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One more night por TokiitaNaruLoveBK

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Notas del capitulo:

Este oneshot es bastante largo, es el más largo que he escrito en toda mi vida y la verdad me ha gustado mucho hacerlo, espero que todos disfruten leerlo tanto como yo creandolo, de ante mano gracias por leerlo y darle una oportunidad. 

 

Este oneshot esta dedicado a:

Naru. Tú niño, gracias a ti pude sacar adelante este oneshot, porque sino hubeira sido por ti quien sabe hasta cuando hubiera decidido terminarlo, me ayudaste cada vez que me trataba, así que gracias y espero que te guste leer el trabajo final de todos estos días de desesperación XDD Te amo!

Sasuke-baka. Aunque no quiera, tengo que mencionarte, fuiste tú quien me ayudó cuando no supe como poner esta idea en orden, gracias teme. 

Zanzamaru, que espero que te guste después de días de estar dandote alas de publicarlo y publicarlo, bueno, ahora ya no es mentira, aquí lo tienes XD 

 

One More Night
UchihaNaru


Lo que hacemos es prohibido y tan adictivo que logró hacer que me enamorara de ti.

 

SasuNaru

 

Jugamos a algo demasiado peligroso que solo hace subir la temperatura de la situación, es increíble pensar que la fricción de nuestros cuerpos y la satisfacción que nos produce hacerlo puede condenarnos eternamente si alguien nos llega a escuchar o ver, sin embargo, el saber esto no provocaba en mí ningún tipo de sentimiento más que puro placer, una adrenalina que aumentaba el deleite de este hermoso pecado.

 

Después de mirar esos ojos azules cristalinos nublados por la lujuria no pude evitar querer morderle en ese tentador cuello acanelado, todo su cuerpo era una perdición, una adicción que no podía controlar desde hace ya mucho tiempo, algo que simplemente… se me había salido de las manos. 

 

Cuando mis dientes probaron su piel con salvajismo un gemido de dolor y placer llegó a mis oídos haciendo que aumentara la intensidad de las mordidas, de sus dulces labios podía escuchar quejidos de dolor que en vez de pedirme que me detuviera me pedían más y más, esa voz y todas esas provocaciones obscenas fueron lo que me hicieron caer.

 

Enredó sus piernas a mis caderas para pegar más nuestros cuerpos, nuestras intimidades se tocaron por aquel movimiento y un gemido ronco salió de mi garganta, pude sentir un escalofrío recorrer su cuerpo con solo escuchar mi voz y eso me hizo sonreír con superioridad, a esas alturas del juego el uniforme patriótico era demasiado incómodo para los dos, mientras dejábamos de lado las rectitudes y los papeles de teniente general y cadete, arrancamos todo rastro de ropa de nuestros cuerpos tan rápido como se nos era posible, no era la primera vez que nos ahogábamos en este acto ilegal, pero de igual manera estábamos ansiosos como en la primera vez que decidimos condenar nuestras almas a un fin claramente devastador.

 

Mi escritorio chillo cuando, aun estando entre las piernas de aquel joven rubio, hijo de un afamado empresario, simule una embestida para aumentar la temperatura de los dos, ahora que la ropa había desaparecido me senté sobre mi silla y lo observe desde mi lugar, un destello de locura pasó por mis ojos al ver a ese rubio ahí, acostado sobre mi escritorio con piernas abiertas y su mirada azulina sobre mí, él estaba apoyado sobre sus antebrazos para poder verme a los ojos, había perdido la razón por culpa de ese chiquillo, por un rubio malcriado y, a pesar de saber las consecuencias de mis actos, ya estaba demasiado atrapado en su juego para poder escapar…

 

-Vamos teniente, ¿Qué no iba a reprenderme por mis actos-ttebayo? – Su voz seductora taladró mi cordura, todo esto era demasiado para mí, por un lado quería disfrutar con lentitud y delicadeza ese cuerpo perfecto, tenía un mal presentimiento pero, a pesar de todo, siendo un militar, la delicadeza no estaba en mis planes y, cuando tome los tobillos de Naruto con fuerza y vi su sonrisa socarrona al darse cuenta de que había conseguido uno más de sus tantos caprichos, lo jale sin ninguna delicadeza hacía mí, lo obligue a hincarse en el suelo poniendo frente a él mi pene erguido e hice que se tragara todas sus palabras; ese momento fue glorioso.

 

No estábamos consientes el lugar en donde estábamos, el escándalo que estábamos haciendo, los dos disfrutábamos la felación que ese malcriado niño me estaba dando sin reparar en las consecuencias que nos traería si alguien llegara a vernos y cuando comenzamos a preocuparnos, ya era demasiado tarde.

 

El sonido del cristal rompiéndose contra el piso, una exclamación de sorpresa y el sonido de la puerta ser abierta llegaron como disparos hacía mí, miré hacía la entrada de mi oficina y ahí estaba mi padre, quien seguramente traía una copa en mano que ahora yacía esparcida en el suelo, no pude reaccionar a tiempo, Naruto se separó de mí y buscó su ropa para tapar su desnudes del General, el jefe de jefes, yo hice lo mismo después de unos segundos pero al final, sabía que todo había llegado a su fin, estaba acabado, condenado de por vida, a pesar de eso por mi mente solo había una preocupación y era el hecho de que Naruto no saliera perjudicado en todo esto... Maldición, si tan solo nunca hubiera pedido

 

Una noche más.

 

3 meses antes.

 

West Point, lugar ubicado en el condado de Orange en el estado de Nueva York con una población de 7, 138 habitantes y reconocido por su reservación militar federal.  Ese, de todos los lugares en el mundo, era el último lugar que creía sería merecedor de su presencia. Estaba jodido.

 

Naruto Namikaze, hijo del gran empresario Minato Namikaze, el hombre más rico de todo Nueva York y dueño de una de las empresas más importantes mundialmente hablando, era la persona más superficial, prepotente, caprichosa, narcisista y egoísta del planeta entero. Minato cada día suplicaba por paciencia, tener que aguantar a su hijo era más difícil que lidiar con el estrés que le provocaba el trabajo, y eso era mucho decir.

 

El problema de todo era que Naruto había nacido en una cuna de oro, para cuando su madre, Kushina Uzumaki -que en paz descanse-, le dio a luz, Minato y su esposa vivían en lo más caro de Nueva York en una residencia privada, de la cual era dueño después de comprarla un mes antes de recibir al pequeño varón nombrado como Naruto y, desgraciadamente, despedirse de su esposa que había fallecido en el parto; su hijo había crecido rodeado de las cosas más caras, sin necesidades, con profesores privados, lujos, dinero y descontrol.

 

Las últimas dos palabras fueron el gran problema, Minato nunca le puso un alto a su hijo puesto que era su rayo de sol, la cosa que más amaba en el mundo, y bueno, al principio eso estaba bien, los juguetes no eran malos, los videojuegos, las cosas que cualquier niño de 12 años pedía nunca se le negaron, después de todo era un niño, sin embargo, cuando creció las cosas se empezaron a descontrolar, todo se vino abajo cuando su hijo cumplió los 16, la etapa más horrible que le tocó vivir. 

 

Los juguetes quedaron atrás, los videojuegos ahora eran violentos, el dinero se iba en ropa estúpidamente cara, en salidas con amigos poco confiables, incluso podía insinuar que en drogas; a los 18 fueron los autos último modelo, un departamento de soltero, una isla entera para una fiesta que duró semanas con los DJ's del momento, más drogas, alcohol y mucho más que aun era incapaz de creer.

 

Lo cierto era que Naruto no lo había llevado a la ruina, cada tres horas su empresa generaba más de 1 millón de dólares, el problema era otro. La actitud, esa delicada personalidad que su hijo poseía era el problema. Naruto era grosero y mimado, con un solo movimiento tenía lo que quisiera, el rubio mayor pensó haber hecho un buen trabajo como padre, ahora ya no estaba tan seguro, por su mente pasó la posibilidad de que el problema era que su hijo no tenía una imagen materna a la cual respetar, estuvo a punto de casarse de nuevo con Sakura Haruno, una empresaria multimillonaria de su edad y muy bonita pero, cuando la presentó con Naruto... bueno... Al final no se casaron. Fue entonces que se dio cuenta de algo, Naruto respetaba la imagen de su madre, de Kushina, muy a pesar de que nunca la hubiese conocido siempre la tenía en mente, por lo mismo nunca le dejó casarse de nuevo, sus relaciones no duraban ni una semana entera después de que las mujeres eran presentadas a Naruto, su vida amorosa era un caos, aunque realmente no tenía tiempo para ella cuando Naruto seguía siendo su vida entera.

 

Minato sabía que los años pasaban y evidentemente se iba volviendo viejo, tenía que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde, algún día Naruto tendría que hacerse cargo de Konoha Inc. y, con esa actitud despreocupada no iba a llegar muy lejos, el final era evidente, la inevitable ruina. Para Minato eso no era una pérdida importante, su hijo sin embargo era otro tema. Tenía que enseñarle a respetar y respetarse así mismo, que dejara sus juegos, que tomara la vida en serio, que cambiara su actitud de niño mimado y, sobre todo, que su vida sexual no fuera diversión si no algo serio, en pocas palabras que encontrara a alguien que lo amara y que lo viera como él miraba a su madre, que lo atesorara como la hermosa persona que era en verdad, sin embargo eso iba a ser lo más difícil del tema, más contando que su hijo era prácticamente adicto al sexo, aunque lo prefería por sobre las drogas y alcohol.

 

Un día Minato llegó a su hogar muy tarde, su habitación en la mansión era el tercer piso, la de su hijo era el segundo piso, el rubio estaba cansado, en su mente solo podía insultar a los proveedores y accionistas que le hicieron pasar un mal rato en la empresa cuando el día anterior su hijo había irrumpido una junta importante para hablar con su padre sobre el regalo que le correspondía al haber terminado sus estudios universitarios privados en administración de empresas a la edad de 20 años, Naruto podía ser de todo, pero era inteligente; a los acciones y proveedores los mandó a volar después de horas y horas de quejas sobre la actitud de su hijo sin importarle que con ellos se iban millones de dólares, los cuales podía recuperar en horas, incluso si se lo proponía en minutos, el hecho de que insultaran a su hijo, por mucho que tuvieran razón, no era algo que iba a consentir, Naruto era intocable.

 

Pero en fin, el caso es que llegó tarde, estaba cansado y lo único que quería era dormir hasta muy tarde al día siguiente, cosa que quedó de lado cuando llegó al segundo piso. La voz de su hijo llegó a su oídos como flechas asesinas, eran gemidos alocados y escandalosos que provenían de la única puerta que había en ese piso, una voz más grave y ronca la acompañaba, Naruto estaba teniendo sexo con alguien a media noche y, aunque eso no era raro, lo que lo llevó al límite fue saber quién era el hijo de puta que embestía a su hijo aquella noche.

