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Mi hermosa Luna por Shadow7845

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Notas del capitulo:

Gracias por sus comentarios, espero y les guste el capitulo

Bueno, se supone que esta historia tiene que comenzar con la típica alarma que indica que ya es hora de levantarse, ir a dejar a Claudia a la escuela, regresar a casa, ir a buscarla, regresar, cenar e irse a dormir, pero no, en estos momentos estoy en aprietos, acabo de entrar a mi “hogar” y se preguntaran ¿qué tiene eso de malo? Y yo les responderé lo siguiente; TODO, estoy en mi forma humana y acabo de entrar a casa de Claudia como si nada, ella y su madre me miran desconcertadas, una por no saber que madres hago yo ahí (Claudia) y la otra (su madre) que ya sabe mi pequeño secreto, por no saber qué hago ahí en mi forma humana, y dirán ¿qué pendejadas dices Karolina? y ¿cómo que su mamá ya sabe tu pequeño secreto?, bueno, les contare cuando fue que comenzó todo este desmadre.


Todo comenzó cuando la nación del fuego atacó… ok no, hace dos semanas y 6 días, para más específicamente, el miércoles a la mañana siguiente del último reporte. Todo era normal yo desperté en los brazos de mi futura novia, ella despertó, todo feliz, la fui a dejar, regresé a casa y dije, este es un hermoso día para limpiar la casa, yo como buena licántropo hice los deberes del hogar como agradecimiento a él buen trato que me dieron, estaba terminando de “barrer” la sala y es que en realidad está usando la escoba como guitarra ya que tenía el estéreo a todo volumen con la canción del mago de Oz (hasta que el cuerpo aguante) y yo bien feliz de la vida cuan de repente la puerta se abre y entra una señora asustada, temiendo que alguien se haya metido a su casa y le estuviere robando mientras escuchaba una canción, sí, era la madre de Claudia.


-¡¿Qué demonios está pasando aquí?!... y ¿tú quién eres?- La sangre se me helo, la música se paró de repente, como si también sintiera mi miedo, bajé la escoba y miré a la señora que estaba frente a mí.


-Soy Karolina…- Tenia dos opciones, salir corriendo o decirle la verdad a la señora y esta consistía en revelarle mi pequeño secreto, yo obviamente escogí la primera opción, estaba a punto de salir pateada de ahí pero la señora me detuvo del brazo.


-Un momento… esos ojos- señora invade mi espacio personal. –Ese color de cabello- Luna sálvame de esta y te prometo que no espiare a Claudia cuando se bañe.


-¿Nagi, eres tú?- Pero que demonios… ¿cómo es que esta señora me reconoció?, es bruja o que chingados, primero cuando me encontró debajo de la cama, adivinó mi genero entre otras cosas y ahora esto, mis respeto para ella.


-S-sí, soy yo señora- Incluso tartamudeo, esto es nuevo, siempre hablo firmemente.


-Pero cómo es esto posible, pensé que eras un perro-


-De hecho soy un lobo o más bien un licántropo-


-Un licántropo… ¿qué es eso?- No puedo creer que no sepa lo que es un licántropo.


-Es alguien que es lobo- Humano, pero no somos hombres lobo, siempre nos confunden, los licántropos tenemos una transformación completamente animal, mientras que los hombres lobos tienen un aspecto más parecido al de un humano, caminan en dos patas y sus garras casi son humanas, son una sub especie, algo así como un licántropo más humano, ya sabe cuándo un licántropo y un humano tienen un hijo, este nace hombre lobo, ¿Me entiende?- No sé por qué se lo explicaba como si hubieran más licántropos pero así me lo explicó Marcelo y pues, lo importante es que me entendió… eso creo.


-Ya entiendo- Lo dijo en un tono algo macabro, creo que le brillaron los ojos.


-Te propongo un trato Karolina o Nagi, como sea- Me hablaba calmadamente, daba mucho miedo.


-¿Qué clase de trato señora?- Mi voz sonaba algo insegura pero curiosa.


-El tarto es este, yo te mando a la escuela a la que asiste mi hija y la cuidas, no sé, hazte su amiga o algo y a cambio recibirás estudio gratis Y podrás seguir viviendo aquí, ¿qué dices?, ¿aceptas, si o no?- No me quedaba de otra más que aceptar su propuesta, además podre acercarme a mi amada en mi forma humana.


