Era de día y ya había amanecido, Hina-chan se alistaba para ir al colegio
-¡Rayos!- decía el, pues se le hacía tarde.
Hinata tomo su mochila y salió sin desayunar.
-¡Ya me voy mama!- tomo la perilla, abrió la puerta y salió.
Afuera hacia frio y el viento soplaba fuerte, el cabello castaño de Hinata serevolvía con cada briza de aire.
De repente Hinata se dio cuenta de que alguien lo seguía, volteo hacia atrás y…
-¡Hinata-kun- le grito el tipo y lo abrazo.
-¡¡S-suéltame Yoshio m-me estas asfixiando!!...
-Perdón, es que eres tan pequeño que pareces una linda chica.
Hinata se sonrojo y se cruzó de brazos.
-No te enojes, sabes que solo bromeo.
Hinata volvió a cruzarse de brazos y siguió caminando. Yoshio-sempai se puso a su lado y camino con el hacia el colegio.
Llegaron a su destino y se dirigieron a los estantes donde cambiaron de zapatos.
-¿Hina-kun sigues enojado conmigo?- le dijo Yoshio
-¡¿Y tú que crees?!- le respondió con tono sarcástico.
-¡Ya no te enojes!, de verdad que lo siento, por favor discúlpame.
Hinata sonrió y lo disculpo, pues él era un chico bastante alegre y no le gustaba ver a sus amigos tristes y menos a Yoshio-sempai que era su mejor amigo.
Pero aun con las disculpas de Hina-kun Yoshio se sentía culpable.
-¡Ya se!, te propongo algo.
-¿Cómo qué?- le dijo Hinata algo desconcertado.
-Para reparar lo sucedido mañana te invito a un restaurante que acaba de abrir.
-¡Eso no es necesario!, de verdad.
-No Hina-kun, eres mi mejor amigo y quiero recompensarte- le dijo tomándolo de las manos.
-E-está bien (?)… si tú quieres- le dijo con una sonrisa de lado y dudando.
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Pasaron las horas de clase (muy aburridas por cierto). Hinata termino cansado y Yoshio recargado de energía porque se la paso durmiendo todas las clases.
-Nos vemos Hina-kun- decía Yoshio moviendo la mano en forma de despedida.
Hina-kun devolvió el gesto mientras sonreía, los ojos le brillaban por el día de mañana, y no era por Yoshio-sempai sino que Hinata-kun deseaba probar los postres. Por cierto Hina-chan era adicto a todo lo dulce, amaba los postres y más los helados.
Hina-chan llego a casa y se puso a leer mientras comía un poco de helado en el sofá.
-¡¿Comiendo helado con este frio?!- le pregunto su madre alterada.
-Es que…se me antojo (?).
-¡Te vas a resfriar!- le grito su madre quitándole el helado de las manos y la cuchara de la boca.
-¡P-pero mama!- replico Hinata.
-¡Pero nada!, mejor vete a tu habitación.
Hinata subió las escaleras y encontró a Takoyaki (su gatita) acurrucada en su cama. Se sentó junto a ella y se puso a leerle el libro, ambos quedaron cansados y terminaron durmiendo.
Hinata termino acurrucado junto a Takoyaki abrazándola como a un peluche, las pestañas de Hinata eran muy largas –demasiado- y su boca había quedado entreabierta, sus labios eran pequeños y rosados, como los pétalos de una flor.
La madre de Hinata decidió ir a ver lo que hacía, entro a la habitación y al ver a estos dos durmiendo le causo tanta ternura que decidió tomarles una foto, al fin y al cabo… ¿Quién se iba a dar cuenta?
(…)