 

-¡Más fuerte! ¡Más fuerte, Shikamaru! -

 

Minato enloqueció. Shikamaru Nara era un empleado suyo, tenía cinco años más que su hijo y su padre había sido un gran amigo en el instituto, ahora la empresa de los Nara y la suya estaban asociadas, el padre de Shikamaru siempre le guardó respeto por haber salvado a su empresa de la quiebra cuando compró el 60% de las acciones para levantarla con sus propios hombros de la miseria. El padre de Shikamaru era todo lo contrarió a su hijo, era un hombre respetable y trabajador, sin embargo el castaño era flojo, le importaba muy poco su trabajo, se quedaba dormido a mitad de las juntas y, si no fuera porque su padre y él eran amigos, lo hubiese despedido mucho tiempo atrás. Y bueno, lo que más le había enfadado de la situación no era tanto que Naruto tuviera sexo con alguien mayor que él, la cosa era que lo estaba haciendo con uno de sus empleados, personas que debían de respetar su casa, su familia y sobre todo el jodido trasero de su hijo en vez de gritarle mientras mantenían relaciones que Naruto era de su propiedad y muchas cosas más que Minato no quería ni recordar.

 

Fue así como esa noche entró al cuarto de su hijo sin importarle verlo a cuatro en su cama con aquel sujeto detrás de él, Minato despidió y sacó a punta de golpes a Shikamaru Nara, prometiendo a los cielos hacerle la vida miserable por haber fijado sus ojos en su pequeño hijo y al regresar peleó con Naruto como nunca lo había hecho, lo obligó a vestirse y a hacer su maleta, recogió los papeles necesarios para lo que tenía planeado hacer y se lo llevó, sin importarle la hora que era, a West Point, lugar en donde se encontraba la Academia Militar de los Estados Unidos.

 

-Haré que me expulsen -Naruto miraba la entrada de la academia con odio, con el ceño fruncido, su padre estaba a su lado con la maleta de su hijo en mano, al escuchar a su hijo solo pudo suspirar.

 

-Naruto, esto es por tu bien, tienes que cambiar esa actitud que tienes y... y pensar un poco mejor con qué tipo de personas deberías involucrarte -Naruto puso los ojos en blanco con el comentario de su padre, si hubiera sabido que meterse con Shikamaru acabaría con él frente a esa tonta academia nunca lo hubiera ni pensado, solo se había acostado con aquel inútil por una apuesta con Ino Yamanaka, una de sus mejores amigas.

 

-Esto tiene que ser una broma ¡No puedes dejarme aquí! -Minato miró a su hijo de reojo, encontrándose con una mirada suplicante, el mayor dejó la maleta en el suelo y se giró para encarar a su hijo, quien a sus 21 se había quedado en una estatura promedio para los de su edad.

 

-Puedo y lo haré, esto es el castigo que te mereces por cada capricho y decisión egoísta, así que Naruto, me duele decirte esto pero, si haces que te expulsen, olvídate del dinero, las salidas, tu herencia y la empresa -Su hijo buscó la mentira en sus ojos, una que nunca encontró, su padre hablaba en serio y eso le aterraba, ¿Olvidarse de la empresa? ¿De su herencia? ¡¿De verdad?! Maldición, no había estudiado durante años con el solo pensamiento de dirigir algún día Konoha Inc. para que su padre le viniera con esas ahora, ¡El amaba esa empresa! Desde niño había deseado ser él quien estuviera detrás del escritorio de su padre algún día, no iba a permitir que esa oportunidad se le fuera de las manos.

 

-Eso es jugar sucio -Minato sonrió por el ceño fruncido de su hijo, había ganado por ahora, solo esperaba que su hijo se comportara dentro de aquella academia militar, más tomando en cuenta que estaría rodeado de hombres y que su hijo fuera abiertamente gay no ayudaba mucho, Minato se preguntaba durante cuánto tiempo Naruto podría estar sin mantener relaciones sexuales cuando por lo menos tres veces a la semana llegaba tarde del trabajo solo para escuchar a su hijo gemir.

 

Pero en fin, ya estaban ahí, su hijo había aceptado entrar y ahora solo faltaba que lo aceptaran, algo de lo cual no estaba tan seguro. Minato tomó de nuevo la maleta y junto a Naruto entraron a aquel lugar, preguntaron a uno de los cadetes sobre la oficina del general y una vez teniendo conocimiento de ella fueron hasta ahí, en el camino  Naruto solo miraba el suelo, enojado y pensando, sin darse cuenta que más de la mitad de los cadetes que se encontraron desde la entrada hasta la oficina del general lo habían visto con ojos lujuriosos, recorriéndolo con la mirada de arriba abajo, Minato suspiró y agradeció haber llegado a la oficina del general para evitar más miradas hacía su hijo.

 

Naruto miró a todos lados, buscando a alguna secretaria o algo por el estilo con la cual pedir permiso para ver al dichoso general, sin embargo el escritorio al lado de la puerta principal estaba vacío por lo que, antes de que su padre pudiese detenerlo y decidir esperar al dueño del escritorio vacio, Naruto ya había llamado a la puerta como si nada.

 

-Adelante -Naruto no miró la sonrisa que su padre había puesto al escuchar la voz del general, antes de que su hijo abriera la puerta él quitó su mano del pomo y lo hizo el mismo, poniéndose frente a él por si hacía algún gesto indecente al abrirla, conociéndolo, sabía que era capaz, después de todo el que lo aceptaran era aun muy poco probable y Naruto haría lo posible para que las pocas probabilidades fueran nulas.

 

El hombre detrás del escritorio era de su edad y aun así se veía más viejo, supuso que ante la presión que tenía que ejercer el dirigir aquella academia era el causante de eso, sin embargo, más viejo o joven, Minato no pudo ocultar la emoción que le provocó ver a un viejo amigo, así como el general olvido por completo la compostura que tenía que tener ante cualquier persona y, emocionado, se paró y salió detrás de aquel pedazo de madera para abrazar con efusividad al hombre que fue su mejor amigo de la infancia.

 

-¡Minato! - -¡Fugaku! - Naruto dejó salir una maldición por lo bajo cuando miró al general y a su padre darse un efusivo abrazo, dándose cuenta que por mucho que su padre creyera que aun era casi imposible que lo aceptaran, solo por ser amigos, estaba casi seguro de que el general lo aceptaría sin dudarlo.

 

Durante algunos minutos los dos hombres se mantuvieron en actitud relajada, preguntando sobre el trabajo y por último sobre la familia, tema que Minato temía tratar, fue entonces que la cosa se puso seria y, cuando Minato le explicó la situación a Fugaku, el silencio reinó en la habitación.

 

-Entonces, ¿Naruto? -El menor asintió, dando a entender que le prestaba total atención, Fugaku apartó su mirada del menor para posarla en los documentos que tenía en su mano sobre aquel pequeño rubio -No estás aquí porque quieras sino bajo amenaza, tu padre quiere arreglar tu comportamiento con educación militar y estoy de acuerdo con él -Fugaku bajó los documentos, cruzó sus manos en el escritorio y miró con seriedad al menor -Eras un niño muy agradable e inocente, cambiaste mucho, yo te cargue en brazos y no puedo darle crédito a las palabras de tu padre, quien te ha cuidado toda la vida y te describe como todo menos como lo que eres, su hijo -Naruto apretó los puños pero su rostro siguió siendo sereno, a nadie le daría la satisfacción de verle avergonzado por cómo era, mucho menos a alguien que acababa de conocer -Eres caprichoso, egoísta y narcisista, tienes calificaciones perfectas pero tu actitud es un asco, quieres ser dueño de una empresa multimillonaria y no tienes el comportamiento que un empresario debe de tener, no te haces respetar por nadie y tampoco te respetas a ti mismo ¿Me ha faltado algo? -Naruto sonrió y su padre se maldijo porque sabía lo que iba a decir y no podía hacer nada para callarlo.

 

-Soy abiertamente gay y mi vida sexual es muy activa desde los 16 años -Fugaku miró a Minato y este solo suspiro, el mayor no tenía ningún problema con que su hijo fuera gay, ¿Qué más daba algo como eso si su hijo era feliz? Fuera hombre o mujer no importaba, lo único que quería era que su hijo encontrara a alguien que lo hiciera sentir especial y que no solo lo buscaran por querer pasar una noche con él, por el dinero o por las apariencias.

 

-Naruto, el que seas gay no es un impedimento para que te unas al ejercito, de hecho nunca ha estado prohibido, menos ahora que el presidente ha decidido revocar la política de "Don't ask, don't tell" que prohibía a cualquiera revelar sus gustos sexuales mientras estuviera sirviendo en el ejercito, también implicaba la prohibición para los superiores de iniciar cualquier indagación o investigación sobre la orientación sexual de los cadetes, la ley prohibía casarse o intentar casarse con alguien de mismo sexo por servir a tu país y muchas cosas más, sin embargo eso quedó en el pasado, ahora nadie tiene que vivir una mentira para estar aquí, el que seas o no gay es algo sin importancia para mí o para cualquiera en esta academia -Minato sonrió complacido, su hijo ahora no tenía armas bajo la manga y lo supo al ver su cara de disgusto al mirarlo de reojo, incluso no pudo evitar dejar salir una pequeña risa al ver una sonrisa en la cara de su amigo por haber arruinado los planes de Naruto -Lo único que no podrás hacer dentro de la academia es mantener relaciones sexuales con cualquier miembro, no importa quien sea, cadete o superior, a mí no me importa que fuera de aquí se vean, se casen o salgan por una noche, sin embargo las paredes de esta academia se respetan y aun siendo el hijo de un amigo tendré que expulsarte si llegas a faltar a esta o cualquier otra regla de la academia -Naruto miró al techo ¿Sin sexo durante quién sabe cuánto tiempo? Se iba a morir ¡En serio que se iba a morir!

 

Sin más remedio, una hora después, Naruto ya era oficialmente parte de aquel lugar, Fugaku había pasado por alto los exámenes físicos y psicológicos a los que Naruto tendría que ser sometido por tratarse de un caso especial, una vez que el menor se despidió de su padre, intentando por última vez convencerlo de no dejarle ahí y sin lograrlo, Fugaku lo llevó para que recogiera su uniforme, recorrió con él la academia hasta la habitación que sería su cuarto de ahora en adelante y después lo llevó a presentarse con el teniente que se haría cargo de su comportamiento y entrenamiento personalmente, sabía que poner a Naruto con un grupo de cadetes no iba a servir de nada, el menor había sido educado con profesores privados que mantenían su total atención las horas que duraran las clases en Naruto, alguien que tuviera como misión controlar a un grupo de cadetes no iba a poder manejar a Naruto si este veía la oportunidad de burlarse del superior al no tener el trato especial al que estaba acostumbrado.

 

-Teniente Uchiha -Su hijo, Sasuke Uchiha, el mejor soldado que tenía junto a su otro hijo Itachi Uchiha, él sería el único capaz de componer a ese chico, Sasuke era de piedra, frío y calculador,  haría que Naruto se volviera el joven que se suponía debió ser. El mencionado estaba en el jardín principal impartiendo clases, cuando escuchó la voz de su padre se volteó y lo saludo como era debido, pues por mucho que fuera su padre seguía siendo su superior, Fugaku le pidió hablar con él y caminaron lejos del grupo, fue ahí cuando se dio cuenta de la presencia de un chiquillo que caminaba detrás de su padre con una expresión de fastidio -Teniente, le presentó al cadete Namikaze Naruto, a partir de hoy estará a cargo de su entrenamiento personal, dejará de impartir clases a los demás cadetes hasta que Namikaze logre ser el soldado ideal -Sasuke miró al niño sin emociones que expresar, a simple vista se veía lo enojado que estaba por estar ahí y entendió al instante que ese mocoso estaba ahí por su comportamiento, aun así no entendía porque tendría que tener un trato especial alejado de los demás cadetes, pero en fin, ya luego le preguntaría a su padre, por el momento no tuvo otra que aceptar las ordenes de su superior, Fugaku después de eso se fue y dejó a esos dos en un silencio que ninguno de los dos estaba dispuesto a romper.

