Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Ha llegado el momento de arriesgar! (Fic de prueba) por SonAzumiSama

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Las tortugas ninja 2012 son propiedad de Nickelodeon; no son mías. (¡Ya quisiera yo xD!).

Notas del capitulo: ¡Hola!, ¡bueh! me ha dado la guachiranga de escribir sobre las tortugas ninja, es un fic bastante romántico, se volveran diabéticos xD.

Como dice el título, es un fic de prueba, lo escribí sin intención de subirlo, pero lo subo porque sí xD, pienso hacer más fics de ellos, pero con mejor trama, (O eso espero), esto es sólo algo que escribí por escribir y para practicar un poquilín mi escritura, por eso el fic no contiene mucha trama que dígamos, porque, como dije antes, no lo iba a publicar. Antes de que lean, quiero decirles que el fic comienza días después del especial de una hora "Wormquake!" (¡El larvamoto!), los episodios que vienen después de ese no han sido tomados en cuenta en éste fic, ¿Vale? :).

Bueno, el capítulo es narrado por Leonardo.

Espero que les guste, ¡¡¡A LEER!!!.
Abrí mis ojos y me incorporé en mi cama.

Un bostezo se escapó de mi boca. Me restregué los ojos y estiré mi cuerpo para alejar el sueño de mí.

Tomé mi antifaz, que se encontraba al lado de mi cama, y me lo coloqué, al igual que mis espadas, mis rodilleras y coderas.

Salí de mi habitación y al llegar a la sala de estar sólo encontré a Rapha golpeando el saco. Supuse que Donnie estaría en su laboratorio, tratando de crear ese retromutágeno para el señor Kirby O'Neil y Mikey debe estar en la cocina preparando el desayuno.

— ¡Vaya, temerario líder!, ¡Hasta que al fin decides despertar! - soltó Raphael de repente al notar mi presencia -

Yo sólo me digne a sonreír y a sentarme en uno de los sillones.

No había pasado mucho tiempo desde que acepté mis sentimientos hacia Rapha y cada día era más díficil de estar cerca de él sin querer hacerle miles de cosas (Saben a que cosas me estoy refiriendo, ¿no?).

Últimamente andaba distraído; encerrado en mi propio mundo, ¿Y cómo no estarlo?, sí de quién estaba enamorado era mi propio hermano. A veces pienso que debo estar mal de la cabeza.

— ¡El desayuno está listo! - gritó Mikey desde la cocina -

Rapha y yo nos dirigimos al lugar mencionado anteriormente y en el camino nos encontramos a Donnie, quien parecía muy cansado.

— Donnie - lo llamé — Has trabajado mucho en ese retromutágeno, creo que deberías descansar -

— Pero Leo, siento que estoy tan cerca de encontrar la cura para el señor O'Neil - dijo con algo de esperanza en su voz -

— Eso lo dices todos los días - dijo Rapha entrando en la conversación -

— Sigo pensando que deberías tomar un descanso y luego continuar -

Donnie sólo asintió levemente ante mis palabras.

Los tres entramos a la cocina donde se pudo apreciar a Mikey colocando la comida, ya servida, en la mesa. Nos sentamos a desayunar, cada uno en sus respectivos lugares, para comer esos deliciosos platillos. Hay que admitirlo, Mikey sabía cocinar y muy bien. (Bueno, su comida tuvo un mejor sabor desde que dejamos de comer algas y gusanos).

Mientras comiamos, Miguel Angel hablaba de miles de cosas; Donnie le corregía una que otra palabra mal dicha; Rapha, (quién estaba sentado en frente de mí), leía una de sus tantas historietas sin prestarle ni la más mínima atención a su entorno y yo sólo me podía quedar admirándolo. El color esmeralda de sus ojos resaltaba con el color rojo de su bandana, provocando que se volvieran hipnotizantes y te entraran unas inmensas ganas de perderte entre ellos y no ser encontrado nunca.

Mientras observaba cada rincón de su rostro, me preguntaba que era lo que me había enamorado de él. Rapha, en parte, me tenía furor por ser yo el líder del equipo; a la hora de enfrentarnos, en el entrenamiento, era él quien siempre ganaba, pero en la última confrontación terminé ganando yo, provocando que enfureciera y obligándolo a atacarme [1]. Nunca llegó a tratarme con delicadeza, ni nada por el estilo, por lo tanto, me pregunto cada día: ¿Qué tiene él que logró llamar mi atención?.

Sin darme cuenta, había dejado de comer por observar, con cara de idiota, a la tortuga que se encontraba en frente de mí.

Rapha, al parecer, notó que yo le tenía la vista encima y me miró confundido.

— ¿Qué? - preguntó sacándome de mi ensoñación -

Donnie y Mikey dejaron de hablar, (Bueno, en realidad sólo era Mikey quien hablaba), para voltear a verme, esperando a que respondiera la pregunta de Rapha.

— N-nada - respondí nervioso -

Comencé a comer rápidamente, (creo que no masticaba), para terminar rápido y poder salir de la cocina.

— ¡Wow, wow!, despacio Leo, podrías atragantarte - me advirtió Donnie -

Pese a su advertencia, continué comiendo de forma veloz. Cuando terminé, coloqué el plato en la mesa y me levanté de la silla.

— Me voy a entrenar - dije sin más y salí de aquel lugar -

**********

Me encontraba en el dojo meditando… mejor dicho, tratando de meditar; no podía concentrarme, me era casi imposible.

Suspiré con fuerza. Talvez debo decirle a Rapha lo que siento, pero… mi mayor miedo es fracasar, defraudar al equipo y… el que Rapha me rechace está en la lista de mis peores temores. ¿Qué dirá?, ¿Cómo me trataría si le digo lo que siento?, ¿Me trataría peor?, ¿Se burlaría de mí?, ¿Dejaría de hablarme?… todas esas preguntas, que saltaban de un lugar a otro en mi cabeza, sólo podían ser respondidas si me le confieso a Raphael.

Es cierto eso que dicen “el que no arriesga no gana”, pero eso no quiere decir que el que arriesga no pierde.

Me repetía mil y un veces que no perdería nada con intentarlo, pero me equivoqué, existía una leve posibilidad de perder a Rapha; aún viviendo en el mismo lugar.

