Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor efímero por Cherry uchiha 02

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 Hola soy Azu y este es mi primer fic o mejor dicho mi primer one-shot y es de Kuroko no Basket. Los personajes son propiedad de Tadatoshi Fujimaki yo solo los secuestre por un rato.

Espero que sea de su agrado. 

Amor efímero


 


1.- Perfecta Ilusión.


 


Luego de conversar unos minutos, la psicóloga me dijo que ya no era necesario que regrese, porque ya estoy curado.


—¿Estás segura que ya estoy curado? —pregunté un poco confundido.


— Ryōta, me dijiste que viniste para que te ayudara a olvidar a Taiga y eso es lo que he hecho, te aseguro que ya lo estas olvidando —me dijo seria—. Estoy segura que te has dado cuenta de que es poco probable que ustedes regresen, que él regrese.


Cuando escuché eso, solo le di las gracias y me despedí estrechándole la mano.


Antes de entrar a mi casa, le mandé un mensaje a Taiga:


<<“Ya terminé la terapia, ahora puedo asegurarte que ya estoy curado de ti.” >>


Cerré el celular y entre a mi casa. No respondió, pero vi que vio el mensaje.


Bueno, tampoco es como que me hayas respondido todos los otros mensajes que te he mandado. Ha pasado casi medio año desde que nos separamos de forma definitiva, pero aún sigo pensando en ti y créeme que no logro entender porque no has podido ni siquiera responderme ni un solo mensaje, aunque sea uno, al menos para preguntarme si estoy bien, para que te cerciores que todavía respiro.


La psicóloga puede decir que estoy “curado”, pero yo sé que no es así, ¿qué mierda sabe ella? Ella no estuvo cuando juraste amarme por toda la eternidad, ella no sabe nada de nosotros, nunca te ha visto. La idiota esa, no vio como llorabas aquel día que no paraba de llover, donde me dijiste que me amabas como nunca antes habías amado a alguien y que por todo ese amor que sentías por mí, tenías que dejarme, ya que lo único que nos hacíamos era daño y por supuesto, tampoco te escuchó decir aquel célebre: “No te preocupes amor, es solo un tiempo, esto terminará solucionándose…”


—No te preocupes amor, es solo un tiempo, esto terminará solucionándose —dijo tomando mis manos—. Si nos separamos, podremos entender que es lo que queremos y si es que en realidad nos extraña-…


—Amor, sé que podremos solucionar esto, esperaré el tiempo que sea necesario para salir adelante.


Y aún escucho el decirnos “amor”, como si fuera un eco en mi mente.


A veces, imagino que estas parado delante de mí y te digo todas las cosas que tengo guardadas en el fondo de mi corazón.


Todo es mi culpa, por supuesto que todo es mi culpa, si no fuera piloto, no tendría que estar viajando por todo el mundo, dejándolo solo por días o semanas. Yo sé que es por eso que me dejaste, pero tú también tuviste parte de culpa, no me preguntabas a qué hora llegaba o no me esperabas cuando regresaba de un viaje. Cuando estaba en casa, llegabas cuando ya estaba dormido, hacías el más mínimo ruido posible al desvestirte, te ponías el pijama, me dabas un beso en la frente y te dabas la vuelta para dormir. Ya no había salidas, ya no hacíamos el amor, pero igual te amaba con todo mí ser y te sigo amando. ¿Por qué no me dijiste que te sentías así?, ¿por qué no me dijiste que estabas triste? Pude hacer algo para solucionar tu tristeza, tu vacío… no lo entiendo.


Ese tipo de cosas pienso a diario, quizás sea porque te extraño y porque quiero volver a verte, volver a estar a tu lado.


El volver a vivir solo, ha sido muy solitario, han sido los días más tristes de mi vida, pero sé que por ahora no vas a volver y por eso tengo que empezar de nuevo. No te preocupes Taiga, te esperaré el tiempo que sea necesario.


 


~*~


 


Era fin de semana y estaba haciendo limpieza en casa. Estaba limpiando el cuarto de depósito, encontré varias fotos y videos de nuestras buenas épocas, esas épocas en las que éramos felices. Juré no volver a verlos, pero no me resistí. Fui a la sala, prendí mi laptop y me puse a verlos.


Se nos veía tan felices. Estoy viendo un video de cuando fuimos de vacaciones a Okinawa. El sol se estaba ocultando, era un atardecer hermoso. Tú, estabas grabando todo eso.


— ¡Taiga! —te grito —. ¡Ven, graba el atardecer!


Digo con una gran sonrisa, esa radiante sonrisa que tanto me dices que te gusta.


Tengo puesto un polo blanco y unos pantalones cortos color azul, tú llevas un polo sin mangas negro y un short plomo. 


— Ryōta, sonríe para la cámara. —Me enfocaste.


