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Sois mi vida por CWC

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Notas del capitulo:

Holaaaa ^^

¿Qué tal están lectores y lectoras? Se que dije que iba a actualizar más seguido aprovechando las navidades pero al final entre unas cosas y otras he estado bastante ocupada, pero aquí estoy XD

Este capítulo es un especial del CheMin :3

Espero que os guste <3

El hecho de que todas las mañanas me tuviera que levantar a las siete, para tener que pasarme las horas metido en la biblioteca estudiando era simplemente agotador. Por suerte habían pasado unas veinticuatro horas desde que terminé con ese estrés al que me había visto sometido en los últimos años.

 

Abrí los ojos adornando mi rostro con una gigantesca sonrisa. Miré el reloj que, como cada mañana, estaba en mi mesita de noche. Me percaté de la hora que era, apenas quedaban un par de minutos para que fueran las doce. Sin duda pensaba quedarme todo el día en la cama, tumbado, con Jongdae a mi lado abrazado a mi todo el rato.

 

-Chen- estiré un poco mis brazos antes de girarme para su lado de la cama- amor de mi vida- dije con un tono bastante cursi- ¿Estás despierto?- mis ojos se centraron en las vacías sábanas. Eché un vistazo rápido al dormitorio, Chen no estaba en el cuarto.

 

Intenté pensar en dónde podría estar, recordando lo que habíamos hecho antes de llegar a casa. La tarde anterior nos la habíamos pasado en uno de los bares cercanos a la zona de las universidades. Los chicos y nosotros dos nos pasamos todo el rato bebiendo, celebrando lo que ellos decían que era mi libertad antes de empezar a trabajar. Sin embargo, ni Jongdae ni yo bebimos en exceso, extrañamente ambos nos comportamos.

 

De todas maneras me levanté de la cama para buscarle. En el primer lugar en el que miré fue en el baño, por si acaso estaba vomitando. No encontré ni rastro de él, por lo que fui a la cocina. El miedo y el nerviosismo empezaron a adueñarse de mi, así que decidí recorrer el resto de la casa y, si era necesario, el jardín con tal de saber dónde estaba.

 

En mitad del pasillo me topé con un folio blanco que tenía dibujada una flecha negra, estaba puesta de tal manera que señalaba claramente la puerta que daba a la cochera. Seguí las indicaciones bajando las escaleras sin soltarme de la pared, de vez en cuando me giraba por si aparecía alguien por detrás, intentando normalizar mi respiración al comprobar que no había nada.

 

En el mismo instante en el que mi pie descalzo rozó el último escalón, las luces se encendieron iluminando toda la planta baja. Como acto reflejo mis ojos se cerraron asustados, no obstante, una vez que los abrí pude ver un precioso descapotable deportivo rojo en donde se suponía que debía estar el coche de Chen. Me fijé en él con más detenimiento, era el Mercedes Benz color rojo metalizado, modelo SL 400, que Jongdae me había enseñado hacía bastante tiempo de uno de los nuevos catálogos que le habían enviado.

 

-¿Te gusta?- mi cuerpo se estremeció aterrorizado encontrándome con un sonriente Chen que corrió a abrazarme.

 

-Me has asustado- logré decir pegándome aun más a su cuerpo.

 

-Lo siento- me besó en la frente- no quería que te asustaras.

 

-Casi me da algo.

 

-Lo siento cariño. ¿Qué te parece? ¿Te gusta?.

 

-Es precioso- el intenso color rojo que cubría el elegante vehículo era impresionante.

 

-Me alegro de haber acertado- suspiró aliviado dándome un dulce beso en los labios.

 

-Chen podrías haberme dicho que te ibas a comprar un coche nuevo, aunque sinceramente el que tenemos está bien- nunca le había escuchado con ganas de cambiar su automóvil, es más, nunca tenía ningún tipo de queja con el suyo.

 

-No te he dicho nada- se mordió el labio inferior con fuerza- porque no es para mi, es tu regalo por tu examen.

 

-¿Es mío? Pero si ni siquiera se si he aprobado todavía- no me lo podía creer.

 

-Para mi lo tienes más que aprobado- levantó salvajemente sus brazos pasándolos apasionadamente por mi cuello.

 

-Gracias, muchas gracias. Jongdae eres el mejor-juntamos nuestros labios descubriendo cada rincón de la boca del otro.

