerta de su habitación sonó, sin voltearse le indico que pasara al hombre que llamaba,  la esencia de Fugaku era distinta de la de su padre, Fugaku tenía una esencia dulce, firme pero dubitativa cuando se trataba de algo desconocido, el aroma a menta le llego cuando el hombre quedo a medio metro de él, se percato que la mayor diferencia entre él y su padre eran que en cuanto su padre entraba presentía el desafío de superación, mientras que con Fugaku era una calma suprema.

-          Me llego una carta de Alemania- titubeaba- tus hermanos y yo debemos viajar cuanto antes- se veía cohibido.

-          Entiendo- respondió sin mirarle- me quedare aquí y cuidare la fortaleza- volteo para dedicarle una sonrisa.

Sasuke comprendía  el porqué su persona no estaba incluida en el viaje a Alemania, seguramente tendrían que visitar a su suegra, tal vez y se le paso la mano al enfurecerse con esa mujer al punto de maldecirla, como le decía Karin.

-          ¿No te molesta tener que atender a tu tía tu solo?- inquirió el hombre divertido.

-          Soy un experto acecino, el príncipe del bajo mundo ¿te atreves a dudar de mi?- respondió entre risas.

-          Tu no la conoces, tampoco a tu prima, son… complicadas- dijo el hombre preocupado.

-          Cuéntame de ellas ¿cómo son sus personalidades?- pregunto.

-          Los rusos son extrovertidos, siempre llamando la atención, tu tía es realmente imponente y aterradora cuando quiere, tu prima es… bueno tiene un llamativo foro interno-

-          ¿Cuándo parten?- pregunto, inclinando la cabeza.

-          En cuanto Sai termine de empacar- de pronto se escucho la puerta.

-          Sasuke ¿iras verdad?- pregunto esperanzado.

-          No Sai… sería raro para tu familia ver al hijo bastardo de tu padre- el rostro del menor mostro decepción.

-          Pero Alemania es hermosa, tiene prados infinitos y la gente es tan hermosa- aunque lo intentase no conseguiría convencer a Sasuke.

-          Entonces deberás casarte con un alemán para que te vaya a visitar- dicho comentario hiso sonrojar a Sai.

-          Por favor yo no quiero casarme con un alemán- se jacto- prefiero casarme con…- no completo la idea.

-          ¿con que tipo de hombre se quiere casar mi bebe?- pregunto horrorizado el hombre.

-          Pelirrojo – dijo Sasuke antes de salir corriendo del lugar para ser perseguido.

Eran las cinco de la tarde cuando su padre y hermanos se marcharon, Sai había prometido traerle muchos regalos. Se preocupo por el rosto de Itachi, parecía consternado como si le temiera a lo que podría encontrar allí, viajarían con Minato quien amablemente le permitió a Azuma, por no decir ordeno, que se quedara en caso de que Sasuke necesitara ayuda.

Se encontraba mirando por el balcón del pasillo de la parte delantera de la casa. Cuando lo vio correr, cabello castaño, metro sesenta, se sorprendió de sobre manera cuando dicho sujeto entro en su casa vio como varios oficiales seguían de largo, corrió lo más rápido que pudo cuando escucho el grito de la señora Chiyo y Mariane en la planta baja.

Se veía a la pobre mujer aterrada que había soltado la bajilla de golpe y por eso todo su rededor estaba cubierto de piezas cortantes de porcelana, el joven doncel tenía a la pechugona chica por el cabello castaño amenazada por un cuchillo al cuello. El joven se estremeció al sentir contra si el filo de una hoja cortante en su nuca.

-          Suéltala ahora- sonó la voz, aterradora.

-          ¡Aléjate o la matare!-  grito el doncel.

-          Hazlo, no me interesa, si eso hace que la sueltes- el rostro de la chica se petrifico.

El doncel volteo a verlo con sorpresa, tenia cierto brillo en los ojos, escepticismo quizás. Sasuke sonrió con autosuficiencia cuando tomo por sorpresa al doncel atándole las manos con el cordel de la cortina de la cocina. Sentó al joven en el piso, para así poder ayudar a las dos mujeres, se disculpo notablemente con la joven que no dejaba de llorar, pero esa era la única forma de que el doncel la soltara. La señora Chiyo se llevo a la joven a otra habitación para calmarla con la ayuda de otras sirvientas y sirvientes.