-Acepto su propuesta señora, estudiare con su hija y a cambio me podré quedar aquí-


-Perfecto, empezaras a estudiar la semana que viene- Eso es demasiado pronto. –Pero yo no tengo papeles ni nada de eso- De echo sigo con la misma ropa de hace unos años, lo curioso es que me queda perfecta.


-De eso me encargo yo, tú no te preocupes- Ella se fue a su habitación que está en la primera planta y yo salí a caminar… más bien a hacer tiempo en lo que mi dueña sale de aquella cárcel a la que llaman escuela.


Y así pasaron los días, con la misma rutina de siempre, me pregunto si Claudia no tiene vida social ya que luego de comer con su mamá se encierra en su habitación a estar de ociosa en la computadora y yo a su lado.


Cuando llegó lunes, la madre de mi princesa ya tenía todo listo, como en esa escuela no se llevan uniformes pues daba igual pero ella me consiguió una mochila de color negro con un pequeño lobo aullándole a una luna bordado, como si fuera un escudo, pero no tan grande, los libros no se ni de donde los sacó pero también me los consiguió, la verdad yo no necesitaba estudiar, Marcelo me inyectó una sustancia rara que hace que mi cerebro aprenda solo según mi edad y yo ya tenía los conocimientos de una persona joven de 17 años, pero todo por estar con mi amorcito… que cursi soy a veces o más bien pendeja.


Como ya sabrán lo que lleve en sima desaparece cuando me transformo así que antes de que Claudia despertara, yo me colgué la mochila en los hombros y regresé a mi forma animal, todo normal, la fui a dejar, me despedí y me “marché” de la escuela, y cuando doble la esquina chequé que no hubiera nadie y regresé a mi forma humana. Caminé tranquilamente hacia la escuela y pasé desapercibida hasta el salón que la madre de Claudia me había anotado en un papel, en la estrada del aula estaba un adulto, como de unos 25 años un poco feíto, es de una estatura normal, cabello negro y corto, de ojos comunes, supe al instante que ese era el maestro, me acerqué a él y le dije.


-Hola soy Karolina, la nueva estudiante-


-Hola, yo soy Gerardo, el maestro de cómputo y de hecho te estaba esperando, me informaron que vendrías, espera en el pasillo a que toquen el timbre y empiecen las clases para poder presentarte al grupo-


-Ok, yo aquí espero- Como me dijo, esperé hasta que tocaron el timbre que indicaba el inicio de la jornada, entraron todos, de hecho ni me notaron, hasta que el maestro me llamó, yo entre y me paré junto al maestro, era gracioso porque yo mido 1.82 y el maestro por ahí de 1.65 más o menos y pues ya se imaginaran.


-Esta es Karolina… ¿Cómo te apellidas?- me susurro, la verdad no recuerdo de mi verdadero apellido, esta es mi oportunidad de crear un apellido cool. – Mi apellido es Montesco- le susurre, la verdad creo que ese apellido es de algún personaje  de uno de los libros de Marcelo.


-cof cof, esta es Karolina Montesco, su nueva compañera, trátenla bien y sean amigables, hay un lugar disponible junto a la señorita Rivera- hay estaba el amor de mi vida, la niña de mis ojos, caminé asía el asiento que me había indicado el maestro y me senté, la mire de reojo y estaba hermosa (autora: como no sé sobre ropa ya que para mí todo es ropa, les dejo a su imaginación esta parte, solo les recuerdo que Claudia usa ropa femenina).


-Hola, soy Claudia Rivera, un gusto conocerte- ¡Me está hablando!


-Hola, soy Karolina Montesco y el gusto es todo mío- Mi voz salió así bien sexi y tranquila, agradezco esta parte de mí que cuando me pongo nerviosa como que me bloqueado y actuó relajada, ¡¡gracias mutación genética!!