— ¡Leo, mi rastreador a detectado un mutágeno, hay que irnos! - dijo Donnie entrando al dojo y devolviéndome al mundo real -

— S-sí - dije luego de reaccionar -

**********

Los cuatro partimos en la dirección que nos indicaba el rastreador de Donnie. Nos detuvimos al ver la cápsula cerca de ahí. Cuando nos acercamos, algo nos disparó, haciendo que nos alejáramos del mutágeno.

— ¡Vaya es el Kraang! - dijo Raphael emocionado — ¡Pensé que ésta noche sería aburrida! - sacó sus sais dispuesto a atacar -

— Kraang, las llamadas tortugas han llegado al lugar donde se encuentra Kraang - dijo uno de los Kraang (Aunque, es demaciado obvio, ¿No?) -

— Anotado, Kraang - siempre odié la forma en la que hablan esos sujetos -

Tomé una de mis espadas y, junto a los chicos, atacamos a esos miserables robots. Los dividiamos por la mitad, provocando que el Kraang, que guardaban dentro, escapara.

— ¡Leo, cuidado! - escuché decir a Rapha, luego sentí estar en el suelo con él encima — ¿Te encuentras bien? - dijo el de antifaz rojo mirándome con ojos preocupados -

— S-s-sí - apenas y llegué a pronuciar esa simple y corta palabra -

Estaba tan concentrado en un sólo Kraang, que no me di cuenta que otro estaba apunto de atacarme. Si no hubiese sido por Rapha, yo estuviera herido… o algo peor.

Raphael se levantó y me extendió la mano para ayudar a levantarme.

— Ten más cuidado para la próxima - me dijo antes de ir a atacar a los robots -

Cuando reaccioné, me dirigí a hacer lo mismo que él.

**********

Al final, frustramos el plan del Kraang, (si es que tenían un plan), recuperamos el mutágeno y ahora nos encontrábamos en la alcantarilla.

Iba en dirección a mi alcoba, pero la voz del Maestro Splinter me detuvo.

— Leonardo, ¿Puedes venir un momento? -

— Hai, sensei - respondí dirigiéndome con él al dojo -

— ¿Te ocurre algo? - me preguntó con seriedad en su voz, pero se notaba el deje de preocupación -

— N-no, sensei, ¿Por qué lo pregunta? -

— Has estado muy distraído últimamente, ¿Te ocurre algo? -

— B-bueno… yo… - desvié mi mirada hacia otro lado, dando a entender que no sabía como explicar aquello -

— ¿Es por lo que sientes por Raphael? - esa pregunta me dejó sorprendido -

— ¿Usted sabe que…?, ¡¿Desde cuando lo sabe?! -

— Desde que lo noté -

— P-pero ¿No le parece… no sé… enfermizo? -

— ¿Por qué habría de parecerme enfermizo? -

— Bueno, por el simple hecho de ser hermanos -

— Por supuesto que no, no podría estar más feliz por ti, hijo mío - colocó una mano en mi hombro, indicando que tenía todo su apoyo — no sabes como decírselo, ¿Cierto? -

— Es más díficil de lo que cree, sensei, de seguro me odiará, ¡O se burlará de mí!, ¡O me matará!, ¡¡O AUN PEOR!! -

— Lo piensas demaciado, Leonardo. Cuando se arriesga no se sabe si se ganará o si se perderá, pero vale la pena intentarlo -

— Pero es que sensei… yo… -

— Sé que tienes miedo de fracasar, hijo mío - me interrumpió — pero el peor fracaso es nunca haberlo intentado -

— ¿Cree que deba decirle a Rapha lo que siento por él? -

— Es lo mejor -

— Muchas gracias, Maestro Splinter - hice una reverencia y me marché -

El sensei tenía razón, moriré siendo un completo fracasado si no intento nada para lograr un éxito, si sigo huyendo de todo lo que me rodea por miedo a cometer un error, si no me atrevo a arriesgarme por temor de perder lo que tengo; sin pensar, ni por un momento, lo que podría ganar en la vida.

¿Cómo sentir ser un ganador sin darme el lujo de perder primero?, para aprender de los errores y así saber el truco para ganar a la próxima.

Al parecer, primero hay que saber llorar antes de aprender a reír; primero hay que aprender a caminar antes de intentar correr o volar; primero hay que saber lo que es sufrir antes de saber lo que, realmente, es ser feliz y luego de palpar cada dolor que te presiona el alma, es que se puede rodear de felicidad; sin miedo a caer en sufrimiento, porque ya se tendrá el conocimiento necesario para superarlo.

Tantos quieros, tantos peros, tantos creo, tanto miedo; creo que ya es hora de que llegué el: “sí puedo y lo haré”, porque mandar todo al diablo no va a resolver nada y creo que ha llegado el momento de decirle a Rapha todo lo que siento por él… pero, ¿Cómo?.

Vi que Raphael se dirigia a su habitación, así que lo detuve antes de que se fuera.

— ¡Oye, Rapha! -

— ¡¿Qué?! - me dijo con ese típico tono de él que pareciera que quisiera transmitirte un mensaje de advertencia diciendo: “más vale que me dejes en paz si sabes lo que te conviene” -

— Yo… - las palabras se ahogaron en mi garganta y no pudieron salir a la luz — yo… - repetí para ver si ésta vez podía hablar por fin pero no funcionó -

— ¿Qué pasa contigo? - me preguntó algo molesto -

Al ver que era inútil, opté por dejarlo así.

— No… nada… olvidé que iba a decirte… -

— Grrr - me miró enojado y se retiró -

Yo supiré y me fui a mi habitación. Ya era tarde y necesitaba descansar.

**********

Los días pasaron y todavía Rapha era ignorante a lo que yo sentía por él.

Decidí acuar de manera “natural” frente a todos, porque si comenzaba a actuar un poco extraño, todos me afixiarían con preguntas y eso era lo que yo menos quería.

En estos momentos, Rapha estaba jungando pinball; yo estaba a su lado molestándolo; Mikey estaba mirando la televisión y Donnie estaba encerrado en su laboratorio.

— ¡Casi llegas a mi puntuación! - le decía yo a Rapha tomándolo por los hombros y sacudiéndolo -

El no me respondía; sólo se dedicaba a jugar.

— ¡¡Estás a punto de lograrlo!! - gritaba yo, sin dejar de sacudirlo -

Rapha estaba cerca de mi puntuación, pero, “por cosas del destino”, perdió.