-          ¡Eres un idiota!- le grito Sasuke- ¿Cómo te atreves a irrumpir en mi casa y amenazar a mi gente?- vocifero indignado.

El joven se veía asustado, no era para menos la imagen de Sasuke en ese kimono blanco con imágenes de llamas ardiendo, su rostro desfigurado por la furia que sentía. Luego de unas horas en la que el azabache literalmente interrogo al joven descubrió varias cosas, como que era huérfano, que su casa era un callejón, que no estaba descalzo para no hacer ruido al robar, que a pesar de tener “profesiones” similares él había tenido suerte, le enseñaron a matar y robar como profesión, le dejaron elegir y pudo no hacerlo, y este chico enfrente de él solo tenía dos opciones prostituto o ladrón. La frase desgarradora quemaba sus oídos, su voz quebrada por el dolor y soledad

-          TU NO SABES NADA- sus ojos rojos por las lagrima y los jadeos por tratar de recuperar el aire- ME JUSGAS BASTARDO RICO- la mirada que Sasuke veía era devastadora- ES MATAR O MORIR EN EL MUNDO REAL-

Tomo una decisión tal vez este castaño no tubo elección, pero el ahora lo dejaba elegir, irse y seguir así o quedarse y cambiar. Fugaku querría matarlo por eso, después de todo aceptar aun ladrón en casa, luego pensó que si habían acepado un acecino un ladrón no sería problema. Sasuke le explico a la señora Chiyo como serian las ocupaciones del  chico, ayudarla en todo lo que necesitase, sin excepción. Mariane por su parte estaba aterrada por tener al chico en casa, se lo hiso saber al señor de la casa, lamentablemente eso no le ayudo a conseguir otra cosa que las palabras serias, y dulces a la vez, de Sasuke

-          Nos condena la sociedad por la cuna que tenemos, nos respetan por la misma, si no tienes cuna no vales nada-

Mariane se sorprendió por eso, el joven amo tenía razón, como podía juzgar a alguien que no había tenido opción como ese joven, si bien tenía miedo, amablemente se ofreció enseñarle cosas sencillas pero útiles como leer, escribir, matemáticas todo lo que estuviera a su alcance.

Para la hora de la cena Sasuke estaba sentado en la mesada con un plato en el regazo, comiendo y hablando con los empleados, compartiendo historias, el pequeño doncel tendría unos diecisiete años, parecía avergonzado, ya que a pesar de haber ya todos conocidos los términos de su llegada mostraban una aceptación irracional, en su opinión.

De pronto se escucho como llamaron a la puerta principal de la mansión, antes de que cualquiera de los sirvientes pudiera atender al llamado ya había entrado una mujer poderosísima e imponerte, alta y rubia con prominentes atributos, tenía un vestido ceñido color verde, con un escote provocativo, su sonrisa era radiante, Sasuke se sorprendió en demasía esa mujer era la más bella del mundo, jamás había visto a su madre pero le hubiese gustado que cuando esta entrase a un lugar impusiese su personalidad de esa forma, a su lado había una joven con un extraño color de cabello, rosado, ese no era un color que le agradase demasiado pero aun así, tenía una cara suave, no tenía un cuerpo estrepitoso como la mujer pero sus ojos eran un detónate de adrenalina pura, atrás de las mujeres se encontraba un joven doncel era alto y tenía cara de cansancio, parecía completamente absorto en su ideas de quien sabe que, al lado de este había otro doncel, moreno más alto y con una cicatriz en la nariz ambos vestidos de negro.

-          ¡¡¡Sasuke!!!- exclamo la mujer antes de estrujarlo contra sus prominentes pechos.

-          A… air… aire- articulo suavemente.

-          Lo lamento pero cuando me contaron que estabas aquí me emocione mucho, ¡eres idéntico a tu madre!- por un momento todo se detuvo.