Te hago caso y sonrió para tu lente. Me alejo y voy a la orilla, estoy mojando mis pies. Retrocedes y me grabas con el ocaso de fondo.


—Te ves hermoso con los rayos del sol cayendo sobre ti —me dices con una sonrisa.


—Estas exagerando~.


—Sabes que no lo hago, eres hermoso.


—Jajaja, espero que cuando tenga 60 me digas lo mismo a pesar de que esté como una pasa. Nuestra juventud algún día se acabará.


—Tal vez, pero ¿sabes que no se va a acabar?


—¿Qué? —volteo a verlo.


—El amor que siento por ti, eso nunca se acabará, te lo aseguro.


Se puede ver cómo te acercas, en ese momento me besas y luego la pantalla de mi laptop se pone negra.


Lo que pasó luego de que apagaras la cámara, pasa en mi mente como si el video continuara.


Ropa mojada, arena, bebidas heladas y ambos siendo uno bajo la luna.


~*~


Termine de preparar mi desayuno, me alisté y salí rumbo al estudio fotográfico. La noche anterior mi representante me había llamado para que haga una campaña. En la secundaria trabajaba como modelo, hasta ahora lo hago de manera ocasional para distraerme un rato.


Llegue a dicho lugar y comenzaron con la sesión de fotos. Luego de una hora y media, tomamos un descanso, tomé mi celular y vi que tenía un mensaje, cuando lo abrí me di con una gran sorpresa, no lo esperaba.


<< “Hola, soy el que conociste cuando estabas fumando en el aeropuerto, al que le diste el resto de tu cajetilla. Me preguntaba si te apetece tomar un café un día de estos. Espero que puedas, pero si no puedes no hay problema. Espero que nos podamos llevarnos bien. Aomine Daiki” >>


¡Joder! no lo puedo creer, pensaba que era más probable que al llegar a casa, abriera la puerta y encuentre a un unicornio vomitando sangre rosa fosforescente, pero no un mensaje de él. O sea, espera que nos podamos llevar bien, esto es demasiado para mí. No espere mucho y le contesté.


<< “Hola. Disculpa por ser tan directo, pero ¿quién te dio mi número?” >>


Envié el mensaje y en menos de tres minutos me contestó.


<<“Para que veas que no hay imposibles. Cuando tengas ganar de tomar un café me avisas. Por cierto, Ryōta, me gusta tu nombre”. >>


No respondí ese mensaje. Me pregunto cómo es que consiguió mi número, ¿a quién se lo habrá pedido? Bueno, es policía, así que supongo que lo puede conseguir de esa forma… Creo.


~*~


Mi objetivo, es no volver a pensar en Taiga y estoy seguro que está funcionando. Genta, mi jefe, ha incrementado mis horas de vuelo, así que ya no tengo tiempo para pensar en el susodicho.


Ahora lo que estoy buscando, es que me guste alguien, por ejemplo, alguien como Aomine Daiki. Él es un policía antidroga en el aeropuerto de Narita. Creo que es muy guapo y cuando llego de volar, casi siempre lo veo. Desde que me envió ese mensaje, lo tomo más en cuenta.


Me estoy dando cuenta, que al desembarcar, estoy arreglándome para que no me vea sudoso u ojeroso por el vuelo. Sé que es muy probable que esté rondando por ahí y nos crucemos. Hasta ensayo frases estúpidas como: “¿Disculpa, me puedes decir la hora?” o luego de chocar de manera según yo accidental “Lo siento, ¿te lastimé?”, cuando me lo cruzo cualquier cosa es válida para poder hablarle.


No importa que él no sea mi tipo, lo que importa es que me quiete de la cabeza a Taiga.


Todavía recuerdo cuando lo conocí, fue antes de subir a mi siguiente vuelo. Había salido a fumarme un cigarro y de la nada apareció.


—¿Tienes otro? —me preguntó.


—¿Disculpa? —Señaló mi cigarro—. Sí, quédate con la cajetilla, tengo que irme.


—Hasta luego, ten un buen viaje.


—Gracias —le contesté y seguí mi camino.


Y esa fue nuestra gran conversación, no hubo un “Hola, ¿qué tal?” o un “¿Cómo te llamas?, lo único que hicimos fue conversar de un cigarro, bueno, si a eso se le puede llamar conversar. Luego lo vi un par de veces, pero no pasó nada más fuera de un saludo cordial. Siendo sincero, si no fuera por ese intercambio de palabras, jamás me hubiera dado cuenta de que existía. Pero desde ese día, Daiki, se me viene a la mente cada cierto tiempo, a veces cuando estoy fumando.


 


~*~


 


Taiga, ya casi son ocho meses desde que nos separamos y no has dado señales de vida. Ya no hablo de ti con nadie, ni con mis dos amigos más cercanos, Kurokocchi y Takaocchi y si es que de casualidad tocamos el tema, se vuelve peor que un debate político.