— ¡Estabas tan cerca! - dije algo “decepcionado” -

Abrazé a Raphael y apoyé mi cabeza en su hombro, fingiendo tristeza. No sé si lo disimulaba bien, pero siempre buscaba excusas para abrazarlo, como la vez esa en la que Donnie creó las bombas ninja de humo y a Mikey le explotó una en el rostro [2] (Aunque aquella vez lo hice de manera inconsciente).

Raphael me apartó y se sentó enojado a leer una de sus historietas. Yo me senté a su lado para ver la televisión.

Estaba 99.99% seguro de que Rapha no correspondía a lo que yo siento y un 0.01% de que sí. Lo sé, mi pesimismo llega a ser impresionante, pero si la cuestión es buscarle un enfoque positivo a esto diría que, por más pequeña que sea, existe una probabilidad de que mis sentimientos sean correspondidos, un 0.01%, pero hay esperanza. La cosa es que las palabras: “Raphael, te amo” son simples, pero difícil de pronunciar; fácil de sentir, pero difícil expresarlo… estoy hecho todo un ocho, no sé que haré…

Mis pensamientos no eran los más positivos, pero eran lo suficientemente entretenidos como para mantener mi ocupación en ellos, tanto así, que no me di cuenta cuando una mano se acercó a mí y me giró el antifaz, quedando los agujeros de los ojos en mi nuca y el amarre en mi cara.

— ¡¡Oye!! - me quejé acomodándome la bandana -

— ¿Te ocurre algo, intrépido? - me preguntó Raphael -

— ¡Eso mismo te pregunto yo!, ¡¿Qué demonios te ocurre?! -

— Te estaba llamando y como no contestabas… -

— ¿Y para que me llamabas? -

— ¿Te ocurre algo? -

— ¿Por qué preguntas eso?, ¿Es obvio que no me ocurre nada? -

— Estabas muy distraido -

— Sólo pensaba en… cosas sin… importancia alguna… -

— ¿Seguro? -

— Sí… seguro - forzé una sonrisa -

— ¡Chicos el comunicador Kraang se a activado!, ¡Hay que irnos! - dijo Donnie alterado y saliendo de su laboratorio -

¡Esos robots son sumamente molestos!.

Partimos en busca de los kraang para arruinar sus planes, como siempre.

— Ahí están - dije al ver a los robots -

— Bien, que empiece la diversión - dijo Rapha arrojándose hacia un Kraang mientras sacaba sus sais -

— ¡Oye, espera, no creo que…! - “el grito de guerra” de Mikey no me dejó continuar -

— ¡Booyakasha! - gritó Miguel Angel siguiendo a Rapha, seguido de Donnie -

Suspiré profundamente. Ser un líder al que nadie obedece, y si lo hacen es por conveniencia, no es nada fácil.

Tomé mis katanas y me dirigí a los Kraang para acabar con ellos.

Últimamente, no podía parar de mirar a Raphael y en ese momento, no era la excepción. Veía al de antifaz rojo mientras derrotaba a muchos de los enemigos, dejé de pelear y lo veneraba con cara de idiota, la cual no me molesté en disimular.

Bajé la guardia, cosa que los kraang no desaprovecharon. Me dispararon muchas veces con sus armas y lo último que recuerdo es a Rapha, Donnie y Mikey gritar con preocupación mi nombre antes de caer inconsciente.

*********

Abrí mis ojos con lentitud. Sentí un fuerte dolor en todo mi cuerpo, lo que me hizo soltar un fuerte gemido.

— ¡Leo, despertaste! - oí gritar a Rapha -

Cuando estuve 100% consciente, vi como mis hermanos y el sensei se acercaron a mí corriendo. Me incorporé con cuidado, realmente estaba adolorido.

— ¡Ten cuidado, Leo, sufriste heridas muy graves! - me dijo Donnie ayudándome -

Vi gran parte de mi cuerpo vendado y noté que estaba en un sillón de la sala de estar.

— ¿Qué sucedió? - pregunté algo ido -

— ¡Los Kraang te dispararon muchas veces! - dijo Mikey -

— ¿Los Kraang?… ¿Y qué sucedió con ellos?, ¿Acabaron con su plan? - continué preguntando -

— ¡Lo hubieras visto! - prosiguió Mikey — ¡Cuando quedaste inconsciente, Rapha se enojó y acabó con todos ellos!, ¡De verdad estaba enfadado! - hubiese continuado con su relato si no fuese por Rapha que lo golpeó en la cabeza, como si aquello le diera vergüenza -

— ¡Ouch!, ¡¡Oye!! - se quejó Mikey -

— ¡L-lo más importante es que descances, Leo! - dijo Rapha -

— Raphael tiene razón - habló, ésta vez, el sensei - Miguel Angel, Donatello, llévenlo a su habitación, Leonardo necesita recuperarse -

— Hai, sensei - dijeron mis dos hermanos, mencionados por el Maestro Splinter, al unísono -

Abracé los hombros de ambos con cada brazo y, con su ayuda, llegué a mi habitación. Me recostaron con cuidado en mi cama y me abrigaron con la sábana.

— Vendré todos los días a revisar tus heridas - dijo Donnie con una sonrisa de ánimo -

Yo asentí, para luego agradecerle.

— Gracias, Donnie -

— ¡Y yo te traeré la comida todos los días y te ayuadaré a comerla! - me dijo Mikey con esa sonrisa que es algo característico en él -

— Gracias, Mikey, pero es mejor que yo la coma solo -

— Bueno - interrumpió Donnie — es mejor que descances, Leo -

— Sí - dije sonriendo -

Apagaron la luz y ambos salieron de mi habitación, dejándome solo con mis pensamientos.

Sentí una gran alegría cuando Mikey me contó que Rapha acabó solo con el Kraang, pero el hecho de que Raphael se haya enfadado por lo que esos robots me hicieron, no quiere decir que mis sentimientos sean correspondidos. Rapha podrá aparentar ser rudo e insensible, pero no se puede negar que es el primero en preocuparse por nosotros.

Le regalé un profundo suspiro a aquella oscura y solitaria habitación, iluminada tenuemente sólo por las luces de afuera que se escabullian de forma taciturna por el marco de la puerta de mi alcoba. Las dudas resonaban como eco en mi cabeza y me atormentaban.

Una cosa es querer hacer algo y otra muy distinta es tener el valor de poder hacerlo. No quería perder a Rapha. Puede que él no sea “el señor amigable” conmigo, ni mucho menos, pero, si supiera lo que siento me trataría peor de lo que me trata y eso me dolería más que los golpes del sensei en el entrenamiento.

