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Save The Last Dance For Me. por Killer Queen

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Notas del capitulo:

Regreso con nuevo fic, y decidí subirlo porque ayer cumplí años, no creía hacerlo, se iba a quedar guardado pero como también me graduaré, me basé en eso JAJA. ♥ 

No sé si es que tendrá lemon, sí es así, sucedería en el último capítulo, así que sí gustan lemon, digánmelo y lo agrego.

Cada capítulo estará basado en canciones y vendrán en <>.

Sólo quiero decir que este fic continuará sí es que alguna de ustedes le agrada. (:

Si tienen dudas, o no entienden alguna cosa, pueden decirmelo y les explico, espero les agrade, y lo disfruten.

 

Aquí la canción en la que me basé este capítulo.

< Puedo bajar la luz y cantarte canciones llenas de cosas tristes.. >

Pasos firmes golpean la fría madera del recinto, aquel peculiar olor invade sus fosas nasales, lo conocía.

< Podemos bailar un tango sólo para dos.. >

El anterior sonido se acelera, simulando una estampida, pero su corazón le juega una mala pasada, porque no es nada más ni nada menos que este mismo, golpeando a gritos en su pecho.

< Puedo darte serenatas y tocar las cuerdas de tu corazón gentilmente.. >

Cierra sus puños nervioso, observando dudoso el portón delante de él, luz de estrella se asoma sobre la fina tela de las cortinas perfectamente adornadas en combinación con el exquisito tono frambuesa de los muebles clásicos estilo 70's. 

< Ser tu Valentino, sólo para ti.. > 

Lentamente la puerta se abre y de esta se asoma aquella cabellera ónix que tanto añoraba.

< Cuando no estoy contigo, siempre pienso en ti.. > 

Su gentil caballero sonríe, y el menor de ambos se siente débil ante su presencia, este hombre tenía ese tipo de poder en él. 

< Cuando no esté contigo, piensa siempre en mi.. >

Ji Yong.. – Lo escucha pronunciar su nombre, y de un momento a otro siente lo dulce de su gruesa voz, susurrante, mientras se derrite en los fuertes brazos ajenos del mayor.

< Te amo.. >

Sus miradas se cruzan por primera vez en la noche y un ligero jadeo sale del borde de su boca, al sentir aquel apretón posesivo en su cintura. Los felinos labios de su primer gran amor se abren suavemente, deslizando entre estos las más deseadas palabras.

Te am.. –

Tic Toc Tic Toc Tic Toc..

El sonido de las manecillas del reloj retumba en su adormilada cabeza, los gritos y risas de la hambrienta muchedumbre no ayudan mucho, Ji Yong aprieta sus párpados antes de aceptar la realidad, estaba soñando una vez más. 

Kwon Ji Yong, joven artista de escasos 17 años, con un futuro brillante sí se sigue apasionando por alguna de las 7 bellas artes, menudo y rubio por naturaleza, apodado por su pequeño grupo de camaradas como Kwon leader por su fuerte personalidad, pintor y dibujante por excelencia, uno de los más jóvenes talentos de Asia. Amante de la pintura y de los buenos trazos, soñador y perfeccionista, algo que nadie se imaginaría de un ser tan callado. Amoroso, y algo retraído, pero demasiado abierto a nuevas mentes y personalidades, cuenta con una desaliñada vestimenta escasa de color, para pasar desapercibido ante las fuertes criticas de sus compañeros, se podría decir que es un chico prodigio, cuenta con uno de los 3 primeros lugares de aprovechamiento a nivel nacional, compitiendo directamente con sus dos inseparables camaradas, el futuro brillante de Corea según a oído, comentario que lo llena de vergüenza y pánico, para su desgracia sigue siendo un adolescente con ilusiones, un ser enamorado del mismo chico durante años, pero demasiado cobarde para enfrentarlo, todo un caso.

Con su mejilla aún recostada en el rojizo metal del tablero abre lentamente los ojos, sólo para observar como sus amigos de toda la vida se acercan lentamente a la misma mesa en la que se han sentado durante los últimos 2 años de escuela, en aquella esquina marcada para los popularmente llamados「inadaptados sociales」. Apodo que ni a él ni a sus camaradas les inmuta, con el paso del tiempo, es algo a lo que, sin querer, se han acostumbrado.