 


~*~


 


El quedar con Daiki, fue complicado. Quería verlo, pero nunca coincidíamos por culpa de los horarios. Cuando yo estaba en horas de vuelo, él estaba libre y cuando yo estaba libre, él tenía mucho trabajo.


Recuerdo que primero quedamos un martes, pero le tuve que cancelar ya que no llegaría a tiempo por culpa de una nevada en Akita. Luego quedamos un sábado, pero para mala suerte lo pusieron de turno todo el día, ya que atraparon a un contrabandista.


Así pasaron casi dos meses, entre dimes y diretes. Cierto viernes, quedamos en vernos en un café muy popular. Estaba muy nervioso, no tenía una “cita” desde que conocía a Taiga, hace ya más de cinco años.


Cuando entré, él estaba sentado en una de las mesas de al fondo, me acerqué e intercambiamos un típico saludo acompañado de algunas frases cliché. No sabía cómo comportarme, había perdido el toque.


Pedimos un café y comenzamos a hablar de cosas como: el clima, el tráfico, de nuestros trabajos y una que otra cosa trivial para ver que gustos en común teníamos.


De tanto hablar, me di cuenta que me sentía cómodo hablando con él. Estábamos conversando y de pronto nos quedamos en silencio. Se me acercó un poco.


—Eres hermoso —Me besó.


—Disculpa…


Me pare y me fui a casa.


 


~*~ 


 


Me reuní con mis amigos más cercanos, tenía que contarle lo que pasó con Daiki. Kurokocchi y Takaocchi, llegaron a mi casa con comida suficiente para un ejército.


Nos pusimos a ver una película y cuando terminamos fuimos a cenar, mientras comíamos, les conté todo, necesitaba que me aconsejen.


—Pero Kise-kun, porque lo dejaste —me preguntó Kurokocchi, sin creerlo.


—Sí, Ryō-chan, ¿acaso eres idiota? Esta era tu oportunidad para quitarte de la cabeza a Taiga, para que puedas mirar a otro.


— Kise-kun, escúchame —Kurokocchi hablo serio—, debería de salir con él de nuevo, tal vez pueda funcionar algo entre ustedes.


—Y si no funciona, al menos podrás tener sexo desenfrenado con ese morenazo, porque está ardiente, ¿a poco no quieres? Porque si yo fuera tú, hace rato lo llevaba a la cama.


—No, no quiero, mejor cambiemos de tema, ya no quiero hablar de eso.


Para cambiar de tema, ambos hablaron sobre sus relaciones. Kurokocchi, seguía con su perfecto novio Ogiwara y Takaocchi se reencontró con un compañero de secundaria y ahora están saliendo.


Cuando terminamos fuimos a dar un paseo por el centro comercial, de paso que compraba algunas cosas que necesitaba. 


 


~*~


 


Cierto día, me encontré con Himuro y Fukui, hace mucho tiempo que no los veía, así que quedamos para ir a tomar algo.


—¿Cómo has estado, Kise? —me preguntó Fukui.


—Como siempre, atareado con el trabajo, ¿y ustedes?


—También estamos bien —me contestó Himuro.


—Y… él… —No sabía si preguntar—. ¿Lo sigues viendo? ¿Está bien?


—Está bien, sigue igual.


—Me alegro por él. Supongo que debe de tener mucho trabajo, no hemos hablado desde hace meses.


—Imagino que si —Fukui, desvió la vista por un momento—, pero igual puedes llamarlo cuando quieras.


—No creo que sea buena idea que lo llames, Kise —Himuro lo interrumpió—, ya verás que él será el que termine por llamarte pronto.


—Me pregunto… ¿Cuándo será el día que se atreva a darme la cara de nuevo?


—A Taiga, le costó mucho tomar esa decisión —habló de nuevo Himuro.


—¿Crees que a mí no me costó dejarlo? Ahora yo soy el malo de la película.


—Kise, creo que estas malinterpretando las cosas, Himuro no quiso decir eso.


—No, ahora me escuchan —dije firme—. Acaso, él en todo este tiempo, creen que se dignó a mandarme aunque sea un maldito mensaje preguntando me si estaba bien o ya me había muerto de la pena, ni por todo los años que estuvimos juntos puede hacer eso, ¿acaso tan rápido se esfumó el amor que decía tenerme? —Himuro-san, me dijo que bajara la voz, que todos los comensales estaban viéndonos—. No me importa, que la gente se entere de lo hijo de puta que es Taiga y que creo fue una perfecta ilusión la relación que tuvimos todos estos años, que eso nunca fue amor.