No negaré que me gustaría estar entre los brazos de Rapha sintiendo el calor de su cuerpo, marcándome como suyo con cada beso y caricia, oír mi nombre salir de su boca en cada suspiro, besarlo como si no hubiera un mañana, ni un ayer, sólo un hoy, sentirlo de todas las maneras posibles, pero tal parece que voy a tener que quedarme con las ganas.

El Maestro Splinter dijo que lo mejor sería que Rapha supiera todo lo que siento por él, pero es una situación difícil, no sé como hacerlo, no puedo pronunciar las palabras, me quedo mudo y paralizado, simple y sencillamente, creo que es mejor guardarme lo que siento por Raph y que nunca salga a la luz, que se quede en la oscuridad en la que está, que se oculte tras la sombra de una fachada, de un simple disfraz, que guarde silencio y que no se le ocurra gritar jamás.

Cierro mis ojos y, sin darme cuenta, me quedé dormido.

**********

Pasaron varios días y poco a poco me estaba recuperando.

Aún permanecía en cama y resultaba un tanto fastidioso. No podía entrenar, ¡Y tanto que me gusta!.

Miraba el techo desde mi cama y con mi dedo dibujaba cosas imaginarias en el aire. Suspiraba a cada cinco minutos; estar en cama es muy aburrido.

— Oye Leo - dijo de repente una voz entrando a mi cuarto -

— ¡Rapha! - dije sorprendido al verlo entrar. Nunca me había visitado y era una feliz sorpresa — ¿Qué haces aquí? - traté de incorporarme de forma rápida y cause que un insoportable dolor recorriera mi cuerpo. Solté un gemido de dolor y caí nuevamente acostado -

— ¡Con cuidado, intrépido! - se sentó en una silla que estaba al lado de mi cama -

— ¿Qué haces aquí? -

— Vine a ver como estabas -

— Me encuentro mejor, gracias - respondí con una sonrisa, de verdad estaba feliz de que Rapha viniera a visitarme -

Un silencio se posó entre ambos; Rapha miraba hacia el suelo y yo miraba sus ojos esmeraldas.

— Leo… yo me preguntaba… - frenó sus palabras, como buscando las adecuadas al momento de hablar -

— ¿Te preguntabas…? - lo animé a continuar -

— Me preguntaba… - parecía perdido en sus pensamientos al pronunciar esas palabras. Levantó su vista del suelo y me miró a los ojos por un rato para luego proseguir — ¡Me preguntaba que como dejaste que los kraang te dispararan! - ¡Oh, era eso!, si les soy sincero; me había emocionado, pero fue en vano -

— Sólo… me distraje con algo -

— ¡¿Con qué?!, ¡¿Con karai?!, ¡¿Estaba cerca de nosotros?! -

— ¿Karai?… no, no era ella… - ya me había olvidado de Karai, como dije antes, mi mente estaba ocupada en “otras cosas” -

— ¿Seguro? - me preguntó con el ceño fruncido -

— Sí… seguro… me distraje por otra cosa -

Rapha estuvo a punto de decir algo, pero la puerta se abrió de repente dejando ver a Donnie.

— Bien, Leo vengo a… - detuvo su hablar al ver a la tortuga de la cual yo estaba enamorado (Toda ésta situación me está volviendo muy romántico) — ¡Oh, Rapha, estás aquí! -

— Sí, yo ya me voy - respondió Raph — adiós Leo, recupérate pronto - dicho esto se fue -

— Bien, Leo - prosiguió Donnie — vengo a revisarte las heridas y a cambiarte las vendas -

— S-sí -

Don me ayudó a sentarme para poder trabajar mejor. Lo observé mientras me quitaba las gasas y las reemplazaba por unas nuevas. ¿Sería una buena idea decirle a Donnie?, bueno, es el inteligente del grupo, supongo que me entendería, porque si se lo digo a Mikey, aunque prometiera no decírselo a nadie, iría corriendo a contárselo a Rapha.

— Oye, Donnie, ¿Puedo hacerte una pregunta? -

— Por supuesto -

— ¿Si te gusta alguien crees que debes decírselo? -

— ¿Por qué lo preguntas? -

— Es que… estoy enamorado de alguien y… no sé deba decirle lo que siento… -

— ¿De quién se trata?, ¿De tu amiga del pie? -

— ¿Karai?, no, más bien es alguien más… cercano a nosotros -

— ¡¿Abril?! - preguntó exaltado -

— ¡¿Qué?!, ¡No!… es… mmm… - era difícil pronunciar ese nombre — es Raphael - dije lo más callado posible; sólo fue un simple susurro lo que solté -

— ¿Quién? - me preguntó dándome a entender que no había escuchado -

— Es… - tomé aire en un fuerte suspiro y cerré con fuerza mis ojos — es Raphael - pronuncié un poco más alto -

Abrí lentamente mis pupilas para posar mi vista en Donnie, quién me miraba sorprendido.

— A… t… d… - no sabía como procesar aquella información — ¿Es una broma? - pronunció al fin -

Bajé mi mirada, viendo hacia el suelo, y negué con la cabeza, indicando que hablaba enserio y que no era ningún tipo de juego.

— ¡Wow!… esto es… - toció un poco — realmente… sorpresivo… aunque, si recurrimos al pasado, era bastante obvio… - respondió sin juzgarme -

— Y… ¿Qué crees que deba hacer?… el sensei dijo que lo mejor sería decírselo… ¿Tú que crees? -

— B-bueno… creo que deberías hacer lo que consideres correcto para ti… -

— Es que… tengo el leve presentimiento de que me rechazará apenas le diga -

— Sé lo que se siente, Leo, pero, como dije antes, deberías hacer lo que crees correcto para ti, con lo que te sientas más cómodo -

— Gracias, Donnie -

Luego de eso, terminó de cambiarme las vendas y no se habló más del tema.

********

El tiempo hizo su trabajo: avanzó sin detenerse.

Me desperté y las heridas habían sanado mucho. Me levanté de mi cama con mi cuerpo menos adolorido de lo habitual; sonreí por eso.

Tomé mi máscara, mis armas, mis rodilleras, mis coderas y me las puse.