 

-¿Cómo lo has conseguido? Me refiero … Este coche cuesta un montón- le cuestioné al separarnos, seguía sin poder aceptarlo.

 

-Esas cosas no se preguntan, lo único que te diré es que he estado unos meses ahorrando-mis manos se agarraron a su rostro con fuerza para así poder repartir besos por toda su cara.

 

-¿Te he dicho que te quiero?- asintió relajándose en mi cuello.

 

-Algo he oído- su pantalón del pijama estaba unos centímetros caído, dejando ver su bóxer a rayas. Me adentré por aquel pequeño hueco hasta llegar a su miembro, que acaricié pervertidamente por debajo de la tela- siento tener que interrumpir el momento, no tengo ningún inconveniente en seguir pero he preparado un plan que nos ocupara la mayor parte del día.

 

-¿Has organizado algo?- mis ojos se abrieron enormemente.

 

-Por supuesto, hay que estrenarlo- me acarició suavemente el trasero- venga, a vestirse-subimos las escaleras uno detrás del otro sin dejar de sonreír.

 

Antes de arreglarnos decidimos pasarnos por la cocina para tomarnos dos cafés muy calientes.

 

Nada más terminarlos metimos las tazas, junto con las dos cucharillas, en el lavaplatos, dejándolo medio lleno a la espera de que estuviera prácticamente abarrotado.

 

Nos cambiamos el pijama por la ropa de calle nada más salir de la ducha. Chen se decidió, después de un largo rato pensándolo, por una camiseta de manga larga a rayas, que combinaba el color gris con un rojo oscuro; una cazadora de estilo de béisbol,que se compró hace un par de semanas, que también combinaba esos colores; además de un pantalón oscuro junto con unos elegantes zapatos.

 

Aunque ambos nos preocupábamos bastante por la ropa que llevábamos, estaba tan ilusionado con la sorpresa que apenas le dediqué ni cinco minutos a mi vestuario. Me decanté por una camisa a cuadros azules, unos pantalones blancos rajados y unos zapatos negros.

 

-Perfectos- comentó Chen tras un último vistazo en el espejo.

 

-¿Nos vamos ya?- asintió acercándome el abrigo colocado en la entrada.

 

-¿Quieres conducir tú o prefieres que lo haga yo?- cogió las llaves del vehículo enseñándomelas.

 

-Lo haré yo, quiero probarlo- asintió acomodándose en el lado del copiloto.

 

-Como quieras. Es tu coche, tú eliges.

 

-Gracias- le besé en la mejilla encendiendo el potente motor- ¿Qué dirección cojo?- me cuestioné al salir de nuestra calle.

 

-Incheon, nos vamos a la playa- dijo con tono ilusionado.

 

-Genial- pisé el acelerador entrando en la autovía.

 

Era la primera vez que conducía un descapotable y esa sensación del viento golpeando mi cuerpo y moviendo mis pelos era maravillosa, y si encima hacía un día de sol increíble era perfecto.

 

-Me pones mucho cuando conduces, se te ve tremendamente salvaje- me informó mordiéndose el labio en tanto que su mano recorría delicadamente mi muslo derecho.

 

-Esta noche te voy a enseñar ese lado salvaje- le informé con ganas de saborear sus gustosos labios.

 

-Lo esperaré impaciente- cambió de lugar su mano transportándola a mi cuello.

 

-¿Crees que los chicos tendrán una buena resaca por lo de anoche?- pregunté al rato sin dejar de centrar mi atención en la carretera.

 

-Ni idea. Chanyeol apenas bebió, Tao y Kris casi ni lo probaron, tú y yo extrañamente nos controlamos y de los que quedan el único que iba fatal era Sehun.

 

-¿Te acuerdas de cuando se puso a bailar en mitad de la calle?- me reí, aquel momento era de los mejores.

 

-Luhan estaba tan avergonzado que al dejarle con nosotros casi se cae con las muletas- nuestras risas se escucharon por toda la carretera.

 

-Y a Kyungsoo le faltó nada para emborracharse, cada poco tiempo soltaba alguna tontería,o bien se le declaraba profundamente a Kai.

 

-Que peligro, menos mal que nosotros sólo nos tomamos dos copas.

 

-Yo tres, recuerda que perdí contra Kris en la apuesta del pepero.

 

-Es verdad. No sé como perdiste.