—Kise, no dije eso, es solo… sabes, pienso que ustedes jamás se conocieron de verdad, tal vez fuiste egoísta y no pensaste en las necesidades de Taiga. Tú tenía tus dudas existenciales sobre convivir, querías que cada uno tenga su casa, que él a veces se quede en la tuya y tú a veces en la suya. —A Himuro, se le veía un poco molesto—. Tú sabes perfectamente que Taiga, es mi mejor amigo, yo sé muchas más cosas de él de las que tú sabias y sabrás. Yo sé que había veces en las que le decías “soy libre como el viento, así que no me digas que hacer”, nunca pensaste en las cosas que Taiga quería, como una familia que nunca le vas a poder dar.


—Él sabe perfectamente que yo no quiero tener una vida de cuento de hadas ni nada de eso y aun así el aceptó seguir conmigo, él lo sabía desde que nos conocimos.


—Quizás, él estaba tan enamorado de ti en ese momento, que no le importaba nada con tal de seguir contigo, como dices, su romance fue una perfecta ilusión para los dos.


—Himuro… —susurró Fukui.


—¿Qué es lo que tratas de decirme, Himuro-san? Habla claro.


—Nada, yo no tengo que decirte nada. Lo único que te diré, es que Taiga no fue sincero. Taiga, esperaba que lo ames con la misma intensidad que él te amaba. —Trate de hablar, pero Himuro, no me dejo—. Tú siempre le decías: “Haz lo que quieras, el que estemos no quiere decir que te estoy atando”, él sabía perfectamente que no te gustaban las ataduras, pero, ¿crees que a él le gustaba eso?


—Pero… Taiga nunca se quejó, acepto mi forma de relación.


—Eso ya no importa Kise, solo te diré una última cosa: Ama sin temores, no te pongas un caparazón, inténtalo. No le pintes el mundo color rosa a nadie, porque cuando el otro quiera dar un paso más en la relación, te vas a asustar y no te va a gustar lo que ves, la otra persona se sentirá mal y ahí las cosas se irán quebrando poco a poco. Eres difícil de manejar en una relación, no quieres que te aten, pero igual sigues atado a Taiga, olvídalo y busca a alguien a quien puedas amar sin arrepentimientos y que te corresponda con la misma intensidad, porque te aseguro que con Taiga, ya no hay vuelta atrás.


—¿De dónde te salió todo ese discurso? —le pregunte.


—Me salió de un lugar llamado “conversaciones de madrugada”


—Suficiente —Ambos miramos a Fukui que se había terminado de un solo golpe su copa—. No hablemos de romances, hablemos de cualquier otra cosa, acepto hasta política o religión.


—Me parece perfecto —le respondí con una sonrisa de lado.


 


~*~


 


Estaba en mi casa, echado en la cama y veía un programa de televisión. Estaba concentrado viendo un reportaje, pero mi concentración desapareció cuando escuché mi celular sonar, ese tonó lo reconocí de inmediato. Me quede pasmado al ver el nombre de Taiga en la pantalla.


—¿Ryōta~?, hola ¿cómo estás? 


No podía creer que sea él, era su voz.


—B-bien, ¿y tú cómo estás?


—También estoy bien. Escucha, necesito verte, quiero hablar contigo.


—Sí, claro, dime cuando —pregunté un poco nervioso, no esperaba eso.


—¿Puedes salir ahora?


—Sí, dime donde nos vemos y voy para allá.


—Donde siempre. Nos vemos en una hora.


Le confirmé y cortamos la llamada. Solté un gran suspiro, ni en mis sueños esperaba que me llamara, pero en el fondo de mi corazón, tenía una pequeña esperanza de verlo, de hablar con él de nuevo. Ha pasado casi un año desde la última vez que nos vimos, estoy nervioso. Me alisté lo más rápido que pude y fue a nuestro reencuentro.


Cuando llegué, ya estabas esperándome.


 —Te ves bien, como siempre, Ryōta~.


—Gracias, tú igual.


En la mesa había dos copas de vino tinto, uno para cada uno.


—Dime, ¿de que querías hablar?


—No sé por dónde comenzar…


—Tómate tu tiempo —le dije y di un sorbo del licor.


— Ryōta… —Suspiró—. El día en que te pedí un tiempo, fue porque sentí que ya no podía más con nuestra relación. —En ese momento supe que lo que estaba a punto de escuchar no me iba a gustar y me dolería—. Durante meses, no quería admitir lo que en un principio creí que era solo un simple capricho o una calentura del momento.


