Observar cada sonrisa, cada una de las facciones de ese rostro tan masculino y firme.
Observar esos labios sensuales y atrayente sin poder evitar quedar perdido en ese mundo tan fantástico y diferente que era él ¿es amor? No. No lo es.
¿Es amor conocer aquellos gestos tan peculiares y propios de él? Saber que la persona que tanto observaba se encontraba triste, cuando la alegría se apoderaba de él, el estrés o la preocupación lo atormentaban ¿es amor?... No, no lo es.
Llevarlo a perder la vida y recuperarla al mismo tiempo tan solo por un roce entre sus manos o sus cuerpos. Podría llamarse amor, pero no, no es amor.
Y aquellos juegos vistos como inocentes mimos ante millones de personas, observándolos y deduciendo que era parte del fanservice, debía de ser amor, pero no, no eran inocentes juegos planeados y mucho menos amor.
Cada una de sus travesuras y roces ligeros frente a cámara no eran tímidos, era algo que salía de lo profundo de ambos, de sus corazones… un anhelo que palpitaba con vida propia a cada instante ¿Tímidos? No, ellos no lo eran. Y como ninguno era tímido e inocente, tampoco podría si quiera considerar llamar amor a ese sentimiento que crecía cada vez más en él (a pesar de sus intentos por erradicarlo).
No podría llamarle amor.
Hacía de todo por suprimirlo y por el contrario pareciera que todo su esfuerzo ayudara al desarrollo de esa semillita; para desdicha y desconsuelo de él ya había comenzado a echar raíces en su vida. ¡No debía permitírselo! Esa semilla no debía haber aparecido, no debía de oprimirle el pecho, esa pequeña semillita de cerezo debió quedarse en un ‘te quiero’ no haber crecido queriendo convertirse en un ‘te amo’.
Esa semilla apareció en él como por arte de magia y así de rápido se estableció y comenzó a echar raíces obligándolo a buscar respuestas a preguntas que no pensó hacérselas justo ahora que lo conocía a él, cuando juraron millones de veces que el ‘amor’ no estaría presente en ese juego que vivían cada día, noche o madrugada.
Estúpidas y tormentosas preguntas que no lo dejaban tranquilo.
(…)
Camino lentamente por los pasillos de la NHMedia, hoy no tenía ganas de nada, todas esas preguntas lo habían atacado de golpe y se habían llevado con la duda e incertidumbre todas sus fuerzas sin noción del tiempo y el lugar, mucho menos de las actividades que le tocaba realizar hoy con el resto del grupo.
Avanzo uno, dos, tres pasos, cuatro y cayo sentado al piso. El golpe ayudo a reinstaurar un poco su lucidez. Él bebía alcohol como cualquier otra persona adulta o bueno como cualquier otra persona, sin embargo no había probado una solo gota de alcohol durante este mes y menos estando en horario de prácticas que era cuando más de su lucidez necesitaba, no estaba ebrio era obvio ¿entonces porque se sentía mareado? ¿A caso se habría drogado?
Elimino la absurda idea planteada, él no se drogaba, no, eso no era lo suyo. El no caería tan bajo. Tampoco la empresa se lo habría permitido, si así fuese el casohace tiempo que se hubiera quedado sin trabajo.
La misma pregunta salía a flote ¿porque se sentía mareado? No había tomado, nunca probaba drogas… ¿entonces? Se levanto del suelo como pudo tanteando por las paredes y apoyando su peso corporalen una pequeña silla del pasillo, para alivio suyo algo de fuerza le quedaba y agradeció inmensamente su resistencia ¡las benditas horas en el gimnasio! Era en este tipo de situaciones cuando agradecía matarse diariamente en el gimnasio.
Adoraba los músculos de sus brazos, sus abs, el físico que poseía en general, bueno no tanto sus mejillas algo gorditas para su gusto y a pesar de sus intentos por reducirlas no lo lograba ¿curioso no? Aunque no tenía nada que ver con el gimnasio recordó el detalle de la ‘semillita’.
Esta vez a excepción, agradecía la resistencia obtenida por el arduo trabajo en el gimnasio en lugar del atractivo físico logrado.
Sonrió nostálgico, recordando la vez que Soohyun le pregunto el porqué de preocuparse tanto en su cuerpo que así como estaba ya era atractivo ante sus ojos; que así le gustaba. Esto se lo había dicho a casi ya un año, la madrugada del 25 de noviembre; que aprovechando la celebración del cumpleaños de Kevin y la embriaguez en los demás miembros, decidieron poner en marcha los deseos carnales que tanto tormento les causaban y por primera vez se atrevieron a tocarse, se atrevió a palpar aquella piel que tanto placer y excitación le provocaba, a rozar cada una de esas recónditas partes inexploradas, aquella inesperada y eterna noche en que sus cuerpos se fundieron en uno solo.
Yeo Hoon Min extasiado a más no poder acepto sin mesura cada una de las condiciones que le planteo Soohyun, confiado en no enamorarse. Aquella madrugada, el líder le sugirió un acuerdo… un trato de satisfacción mutua.
Pero todas esas convicciones de mantener una relación solo de placer y satisfacción mutua le pareció exagerada incluso para sí mismo, aun así, acepto. Por la razón simple de quien se lo proponía era él, la persona más sexy y sensual que ha conocido, por ese cuerpo que le había atraído desde su ingreso a U-Kiss como un integrante más. Porque esa persona era Soohyun.
Y acostados sobre la cama que nunca creyó compartir con alguien más que para una siesta acepto, seguro de sí mismo, entre sus cuerpos llenos de sudor y placer creyó poder mantener la brecha entre la atracción y el amor.