 

-No lo sé- solté con ironía- te fuiste dejándome con Kyungsoo, eramos los dos contra Kris y Tao, naturalmente ganaron ellos.

 

-Que malo soy, la próxima vez no me separaré de ti.

 

-Eso espero- aprovechamos un pequeño atasco para darnos un par de besos intensos.

 

Conforme el tiempo iba pasando y nos aproximábamos a nuestro destino Chen me indicaba el camino correcto que teníamos que hacer para llegar al restaurante donde había hecho la reserva. Aparcamos el coche en el parking reservado para clientes, cogimos las llaves y entramos en el espectacular restaurante.

 

-Buenas tardes- nos saludaron educadamente con una sonrisa- ¿Tienen reserva?.

 

-Sí- contestó decidido.

 

-¿Podría decirme su nombre, por favor? - sacó la libreta listo para buscar el nombre que le dijera.

 

-Por supuesto, Wu Yi Fan- contestó el nombre de Kris tan a gusto, yo solo pude mirarlo, no entendía nada.

 

-Sigame, por favor- obedecimos hasta llegar a una adornada mesa con unas increíbles y fascinantes vistas al mar.

 

-Wa … -solté asombrado tomando asiento- esto está muy bien, pero … ¿Desde cuando te llamas Wu Yi Fan?.

 

-Kris fue quien consiguió esta mesa. Cuando yo llamé únicamente les quedaba una mesa libre en el salón interior, se lo comenté a Kris y con sus contactos nos ha conseguido esta- asentí ilusionado.

 

-Él y sus contactos. Me encanta, cariño esto es genial- le cogí de la mano.

 

-Me alegro de haber acertado- me mandó un beso desde su asiento.

 

-Perdonen- apareció el elegante camarero por mi lado izquierdo- ¿Saben ya lo que quieren de beber?- nada más sentarnos nos habían dejado dos cartas con las especialidades de la casa, sin embargo, estaba tan alucinado que ni siquiera la miré por encima.

 

-¿Te apetece vino?- me preguntó Chen.

 

-Vale- contesté sonriente viendo como pedía una botella del vino especial del restaurante, se veía realmente atractivo.

 

Al alejarse el camarero nos quedamos eligiendo los apetitosos platos que íbamos a querer. Con la misma exactitud con la que nombró la bebida, unos minutos más tarde, le fue explicando al camarero lo que había sido nuestra decisión final con respecto a la comida.

 

Aunque cada uno de los platos que trajeron estaban deliciosos, sobretodo el pescado que estaba muy fresco, lo que más me gustó del lugar fue que Jongdae lo hubiese preparado especialmente para nosotros.

 

-Cariño esto es fantástico- confesé maravillado con las vistas- muchas gracias por tener este detalle conmigo- le agradecí mirándole con ternura.

 

-Ya verás, me encanta preparar cosas si son para ti- se levantó de su asiento para besarme, haciéndome sentir el suave roce de sus labios.

 

Dejamos que los minutos fueran pasando mientras que los dos parecíamos estar en otro mundo. Había pasado más de media hora desde que se llevaron los pequeños platos del postre y nosotros todavía seguíamos allí. Se nos ocurrió juntar ambas sillas con la intención de poder besarnos y cogernos de la mano en tanto que observábamos detenidamente el paisaje.

 

-¿Nos vamos? Están recogiendo, no creo que tarden mucho en echarnos- no quería irme, sin embargo, asentí levantándome de la mesa.

 

Chen pagó la cuenta con el tonto pensamiento de que era una sorpresa y que él lo había organizado, por lo que, según él, se tenía que ocupar de todos los gastos.

 

Volvimos al coche recreando una romántica escena, Chen me tenía cogido de la cintura mientras que yo me agarraba a él con mi brazo extendido encima de su hombro. Con el descapotable rojo de fondo parecíamos sacados de una película.

 

-Voy a conducir yo ¿Vale?- mis ojos se abrieron por la sorpresa, pensé que yo me encargaría del automóvil.

 

-Claro, si quieres- me miró no muy convencido.

 

-Es que vamos a ir a la playa, a una cafetería que me han recomendado. Me han dicho que puedes ver como preparan el café, e incluso, si llegas temprano, puedes prepararte el tuyo con ellos. No vamos muy bien de tiempo, así que yo te dejo en la puerta del sitio para que lo veas y tal mientras que yo aparco.