 

-¿Cuántos años tienes, niño? -Sasuke miró a Naruto de arriba abajo, el chico no parecía tener más de 17-18 años, edad insuficiente para estar en un lugar como ese, Naruto por otro lado se sintió ofendido, podía tener cara de niño y una estatura no tan apta para su edad pero no era para tanto.

 

-Tengo 21, teniente -Su tono de enojo y altanería hizo a Sasuke fruncir el ceño, se puso de frente a Naruto y lo reto con la mirada, después de unos segundos comprendió que Naruto no le tenía ni el más mínimo respeto, por lo que el miedo era inexistente.

 

-Tienes mucho que aprender -Naruto puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos, eso solo exasperó más a Sasuke, quien con su infinita paciencia no cambió su expresión seria ni su mirada desaprobatoria, una que Naruto veía todos los días en aquellos que conocía y no conocía, incluyendo a su padre -Tu porte y ese tono de voz los cambias, no soy tu amigo y no lo seré jamás, soy tu superior y vas a respetarme -Naruto miró a Sasuke detenidamente, para ser tan atractivo el sujeto tenía una actitud horrible, sin embargo ni pensando eso podía dejar de mirarlo intensamente, algo que no ignoraba el Uchiha frente a él -Ahora, ve a tu habitación, ponte el uniforme que te corresponde y te esperaré en el campo de entrenamiento -Naruto dejó salir un Sí, señor sin importarle si lo había hecho o no bien, él simplemente se había dado la vuelta y había caminado despreocupadamente hasta los dormitorios sintiendo la mirada severa en su espalda, cosa que le provoco un escalofrío tan agradable que lo hizo sentirse excitado.

 

-Esto será interesante -Naruto sabía que era muy mala idea provocar al teniente, pero ¿A quién quería engañar? El hombre estaba para comerse y él sabía que no iba a durar mucho sin acción, se preguntaba ¿Cuánto tiempo tendría que pasar para hacerlo caer en sus redes?... Esperaba que no mucho o iba a enloquecer.

 

La habitación que le había tocado era compartida, cuando Fugaku lo llevó hasta ahí le había presentado a quién sería su compañero de cuarto, su sobrino, Sai Uchiha, era muy parecido a Sasuke pero no tan atractivo y, aunque en un principio le había llamado la atención, ahora que había visto a Sasuke, Sai no era para nada creador de estremecimientos como lo era el teniente Uchiha.

 

Naruto por lo mismo ignoró por completo la mirada interesada que le mandó Sai, el menor se mantuvo en sus pensamientos recordando a Gaara, uno de sus amigos de la infancia y que sin duda haría una linda pareja con Sai, se preguntó entonces si sería buena idea llegar a ser amigo de ese Uchiha para después presentárselo al pelirrojo, mientras Naruto pensaba en eso fue hasta su cama y comenzó a quitarse la ropa ante la mirada penetrante de Sai, se vistió delante de sus ojos y, cuando terminó miró divertido como aquel chico le sonreía mostrando sin descaro alguno el bulto entre sus piernas, Naruto sonrió al pensar que a Gaara le encantaría tener la misma vista que él tenía en ese momento.

 

Sai le hizo una señal para que se acercara, Naruto suspiró al aire y pidió fuerzas, el pequeño no supo de donde salieron pero lo agradeció cuando solo se dio media vuelta y salió de ahí para encontrarse con el teniente, una pequeña esperanza de lograr aunque fuese una noche con su superior le calentaba y hacía que pensara dos veces las cosas antes de hacerlas, justo como había sucedido con Sai, además tenía, aunque no quisiera, que comportarse, ser expulsado no estaba en sus planes, no cuando su puesto en la empresa estaba en juego.

 

Cuando Naruto llegó al campo de entrenamiento no se fijo en los neumáticos acomodados estratégicamente para ser saltados o en ninguno de los obstáculos extraños que seguramente tendría que escalar o lo que fuese que tuviera que hacer en ellos, no, sus ojos solo tenían su atención puesta en algo, o mejor dicho en alguien. Naruto estaba seguro de que estaba sonriendo como un tonto, con lujuria, la mirada seria del teniente, advirtiéndole en silencio que parara con su juego no fue suficiente para bajarle la calentura del momento, el sujeto le hacía perder la cordura.

 

-Cadete Namikaze, tome este entrenamiento como una advertencia por hoy, si usted cree que esa mirada va a provocarme está muy equivocado, así que pare de hacerlo -Naruto puso los ojos en blanco, el teniente era alguien duro de roer pero nada era imposible y Naruto lo quería, quería ser tomado por esos brazos, ser empotrado contra alguna pared, recibir un castigo de su superior y, cuando Naruto quería algo, lo obtenía -Va hacer cada obstáculo diez veces cada uno, va a escalar esa pared de madera y se dejará caer desde arriba, saltara por esos neumáticos, se arrastrara en el lodo debajo de las púas, pasaras por esa escalera y te colgaras del pasamanos hasta llegar aquí corriendo una y otra vez - Naruto dejó de mirar a su superior para seguir sus indicaciones con la mirada, Sasuke lo miró atento cuando terminó de hablar y, al ver que Naruto no se movía se desesperó, claro que, antes de poder decir nada, Naruto bufó y salió corriendo hacía la cuerda que le esperaba en la pared de madera para comenzar a escalar, ¿Qué tan difícil podía ser hacer eso diez veces? Claro que, a la tercera vez de hacerlo Naruto ya estaba sudando.

 

El menor maldijo por lo bajo tantas veces como le fue posible, lo que menos le agradaba de ese entrenamiento era tener que arrastrarse a través de todo ese lodo, su rostro ya estaba lo suficiente sucio como para sentir asco y eso sin contar el sudor, a la sexta vez que hizo el procedimiento la ropa le asfixiaba así que, cuando llegó al lado del teniente, se quitó la parte superior de su uniforme y la tiro a los pies del mayor con molestia, Sasuke lo miró con severidad y le duplico el castigo, Naruto solo lo insulto estando lo suficientemente lejos para no ser escuchado, el maldito podía estar todo lo bueno que quisiera pero era un completo teme.

 

-¡Muy bien, soldado! Espero ver el respeto que tu superior merece la próxima vez que nos veamos -Al finalizar el entrenamiento Naruto se había tirado al césped, Sasuke lo miraba desde arriba con superioridad y Naruto no pudo evitar insultarlo en pensamientos, sin embargo, al escucharlo el enojo que sentía no pudo ser controlado, Sasuke podía irse al demonio.

 

-Váyase al infierno, señor -Sasuke sintió el insulto como un balde de agua fría, nunca, nadie en todos sus años como militar, no había soldado o cadete con las agallas para insultarlo, mucho menos después de someterlo a tal grado de entrenamiento.

 

-Discúlpese en este momento cadete, o se va a arrepentir - Naruto puso los ojos en blanco y se paró, tomó su camisa y se la colocó sin llegar a abrocharla, miró con enojo a Sasuke, sintiendo que toda la atracción que había sentido hacía él era tan intensa como el odio que le tenía en ese momento.

 

-¿Qué va a hacer? ¿Decirle al general para que me expulsen? Me importa un carajo lo que haga, usted no puede decidir cómo debo mirarlo, si le guardó o no respeto, debería estar satisfecho de que le hago caso, no es como si yo estuviera aquí por placer, así que no, no me disculparé y hasta lo repetiré de nuevo, váyase al infierno -Naruto sentía la luz del atardecer detrás de Sasuke cegarle, sin embargo la severidad de su mirada y el veneno de sus palabras no disminuyeron, Sasuke tomó a Naruto del cuello de la camisa y acercó su rostro al contrario, por primera vez un mocoso lo había sacado de sus casillas, a él, a Uchiha Sasuke.

 

-Que el general sea mi padre no significa que lo use como amenaza, lo que va a pasarte sino cumples con los requisitos de esta academia va ser peor de lo que crees, yo no voy a hacer que te expulsen, te haré la vida miserable -Naruto escupió a Sasuke en la cara y el mayor no aguantó más, por suerte a esa hora todos los soldados estaban en la cafetería o en sus dormitorios, el campo de entrenamiento estaba abandonado, con esos pensamientos Sasuke tiró con fuerza el cuerpo de Naruto al piso de cara al suelo y, mientras con una mano mantenía los brazos del menor en la espalda, la otra oprimía con fuerza su rostro contra el suelo, estaba sobre su cuerpo con su entrepierna peligrosamente cerca del trasero del menor con las piernas a los costados de Naruto, de ellas arrodillada y la otra simplemente doblada para ejercer cierto impulso y fuerza en la parte superior de su cuerpo, Naruto dejó salir un quejido de dolor que sin darse cuenta aquella voz le erizó la piel -Ahora entiendo por qué el general quería que me encargara de ti personalmente, en un grupo nadie sería capaz de controlarte, necesitas que alguien te patee el culo para que entiendas que estar aquí no es un juego -Naruto sonrió aun con la cara en el suelo y no pensó antes de actuar, esa posición le excitaba, el sujeto sobre él le excitaba, si a Sasuke no le había quedado claro que sentía atracción con sus miradas para nada discretas, el haber subido sus caderas para chocar su trasero con la entrepierna del mayor debió ser suficiente, y si no, el ronroneo que dejó salir al sentir aquel pedazo de carne contra su cuerpo tenía que haber hecho efecto.

 

Y vaya que lo hizo, Sasuke se separó tan rápido como sintió la presión de Naruto perdiendo inevitablemente el equilibrio y cayendo de sentón detrás del menor, quien al verse libre se giró sobre su cuerpo, se apoyó sobre sus antebrazos y abrió sus piernas para poder mirarle a la cara con obscenidad, decir que Naruto se estaba ofreciendo era evidente, Sasuke sintió un jalón en su amiguito, aquel chico lo deseaba y él no podía negar que Naruto era sumamente atractivo, idea que desechó tan rápido como se le vino a la cabeza.  

 

-¿A dónde se fue su porte, teniente? - Sasuke lo miró con severidad, Naruto pasó su lengua por los labios lentamente, se sintió satisfecho cuando los ojos de Sasuke siguieron el movimiento, sus latidos se aceleraron cuando miraron al mayor recuperar su mirada fría, cambiando de posición, gateando provocadoramente hacía él, Naruto se sintió en el cielo durante esos minutos pero, en cuando el mayor se posicionó entre sus piernas, la satisfacción se fue al demonio. El teniente empujó con fuerza su cuerpo, haciendo que perdiera el equilibrio en sus brazos y su cabeza golpeara el duro suelo dejándolo atontado, mientras Naruto intentaba recuperar el sentido fue jalado por el cuello de su camisa hacía Sasuke, sus ojos enfocaron el rostro enojado de su superior y, en vez de tener miedo, se sintió acalorado.