Salí de mi habitación y me dirigí a la sala de estar, donde me encontré a Mikey viendo televisión y a Rapha jugando pinball, era la primera vez que lo veía desde la única vez que me fue a visitar mientras yo estaba en cama.

— ¡Leo!, ¡¿Ya te sientes mejor?! - gritó Miguel Angel provocando que Rapha dejara de jugar para voltear a verme -

— Sí, ya me siento bastante mejor - respondí con una sonrisa -

— ¡Ya desayunamos, pero iré a cocinarte algo para celebrar que ya estás fuera de la cama! -

— Gracias, Mikey - le dije antes de que saliera corriendo hacia la cocina -

— Así que al fin saliste de cama, temerario líder - dijo Raphael acercándose y deteniéndose en frente de mí con una mano en su cadera -

— Jeje, sí… era bastante aburrido estar mucho tiempo en cama, es bueno estar de vuelta… y… ¿Donde está el sensei? - pregunté luego de que un incómodo silencio se posara entre los dos -

— En el dojo… creo que debe estar meditando -

— Ah… gracias… - me fui directo al dojo -

Entré y vi al sensei meditando. Suspiré y me le acerqué para sentarme a su lado.

— Maestro Splinter - lo llamé sacándolo de su profundo trance -

— ¡Leonardo! - pronunció sorprendido — ¿Te encuentras mejor? -

— Mucho mejor, sensei, gracias - sonreí -

— ¿Y como va lo de Raphael? - desvié mi mirada ante esa pregunta -

— Sensei yo creo… que es mejor no decirle -

— Leonardo, hijo mío… - le interrumpí -

— No, sensei, no le diré nada a Rapha… al menos no aún… cuando esté listo lo diré, pero todavía no… - El sensei me miró detenidamente por un rato, para luego hablar -

— Bien, pero no esperes mucho, se te puede hacer muy tarde y luego te puedes arrepentir - me dijo para después retomar su posición para meditar -

— Hai sensei - me incliné un poco para luego levantarme y abandonar del dojo -

Llegué a la sala y Rapha estaba viendo la televisión sin notar mi presencia, sonreí al verlo, realmente estaba enamorado de él. Me acerqué lentamente y me senté a su lado y fue cuando se dió cuenta de que yo estaba ahí.

— … ¿Y cómo fueron las misiones sin mí? - pregunté para romper el silencio -

— Supimos como arreglarnos para que todo saliera bien, pero… de verdad es bueno tenerte de vuelta - me sonrió y yo le devolví la sonrisa -

— ¡Aquí tienes, Leo! - dijo Mikey acercándose a mí y dándome el platillo -

— Gracias, Mikey - dije antes de comenzar a comer -

**********

El cuerpo ya no me dolía, por lo tanto, retomé mi entrenamiento y mi liderazgo en las misiones.

Al paso de los días, ya no lo soportaba más, tener tan cerca a Rapha hacía que me dieran ganas de decirle todo lo que siento por él, por eso, creo que ha llegado la hora de confesarme.

Luego del patrullaje nocturno, llegamos a la alcantarilla y cada quien se dirigía a su habitación para dormir, (menos Donnie que se fue a su laboratorio). Detuve a Raphael antes de que se fuera.

— Oye, Rapha, ¿Podrías esperar? -

— ¿Qué ocurre? -

— Yo… te quería decir algo… -

— ¿Qué cosa? -

Lo observé por unos momentos y nuevamente las palabras no salieron de mi boca.

— Leo, ¿Ocurre algo? - preguntó sacándome de mis pensamientos -

Yo no respondí, sólo coloqué mis manos en sus hombros y acerqué mis labios a los suyos, me detuve a dos centímetros de distancia, lo observé a sus ojos verdes que me miraban sorprendidos. Lo miré por unos segundos y me alejé. Bajé la cabeza y decidí entrar a mi cuarto, el cual estaba justo al frente donde nosotros estábamos; no me atreví a hacerlo. Iba a abrir la puerta pero alguien tomó mi brazo y me detuvo… y por “aguien” me refiero a Rapha. Llevé mi vista a sus ojos y esperé el reclamo.

— ¿Te acercaste a mí para besarme? - preguntó molesto -

Desvié mi mirada y no le contesté, con eso ya lo dije todo.

— Pues, Leonardo, a mí no me dejarás así - lo miré confundido — ahora me besas -

Me sorprendí y no me dió tiempo de decir algo; Rapha me recostó en la puerta de mi habitación y me besaba como si el mañana no fuera a llegar.

Luego de reaccionar, abracé su cuello y correspondí al beso. No me importaba nada, esto lo esperé por mucho tiempo, así que el resto del mundo me valía un cero a la izquierda.

Mi lengua usmeaba aquella cavidad bucal y la lengua de Rapha usmeaba la mía. Saboreaba cada rincón de su boca sin querer detenerme nunca.

— Si van a hacer eso deberían ir a un lugar más privado - Rapha y yo separamos nuestros labios rápidamente y vimos a Donnie pasando por ahí leyendo unos papeles — luego no quiero que llegué Mikey y lo traumen o que comience a preguntar que qué estaban haciendo y yo no estoy dispuesto a explicarle - dicho esto entró a su habitación -

Un incómodo silencio apareció.

Tomé a Rapha de los hombros y separé su cuerpo del mío, di la media vuelta y entré a mi habitación. Ya adentro di un fuerte suspiro. Iba a ir hacia mi cama para dormirme de una vez, pero unos brazos rodearon mis caderas y me impidieron avanzar.

— ¿Rapha?, ¿Qué haces? - pregunté un poco (muy) nervioso -

— ¿Qué crees tú? - me giró para besarme -

Yo sólo cerré mis ojos y correspondí. Sentí como Rapha me guió hasta la cama y me recostó con mucho cuidado. Dejó de besarme para verme debajo de él con la respiración algo agitada, sonrió de medio lado y atacó mi cuello.

Aún tenía mis espadas puestas, así que el estar acostado era algo incómodo. Me enderecé y Rapha, entendiendo el porque me senté, me quitó las armas y me volvió a recostar.

Yo me retorcía ante cada beso y caricia. Apretaba con fuerza mis dientes para no gemir.

Rapha mordió mi cuello lo que provocó que se me escapara un gemido, el cual ahogué en un suspiro.

Rapha bajó sus besos haciendo un camino imaginario por todo mi pecho hasta llegar a mis piernas y besarlas, (y también morderlas).

