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Sois mi vida por CWC

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa ^^

Quiero agradecerles por leer y comentar, me ponen muy muy feliz y me dan muchas ganas de actualizar :D

Espero que les guste <3

-Baek. Baekhyun, cariño- sentí el roce de sus templadas manos moviendo mi cuerpo delicadamente- mi vida tenemos que despertarnos- abrí los ojos con lentitud recibiendo un romántico beso de buenos días.

 

-Channie- solté con aegyo acurrucándome en las sábanas.

 

-Baekhyunnie- posó sus gustosos labios en mi hombro- tenemos que levantarnos, que hoy tenemos la revisión con el médico- asentí estirando los brazos.

 

-Voy a preparar el desayuno- se bajo de la cama- te quiero- dijo desde la puerta.

 

Escondí la cara debajo de la almohada cerrando momentáneamente los ojos. Tenía tanto sueño que me hubiera encantado poder quedarme unos minutos más allí tumbado.

 

-¡Baek! -me llamó a gritos desde la cocina.

 

-Voy -contesté saliendo de la cama arrastrando los pies por todo el camino.

 

Hice el corto trayecto del cuarto a la cocina con una inimaginable calma, en tanto que aprovechaba para frotarme la zona de los ojos, buscando la forma de despertarme por completo.

 

-Buenos días cariño- dijo con su preciosa sonrisa sacando su café caliente del microondas.

 

-Buenos días Channie- le besé en la mejilla antes de sentarme justo donde había colocado la taza con mi infusión.

 

-¿Qué tal has dormido?- preguntó dejando una caja de galletas encima de la mesa y sentándose a mi lado.

 

-Bien, aunque he estado pensando que podríamos dedicar el rato que pasamos esperando al doctor en la sala de espera, para ir viendo cómo vamos a pintar el cuarto de Haeyoung.

 

-Me parece muy buena idea, ¿Tienes ya algo en mente?.

 

-Sí, a ver que te parecen- sonreí ilusionado cogiendo un par de galletas- ¿Y tú? ¿Qué tal has dormido?.

 

-Genial- aumentó su sonrisa dándole pequeños, pero continuos, sorbos al café.

 

-¿Sabes ya lo que vamos a hacer esta tarde?- negó moviendo la cabeza- te iba a decir que avisáramos a los chicos pero se me acaba de ocurrir que mejor pasemos un ratito juntitos en casita, tú y yo.

 

-Vale, ya mañana quedamos con ellos- se levantó de su silla, me dedicó una dulce mirada de cariño acompañada de un rápido beso en los labios y dejó la taza en el fregadero.

 

-Channie no sabes las ganas que tengo de ir hoy a la revisión, estoy deseando contarle al doctor que nuestra pequeña ya da pataditas.

 

-Y yo, aunque espero que no te de muy fuerte, no quiero que te haga daño- hizo aegyo agachándose, pasando sus labios sobre mi barriga.

 

-No me hace daño, es una buena princesa- sonreí orgulloso levantándome de la silla con su ayuda.

 

-Así me gusta- nos abrazamos tiernamente mirándonos fijamente- cada día falta menos, el tiempo se pasa volando.

 

-Seis meses ya- entrelacé sus dedos con los míos juntando nuestras manos- si hace nada que nos conocimos en los últimos años de la universidad y nos pillábamos unas borracheras con los chicos.

 

-Que tiempos.

 

-Pareces un abuelo diciendo eso- me salió una pequeña risita.

 

-No seas malo con tu cariñito- protestó haciéndose el inocente consiguiendo que mi risa aumentara un poco más.

 

Ligeramente apoyados en el filo de la encimera dejamos que los minutos fueran pasando mientras que nuestros labios se juntaban salvajemente y nuestro cuerpo sentía el del otro de una forma suave y apasionada. Viajamos paso a paso de un extremo de la casa al otro, nos adentramos en el baño dando un fuerte portazo al abrir la puerta. La cantidad, el ritmo y la intensidad de nuestros besos se había incrementado llenándonos, a los dos, completamente de lujuria.