Levanta suavemente su palma saludando a los recién llegados, simulando una ligera sonrisa demasiado fingida para los demás, para su desgracia, estos le conocían perfectamente y ese rostro sólo significaba que Ji Yong estaba soñando no sólo dormido, si no que también despierto, con el mismo chico de siempre.

¿¡Otra vez él!? – Con dos charolas en mano, suelta su mejor amigo, su cómplice en buenas y malas y para su fortuna o desgracia, el ser que mejor le entendía en esta situación, ya que, el mismo también la experimentaba. 

La simulada sonrisa desaparece para que sus párpados se cierren pesadamente mientras se golpea delicadamente en el liso material de la mesa, levantando su dedo índice, mientras da gentiles movimientos de afirmación.

Sabes que no tengo nada en contra de eso, tu sabes, yo mismo lo experimento.. – Dice cortésmente, mientras coloca su pesado maletín lleno de interesantes tomos de diversas leyes de distintos años en uno de los lugares vacíos de su lado, Dong era un apasionado a las leyes, soñaba con ayudar y defender seres indefensos con todo el peso de la ley, tenía una mente cuadrada, adoraba seguir un camino y le incomodaban las cosas sin sentido y orden, su vida era demasiado monótona porque el así lo deseaba, su formal vestimenta parecía la de un juez recién salido de corte y sus enormes anteojos estratégicamente elegidos para cubrir casi por completo su delgado y bastante masculino rostro, al contraste con su llamativo mohicano, introvertido desde su nacimiento, pero aún así un ser demasiado pacífico y alegre en su pequeño grupo de amistades, conocido también como Sol o Taeyang, por su característica sonrisa, pensaba que todo en este mundo debía tener una razón específica y sí no la encontraba se encerraba hasta comprenderla, en diferencia, el ser que más ama en toda la faz de la tierra era todo aquello distinto a él.

Pero sí sigues así, ¡Un día de estos te descubrirán! – Susurra mientras se agacha lo más rápido posible a colocar el mensaje en uno de los oídos de su colega. - Y sí eso ocurre, ¡Seguramente a mi también lo harán! – Posa su mirada en todo el sitio, observando de la manera más obvia a cada ángulo de la cafetería.

Ji Yong levanta su frente lo más alto posible, dejando al descubierto sus tiernamente rosados pómulos a causa de los comentarios de su mejor amigo.

¿¡Ya es hora!? ¿¡Ya están aquí!? – Dice apuradamente, tratando de acomodar con ambas palmas su alborotada melena rubia, Young Bae acomoda sus gafas nervioso, volteando discretamente a la entrada del concurrido lugar.

Aún no es hora, faltan exactamente 50 segundos para que pasen por esas puertas. – Suelta por primera vez la hasta ahora ignorada tercera figura masculina de la mesa, tan absortos estaban en sus juveniles acciones que habían olvidado por completo al único cuerdo de su rincón.

Dios Daesung, eres eternamente atento, no sé que sería de nosotros sin ti, pequeño ángel. – Ji Yong dice cálidamente, mientras apresura su paso a acomodar su desaliñada corbata color caoba, el mayor del trío saca un suave pañuelo de uno de sus bolsillos, rozándolo lentamente sobre su sudorosa frente nerviosa, Kang ríe dulcemente, mientras se cubre con uno de sus tantos ejemplares de Psicología infantil, le apasionaban de fuerte manera todo lo relacionado con el tema, y desde muy joven había tenido claro que su vocación sería ayudar a los más pequeños con dicha carrera, amaba a los infantes, y adoraba comprender las quejumbrosas mentes de sus camaradas, su ropaje casual pasaba desapercibido ante la atenta mirada de los demás, a pesar que debajo de aquellas prendas sin marca alguna se escondía un perfecto y saludable cuerpo, era un atento escuchador, y daba los mejores consejos que alguien se podría imaginar, su característica sonrisa iluminaba el camino de sus perdidos amigos, por algo el sobrenombre de ángel, y vaya que de verdad lo era. 