 

-Escúcheme cadete, aquí no estamos en tu territorio, esté lugar me pertenece, a partir de hoy su vida es mía y me haré cargo de destrozarla si vuelve a intentar provocarme de esa manera -Sasuke lo soltó con brusquedad y se levantó del suelo, sacudió su impecable uniforme y dejó tirado a Naruto con una estúpida sonrisa, el menor se dejó abrazar por la brisa de la tarde y miró al cielo que se empezaba a tornar cada vez más oscuro intentando calmar las incontrolables ganas de correr hacía el teniente que se había ido alejando con dirección a los dormitorios y provocarle de nuevo; habían sido solo palabras, ni siquiera palabras sexis, solo una amenaza cruel y, aun así, no podía engañar a nadie, estaba jodido, tenía una erección y era la más dolorosa de su vida.

 

-Teniente Uchiha, esto no ha acabado - Naruto río y pasó sus manos por el rostro, tenía que calmarse, no podía llegar a su habitación con una erección entre las piernas cuando horas atrás su compañero de cuarto se le insinuó más descaradamente de lo que él lo había hecho con Sasuke, sabía que si llegaba con ese problema iba a mandar al carajo la posibilidad de haber encontrado la pareja perfecta para Gaara e iba a acostarse con Sai Uchiha, la persona más parecida a Sasuke, el hombre que lo tenía loco con solo un par de horas de haberlo conocido, algo en su interior le dijo que a Sai no le importaría que gimiera el nombre de su primo siempre y cuando se dejara follar pero, en cuanto se dio cuenta de a dónde iban sus pensamientos se maldijo y, sin importarle que no había nadie a esa hora y que no tenía porque hacer lo que estaba pensando, Naruto se paró y comenzó a correr hacía los obstáculos, tendría que hacer unas cuantas veces más todo el procedimiento dictaminado por el Uchiha para controlar a su amiguito. 

 

 

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Sasuke caminó a la oficina de su padre con el rostro serio, sin expresiones o sentimientos que transmitir, en el escritorio al lado del despacho Itachi miraba unos documentos sin prestarle atención a su llegada, cosa que no era nada nuevo, tocó dos veces la puerta y cuando su padre le dio permiso entró saludándolo casi inmediatamente, Fugaku le ordenó que descansara y se acercara a su escritorio, su hijo no tenía nada que preguntar, sabía por qué estaba ahí, por lo mismo, sin apartar su mirada de unos papeles, le tendió con una mano toda la documentación de Namikaze Naruto.

 

Sasuke le agradeció a su padre y salió con la orden de regresar los documentos en cuanto terminara de revisarlos, pasó de nuevo al lado de Itachi ignorando su presencia y caminó con tranquilidad hasta su habitación, esa era la relación de familia entre ellos, a pesar de verse todos los días no cruzaban muchas palabras durante el día, Itachi y él eran muy unidos cuando fueron niños pero, en cuanto se unieron al ejercito las cosas cambiaron, hasta ese día no sabía si para bien o para mal, solo sabía que ya no era lo mismo por lo menos dentro de la institución, Sasuke guardaba con gran cariño las salidas que tenía con su hermano y su cuñado, Deidara, fuera de aquel lugar, lejos de la mirada de su padre y de todos los cadetes, siendo libres por algunas horas, sin la necesidad de comportarse como dos estatuas para imponer respeto.

 

Algo que media hora atrás no había funcionado en aquel chiquillo de ojos azules, de solo recordarlo el ceño fue profundamente fruncido en su rostro, cuando Sasuke llegó a su habitación se sentó en su escritorio y esparció la documentación de Naruto en la mesa, movió sus ojos sobre ellas con cuidado y tomó el historial académico del menor.

 

Buenas notas, excelente comportamiento, dedicado y tranquilo, buena retención de información, excelente manejo de cuentas y blablablá, los profesores privados tenían la mejor de las opiniones de Naruto, si no fuera por su actitud el chico sería el niño perfecto, Sasuke miró la foto que aquellos documentos tenían, era Naruto con el rostro serio y de traje, la foto había sido tomada recientemente para ponerla en el historial universitario, Sasuke dejó esos papeles de lado y tomó la carta del padre de Naruto, una en donde lo describía tal y como en verdad era, con fotos que habían sido tomadas por un investigador privado que seguía a Naruto cuando cumplió los 18 años y Minato supo que empezaba a salirse de control, Sasuke pudo sentir la desesperación en las palabras del señor Namikaze, pidiéndole ayuda a su padre para que fueran duros con su hijo y así aprendiera lo que era el respeto a sí mismo y a los demás, dejó las fotos cerca para mirarlas después y tomó otra carta, era del psicólogo al que Naruto se vio obligado a ir a los 19, Iruka Umino.

 

-Es caprichoso y narcisista, todo lo que quiere cree que puede conseguirlo sin importar las consecuencias, no tiene respeto por nadie, ni siquiera por su padre, no es drogadicto ni alcohólico pero llega a abusar de estos objetos,  tiene una vida sexual activa desde los 16 años, no le importa la edad o estado civil -Sasuke suspiró, no eran ideas suyas después de todo, Naruto si que quería liarse con él, Sasuke dejó de leer, no quería saber nada más de aquel mocoso, pues, a pesar de tener 21 no se comportaba como tal, el Uchiha tomó las fotos y las miró con atención, varias eran de el rubio en compañía de una rubia y un pelirrojo en fiestas, bares o clubs nocturnos, en otras se veía al rubio con diferentes hombres, nunca el mismo, ya fuese entrando a su propia casa o a un hotel -¿Qué sucede contigo? -Sasuke no podía entender cómo alguien podía jugar con su propio cuerpo de esa forma, sin embargo, dejó eso de lado recordando el evidente interés que Naruto tenía hacía él, esa manera de mirarle, la forma tan descarada en la que se le insinuó, ese niño quería tenerlo bajo sus redes pero no, él era más fuerte que eso, el hecho de que el roce que el menor provocó le hizo sentir bien por unos segundos no significaba que debía doblegarse, Naruto estaba ahí para cambiar, no para seguir jugando y él, él tenía que enseñarle un poco de lo que significaba el respeto.

 

 

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Cuando Naruto llegó al cuarto Sai estaba en el baño, el menor quería darse una ducha lo más pronto posible y agradecía tener una ducha privada, después de hacer los ejercicios 4 veces su amigo se calmo, sin embargo había seguido durante media hora más aquella tortura al darse cuenta que por muy buena condición que creía tener no era suficiente, sabía que al día siguiente no podría ni sentir sus piernas, pero el dolor le gustaba, era su adicción, además sabía que lo que fuera que sintiera al día siguiente no iba a ser nada comparado con lo que el Uchiha le haría hacer si llegaba a molestar de nuevo, cosa que estaba seguro iba a suceder de nuevo porque no estaba dispuesto a rendirse, el Uchiha le transmitía algo irresistible, algo incapaz de ignorar, Naruto solo había sentido algo parecido en el pasado, pero con Sasuke no podía ser tan serio, no podía ser lo mismo que había sentido con él, Sasuke solo era un capricho.

 

-¿Y a ti qué te pasó? -Sai lo miró con una sonrisa, al parecer una que nunca desaparecía y de cierta manera le disgustaba, Naruto se dio cuenta que solo traía una toalla amarrada en la cintura, dejando a la vista su buen formado cuerpo, él suspiró y sonrió al pelinegro.

 

-Lo que sea que quieras que suceda, nunca será -Sai le preguntó por qué estaba tan seguro con chulería grabada en su voz, recargándose en el marco de la puerta del baño, Naruto no lo miró directamente de nuevo, buscó su ropa para dormir en la maleta y la toalla que usaría para secarse en el baño -Tengo una obsesión con tu primo, el teniente - Sai se rió con ganas -Y mi mejor amigo estaría encantado de conocerte, eres por completo su tipo, así que tengo prohibido tocarte -Sai alzó una ceja divertido por la conversación.

 

-Ni siquiera lo conozco ¿Por qué piensas si quiera que llegara a gustarme? Tú eres mi objetivo y no creo que alguien pueda apartar mi interés de ti -Naruto se sintió alagado pero no lo dejó ver, buscó entre sus cosas un cuadro y se lo entregó a Sai, era una foto de Gaara y él.

 

-Gaara es tan irresistible como yo, además de un mejor partido, él al contrario de mí tiene un poco más de respeto a su cuerpo, así que será todo un reto para ti, aunque no creo que te la ponga difícil, como dije eres la viva imagen de su hombre ideal -Naruto pudo captar un pequeño brillo en los ojos de Sai al mirar a Gaara, después de unos segundos Sai le preguntó con gracia si acaso era una clase de Cupido para su amigo -Es complicado, Gaara y yo tenemos gustos muy diferentes pero similares, no sé si me entiendes -Naruto se quitó su uniforme, consciente de que tendría que lavarlo, miró todo el lodo con enojo pero siguió hablando con Sai con un tono tranquilo -Cuando Gaara conoce a alguien que sabe que podría gustarme se aleja y viceversa, es una regla entre los dos y una de las pocas que si cumplo -Sai le devolvió el cuadro y Naruto sonrió cuando posó sus ojos azules en ella, en el cuadro Gaara y él estaban en el sofá individual de su casa, la foto había sido tomada cuando tenían 15 años, él estaba sobre las piernas de su amigo de costado y abrazándolo por el cuello con una linda sonrisa, tenían las mejillas juntas, y Gaara, como muy pocas veces lo hacía, sonreía casi imperceptiblemente con una de sus manos en su cadera y la otra sobre el libro que había estado leyendo antes de él se le tirase encima para que Ino, quien ese día estaba con ellos, les tomara una foto.

 

-Lo quieres mucho -Naruto asintió sin ver a Sai, dejó la foto sobre el mueble al lado de su cama y sacó otra foto más de su madre, la cual puso al lado de la anterior, por suerte al día siguiente no tendría que despertarse temprano, era viernes y si de todo lo que le dijo Fugaku cuando le dio el recorrido por la academia fue el tema de los días libres los cuales eran el último fin de semana del mes, días en los que la academia estaba abierta 24 horas para que los alumnos salieran a divertirse un poco por la presión que la academia ejercía -Oye, mañana es día libre ¿Tienes planes? -Naruto sonrió, preguntándole a Sai si había escuchado algo de lo que le había dicho, repitiéndole que no iba a haber nada entre ellos -Lo sé, lo sé, estaré esperando ver a ese pelirrojo sexy, pero por mientras me gustaría divertirme y ser tu amigo, supongo que eso si lo puedes hacer ¿no? -Naruto asintió, no le vendría mal salir de ahí, apenas había pasado un día en esa academia y lo único que quería era escapar de ese lugar, descargarse, olvidarse por unos horas del calor que el simple nombre de Uchiha Sasuke le provocaba, una cosa era jugar y otra era ponerse serios, Naruto no quería que Sasuke pasara de ser un simple capricho, no quería repetir el pasado.