 

-Chanyeol- me mordí el labio inferior al notar sus manos recorriendo mi cuerpo, sin dejar de lado las pequeñas paradas que hacía en mis zonas más sensibles- ¿A qué … a qué hora tenemos la cita?.

 

-Uhm … a las once y media, creo- respondió sin dejar de mirar mi zona íntima.

 

-Perfecto- contesté con la misma rapidez con la que él reaccionó pasando su lengua por mi miembro- madre mía. Channie- apoyé mi cabeza en la pared- ¡Chanyeol!- grité su nombre al sentir completamente su boca en mi miembro.

 

Subió su mirada fijando sus ojos con los míos en tanto que seguía con los frenéticos movimientos. Llené la casa de gemidos descontrolados, y aunque me hubiera encantado escucharle a él también, Chanyeol no paró en ningún momento de sonreírme de una forma cada vez más notoria y pervertida.

 

Cuando estaba a punto de correrme en su boca me percaté de que su mano derecha imitaba el movimiento que hacia con su boca en mi miembro.

 

No tardamos mucho en corrernos los dos, Chanyeol en mi mano, y en parte de la mía, mientras que yo lo hice, separándole un par de segundos antes, fuera de su boca.

 

-Baek no me importaría tener un poco de tiempo por las mañanas para repetir esto- me besó velozmente antes de abrir el grifo de la ducha para poner el agua a la temperatura perfecta.

 

-A mi tampoco- me acaricié la barriga fijándome en lo grande que estaba ya.

 

Nos duchamos y nos vestimos en aproximadamente media hora, arreglamos la casa por encima y nos pusimos los abrigos en el corto trayecto que tardaba en bajar el ascensor.

 

Aunque en un principio habíamos pensado en ir andando para así disfrutar del radiante sol, en el momento en el que vimos la hora y el no tan perfecto tiempo que hacía, nos decantamos por coger un taxi que nos dejo en la puerta del hospital.

 

-Cariño he traído un papel y un bolígrafo para ir apuntando las ideas del cuarto de Haeyoung- dije nada más sentarnos en los incómodos asientos de la sala de espera.

 

-Empecemos- sonrió pegándose un poco más a mi lado.

 

-¿Qué habías pensado tú?.

 

-¿Qué te parece si ponemos dos colores diferentes?- propuso con entusiasmo.

 

-No se me había ocurrido, me encanta- le sonreí feliz apuntando lo que acababa de decir en el folio.

 

-¿Y tú? ¿Qué propones?.

 

-Va a ser complicado, nos va a costar pero me gustaría hacerle unos dibujos en la pared. Algo como unas nubes, algunas flores …

 

-Genial. ¿Y si pintamos un lado azul clarito, le ponemos las nubes, y el otro en color verde claro con amapolas rojas? - sus ojos brillaron con ilusión.

 

-Entonces necesitaremos pintura roja, verde claro, blanca, azul claro … - fui apuntando lo necesario en la lista junto con los materiales necesarios.

 

-Byun Baekhyun- nos llamó el doctor desde su consulta.

 

Doblé el papel de la misma forma en la que antes lo había sacado del bolsillo, lo guardé en el abrigo y nos encaminamos, cogidos de las manos, a la habitación de siempre.

 

-Buenos días- le saludamos, Chanyeol y yo, nada más entrar.

 

-Buenos días- se levantó de su silla con una sonrisa- ¿Qué tal estáis?.

 

-Muy bien- nos miramos entre los dos para, segundos después, mirar al médico- estábamos deseando venir, queríamos contarte las pequeñas apariciones que a hecho Haeyoung.

 

-¿Ya ha dado sus primeras pataditas?- asentimos con entusiasmo- ¿Y qué tal? ¿Has sentido alguna molestia?.

