Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como un beso de buenas noches por TKForTheMusic

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola ;u; Este oneshot está dedicado para Nor o mi cookie como me gusta llamarle. Espero que te guste. Habla un poquito sobre mi amor por la danza, pero... pero se sabe que no vale la pena intentar definirlo en palabras, porque es algo que se hace y se siente :D En fin, espero que te gusten estos dos tontos

Jongin lo conoció en septiembre. En medio de sudor y respiración entrecortada, de talones adoloridos y muslos desesperados por un descanso. En la húmeda habitación de baile, Minseok entró en su vida como el anuncio de la primavera. Era inesperado pero a la vez muy solicitado, y al muchacho no se le ocurría otra manera de definirlo.

Se presentó como Kim Minseok y Jongin estuvo aliviado de que al menos tuviera la cortesía y decencia de tocar la puerta de su corazón. Si hubiese sido menos formal, más brusco, no hubiese logrado sonreírle a aquél torbellino invitándole a bailar. Afortunadamente Jongin le sonrió (a cuestas porque le dolía el pecho, pero esa es otra cuestión) y recibió otra sonrisa de regalo.

Es exagerado, a veces piensa Jongin, decir que ya nada es gratis. Sonreír es gratis y tiene unos efectos increíbles. 

La primera vez que Minseok bailó frente a él, lo hizo torpe y deteniéndose en cuanto los pasos de baile se dificultaban o estaban fuera de ritmo. Pasó poco tiempo para que su frente y nuca empezaran a gotear, y que sus redondas mejillas se tornaran rojas. Y sin embargo, había algo en la forma de moverse (más agraciada y suave que la de los demás) que le hacía pensar a Jongin que el muchacho sí tenía la capacidad de volverse loco y hacer ese arte que la gente llama danza. Y cuando Jongin te aplaude por este arte, es porque realmente eres bueno, sus ojos críticos y boca limpia decían con sinceridad lo que veían. Y a él también se lo dijo.

—Bailas bien. —Fue la primera palabra que le dirigió en cuanto se acercó al más bajo que tomaba agua de su propia botella.

Minseok se rio como si fuese consciente de una broma.—De acuerdo, de acuerdo. No es lo mío.

A Jongin le molestó que no se tomase en serio sus palabras, y con paciencia replicó. —Vi a muchísimos bailarines en mis veintidós años. Algunos mejores que otros. Y puedo afirmar con total seguridad que tienes madera para hacerlo.

—Vaya —murmuró el mayor, azorado—. Nunca nadie me había halagado por mi baile. Gracias, eh...

—Me llamo Kim Jongin, pero puedes llamarme hyung o Ni... —Esta vez, él se avergonzó-. Quiero decir, Jongin hyung está bien. 

—¿Disculpa? —dijo divertido Minseok—. ¿Qué te hace pensar que eres mi hyung?

—Mírate —exclamó sin burla en su voz—. Probablemente, ¿estás terminando la preparatoria?

Minseok entrecerró los ojos afinándolos cada vez más. —Eso sí que no te lo permito. ¿Tienes veintidós? Yo —fanfarroneó— tengo veinticinco.

Boquiabierto, Jongin lo miró de arriba a abajo numerosas veces.

—No...

—Sí. —Asintió orgulloso.

—¡Hyung, perdón! ¡Te hablé muy mal! —Empezó a hacer reverencias numerosamente como si se le fuese la vida en ello, a lo que Minseok lo veía con adoración en los ojos.

—Ah. —Suspiró pesadamente, exagerando su actuación—. Estoy muy herido. ¿Quizá deba pedir algo para que me sienta mejor? 

Tragando saliva, Jongin asintió.

—Quiero que me enseñes a bailar. He visto tu potencial, me gustaría que me enseñases para que pueda adaptarme a las clases. 

La seriedad de su mirada era indiscutible, de modo que Jongin no lo pensó dos veces antes de acordar un horario y lugar.

El profesor convoca a los bailarines y todos vuelven a concentrarse en la rutina de pasos acorde a la veloz melodía del reproductor de música.