¡Tomen aire, tomen aire! – Grita Daesung desesperado, observando atentamente el reloj de mano de tono menta que adorna tiernamente su muñeca, contrastando en el acto con su aleatoria vestimenta en tonalidad tierra. - Están aquí en.. - Voltea de reojo y observa a sus compañeros, nerviosos y expectantes hacia la pasarela de hermosos rostros que estaban apunto de entrar al recinto de mortales, estos bellos seres eran mejor conocidos como Nutang boys, el exclusivo club de atletas, escultores y modelos de la educación media superior, aún que sinceramente aún que todas esas perfectas caras eran admirables, había dos en particular que eran los que hacían que el corazón de ambos mayores galoparán en conjunto.

3.. 2.. 1.. – Y uno de los portones verde oliva es sostenido por una caballerosa mano, muchísimo más grande que la del ser que siempre se abría paso a esa hora exacta del nuevo día, ¿Quien será ahora? Piensa Young Bae, sintiendo que poco a poco la sangre en su cuerpo entra en un punto de ebullición que no cree posible, y de forma casi sistemática, siente sus nudillos pálidos a causa de aquel cierre tan potente, formando puños del coraje que experimentaba, pero todo esto pasa cuando como todos los días, se observa aquella desaliñada cabellera haciendo una ligera reverencia al ser que sostenía la pesada puerta, era nada más y nada menos que el corredor del equipo de fútbol americano, con su tierna sonrisa inocente y para fortuna del "abogado" abiertamente homosexual, disfrutando de la atención de dibujantes, músicos e inclusive también deportistas que buscaban ganarse su corazón con hermosas obras, perfectas melodías o impresionantes jugadas que derretirían a más de uno, pero todos subestimaban al pequeño Lee, a pesar de su joven edad y su pasión hacía dicho deporte, era un entendido en la literatura clásica, adoraba el romanticismo sobre todas las cosas, su pecho se llenaba de orgullo al reconocer melodramáticos poemas de la Edad Media, y aún así, aún que se volviera un profesional con dicho deporte que veneraba a la par con las letras, sabía que la literatura era su vocación perfecta, el mismo se consideraba un romántico empedernido, ya que en su mente y corazón estaban por lejos, llenos de mejores detalles de los que había recibido, no pedía más, sólo lo que merecía.

¡Muchas gracias! – Suelta animado, mientras le dedica una inocente risilla nerviosa al enorme jugador de baloncesto que sostiene la entrada, este sólo logra ver destellos a su alrededor, sonriendo y flotando detrás del pequeño corredor, miles de chicos detallistas van detrás del más joven, buscando su dosis de ternura diaria, con sólo una sonrisa de Seung Ri, era suficiente para sentir fuerzas y continuar con su día a día.

¡Buen día Dara noona! – Dice tomando uno de los postres que reposaban en el tablero de la cafetería, llevando en el acto una cucharada de dicho dulce entre sus labios.

Miles de nuevas miradas penetrantes se apoderan de el, su personalidad hiperactiva y humilde sorprendían a todo el que se cruzaba en su camino, Dong amaba eso de él, Seung Ri era aquella peculiar flor sobreviviente entre la oscuridad del pantano, una libre ave volando entre los suaves susurros del viento, inclusive una espectral alma seductora, que te envolvía con un sólo vistazo y Young Bae, el se consideraba un caso perdido, era un árbol o inclusive una roca, tan recto e inferior hacia tan magnífico ser.

Buen día pequeño Ri, ¿Cómo ha estado tu día? – Suelta dulcemente la cocinera del colegio, conocía perfectamente al menor, y adoraba su manera de ser, tan independiente.

Perfecto noona, gracias por preguntar. – Pronuncia mientras que con sus rosados labios sostiene aquel utensilio de cocina. - ¿Cuánto será? – Rebusca en su ajustado pantalón cobalto, y mil más se ofrecen a pagar su cuenta, Lee sonríe, agradeciendo a todo ser que se propone a liquidar su deuda. – No se preocupen chicos, hoy pago yo. – Y emite esa clase de sonrisa especial, aquella que regalaba en raras ocasiones, los jóvenes a su alrededor se derriten ante dicho acto, no se sentían dignos de contemplar aquel despampanante gesto.