-Si quieres a la hora de receso te muestro la escuela-


-Te lo agradecería mucho, ya que soy nueva- Le dedique una sonrisa y ella me la devolvió, luego puso atención a lo que el profesor explicaba, observé detenidamente a todos en el salón y SORPRESA, a quien creen que me encontré, sí, adivinaron a la amigas de Claudia, creo que la más pequeña se llamaba Octavia y la más alta se llamaba Dafne, a y también vi al coyote ese, las clases pasaron rápido, hasta que al fin llegó el medio tiempo, como lo prometió, ella me mostró la escuela, yo no prestaba atención a sus palabras, sino a su belleza, me traía cacheteando la banqueta, arrastrando la cobija y muchas otras cosas más, ¿qué si sentía las típicas mariposas en el estómago?, pues no, yo sentía un zoológico entero, luego de mostrarme la escuela me invitó a comer con ella y sus amigas, ya estábamos sentadas bajo un árbol y ellas sacaba sus almuerzos y yo solo miraba la nubes.


-¿No vas a comer nada Karolina?- Hay amor mío, me alegra que te preocupes por mí.


-No, no traje nada para comer, esperare hasta llegar a casa- Respondí calmadamente, sin despegar la vista del cielo.


-Entonces te comparto del mío, claro si tú quieres- Esas palabras produjeron un brinco en mi corazón, técnicamente eso es un beso indirecto, despegué mi vista del cielo y la mire, me recargue en mis codos para poder verla mejor ya que estaba frente a mí.


-¿De verdad no te molesta?, digo, después de todo llevamos unas pocas horas de conocernos- No jodas, desde cuando yo me preocupo de cuanto tenemos de conocernos, debe ser la mutación genética o yo que sé.


-No te hagas del rogar y acepta la comida de mi amiga- Estupida garrocha, aunque yo parezco un semáforo.


-Dafne, no le hables así, es obvio que siendo nueva, le dé un poco de pena- Gracias Octavia, tu siempre me apoyas.


-Vamos, mira abre la boquita- Me sonroje de golpe, Claudia me estaba dando de comer, ya puedo morir en paz… no, no puedo hasta besarla.


-Okay, gracias- Abrí mi boquita y ella colocó el trozo de pollo empanizado, yo lo mastique, y en mi rostro se dibujó una sonrisa.


-Muchas gracias Claudia- La verdad estaba muy agradecida ya que enserio me estaba muriendo de hambre.


-De nada- Claudia me compartió de su comida y ella me daba de comer en la boquita, tocaron el timbre anunciando el fin de la jornada, me despedí de ellas y a Claudia le di un beso en la mejilla antes de irme, se sonrojo un poco y yo solo le sonreí, camine hasta un sitio donde no hubiera nadie y me transformé en lobo, caminé asía la escuela y la acompañe a casa.


Una vez en casa, seguimos la rutina diaria, cuando ya estábamos en su habitación y ella me estaba haciendo piojito mientras leía un libro, creo que era el de Romeo y Julieta o algo así… ya me acordé de donde era el apellido.


-Adivina que Nagi, hoy entró una nueva alumna a la escuela, su nombre es Karolina Montesco… jajaja se apellida igual que Romeo- No me avía dado cuenta mi amor.


-Se nota que es una buena persona, es muy alta, apenas y le llego al pecho, me pregunto si es de aquí o de la ciudad del oeste, mmm se lo preguntaré mañana- No mi cielo, no me preguntes eso. Empecé a ponerme algo inquieta y ella lo notó.


-¿Qué tienes Nagi, ya tienes sueño?, pero apenas son las 9:30pm, pero creo que es mejor irse a dormir-


Me abrazó fuertemente, antes de irse a dormir, justo cuando me estaba quedando dormida escuché como alguien abría la puerta de la habitación, asomaron la cabeza, me levante de la cama con cuidado de no despertar a mi princesa y salí del cuarto ya que afuera la mamá de ella me estaba esperando, caminamos hasta su cuarto, serró la puerta con seguro y me violó… ok no, es broma no se crean, retomando mi relato, ella serró la puerta con seguro y se sentó en el borde de la cama, yo regresé a mi forma humana y me dijo.


-Te compré algo de ropa, está en aquella bolsa- señaló una bolsa blanca con el logo de una tienda que estaba en el tocador, era muy grande. – Y dime, ¿cómo te fue hoy?-


-Pues mejor de lo que esperaba, la verdad no hay nada de qué preocuparse con respecto a la seguridad de la señorita Claudia- me molesta hablar tan formalmente pero esa sería mi futura suegra, así que tenía que ganármela para que no se opusiera a nuestra relación, además con esta señora es mejor hacerle pleito desde un avión.