 

-¿Enserio?- asintió montándose.

 

-Pero tenemos que llegar pronto- sonreí con felicidad.

 

La carretera estaba despejada, apenas nos topamos con dos o tres coches en todo el trayecto. No tardamos mucho en desviarnos con dirección a la playa, conforme nos íbamos acercando los vehículos iban llenando las calles.

 

Afortunadamente la espera no fue muy larga, llegando a los pocos segundos al sitio que Chen había dicho. Aprovechamos un paso de peatones para parar el coche, le di un beso sonoro antes de bajarme.

 

-Te espero luego- dije subido en la acera viendo como se alejaba a gran velocidad por culpa de los incansables pitidos que estaban dando los de atrás.

 

Entré en la elegante cafetería dejando que mis ojos captaran cada rincón del local. Una vez terminada la observación pude decir que era un sitio increíble, no importaba el hecho de que estuviese a dos pasos de la playa para tener una fascinante decoración antigua y un delicioso olor a café recién hecho.

 

-Buenas tardes, ¿Puedo ayudarle?- asentí todavía algo atontolado.

 

-Una mesa para dos, no creo que tarde mucho en llegar.

 

-¿Quiere esperarle aquí o prefiere sentarse en una de las mesas?- me quedé pensativo.

 

-Mejor sentarme, no sé exactamente cuanto va a tardar- le sonreí con alegría.

 

-Sigame, por favor- me señaló a las mesas nada más salir de detrás del mostrador.

 

Nos dirigimos a una de las mesas que daban a las enormes cristaleras, que dejaban pasar los brillantes rayos del sol que iluminaban todo ese lado del establecimiento. Me senté en una de las cómodas sillas mientras que leía la variada carta de cafés, en tanto que me decantaba entre un tipo u otro.

 

-Por fin estoy aquí, pensaba que no encontraría un aparcamiento libre nunca- rió ligeramente aunque se notaba la sensación de agobio en su mirada.

 

-Tendría que haber ido contigo- me dio un rápido beso en los labios para después sentarse enfrente de mí.

 

-Da igual, así pillábamos sitio- le enseñé la carta, tomándose unos escasos segundos en echarle una ojeada.

 

Nos tomaron nota, no tardaron más de dos minutos en volver a acercarse, preguntándonos si queríamos preparar nuestro propio café . Inmediatamente contesté con un claro, contundente y firme ''Sí'', me quedé mirando a Jongdae en tanto que se lo pensaba.

 

-Yo también- fijó sus salvajes ojos sobre los míos, dedicándome una de sus irresistibles sonrisas.

 

Nos levantamos de la mesa con dirección a la zona más interior del local. Chen se fue acercando poco a poco a mi hasta que consiguió rodear mi cintura con su brazo, me dio un beso cargado de cariño en la mejilla y, con un tono completamente seductor, me confesó al oído que me quería. Yo sonreí tontamente, no sabía que hacer o decir, simplemente sentía que ese día era extraordinariamente fantástico.

 

Lentamente nos fueron enseñando cada uno de los pasos que teníamos que seguir si queríamos que el café saliera con una testura, un color y un olor que sólo se conseguía si era cien por cien artesanal.

 

Aunque tardamos aproximadamente veinte minutos en preparar la bebida, al darle un par de sorbos nos dimos cuenta de que la espera había merecido la pena.

 

Sentados cómodamente, en tanto que el sol calentaba nuestros cuerpos gracias a las cristaleras, dejamos que el tiempo pasara con la misma tranquilidad con la que habíamos dejado que pasara en el restaurante.

 

Salimos de la cafetería cuando el sol se estaba ocultado. Fuimos paseando con lentitud, cogidos de la mano y haciendo pequeñas paradas en donde nos besábamos, con la impresionante luz del sol ocultándose de fondo.

 

Para cuando llegamos al aparcamiento ya era completamente de noche. Nos subimos al descapotable con algo de frío, nos sentamos Chen de copiloto y yo a su lado y, una vez arrancado el motor, subimos la capota dejando que el aire caliente normalizara nuestra temperatura.

 

-Cariño hoy ha sido un día increíble- confesé sin apartar mi vista de la carretera, nos acabábamos de meter en la autovía, por lo que el número de vehículos circulando había aumentado considerablemente- muchas gracias Chen.