Yo lo único que me dignaba a hacer era mirar el techo, mientras sentía cada acción de Rapha en mi cuerpo.

Paseaba su lengua por ambas piernas, estremeciéndome con cada movimiento.

Subió hasta mis labios y los besó, acariciándome en la zona que segundos atrás me besaba, (las piernas). Volvió a atacar mi cuello, pero esta vez parece que pretendía dejarme marcas.

— Por favor, dime que esto no es un sueño - dije acariciando su caparazón -

Rapha detuvo lo que estaba haciendo para mirarme a los ojos.

— ¿Y cuántas veces has soñado conmigo de esta manera para que pienses que es un sueño? -

Me sonrojé ante tal pregunta y llevé mi vista a otra parte. Raphael rió un poco para luego proseguir con lo que estaba haciendo.

— No… no creo que sea un sueño - dije — en mis sueños no se sentían tan real como en estos momentos -

Rapha, nuevamente, se detuvo y me miró a los ojos con una sonrisa burlona.

— ¿Entonces sí has soñado conmigo de esta forma? -

Me puse tan rojo como el antifaz de la tortuga encima de mí y giré mi cabeza hacia un lado; no quería verlo a los ojos.

Raphael rió un poco más fuerte y continuó besando mi cuello.

Sentí como mi entrepierna decidió despertar y salir a la luz. Rapha al notarlo me miró y sonrió de medio lado. Yo desvié mi mirada, aquello me avergonzaba un poco.

Rapha bajó a mi miembro y sentí como lo metió a su boca y lo succionó.

Cerré mis ojos ante aquel placer y ahí sí no pude detener mis gemidos.

Llevé mi vista hacia Rapha y vi que miraba con picardía mis reacciones ante tal acción. Volví a desviar mi mirada, realmente todo aquello me daba vergüenza.

Raphael jamás detuvo lo que estaba haciendo y sé que mientras lo hacía me seguía observando. Tomé mi almohada y cubrí mi rostro con ella. Rapha dejó de succionar mi entrepierna para subir a la altura de mi cara.

— ¿Que te ocurre, temerario líder? -

— Nada… sólo que esto me avergüenza un poco - respondí aún con la almohada en mi rostro -

— ¿En serio?, pues prepárate Leo, porque haré que te avergüences aún más - arrojó lejos a mi almohada -

Tomó mis muñecas con una sola mano y las colocó arriba de mi cabeza, con la otra mano tomó mi miembro y me masturbó. Su rostro estaba tan cerca del mío y observaba cada mueca que yo hacía.

A pesar de que, desde el día en el supe lo que sentía por Rapha, he querido hacer todo esto, quería esconder mi cara para que Raphael no me mirara, pero no podía esconderla en ningún sitio, hasta que opté por enterrarla en su cuello y enrollar mis piernas en su cadera. Rapha soltó una risita ante lo que hice.

— Cállate - dije con mis mejillas rojas -

— Como ordenes, jefe - susurró Raphael en mi oído -

Raph aumentó los movimientos de su mano, haciéndome gritar con fuerza. Me hizo desenterrar mi rostro de su cuello y me beso para ahogar mis gemidos. Creo que no es una gran idea que todos en la alcantarilla se enteren de lo que estamos haciendo, (aunque creo que Donnie lo sabe).

Sentí una corriente eléctrica correr por todo mi cuerpo al correrme en la mano de Rapha.

Mi respiración estaba agitada y trataba de recuperar el aliento. Cuando llevé mi mirada hacia Raphael, él me observaba detenidamente mientras lamía de su mano mi semen.

Me sonrojé ante tal acto y, como por enésima vez, desvié mi mirada.

— ¿En serio te avergüenza tanto? -

— ¿Tú que crees? -

— Que no pareces un líder - esas palabras me hicieron voltear a verlo — ¿Avergonzarte por lo que estamos haciendo?, ¿Es en serio? -

Arrugué mi ceño, le quité el cinturón de sus sais y lo giré quedando yo arriba de él.

— ¿Enfurecí al líder? - preguntó con sorna -

Yo sonreí de medio lado y, directamente, ataqué su miembro con mi boca.

No hacía aquello por lo que dijo, es sólo que yo también quería colaborar y entregarle el mismo placer que él me estaba ofreciendo.

Sentí la mano de Rapha en mi nuca, dándome a entender que aumentara la velocidad y así lo hice. Las succionadas subieron de velocidad al igual que los gemidos de Raphael subieron de volumen.

Oí a Rapha decir mi nombre cuando se corrió dentro de mi boca.

Yo tragué lo que pude y lo que no se escurrió entre los extremos de mis labios.

— Nada mal… - me dijo -

Yo sonreí y con la punta de mi lengua limpié el semen que se escapó de mi boca. Raphael abrió los ojos y sonrió ante aquello.

Subí hasta sus labios y los besé.

Raphael cambió otra vez de posición y quedé nuevamente abajo.

— ¿Quieres jugar un poco más? - me preguntó -

— ¿A que te refieres? -

— A esto - se colocó en la posición conocida por todos como “el 69” -

No voy a negarlo; aún me avergonzaba aquello.

Rapha metió mi miembro en su boca, subía y bajaba provocando que mis gemidos se escaparan.

No quise quedarme atrás, así que comencé a hacer lo mismo.

Ambos subíamos y bajábamos entregándonos un exquisito placer mutuamente y no mentiré era algo fantástico.

Después de un rato, Rapha se corrió primero y segundos después me corrí yo.

Rapha dejó esa posición para colocarse como al principio.

Tomó mi antifaz y me lo bajó a mi cuello quedando como un collar, yo hice casi lo mismo, sólo que a diferencia de Rapha yo desaté el amarre y arrojé su cinta a un rincón del cuarto.

Observé sus ojos y sonreí.

— ¿Qué? - me preguntó -

— … me encantan tus ojos - lo abracé del cuello y lo besé -

— Creo que ya es hora - dijo al finalizar el beso -

Yo asentí un poco nervioso, pues, sabía exactamente lo que venía y no es que no quisiera hacerlo; es sólo que el miembro de Rapha es algo… grande… y estoy seguro que esto me va a doler.

Nuestro dedos era muy gruesos, así que uno sólo bastaba para la preparación.

Sentí como Rapha buscaba mi entrada con su dedo, (lubricado con su propia saliva) y lo introducía en mí.

Cerré con fuerza mis ojos ante el dolor. Rapha acarició mi mejilla y besó mis labios.