>> Escuche un montón de veces, de personas que fueron infieles a sus parejas, pero eran relaciones que no pasaban de dos o tres noches y luego, el amante desaparecía, pero… lo que me pasó, no terminó de esa manera, terminé enamorándome como nunca antes me había pasado. Pensaba todo el día en él, desde que despertaba hasta que volvía a casa, me estaba obsesionado con él. Me dijo que no pasaría nada entre nosotros, hasta que termine contigo —Él sonrió, una sonrisa que hasta el momento, nunca se la había visto—, deseaba estar con él,  pero no podía dejarte, no quería hacerte daño, pero eso fue peor, al final terminamos dañándonos, terminé lastimándote y eso era algo que no quería hacerte. Estaba irritado por no saber qué hacer, en ese momento fue que nuestras peleas comenzaron. No había día en que no me dijera: “Díselo a Ryōta, él entenderá, termina con esto de una vez”, quería que volvamos a ser los de antes y que eso quede como una aventura enterrada en el pasado, pero… te fui dejando de querer poco a poco, tus viajes y el que a veces tenga que quedarme en la oficina corrigiendo manuscritos, terminaron por matar la relación y cuando me di cuenta, ya no sentía lo mismo por ti, ya no te amaba. —Tenía ganas de llorar al escuchar todo eso—. Te dije para vernos, porque necesitaba decirte esto, pedirte perdón por todo el daño que te causé, por estos meses de angustia, al decirte que solo nos separaríamos un tiempo. Ryōta, con esta persona entendí que el amor es mucho más grande de lo que decíamos sentir el uno por el otro, enserio, perdóname por no haber tenido los huevos necesarios para decirte todo esto desde un principio, por hacerte vivir engañado estos casi dos años, pero es que aún no estaba listo para decirte que encontré a otra persona con la que siento que si me complemento, gracias a ti, ahora puedo decir que él es el amor de mi vida. Por último, para terminar con todo esto, quiero contarte que… voy a tener un hijo y te lo digo yo, porque no quiero que nadie más te lo cuente, quiero que lo escuches de mi propia boca. Gracias Ryōta, gracias por estar conmigo todos estos años, gracias por haber estado a mi lado cuando lo necesité, hemos pasamos muchas cosas juntos, que no voy a olvidar y de nuevo te pido perdón por mentirte, y engañarte de esta forma tan vil. Siempre te voy a querer, eres alguien muy importante para mí, eres alguien muy importante en mi vida, no lo olvides. Si en algún momento me necesitas, no dudes en buscarme, puedes contar conmigo para cualquier cosa. Espero que encuentres a alguien que te amé con locura y pueda darte todo el amor que mereces, date otra oportunidad, con alguien que lo merezca más que yo. —Se paró y me dio un beso en la frente—. Te amo, pero ya es momento de decir adiós a nuestra relación, lo siento.


Al terminar de escuchar todo eso, sentí que en cualquier momento me desvanecería, sentía un gran nudo en la garganta. En ese preciso instante me di cuenta de que tu amor por mí se acabó. Ya no hay vuelta atrás.


 


2.- No pienso volver a verte, cuídate.


 


Ya han pasado 8 meses desde que me reuní con Taiga. Desde que lo vi, no había hecho más que estar metido en los aviones recorriendo el mundo, es por eso que Kurokocchi y Takaocchi, estaban muy preocupado por mí, en ese tiempo casi no hablaba con ellos y que decir de vernos, ni una sola vez. Ambos fueron a mi casa y me convencieron de salir a tomar unas cuantas copas y acepte, porque las necesitaba, necesitaba desahogarme.


En el camino al bar, Takaocchi, nos comentó que terminó con su novio, aquel compañero de secundaria con el que se volvió a encontrar.


—… y me dijo: “me voy”, le respondí, que si eso era lo que quería, no lo iba a detener. Cuando volví del trabajo, dos días después de nuestra discusión, ya no estaban sus cosas, se llevó todas sus pertenencias.


—¿Te saludó por tu cumpleaños? —le pregunte.


—Sí y terminamos discutiendo, le dije que disfrute de su vida de soltero como yo lo hago.


—Típico de Takao-kun —dijo Kurokocchi.


Entramos a un bar, estuvimos tomando y riendo como cuando éramos unos adolescentes, recordando las cosas por las que pasamos en todos esos años.


Luego de casi cuatro horas de estar ahí, necesitaba ir a los servicios higiénicos. Cuando salí de los servicios y me dirigía al lugar donde estaban mis amigos, sentí que alguien me toco el hombro.


—¡Hey, Ryōta!


Cuando me di vuelta a ver quién era la persona que me tocó, me di con la sorpresa de encontrarme cara a cara con Daiki.


—Hace mucho que no te veía, ¿cómo has estado?


—Bien…


—¿Harás algo después?, ¿tienes planes? —insistió—. ¿Quieres que tomemos algo?


—Aceptaré tu propuesta de tomar algo, pero quedamos luego, he venido con amigos y no puedo dejarlos —sonreí.


—Está bien, tienes mi número, me llamas.


Se dio media vuelta y se fue por donde vino.


Mierda, hace meses que no veía a Daiki. No voy a mentir y decir que no he pensado en él de vez en cuando. Pienso en él desde el día en que lo deje solo porque me besó, pero me lo encontré luego de mucho tiempo, eso debe de significar algo.