-Me alegra pero aun así seguirás llegando a la escuela, quiero reportes diarios y claro, que mantengas alejado a cualquier pretendiente- Eso no hace falta que me lo pida, yo borro del mapa a cualquier pendejo o pendeja que se quiera ligar a MI princesa.


-Como usted ordene señora- Hasta le brillan los ojos, esta estaba buena para ser comandante en el ejército o en su defecto rectora de una escuela religiosa.


-Ya te puedes retirar- Tomé la bolsa que contenía mi ropa, le di las buenas noches y salí de la habitación, antes de volver con Claudia, fui al baño del primer piso a checar la ropa, me sorprendió que fuera de mi estilo ya que digamos que no tengo gustos de adolescente quinceañera precisamente. La ropa era la siguiente: 4  pantalones de mezclilla, 4 camisetas manga larga, 3 de ellas con diseños de animes y 2 dos con diseños de bandas, además no podían faltar las camisetas de cuadros a juego con las anteriores prendas y claro mi favorita de todas, una sudadera parecida a la mía pero de color verde, la verdad era mucha ropa, aparte los tines (son esas calcetas cortitas, no sé cómo les llamen en sus países) blancos y unos converse rojos sangre y unos de color negro.


Luego de esconder la bolsa en el cuarto de música, ya que nunca nadie entra en esa zona de la casa, me fui a dormir. Así pasaron los días como espía-guardaespaldas-acosadora-enamorada de Claudia, debieron ver su reacción y la de sus dos amigas cuando les conté que venía de la ciudad del Sur, fue así como pokerface, luego me arrepentí porque me bombardearon con preguntas, que si como era, cómo sobrevivía, entre otras cosas, algunas las conteste otras les dije la verdad a medias y en otras simplemente les mentí.


Hasta que llegamos a el día de hoy, precisamente a la hora de la salida, las dos pinches semanas me las pasé mandándole indirectas, cosas así como, esa ropa te queda genial o despides un aroma relajan, me caes bien, asiéndole favores, cosas así y ella siempre en plan amistad, incluso estuve dos días pensando que ya estaba en la friend zone, luego Octavia me rescató diciéndome que notaba un brillo en los ojos de Claudia cuando hablaba con migo, eso fue como una soga que me sacaba de un agujero de depresión, bueno, a lo que importa, me estaba despidiendo de ella y luego me dijo.


-Karolina, sabias que te considero una de mis mejores amigas y quería decirte esto- amiga, creo que me deprimo, pero no, aún tengo esperanza, que no cunda el pánico.


-Claro, sabes que puedes confiar en mí- Dije de manera relajada.


-Creo que me he enamorado de un chico de segundo, se llama Samuel- … ¡¡¡QUE CUANDA EL PANICO!!! Me lleva la puta chingada, llevo dos pinches semanas en plan galán del siglo y ella me sale con que se enamora de un mocoso.


-… que genial Claudia y dime… ¿me podrías enseñar cuál es?- lo voy a destripar, va a quedar más feo que la verruga del director… si, el director tiene una verruga y no es cualquier verruga, es LA verruga.


-Creo que ya se fue, yo también ya me voy, Nagi se está tardando mucho- Voy a llorar, no la iré a dejar, tengo que reflexionar.


-Sí, yo me voy a mi casa- Tenía la voz algo quebrada, dudo mucho que lo note.


-Te ocurre algo, te noto rara- Me ocurre que el amor de mi vida se ha enamorado de un pendejo y yo aquí de masoquista.


-No, nada, creo que me va a dar gripe, adiós- Me despedí rápidamente, esta vez sin beso ni nada, estaba deprimida, mientras caminaba, sentía como las lágrimas rodaban por mi mejilla, caminé alrededor de hora y media, hasta que me tranquilice un poco, sin darme cuenta ya estaba frente a la puerta de “mi casa”, abrí la puerta y entré, cuando alcé la vista vi a Claudia y a su madre que me miraba sorprendidas. Y así es como llegamos al presente, yo con el corazón algo mal herido y con la madre de la causante de mi dolor mirándome enojada.


-…Karolina, qué haces aquí- Mierda, ahora como salgo de este apuro, tengo una idea, esto decidirá si puedo formar una cuartada, espero que su madre me siga la corriente.


 


Continuara…

Notas finales:

Gracias por leer, nos leemos pronto.


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