Ji Yong sostiene a su camarada, dedicándole una sonrisa simpatizante, Young Bae se sostiene del borde de la mesa, bajando su mirada avergonzada, sus gafas bajan lentamente sobre el dorso de su nariz, su respiración se agita ante la fenomenal acción del chico de sus sueños, aquellos ojos castaños que se curvan al emitir dicho gesto, su infantil sonrisa al compas de sus elegantes movimientos lo hacen elevarse entre lo más alto del cielo, un jadeo más, siente que se desmayará, pero levanta su vista rápidamente, al oír su dulce voz resonar en el lugar nuevamente.

¿Has visto a Seung Hyu..? – Y antes de terminar de cuestionar a la encargada de los alimentos, es interrumpido por la risotada de un grupo de chicas que rodeaban al segundo ser que el trio de “antisociales” esperaba, Ji Yong abre sus ojos sorprendido, aquella vista era hermosa, casi perfecta sí aquel hombre no estuviera rodeado de las estúpidas mujerzuelas que sólo buscaban su atención.

¡Seung Hyun! – Grita el más pequeño, corriendo y dejando atrás a su séquito de seguidores, que al encontrarse con dicho hombre bajan sus miradas derrotados, alejándose lentamente de la zona, el gran T.O.P había llegado, y no había manera de competir con aquel chico.

Maknae. – Suelta tiernamente el recién llegado, desacomodando aún más la oscura cabellera de Lee, el menor sonríe satisfecho, a pesar de las celosas miradas, el mayor y el solamente compartían una especial amistad de años, cosa que la gran mayoría de la gente malinterpretaba al contemplar sus abiertas muestras de cariño. – No deberías comer ese tipo de cosas tan temprano. – Dice riendo un poco, y el aire del lugar se vuelve escaso ante la atenta mirada de mujeres y hombres que ruegan por su atención, pero Choi era un tipo distinto, a pesar de ser el Quarterback del equipo, se diferenciaba de la mayoría de sus compañeros por su personalidad tan sincera y calmada, hasta se podría decir tímida, Ji Yong lo había observado por años, sabía que el era un hombre sencillo, que adoraba la actuación y pinturas del más abstracto estilo, sus profundas pupilas eran demasiado calculadoras, y podía contemplar la belleza desde las cosas más inexactas hasta las más simples, un critico constructivo que definía rápidamente no sólo los objetos, sí no también a las personas y esto no difería de su vida amorosa, por algo era tan difícil entrar en su corazón, su actitud de líder no era para nada arrogante, y buscaba ayudar y hacer el bien siempre que podía, su mente y alma estaban llenas de bondad, algo que hacía a Kwon suspirar.

Más de una vez lo había encontrado solitariamente vagando por los rincones más oscuros del sitio, aquel alejado de las súper estrellas del deporte y personajes populares del colegio, portando aquellos llamativos y enormes audífonos estilo 90’s que al menor tanto le encantaban, Ji Yong amaba observarlo, a pesar de toda la información que con el paso del tiempo había obtenido de él, era tan difícil descifrar a alguien tan claro, sus absorbentes iris color marrón se perdían ante los bocetos y pinturas que contemplaba silenciosamente del anónimo pintor más destacado del instituto, con su característica firma adornando cada rincón de las increíbles obras, “G-Dragon” resaltaban en estas. Su corazón palpitaba emocionado al contemplar aquella característica risilla que se le escapaba entre los labios al mayor al observar sus trabajos, ese era, el mejor premio que Kwon podía obtener. 

Lo siento. – Dice el menor de ambos tiernamente, causando más de una mirada rencorosa, la mayoría de las porristas que anteriormente acompañaban a Seung Hyun lo observan recelosas, abandonando el sitio al contemplar su increíble química, a excepción de una. 

Llámame T.O.P.. – Susurra sensualmente la líder del grupo directo al oído del mayor, Choi se sonroja en el acto, mientras la pelirroja sonríe y guiña un ojo a su dirección, dichosa de lograr su cometido. – Nos vemos Ri. – Suelta cálidamente al colega del amante de sus fantasías, Lee se despide emitiéndole una sonrisa simpatizante, mientras alza su mandíbula en aprobación. Mejor conocida como Bom, la mujer más popular y deseada del instituto que año tras año, lo proclamaba como suyo.