—Kise-kun, pensé que te habías desaparecido al igual que Takao-kun.


—Pues casi, pero vine con ustedes y me voy con ustedes. Vamos a buscarlo, creo que es mejor irnos.


—Sí, vamos, es suficiente por hoy.


 


~*~


 


Desperté al sentir sus largos y musculosos brazos rodeando mi cintura, me tenía pegado a él. Su cuello expendía un olor muy agradable, me sentía tan relajado.


Se dio cuenta que estaba despertando, me dio un beso en los labio y me dio los buenos días, eso hizo que despertara por completo.


—Iré a bañarme —me dijo y se paró.


Entró a bañarse y escuché que puso música desde el celular. Ya me acostumbré a escucharlo cantar mientras se baña.


Salió de la ducha, desde la cama veía como se cambiaba, me gustaba verlo hacer eso. Cuando termina, se acerca y me da un largo beso.


—Tengo que irme, si no llegaré tarde —me dice, retrocede y escucho la puerta cerrarse.


Me di vuelta en la cama y sonreí al recordar lo que hicimos hace unas horas, no solo recordé lo de esa anoche, comienzo a recordar las anteriores.


Recuerdo cuando le conté a Takaocchi y Kurokocchi, que estaba saliendo con alguien, casi se caen de la silla, pensaban que estaba inventando todo eso para hacerles creer que ya no pienso en Taiga y así ya no me sigan hincando con el tema de que tengo que supéralo y buscar a otro.


Solo me creyeron cuando les mostré una foto con él y lo que terminó de convencerlos fue que justo me llegó un mensaje de Daiki, diciéndome: “¿Estás libre hoy?, ¿te parece si nos encontramos?”, con ese mensaje no dudaron de mi palabra. Ambos me felicitaron, estaban contentos de que por fin diera un paso, luego de tanto tiempo.


Daiki y yo, hemos salido muchas veces, al cine, restaurantes, parque de diversiones, hasta museos y librerías, a muchos lugares. No pensé que podría llevarme tan bien con él, a pesar de que a veces tengamos algunas discrepancias, me estoy divirtiendo mucho con él, la paso de maravilla cuando estoy a su lado.


 


~*~


 


No nos pudimos ver por casi dos semanas, por culpa de mi trabajo, así que se quedó todo el fin de semana en mi casa, nos habíamos extrañado.


Entré al cuarto con un pote de palomitas y dos bebidas, él estaba echado con la laptop en sus piernas, estaba buscando una película para ver.


—¿Encontraste algo? —Negó con la cabeza—. Te parece si vemos está.


Me acomode en la cama y le quite la laptop, para poner una de comedia que había encontrado en la mañana.


—¿Puedes poner otra? —Lo sentí un poco incomodó.


—¿Ya la viste?


—Por desgracia sí…


—¿Por qué dices, por desgracia? —pregunté curioso.


—Mi… ex la veía muy seguido, era su película favorita y cuando no tenía nada que hacer le gustaba verla —dijo sin darle mucha importancia.


—No es necesario que me lo cuentes, Daiki.


Le cambié de tema y le dije que veamos otra. Al final terminamos viendo una infantil.


Cuando terminó, apague la laptop y la puse en el suelo, me acurruqué junto a su cuerpo y lo abracé. Él agarró el control del televisor, lo prendió y se puso a ver un programa, yo estaba sin despegarme de su cuerpo.


—Ella se llama Satsuki.


Al escuchar el “Ella”, se me quitaron las ganas de escuchar algo referente a su antigua relación, no es que me incomodara, pero me jodió un poco al saber que era mujer.


—Daiki, ya te dije que no es necesario que me lo cuentes.


—Quiero contártelo, me contaste lo de Taiga, quiero que sapas más de mí.


—Enserio, no es necesario —dije viéndolo a los ojos.


—Satsuki, me parecía una mujer muy guapa, era mi tipo de mujer —a pesar de que le había dicho que no era necesario que me lo cuente, me lo contó—. Era inteligente, carismática y una buena chica, estaba loco por ella. Un año luego de conocernos, comenzamos una relación, desde ese día, nada fue lo mismo.


>>Cuando cumplimos dos años y medio, decidimos vivir juntos, las primeras semanas fueron color de rosa, pero de un día a otro, todo se volvió un infierno. No podía hacer nada, ni salir con mis amigos, si llegaba un pasada las ocho, se ponía a hacer un drama existencial, me gritaba, me decía que me odiaba, que era el peor hombre que ha conocido y me botaba de la casa, pero al día siguiente me llamaba llorando para pedirme que la perdone y me decía que no podía vivir sin mí. Viví 5 meses en esa montaña rusa de emociones, entre los “Te amo”, “Te odio”, “No quiero volver a verte, me das asco” y los “Regresa, te extraño” y yo como imbécil regresaba a ella, porque pensaba que moriría si no la tenía a mi lado. Trate de salir con alguien mientras estaba con ella, pero no podía. Ya teníamos tres años de relación, Satsuki estaba más calmada, no peleábamos, pero seguíamos arrastrando los problemas del pasado y caímos en la monotonía, lo que de manera inconsciente había deseado, se cumplió, terminamos. El enamorarme me cegó y no me daba cuenta de cuánto daño nos habíamos hecho, ni cuanto me dañó.