 

-No me duele nada, es más, me encantaría sentirla a todas horas.

 

-Fantástico- los tres tomamos asiento- ¿Y papi que tal lo lleva?- se interesó dedicándonos toda su atención.

 

-Encantado, me levanto y me duermo atontolado. Se nos va a caer la baba cuando nazca.

 

-Estoy cien por cien seguro que pasará eso- dijo con tono feliz- ¿Y en las comidas qué tal? ¿Sueles comer más o menos lo mismo y la misma cantidad? - asentí notando como Chanyeol imitaba mi gesto dándole seguridad al médico.

 

Continuó con las preguntas rutinarias durante un par de minutos, en los que tecleó en el ordenador algunas de mis respuestas. Una vez que terminamos se metió en mi historial para buscar el análisis de sangre del mes pasado.

 

-Lo revisé nada más salir los resultados, no vi nada raro pero lo volveré a mirar, así nos aseguramos- nos explicó rompiendo el momentáneo silencio que había aparecido- no hay nada de lo que preocuparse, como medio recordaba están bien. De todas maneras vamos a seguir realizando los análisis de sangre, por si acaso. Estos últimos meses son muy importantes y no quiero que luego aparezcan sorpresas desagradables.

 

-Muchas gracias, la verdad es que nosotros tampoco queremos que hayan de ese tipo de sorpresas- contestó Chanyeol sin soltar mi mano, que unos minutos atrás nos habíamos cogido.

 

-Por eso prefiero asegurarme. ¿Estáis preparados para ver a vuestra pequeña?- nos animó con un tono extremadamente decidido, como si fuéramos niños chicos.

 

-Si- contestamos los dos a la vez imitando su tono.

 

Como en los meses anteriores los tres nos levantamos de las sillas de su escritorio, mientras que yo me tumbé en la camilla el doctor y Chanyeol se sentaron en los taburetes, cada uno a un lado de mi.

 

-Vamos a ver- me levanté la camiseta dejando mi barriga al descubierto, que rápidamente el médico cubrió con una notoria capa de ese transparente gel- ¿Al final que nombre le habíais puesto?- sacó tema de conversación sin dejar de centrar su atención en lo que se reflejaba en la pantalla del aparato.

 

-Haeyoung- Chanyeol y yo nos miramos dedicándonos una de nuestras mayores sonrisas.

 

-Es un nombre precioso ¿A qué si pequeña?- antes de que ninguno de los dos pudiéramos responder el doctor casi gritó ilusionado que la había encontrado.

 

Aunque la imagen era en blanco y negro, junto con millones de tonalidades de grises, y apenas era clara, con diferencia esa era la mejor en comparación con las anteriores. No era difícil identificarlo: su cabeza, sus brazitos, sus pequeñas piernas … Sin duda era la mejor de las imágenes.

 

-Está muy grande, se nota que ya le queda poco- apagó la máquina limpiándome, con maestría, el gel que se extendía por toda mi barriga- vamos a pesarte.

 

Me incorporé de donde estaba tumbado con algo de cansancio y lentitud. Cogido de la mano por Chanyeol di unos cuantos pasos hasta el peso. Me subí en la báscula dejando escapar un suspiro, cerré los ojos y para cuando los abrí el peso ya estaba perfectamente marcado en la máquina.

 

Aprovechamos esa cita para tomarme la tensión, medirme la barriga y recibir nueva información acerca de los tres meses que nos quedaban; como por ejemplo el hecho de que tendríamos que estar pendientes de el número de patadas que daba nuestra pequeña.

 

Nada más despedirnos del doctor bajamos a la primera planta, tomamos asiento en las incómodas sillas rojas de esa sala de espera.

 

-Byun Baekhyun- indicó una de las enfermeras que recién acababan de salir de la habitación.

 

Los dos nos levantamos de inmediato siguiendo a aquella mujer de aproximadamente unos cuarenta años al interior de la consulta.