Sentí como su dedo entraba y salía, lo cual provocaba que doliera aún más, cuando sintió que ya estaba preparado, lo sacó para reemplazarlo con su miembro. Comenzó a entrar en mí de forma lenta y unas lágrimas se escaparon de mis ojos, (no pude evitarlo).

— ¿Quieres que me detenga? - preguntó limpiándome las lágrimas -

— ¿Bromeas? - sonreí — ¿Sabes cuánto tiempo esperé para esto? - Rapha me miró sin pronunciar ninguna palabra — continua… quiero sentirte dentro -

Raphael entró completo en tan sólo un empujón. Abracé sus caderas con mis piernas y su cuello con mis brazos, de verdad aquello dolía mucho.

Rapha no se movió hasta que yo le di el permiso de hacerlo. Los primeros movimientos eran lentos y pausados, pero luego aumentaron la velocidad.

El dolor no se alivió, pero al mezclarse con el placer no quería que aquello acabara.

Rapha montó una de mis piernas en su hombro y la otra la dejó en su cadera.

Me penetraba con fuerza, tanto así, que la cama rechinaba al ritmo de los movimientos.

Rapha me giró dejándome boca abajo o, mejor conocido, como “en cuatro patas” y volvió a penetrarme y, gracias a la posición, había más profundidad en las estocadas.

Yo no podía creer que aquello estuviese pasando. Me sentía tan feliz.

Gemía un poco fuerte, era algo que no podía evitar.

— Shhh, nos mmm pueden oír - dijo Raphael -

— L-lo… ¡ahh!… l-lo sien… siento… no… no puedo… evi… ¡aaah!… evitarlo - respondí como pude -

Raphael metió uno de sus dedos a mi boca y lo succioné, para así, no gemir tan fuerte.

Rapha me enderezó y quedé de rodillas con él detrás de mí, sin dejar de moverse.

Sentía estar en la gloria total. A pesar del dolor, aquello se sentía bastante bien y lo mejor de todo es que la persona o, en éste caso, tortuga, que me estaba haciendo sentir todo aquello era de quién yo estaba enamorado y era lo que más disfrutaba en aquel entonces.

Raphael se recostó en la cama y yo me senté en su miembro quedando los movimientos en mi poder absoluto.

Subía y bajaba en la velocidad perfecta para mí. Sintiendo todo el cuerpo de la hombría de Rapha en mi interior.

Raphael puso sus manos en mis caderas incitándome a ir más rápido y no me pude negar. Aumenté la velocidad y vi como Rapha me lo agradecía gimiendo mi nombre.

Yo seguía moviéndome hasta que el de las sais me empuja y me deja, de nueva vez, abajo de él.

Me penetró otra vez, mientras mordía mi cuello. Yo solté un fuerte gemido por ambas cosas.

Rapha me volvió a enderezar. Abracé su cuello y sus caderas y ahora ambos colaborábamos con los movimientos.

Entre tantas estocadas, Raphael se vino dentro de mí. Sentí el placer de su tíbia semilla bañar y llenar todo mi interior.

Rapha salió de mí y atrapó mi miembro con su boca. Fue cuestión de unos segundos el que yo me corriera y gemiera el nombre de Raph al hacerlo.

Raphael se acostó a mi lado. Los dos estábamos sudados y respirando con dificultad.

Con una sonrisa abracé a Rapha y me recosté en su pecho.

— Te amo… - dije — Raphael, en verdad, te amo - esas palabras que tiempo atrás se me dificultaba pronunciar, ahora fluían como lluvia deslizándose sobre unas rocas -

Rapha no me respondió; sólo cerró sus ojos y cayó dormido.

**********

Al siguiente día, me desperté tacteando mi cama en busca de “cierto ser”, pero al no encontrarlo abrí mis ojos y vi que no había nadie en mi habitación, sólo yo.

¿Fue un sueño?, ¿Todo lo que sucedió fue sólo una cruel broma de mi subconsciente?.

Me enderecé y un dolor en “cierta parte de mi cuerpo” me hizo dar de cuenta que todo lo que ocurrió no fue un vil sueño; fue una completa verdad. Aunque, hubiese querido despertar y ver a Raphael a mi lado, lo que me hace pensar: ¿Anoche hicimos el amor? ¿O simplemente tuvimos sexo?.

Me levanté con esas preguntas resonando en mi cabeza. Recogí la almohada, que Raphael había arrojado, la coloqué en su lugar, arreglé la cama, (La cual estaba hecha todo un desastre), me coloqué mis armas y recorrí todo mi cuarto buscando mi antifaz, hasta que recordé que Rapha lo colocó en mi cuello, lo desaté y me lo puse donde correspondía. Salí de mi habitación, directamente a la sala de estar y estaba más sola que la una.

Suspiré con tristeza, creo que Raphael fingirá que no pasó nada… de eso estoy seguro.

Iba a sentarme cuando alguien me abrazó por la espalda.

— ¡Hasta que despertaste! -

— ¿Rapha? - giré mi rostro para verlo -

— El mismo que miras y admiras - dijo deshaciendo el abrazo y posándose en frente de mí -

Desvié mi mirada pensando en la pregunta que resonaba en mi mente.

— ¿Qué? - preguntó Rapha — ¿No me digas que todavía te avergüenza? - dijo, supongo yo que por haber desviado mi mirada -

— No… yo… Rapha -

— ¿Mmm? -

— Quería preguntarte si lo de anoche… ¿Por qué lo hiciste? - pregunté al fin -

— … - miró hacia todos lados dando a entender que no entendió la pregunta — ¿A qué te refieres? -

— ¿Por qué lo hiciste?, ¿Por necesidad, por gusto, placer o por querer verme dominado por ti? -

— ¡Ah!, ¡Te refieres a eso!… - guardó silencio por unos segundos mientras observaba el techo, luego llevó su vista hacia mí y me respondió — lo hice por necesidad - ok, esas palabras me dolieron -

Mis ojos se llenaron de lágrimas y bajé mi mirada; Rapha suspiró y continuó.

