Me tocaba empacar mis cosas. Mi madre había decidido enviarme a casa de la abuela por un año escolar completo.
"Eres un irresponsable. ¿A dónde crees que llegarás si sigues así?, a ver si cambias tu forma de ser Park Chanyeol. Es muy desconsiderado de tu parte que estemos invirtiendo tanto en ti para que des tan pocos frutos..." Mi madre era la única que se escuchaba hablando en la estación de autobuses.
Llevaba media hora diciéndome lo me va a pasar una vez llegue allá y todo lo que tengo que hacer y todo lo que no y cómo debo tratar a la gente. No llevaría celular, tampoco mi laptop, apenas y llevaba mi ropa y los útiles escolares que necesitaría.
Adiós a la ciudad y todo a lo que ella pertenece. Adiós a mi habitación, mis amigos y las noches de desacato. Lo único que quería era que ese año pasara lo más rápido que pudiera. Después de tener tantos años siendo el mismo, ¿a esa edad pensaba mi madre enviarme a casa de mi abuela como si fuese un reformatorio? No veía en que podía cambiar, no es que fuera un delincuente. No lo era. Tener malas calificaciones en la escuela no era un delito, que supiera. Quedarme en mi habitación todo el día y salir en la noche con tus amigos tampoco lo era.
Los altavoces anunciaron la partida del autobús, sacándome de mis pensamientos.
"Entonces... te veo pronto, Chanyeol. Tu padre y yo iremos a visitarte de vez en cuando. Mantente tranquilo por favor." Antes de levantarme, me tomó de los hombros y besó mi frente rápidamente. "Cuídate, hijo." Asentí y me dirigí al autobús.
Al entrar, me senté en el asiento de la ventana, colocándome los audífonos de mi mp3 a alto volumen de inmediato, restándole importancia a cualquier persona que se sentara a mi lado; ya no había vuelta atrás, el transporte ya se había puesto en marcha, alejándose poco a poco de la ciudad.
Me desperté de golpe al escuchar los altavoces anunciar la llegada a la estación del pueblo. Miré mi reloj: 12:39 p.m. Habían pasado dos horas desde que salimos de la ciudad. Al llegar a la estación, esperé por la persona que mi abuela había enviado por mi. A las 12:50 p.m, la camioneta verde que esperaba apareció, un hombre se bajó de ella dirigiéndose a mi.
"¿Park Chanyeol?" me preguntó con una sonrisa. Asentí, quitándome los audífonos. "Mi nombres es Seung Jin, amigo de tu abuela, ella misma me ha enviado por ti." Hice una pequeña reverencia, seguida por la de él. Tomó mis maletas y caminamos hacia la camioneta.
"Adelántate y súbete." dijo mientras subía las maletas a la parte trasera. Hice lo que me dijo, tampoco me iba a quedar afuera, a broncearme con el Sol. En unos segundos ya nos dirigíamos a casa de mi abuela.
Las calles del pueblo estaban casi iguales desde la última vez que había fui hace como diez años, con lo que apenas recordaba de esas calles. La casa de mi abuela quedaba a dos esquinas del parque. También recuerdo que en la entrada había un cartel con el nombre de la familia, escrito por mi. Y me impresionó bastante que aún estuviese ahí, mi caligrafía de niño todavía estaba a la vista de todos.
Una vez llegamos, me bajé de la camioneta para encontrarme con mi abuela en la entrada de la casa. Cuand estuve frente a ella, me dio un pequeño abrazo el cual no correspondí.
"¿Cómo te va, Chanyeol?" preguntó ella, mientras entrabamos a la casa, quitándonos los zapatos. Todo estaba exactamente como lo había dejado la última vez: no había t.v., un teléfono de los viejos, una mesita de té muy sofisticada y una repisa llena de platos y tazas.
Mi abuela siempre ha sido una señora muy refinada y organizada, madre de mi madre al fin. Lástima que vivía en ese pequeño pueblo, si se hubiese ido a vivir con nosotros a la ciudad todo fuese diferente; En la sala de estar se encontraba un chico, me miró con una sonrisa en sus labios y se levantó del sofá.
"Chanyeol, seguro recuerdas a Byun Baekhyun." Él hizo una pequeña reverencia, yo solo asentí. "Solías jugar mucho con él cuando venías de la ciudad"
"Yeh..." murmuré indiferente.
"Él se encargará de acompañarte a la escuela y..."
"Abuela Hyo-Rin... no necesito a nadie."
"Insisto. Se supone que te enviaron hasta aquí para que cambies tu actitud, y no me tomaré esa tarea a la ligera. Baekhyun es la persona que contrasta perfectamente contigo, tiene muchas cualidades de las cuales podrías aprender."
Ya empezaba a compararme con otros. Odiaba eso. Yo soy yo, odiaba que me obligaran a tomar a alguien más como ejemplo. Yo soy Park Chanyeol, no tengo que ser como nadie más, por más bueno o malo que fuese.
"Yun-Ji, ya puedes poner la comida en la mesa." ella era la persona que le realizaba todos los deberes del hogar, ya que mi abuela estaba muy vieja y no podía hacer casi nada; los tres nos movimos a la mesa.
"Entonces, el lunes empiezas la escuela. Por favor, no quiero que hasta aquí lleguen quejas de los maestros, los conozco a todos y se que me reportarán sea lo que sea que hagas." Rodé los ojos.
Yun-Ji empezó a colocar los platos y la comida en la mesa. Todo olía increíblemente delicioso. En el momento en que terminó de colocar todo, invadí y empecé a comer. En esos días había estado comiendo poco, ni en la escuela y mucho menos en la casa. Había gastado mi mesada en ropa y en una patineta nueva. Además, cada vez que trataba de ir a la cocina, mi madre siempre andaba en los alrededores y de pronto empezaba a reprocharme sobre todo lo que hacía y empecé a crear una vida dentro de mi habitación.
"Estabas hambriento, Chanyeol-ssi" Comentó Baekhyun mientras trataba de no reír. Cuando lo hacía, en la esquina de sus ojos se formaban pequeñas arrugas. Lo hacían ver...
Mierda. Asentí muchas veces para despejar aquel pensamiento de mi cabeza. Seguí atiborrándome de comida; recordaba a Baekhyun, jugábamos juntos, es verdad. El chico había cambiado bastante, solo que no había crecido mucho en tamaño. No pude evitar sonreír.
"Eh? ¿Pasa algo?" preguntó mi abuela, mirándome de reojo por encima de sus gafas. Negué con la cabeza.
Aunque no lo veía desde aquella vez hace diez años, lo recordaba siempre. Me preguntaba cuando volvería al pueblo, pero con los años la idea de querer volver se fue difuminando hasta que había olvidado la razón por la cual quería. Volver a verlo fue reconfortante.
"Has comido bien. Luces tan delgado que no parece que comieras así." comentó Baekhyun mientras terminaba su último bocado.
"Más que todo, adoro comer." Estaba tan satisfecho que me costaba hablar. "Ha sido un placer volver a verte, Baekhyun-ssi." lo miré mientras me levantaba. Estoy seguro de que se había sonrojado. "Pero ahora mismo me gustaría recostarme en mi habitación ¿Abuela Hyo-Rin?" esperé su autorización
"Como mañana es domingo, puedes dormir todo lo que quieras en la mañana, pero en la tarde necesito que trabajes junto con Baekhyun en el mercado. Seria de gran ayuda para organizar las cosas del almacén, por tu altura y tu fuerza." puse los ojos en blanco mientras asentía y me dirigía a mi habitación asignada. Escuché un suspiro de parte de mi abuela.