 

-Está bien, por ahora me voy a dar una ducha gracias a tu querido primo -Antes de que Sai pudiera preguntarle algo referente a lo que Sasuke le había obligado a hacer, él ya estaba dentro del baño, dentro bostezo cansado de todo y se bañó tan rápido como pudo, quería descansar, tenía sueño por no haber dormido muy bien cuando a mitad de la noche anterior su padre lo llevó a West Point, una vez que se sintió lo suficientemente limpio salió del baño y se miró al espejo, comenzó a secarse lentamente sin dejar de mirarse con atención, recorriendo el mismo camino que sus manos hacían hasta que, en el momento en que la toalla pasó por el costado derecho de su pelvis, miró con seriedad la cicatriz que se extendía desde ese punto hacia abajo por su pierna, la herida era de aproximadamente 40 centímetros, justo cinco o cuatro dedos arriba de la rodilla era su terminación, Naruto dejó caer la toalla y pasó sus dedos por la cicatriz, ¿Cuántos años habían pasado ya? ¿Tres? ¿Cuatro? No lo sabía, pero el dolor en su pecho se sentía como si todo hubiera ocurrido ayer, Naruto cerró sus manos en puños tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos, maldijo por lo bajo y tomó la toalla nuevamente para secar su cabello, se puso la ropa interior primero la cual era ajustada a su cuerpo, se puso un short blanco holgado para dormir que no llegaba a tapar su cicatriz y una camisa negra de tirantes, cuando salió Sai le sonrió al tiempo que quería decir algo, sin embargo los ojos negros recorrieron su cuerpo, quedándose quietos en la herida con curiosidad, Naruto ignoró su mirada curiosa y se metió en su cama dándole la espalda con la intensión de dormir, Sai captó la indirecta cuando los ojos de Naruto lo evitaron, si le preguntaba algo sobre lo que vio claramente no iba a recibir contestación, el pelinegro miró la espalda de Naruto con seriedad y al final simplemente apagó la luz y se dispuso también a dormir.

 

 

 

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-¿Su padre lo sabe? -Fugaku negó, su hijo mayor, Itachi miró al suelo intentando pensar.

 

-Cuando se fueron le hablé por teléfono y le pregunte si alguna vez había leído el expediente psicológico de Naruto, el respondió que no porque era algo privado y que el psicólogo le pidió discreción, que todo lo que su hijo le ocultara algún día lo iba a saber por su propia boca, los años pasaron y Naruto nunca se abrió a su padre, Minato piensa que su comportamiento se debe a todas las libertades que le dio además de la poca atención, en parte es cierto, pero es algo sin importancia al lado de eso - Itachi asintió, repitiendo las palabras de su padre en su cabeza, Naruto había guardado un secreto horrible durante tres años, hasta que simplemente no pudo más, estaba sorprendido que su padre no se hubiera dado cuenta de nada antes y más aún después de tres años con Naruto prácticamente gritando por su atención.

 

-Hiciste bien en ponerlo con Sasuke, él sabrá tratarlo con cuidado -Fugaku asintió, convencido de que su hijo haría un buen trabajo con Naruto en cuanto supiera lo que acaba de contarle a Itachi en cuanto leyera el expediente psicológico de Naruto, sin embargo Fugaku no le había ordenado a Sasuke leer con atención cada uno de los documentos sin dejar pasar nada por alto, solo le había entregado a su hijo el papeleo confiado de que los leería sin dudar, cosa que no había sucedido ya que el Uchiha menor no había querido terminar de leer el informe de Iruka sobre el menor.

 

 

 

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Al día siguiente Naruto y Sai despertaron tarde, lo cual los tuvo sin cuidado ya que era día libre e iban a salir hasta muy tarde, de los dos Naruto fue el primero en despertar, minutos después Sai lo convenció de que se quedara en la cama y que él iría por el desayuno para los dos, Naruto no se negó porque no quería cambiarse si más tarde por la noche tendría que volver hacerlo después de bañarse para salir, así que se quedó en pijama y, mientras Sai iba por el desayuno, él salió a dejar su uniforme lleno de lodo a la lavandería de la academia, sin importarle las miradas de los cadetes que encontraba sobre su pierna, dejó su ropa donde correspondía, regresó al cuarto en donde Sai ya lo esperaba, desayunaron y hablaron de todo y de nada, quedaron en salir a las seis, para lo cual solo faltaba una hora, él se metió primero al baño con su ropa, la cual consistía en una camisa de cuadros roja con negro, un pantalón oscuro no muy ajustado y tenis negros, al salir le dijo a Sai que iba a regresar en unos minutos, quería ir a los teléfonos.

 

Mientras caminaba se dio cuenta que ahora la academia parecía casi abandonada, habían dos o tres alumnos deambulando por los pasillos de los dormitorios, unos pocos más en el patio, seguramente en los salones en donde impartían clases habrían otros más, suspiró pensando en lo aburrido que eran las vidas de esos chicos, solo preocupados por mantener las apariencias de cara a los superiores, personas que después de graduarse no volverían a ver.

 

-Cadete Namikaze -Naruto no sabía si interpretar el encuentro como de buena o mala suerte, cuando llegó a la sección de los teléfonos se encontró al teniente sentado en el escritorio de la persona encargada de coordinar y vigilar las llamadas, supuso que el soldado a cargo se había tomado el día como cualquiera con un poco de vida social, Naruto sabía que tenía que responder el supuesto saludo de su superior, así que con desgana lo hizo, pronunciando casi en un susurró un Buenas tardes, teniente. Después de eso se acercó a uno de los teléfonos y marcó.

 

-¡¿Naruto!? ¡¿Naruto eres tú?! - Sasuke miró con atención a Naruto, un poco sorprendido por ver como las facciones de aquel niño cambiaban al escuchar a alguien del otro lado de la línea, curioso, agradeció haberse puesto los audífonos que estaban conectados a la línea de los teléfonos para vigilar las platicas de los estudiantes y marcó el número que correspondía al de Naruto sin que este se diera cuenta, escuchando ahora a la otra persona a un desconocido para él.

 

-Sí, sí, soy yo tonto, perdón por no haber hablado antes Gaara -Naruto le dio la espalda al teléfono y se cruzó de brazos con la mirada perdida al frente, sus ojos brillaban y la sonrisa que tenía no era nada parecida a la que le había lanzado a él el día anterior.

 

-¿Cómo que perdón? ¡Me importa una mierda que no me hayas hablado antes! No estoy de acuerdo con esto, tu padre está equivocado ¿Por qué cree que en serio vas a mejorar estando en un lugar como ese? -Naruto suspiro, borrando al instante la sonrisa en su cara, Sasuke captó como sus ojos comenzaron a brillar ahora con dejes de tristeza.

 

-Bueno, a Kiba le funcionó, supongo que desde entonces Minato estuvo pensando en traerme aquí, solo que no había llegado aún a su límite, por primera vez una de las ideas de Ino acabaron perjudicándome de verdad -del otro lado de la línea el amigo de Naruto suspiró, Sasuke se preguntó por qué Naruto llamaba a su padre por su nombre.

 

-Tengo una noticia para tu padre, tú no eres Kiba, él perrito sí que tenía un problema de actitud, no había otra manera de corregirle, tú solo eres promiscuo -Naruto se río con ganas al igual que la otra persona del otro lado del teléfono, cuando el amigo de Naruto había comenzado a hablar sintió al menor tensarse, pero al escuchar la broma, miró como se volvía a relajar -Deberías decirle a tu padre lo que pasó -

 

-¿No crees que es demasiado tarde? Han pasado años y ya lo he... - -No, no estás ni cerca de haberlo superado, a otro perro con ese hueso Naruto, soy la única persona capaz de saber cuándo mientes hasta por teléfono y en este momento estas mintiendo, lo que pasó con Nagato sigue tan presente en ti como si hubiera ocurrido recientemente y, ahora que lo pienso, tal vez si fue buena idea mandarte a ese lugar, sabes que nunca he estado de acuerdo con esa manía tuya de meterte con lo primero que veas erecto y todo por querer olvidar a Nagato, lo que haces no sirve de nada -Naruto se estaba enojando, no tenían por qué hablar del tema, nunca antes lo habían hecho, ¿Por qué ahora que estaban tan lejos Gaara había decidido echarle en cara sus errores? Él estaba consciente de que lo que hacía no era lo más razonable, pero era algo que no podía evitar cuando las palabras de Nagato seguían tan grabadas en su cabeza como la primera vez que las dijo, era doloroso y se odiaba por no poder superarlo, pero ¿Cómo hacerlo si él mismo se negaba a dejarlo atrás?

 

-Creo que hablar de esto está de más Gaara, te hablaré mañana, no quiero ser sermoneado por teléfono, si vas a decirme algo sobre lo que pasó hazlo en mi cara -Después de eso Naruto colgó, decir que estaba enojado era poco así que, sin importarle si después iba a ser reprendido por no tomar en cuenta al teniente que le pedía su número de dormitorio y el número al que llamó para ser anotado en el registro, se fue en busca de Sai para salir y desahogarse un poco.

 

Sasuke suspiró, reprimiendo las ganas de ir detrás de Naruto para que respondiera a sus preguntas, sin embargo lo dejó pasar, Naruto se veía alterado, estaba casi seguro que si hacía eso las cosas terminarían mal y no tenía ganas de castigarlo por algo que se podía evitar, el mayor se quedó pensando, olvidándose que dentro de un rato su cuñado llegaría por él y por su hermano para salir a uno de los bares cercanos a la academia, preguntándose por la misteriosa platica que había mantenido Naruto con ese tal Gaara.

 

 

 

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-¡No es por ser pesimista pero debo decirte que estás perdiendo el tiempo! ¡Mi primo es de piedra! -La música era fuerte, el ambiente muy bueno, los dos sabían que deberían estar bailando con alguno de los chicos o chicas -en el caso de Sai, que gustaba por igual de las damiselas- que desde que habían llegado hace 20 minutos se les habían ofrecido, sin embargo los dos se habían sentado en los asientos de la barra, tenían whisky frente a ellos y una conversación por demás interesante.

 

Cuando llegaron Sai por fin tuvo el valor de preguntarle sobre la cicatriz sobre su rodilla, Naruto dijo que nunca había hablado con alguien sobre ella además de Gaara y su psicólogo, por lo que él no iba a ser la primera persona que lo escucharía hablar de ello y menos en medio de un bar, que para haber sido descrito como el más tranquilo de la zona, no lo era para nada, Sai al principio se mostró indignado, aunque realmente solo intentaba jugar para que la conversación se animara entre los dos por haber mencionado algo que no debía, debió suponer que aun no era tiempo, Naruto y él apenas podían llamarse amigos, no podía pedirle mucho, por lo mismo, para romper el hielo que se había creado entre los dos decidió preguntarle sobre lo que pretendía con Sasuke y, para su sorpresa, con solo mencionarlo, las cosas entre los dos volvieron a ser normales.

 

Naruto le contó que era un capricho, que estaba interesado sexualmente en el teniente, Sai lo escuchó atento, preguntándose si no debía interpretar la emoción con la que hablaba de Sasuke como algo que tomar en cuenta, sin embargo lo dejó de lado cuando le contó lo que había hecho en pleno campo de entrenamiento cuando el teniente intentó ponerlo en su lugar, al parecer a su amigo le gustaba el sexo duro y, cuando se lo preguntó, no lo negó, Naruto tenía una fascinación algo rara con el dolor y el tema de ser sumiso y todo ese juego de amo y esclavo.

 

Sin embargo, por mucho que Naruto tuviera un don para seducir a quien fuese, su primo no era fácil, nunca lo había visto con alguien que no fuera su cuñado y su hermano, y si no salía con ellos no lo hacía con nadie, las relaciones no se le daban bien, según Itachi, Sasuke pedía mucho, era exigente a la hora de elegir una pareja y que sus pasatiempos eran demasiado para una persona normal, lo último tenía que admitir que hasta ese día no lo entendió ni entenderá, pero al final no era como si le importara, Sasuke y él no se llevaban muy bien, su primo tenía 26 años mientras que él tenía 23, no era mucha la diferencia, pero la suficiente como para no llegar a conocerse bien pese a ser familia. Por lo mismo, cuando Naruto le preguntó sobre cómo era Sasuke, qué le gustaba o que no, no supo que decirle.