-          ¿Conoció a mi madre?- pregunto sorprendido.

-          Por supuesto cariño, pero hablaremos de eso después, destapa una buena botella que celebraremos este encuentro, muchachos entre el equipaje- un grupo de muchos hombres empezaron a entrar aproximadamente diez  baúles que parecían muy pesados.

Los empleados de la mansión Uchiha ya conocían a la estridente esposa del hermano de Fugaku, Madara, hija única del Zar de Rusia de quien se había enamorado perdidamente, tanto así de marcharse de su amada patria y separarse de su familia, convertirse en príncipe. Fue un golpe duro para la familia del Zar y la  familia Uchiha la muerte de Madara en un accidente en caballo, luego del cual dejo a una destrozada esposa y una hija de 10 años en un luto de tres años. Sasuke recordó el rostro del padre de sus hermanos al contar la trágica historia y se lleno de pesar por la radiante mujer.

Con los invitados en sus respectivas habitaciones, todos los hombres  se marcharon de regreso al barco, excepto por un grupo de seis hombres que parecían seguir la ordenes de un hombre que tenía la cara cubierta casi por completo exceptuado por uno de sus ojos, tenía un rostro a pesar de estar cubierto bastante dulce. Todos los hombres eran altos, podrían haber sido comparados con enormes roperos, todos uno más apuesto que otro, de haber estado Mariane en ese momento seguro se hubiera sonrojado como lo hiso la vez que abrió la puerta a los Namikase.

Su familia se encontraba sentada en el sillón rojo que hacia contraste con el blanco de las paredes y el piso.

-          Sasuke deja te presento, ella es tu prima Sakura- dijo señalando a la muchacha que tendría que tener su misma edad- ellos son nuestros donceles escoltas, Iruka y Shikamaru- hablo señalando primero a uno y luego al otro.

-          Es un placer- dijo, la señora Chiyo se encontraba a su lado sirviendo te a los invitados y Mariane colocaba más leña en la chimenea- ella es la señora Chiyo y ella Mariane mis amigas mas estimadas- hablo él, no tenía ni idea de que hablar con esas mujeres.

-          Primo creí que la carta de mi tío exageraba al hablar de que tenias una hermosura fuera de este mundo, pero veo que se quedo corto describiéndote- dijo la peli-rosado

-          Muchas gracias, eso es muy amable de tu parte- quiso devolver el cumplido pero escucho como se caía algo por la escaleras, por lo cual salió rápido.

La escena era entre cómica y vergonzosa, el pobre de Kiba estaba tumbado en el piso junto con unos de los guardaespaldas rusos rodeados de las sabanas y la canasta que cargaba el joven. El hombre creyó que sufriría una reprimenda de igual o mayor calibre que la vez que Sai reto a uno de sus compañeros la última visita, su sorpresa fue ver como Sasuke comenzaba a reírse a carcajada limpia de lo cómico de la situación, siendo acompañado por una carcajada igual de sonora por parte del joven castaño, y risa de parte de las otras personas que siguieron al azabache desde el salón. Más sorprendente fue ver al joven amo de la mansión comenzar a levantar junto con los sirvientes las sabanas caídas.

-          El es Kiba Tsunade el más reciente miembro de la casa- dijo presentando al joven doncel.

Esa noche las personas se fueron a dormir tranquilamente, Sasuke le había informado a Neji que el lunes no asistiría a la universidad por la visita recibida, también le había pedido que si los resultados de los exámenes ya estaban fuese luego de terminadas las clases. Luego recordó que esa noche tenía una cita.

Se acerco al enorme espejo miro sus rostro, decidió que debía cambiarse, tal vez Naruto no podría verlo pero eso no importaba. Se coloco su mejor kimono constaba de dos capas, la primera de una azul oscuro de magas ajustadas, de un largo considerable tanto que el suelo de baldosas crema tenía una considerable mancha de color azul, la capa que se colocaba sobre era del celeste mismo de los ojos de Naruto y al igual que los ojos del rubio tenia dibujos de olas embravecidas desde el obi negro hasta la cola del kimono, la capa superior tenia mangas largas y anchas.