 

Minseok no es idiota. Ah, por supuesto que él no es. No es como si fuese malo bailando. De adolescente, participaba en los concursos escolares y raramente no obtenía el primer lugar. El muchacho era el mejor en lo que sea que se propusiese. Decidió empezar aquellas clases de hip hop cuando se dio cuenta en lo enfocado que estaba en su trabajo y en lo bien que le haría un poco de distracción. El verdadero problema, fue que su compañero de al lado, Jongin, bailaba de una forma que nunca jamás había visto y que dificultaba al máximo su concentración. Pero, ¿cómo podría prestar atención a la coreografía cuando Jongin sonreía de esa forma como si estuviese en el mejor momento de su vida?

Sólo necesitó verlo bailar dos canciones diferentes para determinar que el muchacho tenía algo más que talento. Porque Jongin no sólo bailaba, sino que hacía suya a la música y a sus pies, y la armonía era perfecta y dejaba sin respiración a Minseok.

Más tarde, Minseok descubrió que el muchacho era bastante ingenuo. Jongin no había titubeado en ayudarlo con el aprendizaje de algunos movimientos al confundirlo como un menor (bah, eso era algo que vivía todos los días, ya no le ofendía). Se sentía un poco culpable de abusar de la amabilidad del más joven, pero en cuanto se encontraron a solas, Minseok estirando y Jongin repasando vagamente unos movimientos que más tarde le enseñaría, terminó diciéndose a sí mismo que no se arrepentía.

—Hyung —le llamó para que se posicionara junto a él frente al espejo de la sala—. Espero que hayas estirado bien —sonrió burlonamente, y Minseok lo encontró adorable. Oh, el muchacho lo subestimaba.

Jongin le marcó un par de pasos y le aclaró los puntos principales a tener en cuenta. Muy pronto Minseok practicó lo aprendido con música y lo hizo brillante, dejando al menor muy sorprendido.

Intentaron con otra coreografía y Minseok volvió a sorprenderlo con su facilidad para deslizar sus pies y meterse en la música. Consciente del efecto que provocaba en el menor, Minseok se esforzó en hacerlo mejor que nunca y salió airoso. Jongin no pudo hacer nada más que aplaudirlo con asombro. Quizá un día, si ganaba la confianza, Minseok le diría sobre su pequeña trampa.

 

Incluso si el más bajo no lo necesitaba, ambos volvieron a juntarse para bailar por mucho tiempo. Bueno, bailar es un resumen demasiado vago respecto a ellos. Se volvían uno por la música, sonreían y flotaban, ninguno de los dos era muy bueno con las palabras, pero estaba bien, porque tenían una nueva letra o una nueva coreografía. Para ellos, eran como citas y salidas. Sólo que no necesitaban gastar dinero en una entrada al cine o en un helado, ésta era su manera de decir todo y a la vez nada.

A Jongin le gustaría tomar su mano y sonreírle una vez que terminaban. Los días en que los dos se lucían especialmente bien, puede que le besase la comisura de los labios y lo mirase con sus ojos de nomeolvides. Y a Minseok le gustaría apoyar su cabeza en su hombro mientras seguían oyendo la música y puede que se volviese valiente, y mientras le pasa por los brazos por el cuello, le susurrase que gracias, que la dicha de tenerlo allí es inexplicable. Jongin no contestaría, sino que le daría otro beso en la comisura (y si observas bien, sus labios se mueven un poco a la derecha, donde hay una curva, donde la calidez lo embriaga).

 

No se puede explicar con palabras. Bailaban y era arte. Bailaban y no existía nada más. No había dolor ni traición. Ni desilusiones ni corrupción. Ojalá hubiese alguien para sacarles una fotografía. Pero es arte, y el arte se supone que son millones de palabras que no se alcanzan para decirlas. O son muy profundas para pronunciarlas. Es algo que todo el mundo debería experimentar una vez en su vida, cerrar los ojos y moverse al compás de la música. Que no exista ni tu nombre ni tus problemas. Que se selle con un beso parecido al de las buenas noches, como hacen diariamente Minseok y Jongin.

Notas finales:

¡Gracias por leer! Estoy segura de que estoy delirando a estas horas de la mañana :_D Puede que más tarde me arrepienta de subir esto :__DDD

PD: AH, no se olviden de amar al arte


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).