 

-No me tienes que agradecer nada, para mi también ha sido un día maravilloso- me hubiera encantado besarle en aquel momento, desgraciadamente no quería correr riesgos con el coche.

 

-Cuando lleguemos a casa te voy a compensar, quiero hacerlo en cada una de las habitaciones.

 

-No me digas esas cosas, que estoy deseando llegar.

 

-¿Los chicos sabían todo esto?- le pregunté con curiosidad.

 

-Sí, todos estaban informados. Les pedí ideas pero sinceramente no me llegaron a convencer: Suho propuso una súper jornada amorosa en casa, incluso me recomendó hacerlo en la encimera; Luhan quería que hiciéramos un viaje- suspiró apenado- me hubiera encantado hacerlo pero no me dejaban cogerme vacaciones en estas fechas.

 

-No pasa nada, esto ha sido perfecto, no me lo esperaba.

 

Justo en el momento en el que Chen iba a seguir contándome las demás sugerencias sentí como el descapotable iba perdiendo velocidad, a pesar de que yo pisaba el acelerador. Antes de que nos quedáramos en mitad de la carretera dejé el coche parado en uno de los lados de la autovía.

 

-¿Qué le pasa?- intenté volver a arrancarlo- ¿Por qué no funciona?- grité con enfado, nos habíamos quedado en más de la mitad del camino y encima era de noche- perfecto- solté con ironía.

 

-Me cago en- se llevo la mano a la frente- vaya mierda, se me ha olvidado.

 

-¿Qué has hecho?- exigí una respuesta con tono molesto.

 

-Antes- suspiró otra vez poniéndome de los nervios- cuando he ido a aparcar el coche he escuchado un pitido, le faltaba gasolina.

 

-¿Cómo puedes ser tan torpe?- abrí la puerta sin ningún tipo de cuidado- ¿Cómo no te has podido acordar?- grité enfurecido saliendo del automóvil.

 

-¿Qué haces?- me preguntó al verme abriendo el maletero.

 

-Estoy sacando el triángulo de emergencias porque a mi súper inteligente novio se le ha olvidado que teníamos que echar gasolina- contesté con seriedad poniendo el triángulo unos metros antes de donde estaba el coche.

 

-Te falta el chaleco- sonrió tomándoselo con humor.

 

-Sabes que esto no tiene ni una pizca de gracia ¿Verdad?- intenté controlar mi enfado evitando que se incrementara más.

 

-Cariño lo siento- se disculpó en tanto que yo me ponía el chaleco.

 

-Ahora no me vengas con ''Cariño''- imité su tono de voz en la última palabra.

 

-Mi vida, Minseok, perdoname- me rodeó por la cintura.

 

Aunque pensé que reaccionaría apartándole, al tenerle tan cerca, no me pude controlar y mis labios fueron rápidamente a devorar los suyos.

 

Rodeé su cuello con mis brazos acortando la escasa distancia que nos separaba. Su mano derecha dejo de sujetar mi cintura para bajar la puerta del maletero. Saboreé su lengua en tanto que me tumbaba en la parte trasera del coche. Algunos de los vehículos que pasaban nos pitaban, Chen estaba encima mía y ambos nos estábamos comiendo la boca.

 

-Estás tremendamente sexy con ese chaleco- informó al tener que separarnos por la falta de aire.

 

-¿Te pongo?- me hice el inocente sin dejar de morderme el labio interior.

 

-No sabes cuanto- me susurró al oído haciendo que le agarrara con fuerza, aunque sin llegar a hacerle daño, del pelo.

 

-¿Has llamado a la grúa?- negó con un leve movimiento de la cabeza- genial- le cogí de la camiseta arrastrándole al interior del coche.

 

Le tiré en su asiento poniéndome sobre él, cerré la puerta y eché el asiento para atrás todo lo que pude. Mientras que nuestras lenguas recorrían cada parte de la boca del otro yo aproveché para ir desabrochándole los pantalones, al sentir ese pequeño roce llevó sus manos a mi trasero agarrándolo con fuerza.

 

Con algo de dificultad conseguí bajarle los pantalones, acompañados de los bóxer, hasta un poco más abajo de la rodilla. Ataqué su miembro con mi lengua, metiéndomelo en la boca, escuchándole gemir sumido completamente por el placer. No sé en que momento mis pantalones también dejaron de hacer su función de taparme, sólo recuerdo el repentino movimiento de su mano en mi miembro.