Descalzo caminó por la casa muy silenciosamente, salió de la casa  en dirección a la fuente del patio trasero. No se percato de que los soldados rusos rondaban la casa para mantener segura a la familia real rusa, que fueron los que esta vez tuvieron la oportunidad de escuchar y ver la magia. Subió al borde de la fuente  empezando a dar vueltas alrededor, hasta que decidió meterse en el agua, el agua le llego hasta las rodillas, haciendo que el kimono flotase.

Frente al timón de un barco se encontraba el rubio, esa noche Naruto tomo el primer turno como las noches anteriores, lamentablemente las noches anteriores no había podido escuchar la voz de su amado, cosa que lo tenía completamente desesperado, otro desesperado era Gaara quien se encontraba recostado en su litera del camarote, mientras observaba el gemelo que había colocado ese día en el cuello de su camisa, para así tener más cerca a Sai, su sorpresa, al percatarse que el doncel le había colocado el gemelo en la camisa cuando lo ayudo a subir a la carrosa, fue demasiada se podría decir, ese pequeño adorno era suficiente para que su alma se regocijara.

El rubio se sorprendió cuando observo el océano y vio parado sobre el agua a Sasuke, le pareció irreal la silueta del doncel  parada sobre el agua vestido con ese hermoso kimono azul, mas irreal aun fue cuando una ola inmensa lo elevo sobre el barco para quedar sobre, a tan solo tres pasos de Naruto y un charco de agua salada.

-          ¿Esto es real o estoy en agua de sirenas?- pregunto casi con los ojos saliéndose de sus orbitas.

-          Idiota- dijo sonriendo de lado

-          Si es verdad- sonrió radiante- ¿Cómo lo lograste?- dijo acercándose.

-          Magia, le pedí a luna que me permitiera verte- Naruto lo tomo  por la cintura con una mano y con la otra mano tomo la del contrario.

-          ¿Bailamos?- pregunto.

-          No hay música- le contesto sin separarse.

-          Entonces canta- le susurro al oído.

Los soldados rusos estaban petrificados, por un momento pensaron que se ahogarían ya que todo a su alrededor se había convertido en agua, la luciérnagas comenzaban a asomarse iluminando a la pareja que tenían enfrente, una realmente sorprendente, verlos  era ver el día y noche. Sumamente maravilloso.

Bésame

  Y a destiempo… sin piedad y en silencio

Básame, frena el tiempo

Has crecer lo que siento…

Bésame, como si el mundo se acabara después

Bésame, y beso a beso pon el cielo al revés

Bésame sin razón, porque quiere el corazón

Bésame…

Los movimientos de la pareja eran perfecto, un ritmo más veloz que un vals, marcado por la melodiosa voz de Sasuke. Los hombres estaban fascinados la voz melodiosa del doncel, tan cautivados estaban que poco les importo la escena fuera completamente irreal.

Siénteme en el viento

Mientras yo, muero lento

Bésame, sin motivos

Y estaré siempre contigo…

Bésame, como si el mundo se acabara después…

Bésame y beso a beso pon el mundo al revés

Bésame sin razón porque quiere el corazón

Bésame…

La luna brillaba de una manera intensa sobre el barco, que la piel de Sasuke parecía de plata, que los cabellos de Naruto parecían de oro, el sentimiento que se transmitía era tan fuerte que el vigía que se encontraba en la proa tubo que voltear a ver al capitán quien bailaba con el ser más bello que había visto, incluso más que cualquiera de las otras mujeres y donceles que el capitán había tenido. Se había quedado sin aire.

Bésame

Bésame como si el mundo se acabara después

Bésame y beso a beso pon el mundo al revés

Bésame sin razón porque quiere el corazón

Bésame así sin compasión

Quédate en mí sin condición

Dame tan solo un motivo

Y me quedo yo…

Me quedo yo me quedo yo

Y me quedo yo…

Notas finales:

Espero que encontraran de su agrado el capitulo.

La canción que canta Sasuke  es Bésame de Camila

Se vienen las vacaciones de invierno asique voy  tener mas tiempo para escribir (dos semanas) estoy ansiosa tengo muchas ideas…


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