— Por la necesidad de demostrarte al fin lo que siento por ti - levanté mi vista sorprendido — … Leo… - prosiguió — respóndeme algo... ¿Cuándo comenzaste a sentir cosas por mí? -

—No lo sé… hace unos cuantos meses -

— ¿Meses? - yo asentí -

— Sí… hace unos meses me di cuenta de que estaba enamorado de ti -

— Mmm… ¡Qué interesante!… yo estoy enamorado de ti desde que tenemos diez años - abrí mis ojos de la impresión — pasé dos años negándome lo que sentía por ti, pero a los doce me di por vencido y terminé por aceptarlo, cuando anoche me preguntaste que si sabía cuanto tiempo esperaste para hacer lo que hicimos no te respondí, porque tú sólo esperaste meses; yo tuve que calarme cinco años para que supieras lo que siento por ti… -

— ¿E-en serio? - aún no salía de mi impresión -

— Hmp… ¿Por qué crees que odié a Karai la primera vez que la vi?… ¿En serio te creíste el cuento de que era porque es del clan del pié?… a ti te hubiese podido gustar una chica Kraang, una chica de otro mundo o una chica que viva a la vuelta de la esquina, sea quien sea, venga de donde venga, yo la hubiera odiado… ¿Por qué crees que me enfadé cuando estábamos luchando contra el Kraang y tú acabaste con todos sólo para impresionarla? [3]… ¡Vaya Leo!, ¡Sí que estuviste ciego todos estos años! -

Bajé la vista; no podía creer lo que estaba oyendo.

— Entonces… ¿Anoche hicimos el amor y no tuvimos sólo sexo? -

— Mmm… sí, así es - sonreí ante esas palabras -

— Entonces… tú… - me interrumpió -

—No te lo dije anoche cuando tú me lo dijiste, pero aún no es tarde… te amo… Leonardo, de verdad te amo… -

Ahora mis ojos se llenaban de lágrimas, pero éstas eran de felicidad.

— Espero que no te vayas a poner a llorar cada vez que te diga “te amo”, porque no quiero verte llorar todos los días… - amplié mi sonrisa aún más — te diré “te amo” hasta que te hartes -

— No creo poder jamás hartarme de unos “te amo” que provienen de tu voz -

Rapha sonrió y se acercó para besarme, pero una tercera voz lo detuvo.

— ¡Aaaawww! - Los dos volteamos y vimos a Mikey que, al parecer, escuchó TOOOODA nuestra conversación -

— ¡Voy a hacerte pedazos! - dijo Raphael corriendo detrás de Mikey -

Yo solté una risa y no borré la amplia sonrisa de mi cara.

No conocía ese lado de Rapha, como siempre se hacía “el chico rudo” es extraño verlo mostrar su lado “cursi”, por así decirlo, aunque siempre se preocupa por todos nosotros, verlo más sentimental de lo habitual no es algo que se ve todos los días, pero me gusta que sea así conmigo.

Mikey corrió delante de mí y, por obviedad, Rapha también, pero lo detuve sosteniéndolo del brazo y halándolo hacia mí para besarlo, (cosa que Mikey aprovechó para huir). Finalicé el beso y le regalé una sonrisa.

— Yo no estuve ciego; tú supiste ocultar muy bien lo que sentías - dije -

— ¿Mis celos no eran muy obvios? - me preguntó colocándose detrás de mí, abrazándome por la cintura y recostando su mentón en mi hombro -

— Pensé que era porque es del clan del pié -

— A mí me vale que sea del clan del pié, por mí que se rompa un brazo -

— ¡Rapha! -

— ¿Qué? -

— ¡Es la hija del Maestro Splinter! -

— ¡Ah, cierto!, lo había olvidado - entrecerré los ojos y lo miré con cara de “¿Es en serio?” — ¿Qué?, cuando estoy contigo se me olvida hasta mi propio nombre - reí un poco ante eso -

En verdad, nunca pensé ver a Rapha actuando así, pero no me molesta, por el contrario, me fascina.

Me giré para quedar frente a él.

— Te llamas Raphael Hamato - dije -

— Gracias por recordármelo - lo abracé por el cuello y lo besé -

Estaba feliz, de verdad, estaba feliz.

— Sigo diciendo que sí van a hacer eso, es mejor que se vayan a un lugar más privado - dijo Donnie arruinando nuestro beso… otra vez -

— ¿Y sí mejor meto tu cara al retrete? - respondió Rapha -

Al parecer, sólo será “cariñoso” conmigo.

— Tranquilo Rapha, ya me voy - dijo Donnie yendo a su laboratorio -

Rapha me tomó de la barbilla y volvió a besarme y yo, obviamente, le correspondí.

El sensei tenía toda la razón, cuando se arriesga no se sabe si se ganará o si se perderá, pero vale la pena intentarlo y me alegra haber arriesgado.

¿Como es ahora nuestra vida de pareja?, bueno, no diré que es la más perfecta, mayormente discutimos por cualquier tontería, pero en esos días, en los que se supone que deberíamos separarnos, no lo hicimos. A pesar de las discuciones, nada es lo suficientemente fuerte para separar esto que nos une. Como dije anteriormente, no es la historia más perfecta, pero es una historia mía y de Rapha y con eso me basta y me sobra…

FIN

----------

[1] En el episodio "The good, the bad and the Casey Jones" (El bueno, el malo y el Casey Jones).

[2] En el episodio "The gauntlet" (El desafío).

[3] En el episodio "The alien agenda" (La agenda extraterrestre.
Notas finales: Buaaaano… eso es todo, espero que les haya gustado :). (Si de casualidad alguien lo leyó xD).

Disculpen la mala narración y la falta de ortografía. Aún me falta mucho por mejorar, incluso volví a escribir éste fic, pero desde el punto de vista de Rapha, talvez me de la guachiranga y lo suba xD, pero no es muy seguro.

Me costó un poquis manejar a los personajes, espero y lo haya hecho bien :3.

Mi otra pareja favorita es el Donatello x Miguel Angel, estoy escribiendo un fic de ellos, que se puede decir que es parte de éste fic, pero de seguro sólo lo terminaré de escribir por capricho y talvez jamás lo publique. (Aunque coloqué a Donnie enamorado de Abril en éste fic, pero era necesario hacerlo :-/).

Un beso a quién lo haya leído y a quién le haya gustado :D.

SayoNara y se me cuidan. ¡Saludones desde Venezuela!.

REDES:

http://www.facebook.com/LaAzumy (Esta página no me deja leer los mensajes; sólo puedo leer lo que se escribe en mi biografía)

http://ask.fm/noerescapazdeentenderme (Respondo todas las preguntas que me hacen)

Besillos…

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).