Terminó de hablar y soltó un gran suspiro. No le dije nada, solo lo miraba de manera fija. Daiki se acomodó mejor en la cama y tomó mi rostro entre sus manos, me besó y continuó hablando.


—Y… un día, me encontré con cierto rubio que estaba fumando un cigarrillo, intercambiamos un par de palabras y eso fue todo, desapareció de mi vista. —Sonreí al escucharlo decir eso—. No esperaba volver a sentir algo por alguien y menos tan pronto, pero lo hice. Luego, busque la forma de conseguir su número y lo invite a salir, juraba que no aceptaría, pero aceptó. Me quede embelesado con su belleza, su forma de hablar, sus hermosos ojos dorados y esa hermosa sonrisa que es más radiante y llena de energía que el sol, eso hizo que me enamorara de ese piloto.


Sus penetrantes ojos azules me miraban fijó. No aguanté más y lo besé.


 


~*~


 


Cuando no estábamos trabajando, nos quedábamos en la casa del otro por algunos días, pero luego de eso, cada uno por su lado, él por el suyo y yo por el mío. En lo único que estaba pensando es en saber si estaba de acuerdo en nuestra forma de “estar”, recién habíamos comenzado una relación y sabía que era demasiado pronto para convivir, pero no quería volver a pasar por la misma historia, otra vez.


—¿Daiki, te parece bien que nuestra relación se maneje de esta forma?


—¿De qué forma?


—Pues… sin planes a futuro, cada uno por su lado, sin darnos explicaciones.


—No ha pasado mucho tiempo desde que comenzamos a salir, así que si por ahora te parece muy apresurado, no tengo problema. No tengo ni una muda de ropa aquí, veamos como fluye.


En el fondo tenía el presentimiento de que esto no estaba yendo por buen camino. Me sentía inseguro desde que me contó lo de su ex. Tenía miedo que ella lo llamara y él vuelva como un perrito faldero. No quería que él se convierta en un Taiga.


 


~*~


 


Esa noche, Daiki no había venido a dormir, tenía turno nocturno en el trabajo. Aproveche en limpiar un poco y de paso hacer lavandería. Estaba separando la ropa que iba a meter en la segunda tanda a la lavadora y me encontré con un polo negro, sabía que no era mío.


Le mandé un mensaje.


“Perdón, Daiki, pero no podemos seguir con esto.”


 


~*~


 


No pensé volver a este lugar. Apenas pase por esa puerta, me puse a llorar como Magdalena. La psicóloga me dijo que me calme para poder dialogar sobre mi regreso a su consultorio.


— Ryōta, cuéntame desde el principio.


Me acomode bien y le comencé a contar todo lo que pase con Daiki y por supuesto, también le conté que Taiga volvió, y que su sombra aún estaba persiguiéndome y no me dejaba darme otra oportunidad, que tenía miedo que me vuelva a pasar lo mismo.


—¿Ryōta, estás dispuesto a dejar tu pasado atrás y darte una oportunidad con Daiki, sin miedos?


—Sí, es lo que más quiero. Quiero ser feliz, quiero amar —En ese momento recordé la conversación que tuve con Himuro-san aquel día. Eso hizo que me diera cuenta que nunca supe que era amar ni ser amado de verdad.


—Entonces comencemos una vez más. Relájate, cierra los ojos y saca todos los recuerdos dolorosos que tienes dentro.


Comencé a hablar, lo solté todo. Le dije cuando nos conocimos, la  primera vez que salimos y lo hicimos, nuestra primera película, la primera cena que tuvimos; las veces que fuimos a la playa, al campo, los viajes que hicimos, cuando me enfermé, cuando un amigo me leyó la suerte y me dijo que Taiga me sería infiel y me dejaría por otra persona. También recordé a mis ex´s, mi época en la escuela, traumas de niñez y muchas cosas más.


—Ahora dime, Ryōta ¿Cuándo te duele lo que te dijo Taiga la última vez que se vieron?


—Ya puedo recordar eso sin sentir el dolor de aquella vez.


—Anda y date una oportunidad para ser feliz. Por fin lo estas olvidando de verdad y todo es gracias a que ahora tienes a otra persona en la que pensar y por la que ya sientes algo.