 

-Ya, ya, ya, para- me subió el rostro poniéndome frente a él, con nuestros ojos pegados en los del otro.

 

Nuestros labios se juntaron empezando con una guerra para ver quien disfrutaba más de la boca del otro. Soltó mi miembro consiguiendo que, al acercarnos disminuyendo la distancia que nos separaba, nuestros miembros se rozaran haciéndonos sacar a los dos un claro y fuerte gemido.

 

Recorrió mis glúteos con su mano durante escasos minutos antes de adentrar uno de sus dedos en mi entrada. Aunque en un principio no me esperaba que lo hiciera tan de repente y sin ningún tipo de aviso previo, no pude esperarme a sentir el irresistible movimiento de su dedo. Me moví sintiendo como su dedo salía y entraba, pronto adentró un segundo y, pese a que todavía seguíamos besándonos, no pude evitar interrumpir el contacto de nuestros labios por culpa del increíble placer que estaba sintiendo.

 

-Chen … - la voz se me quebraba- por favor … -me mordí el labio viendo como el sonreía victorioso.

 

Sacó sus dedos lentamente, torturándome conforme el tiempo pasaba. Sin dejar en ningún momento de mirarme metió completamente su miembro en mi interior. Sentí la necesidad de moverme, de sentirle aún más, pero Jongdae era demasiado inteligente, sabía perfectamente como hacerme caer rendido a sus pies pidiéndole más. Me agarró fuertemente de la cintura en tanto que mis pezones eran atacados por él. En el preciso momento en el que estaba por pedirle por favor que no me dejara así salió instantáneamente de mi entrada para después darme en el punto que me volvía loco.

 

-¡Chen!- grité desesperado gimiendo.

 

-No aguanto más- soltó mi cintura empezando con los movimientos que se repitieron una y otra vez.

 

Perdí la noción del tiempo entre gemidos, los dos estábamos disfrutando tanto que ya ni nos importaba el coche parado en la carretera, ni la grúa, ni nada.

 

-Minseok te quiero. Vas a ser el mejor profesor de todo el país, estoy completamente seguro- me eché en su pecho agotado, manchándome por culpa de haberme corrido en su abdomen.

 

-Yo también te quiero- le besé en la mejilla- no sé si seré el mejor, ¿Y si no he aprobado el examen?.

 

-No digas tonterías- me abrazó rodeando mi desnudo cuerpo- creo que ahora nuestro mayor problema es volver a casa.

 

-Llamaré a la grúa- negó lentamente.

 

-Vamos a quedarnos así cinco minutos más, por favor.

 

-Vale- volví a acurrucarme.

 

-Le hemos dado un buen estreno al coche.

 

-Espero que no hayamos manchado nada.

 

-No lo creo, lo tuyo está aquí- señaló tanto su pecho como el mío y parte de las barrigas de ambos- y lo mío está hay dentro así que no creo.

 

-Esperemos que no haya salido nada- le acaricié los pelos que le caían por la frente.

 

Nos vestimos entre risas, el interior del coche no era el mejor sitio para ponerse la ropa sin chocarse con las puertas o el techo.

 

Llamamos a la grúa desde el descapotable, era de madrugada y fuera había refrescado un montón. Me arreglé los pelos con ayuda del espejo retrovisor interior, tenía unas pintas que se notaba a kilómetros lo que habíamos estado haciendo en el coche.

 

Llegamos a casa tras llenar completamente el deposito en la primera gasolinera que encontramos. El conductor se rió silenciosamente de nuestro despiste, eramos demasiado torpes. Aparcamos el coche en la cochera de casa, subimos a los dormitorios y nos tumbamos en la cama quedándonos dormidos al instante.

 

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Qué os ha parecido?

Quiero agradeceros por los reviews, me animais un montón y me dais muchas ganas de actualizar :) Muchas gracias ^^

También quiero agradecer a los que pasais por la página de Facebook https://www.facebook.com/pages/Fanfic-CWC/1390195777889007 Gracias a vosotr@s hemos conseguido superar los 100 likes. Muchas gracias ^^

Dejen comentarios con sus opiniones, por fiiiii

Espero que paseis una preciosa semana :D

Muchas gracias por leer :3

Un súper abrazooooooooooooooo <3

Os quieroooooooo <3

 


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