 

-¡Me da igual! ¡Intentaré lo imposible! ¡Pero por hoy creó que es suficiente, alguien me está haciendo ojitos por allá! -Sai negó cuando siguió la mirada de Naruto, en una de las mesas algo alejadas había un hombre al cual le calculaba unos 26-27 años, ojos miel y cabello rojo, alto y fornido, era bastante apuesto y había puesto sus ojos en su apuesto amigo rubio, para cuando se dio cuenta Naruto ya estaba bailando candentemente en la pista con aquel tipo y él se quedó solo, la verdad es que no tenía ganas de bailar con nadie, así que las siguientes invitaciones las rechazo igual que las anteriores, estaba algo clavado con la imagen del amigo de Naruto, los ojos aguamarina lo habían dejado cautivado, Sai se reprendió con burla hacía sí mismo, se suponía que él no creía en el amor a primera vista.

 

-¿Sai?... ¡Eh, Primo! ¿¡Qué haces aquí?! -Alguien lo abrazó en el momento en que estaba bebiendo concentrado en sus pensamientos, al sentir unos brazos a su alrededor se atragantó del susto, alguien a su lado se río palmeándole la espalda animadamente, Sai iba a dejar salir varios improperios cuando, al voltearse para mirar al responsable de su casi muerte, se encontró con su primo Itachi -¡Dijiste que no ibas a salir a ningún lado! ¡Eres un mentiroso! -Sai sonrió falsamente, dándose cuenta que con Naruto no hacía eso, el rubio era una de las pocas personas con las que podía ser él mismo y eso le gusto, sin embargo no era momento de pensar en eso, Itachi estaba frente a él, atrás haciéndose camino entre la gente lo venían siguiente Deidara, su novio, y Sasuke, el superior favorito de su amigo Naruto, normalmente cuando esos tres salían lo invitan a él también, pero tomando en cuenta que todos estaban arriba de los 25 y casi nunca había convivido con ellos no le emocionaba la idea y decidía quedarse en los dormitorios, no compartían sus gustos de estar con alguien solo por una noche, nunca dejaban que se relajara y consiguiera alguna cita con un chico o chica linda, además Sasuke y él no se llevaban muy bien,  con más razón evitaba estar con ellos, nunca salía con nadie, prefería ir de cacería solo pero, ahora que tenía un compañero de cuarto muy interesante, estaba seguro que los días libres ya no las iba a pasar en esta estúpida academia.

 

-¡Fueron planes de último momento! ¡Estoy con un amigo! -Itachi lo miró sorprendido y no lo culpó, nadie le conocía amigos, era algo complicado relacionarse con él, además no era como si él hiciera el intento, más bien ahuyentaba a todos, para él era mejor así, Itachi le preguntó el nombre de su amigo y él señaló al rubio que caminaba de nuevo hacía él con cara de fastidio, al parecer el sujeto no había sido lo que su amigo había esperado, Naruto hizo una señal con sus manos que solo él pudo entender, el tipo podía ser atractivo pero su pequeño amiguito había sido un fiasco, Sai no pudo evitarse reír con ganas por la mala suerte de Naruto, haciendo que Itachi lo mirara como si fuera un fantasma, Deidara y Sasuke llegaron al mismo tiempo que Naruto, pero este solo prestaba atención a su presencia, además Sasuke no se podía ver si no prestabas atención a tu alrededor, estaba detrás del rubio novio de Itachi y este detrás del último mencionado, prácticamente formados en fila.

 

-¡Por Dios! ¡No dejes que haga eso de nuevo! ¡Me llevé la peor desilusión de la vida! -Naruto tomó su vaso y bebió lentamente todo el contenido, Itachi supo quien era en cuanto lo vio, había sido el chico del que había hablado con su padre, el cadete que estaría a cargo de su hermano, Itachi miró por sobre su hombro, mirando el ceño fruncido de Sasuke al ver a Naruto ahí.

 

-¡Lo siento por ti, pero ni siendo adivino hubiera imaginado que ese pedazo de hombre tuviera una mini arma! -Ahora fue turno de Naruto para reírse escandalosamente del comentario de Sai para después posar sus ojos en la persona a su lado, sonriendo emocionado cuando, después de darse cuenta que habían otras dos personas detrás del pelinegro atractivo con extrañas ojeras, sus ojos se cruzaron con los de Uchiha Sasuke.

 

-¡Él es Namikaze Naruto y él es Itachi Uchiha, el segundo al mando en la academia y hermano mayor del teniente! -Naruto quiso hacer una broma, se levantó con prisas, compuso su postura y lo saludo como se supone debía de hacer dentro de la academia por ser su superior, Itachi rió con ganas y correspondió el saludo para después apretar sus manos, después a Naruto le presentaron a Deidara, quien lo miraba raro aunque no le dio importancia, el por qué era que Itachi le había contado todo lo que el general le había dicho de él, Sasuke por otro lado, cuando Naruto fue a saludarlo, lo ignoró, los otros tres no miraron esto ya que Sai distraía a Itachi y a Deidara para ayudar un poco a su amigo, aunque sabía que no iba a conseguir la gran cosa, Naruto sonrió por la actitud de Sasuke y este solo puso los ojos en blanco cuando captó el brilló de la lujuria relucir en los de Naruto, de nuevo aquel niño estaba jugando con fuego.

 

-¡Naruto! -El cantinero interrumpió el momento, Naruto iba a insinuarse a Sasuke pero escuchar su nombre del que atendía la barra lo descolocó, Sai lo había presentado, diciendo que el barman era amigo suyo, no pensó que se aprendiera su nombre tan rápido -¡Dos mesas hacía el fondo a la derecha! -Cross, o así creía que Sai le había dicho que se llamaba, le dio un vaso de whisky, tanto él como Sasuke viajaron a la dirección que Cross indicó, encontrándose con la mirada penetrante de un pelinegro alto de ojos azules, Naruto sonrió y alzó su copa en agradecimiento, Sasuke se preguntó si se iría con aquel tipo pero cuando Naruto centró su atención de nuevo en él supo que prefería estar a su lado, lo cual, aunque nunca lo iba a admitir, le gusto tanto que lo puso nervioso, después de todo no estaban en la academia, no podía imponerle nada, Naruto podía ser tan descarado como le viniera en gana.

 

-Y bien teniente, ¿Me ignorara toda la noche, acaso? -Naruto lo miró divertido, tomó asiento y, cuando Sasuke miró a su hermano y a su cuñado en una de las mesas lejos de ellos hablando con Sai, bufó por lo bajo y se sentó al lado de Naruto sin siquiera mirarle, no le agradaba estar con Naruto pero era mejor que tener que aguantar a su primo, su sonrisa le provocaba escalofríos y era su día libre, no iba a gastarlo con él, una parte de él le decía que por lo menos lo aprovecharía con el rubio a su lado, idea que descartó al instante -Si, lo harás... Que aburrido eres -

 

-Si te aburro tanto ¿Por qué no vas a acostarte con ese sujeto? Eso haces para divertirte ¿no? Así paras de estar aburrido y a mí me dejas en paz-La mirada de Sasuke estaba Cross, intentaba llamar su atención para pedir un trago, Naruto por otro lado sintió una opresión en su pecho al escuchar a Sasuke hablándole así, sin darse cuenta comenzó a hacer presión en el vaso intentando contener su enojo, supuso que ya había leído sus documentos por el tono tan mordaz que empleó con él, aun así no se rindió.

 

-Preferiría hacerlo contigo, me gustan los hombres de ojos negros y porte imponente -Sasuke miró a Naruto cansado, el menor lo miraba con una sonrisa coqueta, el brillo lujurioso seguía en su mirada pero detrás de eso había algo más que no pudo descifrar, Naruto por otro lado se preguntó por qué seguía insistiendo cuando había alguien más dispuesto a pasar una noche con él, alguien igual de apuesto que Sasuke y aun así ahí estaba, al lado de alguien que ni siquiera lo quería cerca, esperando su aprobación, intentando crear algo entre los dos para después sentirse miserable consigo mismo.

 

-A diferencia de ti, yo no me revuelco con escoria -Naruto apretó con demasiada fuerza el vaso que acabó por romperse en su mano, Sasuke se sobresaltó por el sonido que provocó el cristal al romperse, mirando sorprendido la mano ensangrentada del menor, cuando dirigió su mirada a los ojos azules estos estaban fuera de su alcance, Naruto mantenía la mirada gacha, se paró sin decir nada y salió de aquel lugar, dejando a un perplejo Uchiha.

 

 

 

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No era la primera vez que había sido rechazado o insultado, sin embargo nunca antes unas simples palabras le habían dolido tanto como aquellas, no quería aceptar que la razón fuese porque las hubiera dicho el teniente, con quien apenas y había cruzado palabra alguna, él quería seguir convenciéndose de que todo era un capricho porque simplemente no podía enamorarse, nadie podía llegar a interesarle  de esa manera, se negaba a pensar en la posibilidad de que el teniente de verdad... le gustara.

 

Las calles estaban solitarias, no tardó mucho en llegar a la academia, en el camino estaba seguro que había dejado unas cuantas gotas de sangre pero no le importó, llegó a su habitación y se metió al baño para curarse, algunos vidrios se habían clavado en su piel, nada grave, pero dolía horrible, Naruto le dio gracias a su padre cuándo insistió en guardar en su maletas algodón, gasas, vendas, agua oxigenada y alcohol, Naruto tomó lo necesario y después de desinfectar, la vendó, después suspiró y se regañó así mismo, había sido su primera salida con alguien que de verdad le había agradado desde el primer momento en que se vieron y lo había dejado en el bar sin decirle que se regresaba al cuarto, esperaba que Sai no fuera como Gaara, quién se enojaba horrible cuando no le avisaba antes de irse con alguna conquista.

 

Después de eso Naruto se cambió, se puso la ropa para dormir y se tiró a la cama sabiendo de ante mano que no iba a poder dormir aun, pensando en eso alzó su pierna derecha, mirando la cicatriz con interés, dirigiendo sus dedos para acariciarla.

 

-No puedes enamorarte de nuevo, el amor no existe Naruto, ya deberías haber aprendido con esto - El menor bajó la pierna, sumergiéndose en el pasado, recordando a Nagato y todo lo que pasó, una lágrima solitaria salió de sus ojos y él la limpió con fuerza sin querer llorar, no lo había hecho durante esos dos años, no lo iba hacer ahora, el pasado no podía regresar por lo que no debía lamentarse por eso, solo aprender de sus errores y no comentarlos otra vez -Esto solo es un capricho, acuéstate con él, el teniente no es diferente de todos esos hombres, sólo es un poco duro de roer -Con esos pensamientos Naruto se dispuso a dormir, esperaba que hacerlo con el teniente fuera suficiente para calmar esa sensación extraña dentro de él, porque no, era imposible que le llegara a sentir nada parecido al amor, pretender y creer que alguien como el teniente pudiese llegar a sentir lo mismo, él no podía tener nada parecido, Nagato se lo había dejado muy claro una vez, no tenía por qué haber un segundo que lo hiciera.

 

 

 

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Okay, ese iba a ser su último intento, ¡EL ÚLTIMO!