 

-Buenos días- nos saludó esta vez una enfermera más joven que la anterior- Byun Baekhyun ¿Verdad?- asentí fijando mi atención en la aguja que le estaban sacando del brazo al hombre situado a mi lado izquierdo- siéntate, por favor-le hice caso acomodándome frente a ella.

 

Le extendí el brazo con algo de nerviosismo. Normalmente Chanyeol se esperaba fuera hasta que yo terminara, sin embargo, desde que la vez pasada descubrió que podía entrar con un acompañante sabía que ya no me dejaría irme solo ninguna vez más.

 

Miré a la enfermera poniéndole atención a lo que hacía. Me subió la manga de la sudadera prácticamente hasta arriba, me ató una especie de goma elástica unos centímetros encima de la mitad del brazo y, con un toque de dulzura y cariño, me indicó que fuera abriendo y cerrando la mano.

 

-Cariño mirame- me pidió Chanyeol al percatarse de como me centraba en la aguja que preparaba la enfermera.

 

-Channie- negó con la cabeza permitiendo que nuestros ojos se centraran en los del otro.

 

Sentir la aguja entrando y saliendo del brazo nunca era una sensación agradable, no obstante, gracias a Chanyeol, el tiempo se pasó de una forma mucho más rápida.

 

Salimos del hospital con una notoria sonrisa adornando nuestros rostros, el largo brazo de Chanyeol descansaba apoyado en mis hombros dándome una gustosa sensación de ternura, mientras que yo me agarraba a su cintura.

 

-Channie vamos a comprar la pintura, por fi- dije con aegyo dándole un tono afirmativo a la pregunta.

 

-¿La pintura?- me miró extrañado.

 

-Sí, la del cuarto de Haeyoung.

 

-Bueno- se resignó inmediatamente.

 

Conforme íbamos paseando por la calle en busca de la tienda de pinturas más cercana que Chanyeol había encontrado en el móvil, nos fijamos en una preciosa cuna perfecta para nuestra pequeña. Nos quedamos mirándola desde fuera, ya que la tienda estaba cerrada y no abriría hasta la semana siguiente, sabiendo casi al cien por cien que esa sería la que compraríamos al final.

 

Nos encontramos con lo que buscábamos poco después, gracias a la lista que antes habíamos hecho se nos hizo más fácil a la hora de elegir. Un hombre y una mujer, un par de años mayores que nosotros, nos aconsejaron el tamaño de las latas de pintura que íbamos a necesitar dependiendo de la dimensión de los dibujos y la pared. Pagamos la cuenta de todo acompañado de las brochas, los rulos y de lo que los dueños vieron necesario. Salimos de la tienda metiendo, con su ayuda, las cosas en un taxi que minutos atrás habíamos perdido.

 

-¿A dónde les llevo?- preguntó el conductor sin dejar de estar pendiente de la carretera.

 

En tanto que Chanyeol le daba la dirección yo aproveché para relajarme, acariciando con delicadeza mi barriga. Me centré en mis pensamientos llegando a ideas que no tenían ningún tipo de relación con las anteriores; como por ejemplo el hecho de que una pareja paseaba romanticamente por la calle con que pronto sería una el estreno de una de las películas que Chanyeol y Kai tenían más ganas de ver.

 

-Baek- despegué velozmente mi vista de la ventana.

 

-Dime Channie.

 

-¿Qué vas a hacer con la pintura que hemos comprado?- me quedé algo perplejo ante la obvia respuesta.

 

-Pintar el cuarto de nuestra pequeña- contesté con indiferencia dejando a un lado la sorpresa por la pregunta.

 

-¿Tú y yo?.

 

-Claro- contesté con seguridad.

 

-¿No será mejor que llamemos a un pintor?- su ojos miraban con inseguridad a sus zapatos.

 

-Pero … ¿No habíamos dicho que nos ocuparíamos nosotros?- en ese instante entendí a dónde quería llegar.