 


~*~


 


No lo veía ni de casualidad en el aeropuerto fueron 27 días sin saber nada de él, pero me mandó un mensaje:


“Ryōta, que te parece si nos vemos. Creo que ya te he dejado pensar el tiempo suficiente, quiero saber qué es lo que te está pasando.”


No dude ni un segundo, acepte verlo. Quedamos dos días después de su mensaje.


Entre al lugar acordado y vi a Daiki, leyendo el periódico, aún tenía puesto su uniforme de policía, me gustaba como se le veía puesto.


Al principio estaba un poco incómodo, pero conforme pasaron los minutos me fui relajando y nos pusimos a conversar de las cosas que hicimos en el tiempo que no nos vimos.


Nos quedamos en silencio unos segundos, colocó su mano sobre la mía para llamar mi atención, levante la vista, su mirada era sería.


— Ryō, hace unos días Satsuki me llamó.


—¿Y…? —Quería llorar, había ido con la esperanza de que podamos retomar nuestra relación. En el fondo sabía que él también me haría lo mismo que Taiga.


—Me dijo que quería verme, que había cambiado y quería que nos diéramos otra oportunidad. Le dije que no —me dijo con seriedad.


—¿Por qué no aceptaste?


— Porque deje de sentir algo por ella hace mucho tiempo, ahora solo te quiero a ti Ryōta. Quiero que me des una verdadera oportunidad, que me abras tu corazón, te aseguro que yo no te hare lo mismo que Taiga y estoy seguro que tú no me harás lo mismo que Satsuki.


No podía apartar la vista de esos ojos azules que estaban frente a mí, sentía como las lágrimas comenzaron a recorrer por mis mejillas. 


 


~*~


 


Han pasado tres años desde que conocí a Daiki. Han sido unos tres años maravillosos, muchas cosas han cambiado.


Estaba caminando cerca de un distrito comercial, iba a encontrarme con Daiki, en uno de los locales del lugar. Estaba por entrar a la dulcería y me encontré con Himuro-san.


—Cuanto tiempo Kise, ¿cómo has estado?


No nos veíamos desde julio, para el cumpleaños de Fukui, él no quería hacer nada pero su pareja lo convenció para que se relajara invitando algunos amigos para celebrarlo.


—Sí, ha pasado tiempo, estoy bien, ¿tú como estas?


—Como siempre, ¿qué haces acá, es raro verte entrando a una tienda de dulces?


—No es malo romper la dieta de vez en cuando y me voy a encontrar con Daiki para volver juntos a casa.


—Me alegra ver que ahora estas bien. — Himuro-san sonrío.


—Ahora que te encuentro me gustaría pedirte algo.


—Dime, a ver si puedo ayudarte.


—Me podrías dar el número de Taiga. —Me mira descolocado por lo que le acabo de pedir.


—Oye, ahora estas bien, no creo que Daiki se meres-


—No, no es para lo que piensas, ya he superado a Taiga, no siento nada por él, es solo  que… tengo que decirle algo, es importante.


Himuro-san duda, pero al final me lo da.


—Espero que no cometas una estupidez.


—No, no lo haré. No tienes de que preocuparte Himuro-san, te aseguro que luego de que le diga lo que tengo que contarle, por fin se podrá poner punto final a lo que en un momento tuvimos. A pesar de que cada uno ya tenía una nueva vida, por mi parte sentía que había algo que todavía quería decirle, estuve esperando mucho tiempo para poder decirle esto.


Creo que Himuro-san entendió lo que quería decir porque me sonrió satisfecho.


—Bueno Ryōta, te dejo. Nos vemos.


También me despedí y se alejó. Entro al establecimiento y me siento en una de las mesas de al fondo.


Daiki, todavía no llega, así que aprovecho para escribirle a Taiga:


“A pesar de que vivíamos juntos, siempre te decía que no quería ataduras. A estas alturas creo que puedo decirte que fue porque en el fondo nunca me sentir muy comprometido con esa relación y por eso nunca quise dar un paso más serio. Esa vez me dijiste que te habías establecido y por el aprecio que te tuve y por la consideración que tuviste aquel día, quiero contarte que yo también me he establecido, aunque no lo creas forme una familia al igual que tú. Gracias por ayudarme a ver qué era lo que necesitaba en mi vida, pero no pienso volver a verte, así que cuídate. Kise Ryōta”.


Luego de enviar el mensaje, bloquee el número y lo elimine. Sentí la necesidad de decirle eso a Taiga, esa vez él me dijo que era feliz con la familia que ya había formado y sé que estará contento de que luego de tanto tiempo por fin pueda encontrar alguien que me hace feliz.


Sentí una mano sobre mi cabeza, levanté la vista y vi que era mi querido Daiki. Me alegra tanto el haberlo conocido, gracias a él ahora puedo entender el verdadero significado de amar a alguien y de amarse a sí mismo.

Notas finales:

Gracias por leer. Espero que dejen sus comentarios y sugerencias. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).