 

Habían pasado dos meses. ¡DOS-MESES! Ni siquiera sabía que había alguien capaz de resistirse a él cuando llevaban conviviendo durante dos meses, tenía que ser una broma y una de muy mal gusto, estaba de mal humor o lo que seguía de estarlo, no había mantenido relaciones por el capricho que tenía con Sasuke, los días libres los pasaba con Sai en el bar cercano a la academia bebiendo y hablando, como era obvio sus notas en la academia eran prácticamente las mejores de su clase, su condición física aumentó, los beneficios se iban presentando poco a poco, sintiendo su abdomen y sus piernas más duras, Sasuke seguía impartiéndole el entrenamiento lejos de los demás cadetes, lo cual aprovechaba muy bien, sin embargo ¡Sasuke era de piedra! ¡Hasta ahora NADA había funcionado! ¡SE ESTABA VOLVIENDO LOCO!

 

-¿Naruto? ¿Me estas poniendo atención? -Sasuke lo miró con el ceño fruncido, estaban en la habitación del mayor o, cómo le había dicho Sasuke, "en su oficina", el recuerdo de la seriedad con la que lo dijo aun le hacía reír, el mayor le estaba dando otro sermón sobre ser más discreto y que lo dejará en paz, que nada iba a suceder, que nunca iba a caer, Naruto no estaba tan seguro.

 

-¿La verdad? No, no lo hago, ¿Cómo hacerlo cuando estoy con usted, en su habitación, con una cama a la vista y lista para usarse? -Sasuke dejó salir un grito de frustración, Naruto se río y pasó sus ojos sobre el escritorio de Sasuke que estaba a su lado encontrándose con algo que captó su atención -¿Qué hace usted con esto? -Sasuke miró los papeles que Naruto tomó de su escritorio, él también los miró sin saber que eran hasta que cayó en cuenta que era el informe psicológico de Naruto, debió de quedarse atrapado entre los demás papeles que tenía en su escritorio y olvidó meterlo en la carpeta que tiempo atrás había de vuelto a su padre -Usted... ¿leyó esto? -Naruto pasó sus ojos sobre aquella carta escrita por su psicólogo, Sasuke le dijo que solo había llegado a leer el principio porque lo que decía no valía la pena, Naruto lo miró y Sasuke no pudo actuar a tiempo, el menor rompió en pedazos grandes el informe ante la atenta mirada de su superior para después dejar caer los pedazos al suelo.

 

-¡¿Pero qué coño haces, Namikaze?! -Sasuke tomó a Naruto del cuello de su camisa, alzándolo un poco y atrayéndolo a él, Naruto tenía la misma furia que él tenía en su mirada, ver aquello en su posesión le había sacado de quicio.

 

-¡Usted no tiene ningún derecho de leer eso! ¡Fue exclusivamente escrito para el general, no para alguien como usted que es un vasallo más de papi...! -Naruto no pudo continuar insultando a Sasuke tanto como lo hubiera deseado, el Uchiha lo había estampado contra la pared más cercana, provocándole dolor, haciendo que soltara un quejido de disgusto, sus ojos azules se encontraron con los negros, el aliento de Sasuke pegaba contra su rostro, estaban muy cerca y Naruto solo tenía que tomar un poco de impulso para tomar esos labios.

 

-Tengo el derecho y más sobre todo documento con tu nombre, soy tu jodido superior, leeré lo que se me venga en gana cuántas veces quiera sobre ti con o sin tu consentimiento porque soy el encargado de disciplinarte y enseñarte quien manda aquí - Naruto sonrió acortando de golpe la distancia entre los dos, moviendo sus labios sobre los de Sasuke con furia y salvajismo, el Uchiha claramente no se esperaba el movimiento pero no tardó en corresponder, sin embargo cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo se separó tan rápido como pudo, estampando en el proceso de nuevo el cuerpo de Naruto contra la pared, una vez libre y con un creciente dolor en su espalda, el menor se deslizo sobre la superficie de aquel pedazo de concreto hasta caer al suelo, miró divertido al teniente que tenía la respiración agitada con un brillo de lujuria en los ojos, su superior había llegado al límite.

 

-Entonces hágalo, disciplíneme y haga de mí su esclavo - Naruto gateo hasta Sasuke, quien retrocedió hasta chocar contra el borde de la cama, cayendo sobre ella inevitablemente, Naruto llegó hasta él y separó sus piernas haciendo espacio, sus manos subieron lentamente desde sus rodillas hasta llegar al punto clave, Naruto masajeo por sobre la ropa de Sasuke su entrepierna, haciendo que esta comenzara a despertar, el mayor no apartó en ningún momento la mirada de Naruto, quien se entretenía mirando el bulto que se hacía cada vez mayor.

 

-No sabes lo que haces Naruto -Su voz sonaba ronca, llena de excitación, escucharla había encendido a Naruto y sin querer había hecho incluso que soltara un pequeño jadeo de satisfacción, uno que provocó un escalofrío en Sasuke -Estas cometiendo un error -Naruto sonrió y desabrochó los pantalones de Sasuke, bajó el cierre y bajó tanto como pudo aquella prenda junto a la ropa interior del mayor, dejando que el prominente miembro de Sasuke se alzara frente a sus ojos.

 

-Bueno, no me disgustaría conocer las consecuencias de este maravilloso error -A Naruto se le hizo agua la boca ante aquella vista, Naruto acercó su boca para besar la cadera del mayor, evitando tocar el pene que parecía reclamar su atención, Naruto dejó de jugar un rato y lamió la punta como si de un dulce se tratara, Sasuke por otro lado estaba luchando contra sus demonios, intentando mantener la compostura, ignorando aquella posición de sumisión que tenía Naruto al estar de rodillas delante de él dispuesto a satisfacerlo, algo que estaba volviéndolo loco -Déjese llevar teniente, no me voy a romper - Naruto se metió todo el miembro del mayor de una sola vez, jugando con su glande con la lengua, acariciando todo lo que podía con sus manos, los movimientos eran lentos y sensuales pero Naruto no era de los que gustaba de la gentileza a la hora del sexo, por lo mismo sus acciones tomaron rapidez y firmeza, logrando sacar a Sasuke de su jaula.

 

-Voy a follarte esa boca sucia que tienes... -Naruto jadeó al escucharlo aun con el pene del mayor hasta el fondo, Sasuke gruñó excitado y se paró para poder mover sus caderas hacía delante, obligándole a abrir todo lo que pudiese la boca mientras llevaba una de sus manos a la nuca del menor para embestir con más fuerza, a Naruto esto le encantó, se aseguró de succionar y acariciar cada pedazo de piel, volviendo loco a su teniente.

 

Naruto entre ratos se atragantaba, sin embargo esto no fue de importancia para Sasuke, quien disfrutaba más que nada el momento, harto de ignorar esa mirada lujuriosa, harto de ignorar que ese chiquillo le ponía, harto de comportarse como alguien recto y frío cuando no era diferente al menor, sabía que lo que estaba haciendo era un error, pero hacerlo una vez no iba a ser dañino, nadie iba a enterarse, Naruto estaría satisfecho, él también lo estaría y todas y cada una de las insinuaciones iban a terminar por fin, justo estaba pensando en eso cuando, después de unos segundos más, inevitablemente se corrió en la boca de Naruto, el menor se ahogó por unos segundos, cuando logró tranquilizarse, con cara de satisfacción, tragó todo lo que pudo de la semilla del teniente Uchiha con los ojos negros clavados en él y con semen cayendo por la comisura de sus labios, Naruto sonrió provocativamente y Sasuke lo jaló de un brazo para pegarlo bruscamente a su cuerpo, pasando uno de sus brazos por su cadera mientras que la otra jalaba su cabello hacía atrás para que no apartara la vista de sus ojos, los cuales resplandecían en excitación, Naruto nunca lo iba a decir, pero ser tratado de esa manera logró que se corriera en los pantalones, así que, si alguien le preguntaba, diría que lo había hecho mientras le practicaba  la felación al teniente.  

 

-Una vez y nada más -Era un trato y Naruto estaba satisfecho con eso, solo necesitaba acostarse con ese idiota una vez para olvidarse por completo de aquel capricho, una noche, ni una más, ni una menos, solo una noche y al día siguiente actuaría como el soldado perfecto que debió ser desde que fueron presentados.

 

Fue así como el teniente, sin esperar a recibir una palabra de él, lo besó tan brusca y salvajemente que su miembro volvió a erguirse bajo su ropa, Sasuke lo guío hasta el escritorio, lo dejó por unos segundos para tirar todo lo que había en él y lo alzó en sus brazos subiéndolo a la mesa, las manos de Sasuke fueron hasta sus rodillas, tirando de él para pegarlo a su cuerpo, Naruto recibió gustoso los labios de Sasuke mientras metía las manos entre el cabello del mayor, dejando que este llevara el control del acto sexual.

 

Para cuando se dieron cuenta la única prenda entre los dos era la camisa del teniente, la cual estaba abierta dejando ver su torso bien formado, siendo acariciado con deleite por el menor, todo lo demás en algún momento había desaparecido, Sasuke, antes de seguir con su acto, miró con curiosidad la cicatriz que adornaba el cuerpo de Naruto, llevando una de sus manos hasta ella, acariciándola lentamente, provocando un estremecimiento en el menor, en ese momento no sé preguntó cómo y con qué se había hecho la herida, tenía cosas más importantes en las que prestar su atención.

 

-Voy a darte el regalo de saborear el dolor más excitante de toda tu vida -Naruto iba a contestar algo mordaz, pero Sasuke no le dio tiempo a nada, fue duro, salvaje y doloroso, aun así, le encantó. El muy animal lo había penetrado sin preparación, solo dejándose llevar por el momento, Naruto se aferró a los hombros de Sasuke, enterrando sus uñas en el acto, el teniente tuvo consideración de no moverse pero él no iba a quedarse callado.

 

-Parece que no soy el único al que le gusta el sexo duro, teniente -Una embestida profunda le hizo callar, Naruto en ese instante había cerrado los ojos con fuerza al no estar acostumbrado aun a la intromisión, sin embargo, cuando alzó la mirada nunca imaginó encontrarse con unos ojos llenos de burla y una sonrisa prepotente nunca antes vista en su superior, verlo de esa manera le provocó un cosquilleo, el cual pasó a segundo plano cuando el teniente comenzó a moverse lentamente dentro de él -Más fuerte... -Naruto obligó a Sasuke a mirarlo a los ojos cuando este alzó la mirada para clavarla en la pared sin dejar de embestirlo, cuando sus miradas se encontraron algo dentro de ellos les advirtió que aquello no iba a quedar en una noche, sin embargo lo dejaron de lado cuando lo que estaban haciendo en ese momento era más importante que cualquier otra cosa, Naruto volvió a repetirle a Sasuke que hiciera sus movimientos más fuertes, más rápidos, con mayor brutalidad, el mayor ni siquiera lo pensó dos veces, siguió cada petición del menor porque él también lo quería así, le encantaba el sexo duro y brutal, pero nunca había encontrado a alguien que se pusiera tan a su disposición, que fuera capaz de aguantar sus fetiches como Naruto lo estaba haciendo, pensar en esto lo llevó a besarlo pero lentamente, con sensualidad, sin embargo sus embestidas siguieron siendo fieras provocando que Naruto ahogara cada uno de sus jadeos y gemidos en aquel beso.