 

-Ya, es que … Baek … no quiero que hagas esfuerzos y … no creo que pintar el cuarto sea lo mejor para ti y nuestra princesa- me acerqué a él estampando mis labios en su cara.

 

-Cariño quiero hacerlo, tú y yo. Pararé si me encuentro mal, lo dejaré para otro día si no me apetece hacer nada excepto estar tumbado en el sofá y ten por seguro que llamaré a un especialista si nosotros no podemos- acaricié su mejilla con su nariz un poco antes de besarle delicadamente en los labios.

 

-Baek vas a tener que enseñarme una forma de evitar que me convenzas tan fácilmente- sonreímos con felicidad ignorando completamente al taxista.

 

-Prefiero no enseñártelo- le dediqué una sonrisa perversa que vino acompañada de un suave mordisco en su oreja.

 

-Cuando te pille vas a ver.

 

-Te estoy esperando- solté con chulería.

 

-Perdonen, siento interrumpirles, ya hemos llegado- los dos nos miramos avergonzados por habernos olvidado de dónde estábamos.

 

-Claro, disculpe- fui saliendo cuidadosamente del coche mientras que Chanyeol pagaba el precio por el trayecto.

 

Sacamos las latas del coche adentrándonos en el ascensor. Una vez que llegamos a nuestra planta las fuimos dejando al lado derecho del pasillo de la casa, apenas a unos centímetros del futuro cuarto de nuestra princesa.

 

-Se nos a hecho muy tarde ¿Comemos?- propuso al colgar su abrigo junto al mío.

 

-Vale- entramos en la cocina uno detrás del otro- Cariño ¿Me dejas que haga yo la comida, quiero sorprenderte?.

 

-Como quieras, voy a ir ayudándote- asentí pidiéndole que me fuera sacando la olla y el cuchillo de sus respectivos cajones.

 

En el corto intervalo de tiempo que tardé en cortar las verduras, echar un poco de kimchi y así ir preparando un estofado, que originalmente se preparaba con chiles, pero que como a Chanyeol no le gustaba el picante hace unos años cambié la receta, mandé a Chanyeol a barrer la casa, poner la mesa, limpiar un poco el baño y bajar a comprar dos pasteles especiales de chocolate y café.

 

-¿Le queda mucho?- se interesó con un tono de aegyo.

 

-Le queda poco, ya casi está- el delicioso olor del estofado cubrió prácticamente todo la casa.

 

Serví la comida recién preparada en dos platos hondos, gracias a su ayuda pude llevarlos al salón sin tirar nada de su contenido.

 

Pasaron poco más de treinta minutos en los que nos terminamos los platos, dejándolos casi vacíos. Chanyeol no paró de decirme que estaba delicioso, que era el mejor cocinero del mundo. Recogimos la mesa dejando todo lo que habíamos usado en el fregadero.

 

-Vamos a tumbarnos un ratito- no dije nada, simplemente me acurruqué sintiendo el calor de su cuerpo.

 

Aunque me tranquilicé de tal manera que incluso cerré momentáneamente los ojos, no llegué a quedarme plácidamente dormido. De fondo teníamos puesto una película que habíamos visto unas cuantas veces en la televisión, lo que me llevó a pensar que Chanyeol se había quedado dormido.

 

-¿Estás despierto?- pregunté con tono suave dejando los ojos medio abiertos.

 

-Más o menos, cómo vuelva a ver otra vez esta película voy a acabar por saberme los diálogos- bromeó colocando sus labios sobre los míos.

 

-Te entiendo- nos separamos volviendo a repetir el dulce contacto.

 

-¿Merendamos?- propuso con su sonrisa característica.

 

-Vale- me besó en la frente nada más levantarse del sofá, diciéndome que no me levantara, que él se encargaría de traer las cosas.