Ahora era Young Bae el que sostiene a su mejor amigo, evitando que huya a estrangular a su mayor rival. – La mataré.. – Murmura Ji Yong por lo bajo, tratando de zafarse del fuerte agarre de su camarada. 

Seung Hyun roza sus dedos entre su oscura cabellera, gesto que el joven artista conoce perfectamente, acto que el quarterback sólo hace en situaciones que lo dejan sin habla.

Dios, juro que la mataré.. – Toma aire el líder del trio, sintiendo como su corazón ruega por justicia, emitiendo imágenes directas a su cerebro, donde Ji Yong arranca mechón por mechón a aquella teñida ramera.  – Mantén la compostura bro. – Dice Young Bae tratando de relajar la situación, pero Kwon siente su pecho arder y sus nudillos tronar, al contemplar la nerviosa reacción en el semblante del hombre que lo hace suspirar.

Ha- Hasta luego.. – Suelta exaltado Seung Hyun, presintiendo como su ronca voz falla en el acto, mientras se despide con aquella mirada inquieta, y de la nada, el portón se abre nuevamente y parte del resto de sus camaradas entra en el recinto, el conocido cabecilla del club de teatro y modelaje Lee SooHyuk lo abraza por los hombros, Yang Seungho el diseñador de vestuario y estilista de todos los clubs viene detrás de él, haciendo ruidosas bromas junto con Peter Chun, el grandísimo conocedor de talentos y popular jugador de baseball, los recién llegados notan el semblante de su colega al instante y el bullicio y de más alborotos se hacen presentes, mientras saludan al menor del club, los pómulos de Choi se vuelven ligeramente rosados, dedicándole esa tímida sonrisa que sólo emitía a seres especiales.

¡LA MATARÉ TAEYANG! - Gruñe por lo alto Ji Yong, cerrando sus parpados del coraje que invade sus venas, importándole poco las atentas miradas que comienzan a captar su ataque de celos, mientras choca sus pálidas palmas en el tablero donde reposaban anteriormente sus alimentos, en el acto las bandejas llenas de comida caen directo al suelo, ocasionando un increíble ruido que termina de captar la atención de todo aquel que se había perdido de tan increíble rugido. 

¡Carajo! – Suelta Dong al sentir como su bebida energética mancha por completo su pantalón sastre, el menor del trío corre a recoger sus diversos textos manchados del marrón líquido que habitaba en su termo, Kwon siente sus mejillas arder al escuchar las carcajadas del recién llegado grupo y seguido de ellos, las de sus demás compañeros que comienzan a explotar en la zona, y lo siente, por primera vez en su vida, aquella profunda mirada se posa en su escuálido ser..

 

 

Young Bae se queda sin aire, al escuchar la ligera risilla del magnífico ser que siempre contempla, tan cerca de aquel rincón oscuro donde siempre se encontraba, se acomoda sus anteojos rápidamente y voltea ansioso ante algo que cree imposible. 

< Oh, déjame sentir el calor de tu amor.. > 

¿Necesitas ayuda? – Le ofrece Lee aquel pañuelo que siempre carga consigo en uno de sus bolsillos, ese adornado con hermosos pandas y naturaleza surrealista.

Dong pasa saliva nervioso y escéptico a lo que cree que su cerebro le hace ver, pensando que Seung Ri es nada más y nada menos que una alucinación más. 

< Después de todo, me gustaría que nos pusiéramos románticos.. >

¿Sol? - Una risa más y Young Bae se siente desfallecer, era real..

 

 

Ji Yong experimenta una brisa gélida invadiendo por completo su espina dorsal, y sufre un increíble temor de abrir sus ojos, pero algo lo incita a hacerlo y lo primero que logra observar son aquellas iris castañas curiosas por sus acciones, parpadea, incrédulo hacia lo absorbentes que son, y nuevamente le sostiene la mirada, sintiendo como en ese escaso momento, sólo eran ambos en aquel lugar. 

< Sólo llévame de vuelta hasta ti, eso estaría bien.. >

Seung Hyun sonríe, pero esta es una nueva sonrisa, una que jamás había visto en él.. 

 

 

< Todo está bien, tan sólo sostente fuerte..
Eso es porque soy un buen amante a la antigua.> 


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