 

Me acomodé en el sofá estirando tranquilamente las piernas. Cogí el mando, que horas antes había dejado en la mesa, buscando cualquier otra cosa que ver, sin embargo, al no encontrar nada decidí apagar el aparato.

 

Chanyeol no tardó en aparecer con una bandeja relativamente grande en sus brazos, la dejó en la mesa acercando todo lo que tenía: su café, mi manzanilla, dos cucharillas, dos tenedores pequeños, los pasteles que había comprado y el bote de nata junto con un cuenco de cristal con fresas cortadas.

 

-Que buena pinta tiene todo- pasé mi lengua por mis labios.

 

-Espero que el sabor esté igual- pinchó con el tenedor un trozo de fresa que llevó directo a mi boca.

 

-Riquisimo- dije al pasar unos segundos en los que me quedé pensativo dejándole expectante.

 

Nos terminamos todo lo de la bandeja de una forma tremendamente lenta, en la que tonteamos, nos besamos innumerables veces y en las que incluso nos dimos de comer el uno al otro.

 

-Ya que hemos terminado- los dos estábamos de pie en la cocina, con los platos sucios en el fregadero- vamos a arreglar el cuarto de Haeyoung.

 

-¿Ahora?- asentí velozmente- pensé que lo dejaríamos para el fin de semana.

 

-De eso nada- abrí la puerta de lo que anteriormente imaginaba que sería mi vestidor.

 

Al encender las luces pudimos ver todo lo que adornaba el cuarto: cajas y más cajas llenas de ropa, libros y cosas que teníamos en nuestro respectivo piso de alquiler de cuando estábamos en la universidad.

 

-Madre mía, no sabía que había tantas cosas ahí dentro.

 

-Yo tampoco- contesté adentrándome un poco más en la habitación.

 

-Hoy seguro que no nos va a dar tiempo a empezar a pintar.

 

-Seguro. Bueno, vamos a comenzar ya- lo primero que saqué fue la guitarra, que me aseguré que Chanyeol colocara perfectamente en nuestro cuarto.

 

Lo siguiente que salió fue una caja repleta de libros que los dos nos habíamos leído un año atrás. Miramos desesperadamente en busca de algún lugar dónde colocarlos, hasta que al final caímos en la cuenta de que en el mueble, justo en el lugar en el que estaba colocada la televisión, tenía un estante libre.

 

Mientras que Chanyeol se ocupaba de colocar eso, yo fui investigando el contenido de la siguiente caja. Me encontré con ropa que hacía tiempo que no nos poníamos. Saqué tres prendas que me encantaban y que sorprendentemente hubo hueco para guardarlas en nuestro armario. Llené la caja con un par de camisetas de otra, por lo que, una vez llena, la guardé debajo de nuestra cama.

 

Al ocuparme de la cuarta caja escuché el ruidoso sonido de mi móvil indicando una llamada. Me acerqué hasta la mesa del salón, cogí el móvil y contesté la llamada. Afortunadamente Luhan nos avisó sabiendo lo torpes que éramos: el día siguiente Xiu Min tendría su importante examen para ser profesor, así que nos recordó el enviarle algún mensaje o algo por el estilo. Chanyeol y yo decidimos enviarle un audio en el que le deseábamos mucha suerte, aunque no la necesitaba.

 

Continuamos poco a poco hasta despejar aproximadamente la mitad. Apenas habíamos pasado unas dos horas ordenando y limpiando, pero nos encontrábamos tan cansados que, al tumbarnos completamente desnudos en la cama, nos quedamos profundamente dormidos, olvidándonos totalmente de cenar.

 

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Qué les ha parecido?

Menos mal que está Luhan para recordarles las cosas, los dos son muy torpes :)

El próximo capítulo es un especial ¿De que pareja creen que es?

Espero que les haya gustado :3

Dejen comentarios con sus opiniones, por fiii ^^

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Un súper abrazooooooooooooooooooooo <3

Os quierooooooooooo<3


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