 

Naruto a los minutos sintió el orgasmo en la puerta, Sasuke estaba igual que él, por lo que con una de sus manos empezó a darle atención al miembro de Naruto, quien con tantas cosas provocándole placer fue incapaz de mantenerse al margen, el menor terminó gimiendo escandalosamente el nombre del pelinegro, dejándole ver hasta qué punto estaba volviéndolo loco, tres estocadas después Naruto se corrió, manchando su estomago y la mano de su superior, quien ante la opresión de las paredes del menor ante su orgasmo, también se liberó dentro de él.

 

-Eso fue...- -Algo que no va a suceder otra vez - Naruto no podía creer que Sasuke hablara en serio, el pelinegro tenía la respiración agitada y aun se negaba a poner una distancia entre los dos, Naruto podía sentirlo aun dentro de él, sabía que para los dos hacerlo había sido lo mejor que les pudo haber pasado -Será mejor que te vayas -Lentamente el Uchiha salió de él, haciendo que los dos dejaran salir un quejido cuando se vio liberado, Naruto lo pensó mejor y se dijo que las cosas debían de ser así, por el bien de Sasuke que estaba arriesgando mucho liándose con él y por supuesto por su propio bien, aquello era una aventura de una noche, se lo había dicho así mismo las suficientes veces como para que le quedara claro, aquello no podía llegar a más.

 

Satisfecho con lo que había pasado y aun sintiéndose en el cielo después de dos excelentes orgasmos, Naruto se puso la ropa sin importarle el semen que salía de él manchando sus piernas en el proceso, se despidió del teniente con un tono de burla y regresó a su habitación con un rostro lleno de satisfacción, después de todo había logrado acostarse con Sasuke -soydepiedra- Uchiha.

 

 

 

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Las cosas no habían ido también como habían planeado, se suponía que no pasarían  de una noche pero las cosas se fueron a más sin que ninguno de los dos se diera cuenta, las insinuaciones de Naruto pararon y no porque el menor había dejado de tener interés en su superior sino porque cada mañana, cada minuto del día intentaba convencerse así mismo que ya no debería seguir pensando en el teniente cuando su capricho ya había sido cumplido, durante unas dos semanas la verdad es que supieron controlarse muy bien, pero todo se había ido a la borda cuando Naruto, acostumbrado a faltarle el respeto a Sasuke cuando menos se lo esperaba el mayor, fue puesto a correr durante dos horas seguidas vigilado por otro soldado como castigo por sus faltas, cuando terminó decidió que por primera vez iría a las duchas públicas, como él las llamaba, ya que estaban más cerca que su habitación y no podía aguantar ni un minuto más el sudor recorriendo su cuerpo, al entrar ignoró por completo que habían dos personas además de él, Naruto simplemente se había metido a la ducha emitiendo un gemido de satisfacción al sentir la frescura recorriendo su cuerpo, sin embargo, después de unos minutos y de que una de las dos personas se fuera, Naruto se vio acorralado contra la pared del bañó con el rostro siendo apretado contra los azulejos, al principio se resistió pero, cuando sintió una mano bajar por su trasero y meter dos dedos en su entrada, no pudo evitar excitarse por el dolor, cuando terminaron de prepararlo la persona lo volteó para mirarlo a la cara, decir que se sorprendió al ver a Sasuke con esa mirada de depredador fue poco, nunca pensó que aquello se podría llegar a repetir.

 

Después de eso y de que Sasuke lo embistiera contra las paredes del baño bajo la regadera, quiso comportarse como si nada hubiera pasado, justo como la primera vez, sin embargo, solo aguantaron unos días separados, quedando discretamente para tener relaciones dentro de la biblioteca a altas horas de la noche, en el cuarto de limpieza e incluso de nuevo en la habitación del mayor y las duchas.

 

Naruto y Sasuke nunca quedaron fuera de la escuela, sabiendo que desaparecer de la vista de Sai y de Itachi iba a levantar sospechas, frente a todos siguieron comportándose como siempre, Naruto siguió quejándose sobre Sasuke con Sai y el mayor siguió ignorándolo, llevaban 9 meses de esa manera, decir que estaban haciendo un buen trabajo era poco, Naruto nunca dejó de ser el niño rebelde y Sasuke siguió impartiéndole entrenamientos privados, a veces los cuales eran supervisados por el general o por el segundo al mando, Itachi.

 

Nunca levantaron sospechas, nunca fueron descuidados, siempre estaban alerta, dejándose llevar cuando no había ojos alrededor, sin embargo al final cometieron un error y fue estar confiados de que el general no iba a llegar a su despacho hasta el día siguiente, dejándoles a ellos la oportunidad de montárselo en la oficina de su padre. Gran y estúpido error.

 

-¿Tienes algo que decir a tu favor, teniente? -Como era de esperarse su padre tomó cartas en el asunto, a Sasuke no le importaba si le quitaban su título, no le importaba si su padre lo echaba de ese lugar, ni siquiera le gustaba ser un soldado, lo que temía era lo que le fueran hacer a Naruto, quien estaba a fuera del despacho con su padre esperando ser recibidos por el general para darle un castigo al menor, por lo mismo cuando se vio solo con el general le dijo que el único culpable había sido él, quien había obligado a Naruto para mantener relaciones con su persona, algo que su padre no creyó pero que dejó pasar al instante -¿Te vas a quedar callado? ¿Acaso no planeas defender tu cargo, teniente? -Al final el general suspiró convencido de que su hijo no iba a decir ni una sola palabra, le pidió que dejara el despacho y al salir por la puerta se cruzó con los ojos azules de Naruto, un deje de arrepentimiento y culpa se asomaba en ellos, quería preguntarle algunas cosas, pero su padre se interpuso entre él y su hijo con una mirada severa dirigida exclusivamente a él, Sasuke suspiró y se apartó para dejarlos pasar, mirando sus espaldas entrar a la oficina de su padre para después perderlos de vista en cuanto esta se cerró.

 

Esperaba que Naruto saliera ileso de todo eso, sabía que si llegaban a expulsarlo era muy probable que su padre ya no le permitiera ser el heredero de la empresa, el sueño más grande de Naruto, cosa que supo por boca de Itachi cuando semanas atrás hablaban del menor, fue precisamente por eso que se había echado la culpa, no quería que Naruto tuviera que sacrificar  su futuro por una equivocación, por un error que los dos cometieron al pensar que podían pasar de todos.

 

 

 

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-Yo fui quien se insinuó desde el primer día en que lo conocí, esa es la verdad -Naruto sostenía la mirada con el general, ignorando el evidente enojo y decepción que despedía su padre por todo el cuerpo hacía él, Fugaku se pasó las manos por el rostro y miró a Naruto cansado de toda esa situación.

 

-Dame una razón para creer que el teniente, alguien recto e incapaz de faltar a las reglas de esta institución, fue obligado y /o convencido por ti para mantener relaciones dentro de la academia, ¡SOBRE mi escritorio! -Naruto se encogió de hombros, aparentando una actitud despreocupada que llegaba a desesperar a cualquiera.

 

-¿Y por qué no? ¿Por qué es tan difícil de creer? Para empezar, yo nunca quise estar aquí, tenía que encontrar la manera de entretenerme y, acosar y seducir a su hijo fue un gran pasatiempo, cuando logré lo que quería simplemente no pude parar, él es el mejor hombre con el que me he acostado, el teniente es una bestia en la ca... -Su cuerpo cayó junto a la silla al suelo, su padre se había salido de control, estaba enojado, frustrado y decepcionado de su hijo, el tono de burla, el poco respeto que Naruto tenía hacía Fugaku y hacía él fueron el colmo, simplemente ya no quería escucharlo y se le hizo fácil golpearlo con puño cerrado, Fugaku al instante se paró justo para detener a Minato de aventarse sobre su hijo, quien pasó una de sus manos por su boca, mirando interesado la sangre que salía de esta, Naruto sonrió y se río, había querido conseguir la atención de su padre toda la vida y ahora la tenía, debía de estar orgulloso de sí mismo.

 

-Creo que es bastante obvio que usted esta expulsado de la academia, Minato puedes llevarte a tu hijo cuando quieras -El rubio mayor no dijo nada, simplemente jaló el brazo de su hijo para levantarlo con brusquedad y sacarlo en ese mismo instante de ahí, al salir del despacho Sasuke los miró sin comprender tanto el golpe que Naruto tenía en la cara como la forma tan brusca en la que salieron de aquel lugar, ni siquiera tuvo tiempo de detenerlos, a lo lejos se escuchó a Minato gritarle a Naruto que lo llevara a su habitación para recoger sus cosas y largarse de aquel lugar, a los pocos segundos su padre salió y se puso a su lado con expresión cansada.

 

-Nunca pensé que ese chico iba a traernos tantos problemas, siento mucho que tuvieras que cargar con él todo este tiempo, fue culpa mía por ponerlo a tu cargo -Fugaku puso una mano en su hombro en señal de apoyo, Sasuke no podía entender lo que estaba pasando, Naruto nunca debió salir perjudicado de todo eso y sin embargo, ya era demasiado tarde, era tarde para detenerlos, para desmentir a Naruto pero sobre todo, ya era tarde para decirle cuanto lo amaba...

 

 

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Había cometido el más grande error de su vida una vez más, ahora que estaba solo y encerrado en su habitación, acurrucado bajo las sábanas de su cama, llorando en silencio mientras miraba la luna por la ventana pudo darse cuenta de lo ingenuo que había sido. Al final, por mucho que luchó contra el sentimiento, al final... había terminado enamorado de Uchiha Sasuke.

 

Naruto lo supo cuando miró la mirada de Sasuke justo antes de entrar al despacho del general, el teniente se había echado la culpa, no tenía que ser adivino para leerlo en su cara, cuando lo sentaron frente al escritorio del general todas y cada una de las veces que estuvo con Sasuke se repitieron como una película en su mente, las bromas, las insinuaciones, aquellos momentos de intimidad llenos de magia y cargados de lujuria, en ese momento supo que no podía permitir que Sasuke saliera perjudicado de todo eso, no cuando él lo había empezado todo.

 

Fue fácil mentir, sabía que iban a creerle sin cuestionamientos, después de todo el general y su padre estaban frente a un chico promiscuo de 21 años, capaz de seducir a cualquier hombre con el que llegara a encapricharse. Cuando su padre lo sacó de ahí fueron a su habitación, Minato lo dejó solo por un momento con Sai, le platicó todo tan resumido como pudo, le pidió que le ayudara a guardar las cosas mientras él escribía algo, su amigo así lo hizo, aun incapaz de creer que ya no podría volver a verlo, antes de irse Naruto le dio un sobre para Sasuke y se fue. Dándole su número telefónico para que le hablara  desde aquel horrible lugar.

 

El camino a casa no fue agradable, su padre le gritó tanto como pudo, incapaz de creer que tuviera como hijo a alguien como él, Naruto no derramó ni una sola lágrima en todo el camino por mucho que tuviera ganas de hacerlo, se mantuvo firme y serio, escuchando las palabras de Minato aun con la dignidad en alto pero, cuando llegó a casa y se encerró en su cuarto, se desboronó.

 

Esa noche lloró como nunca lo había hecho en toda su vida, gritando palabras hirientes a su persona que Nagato alguna vez le gritó, comprobando cada día de su vida que el maldito tenía razón, que siempre la había tenido y que él  solo era una molestia en la vida de aquellos con los que se involucraba. Al día siguiente su padre entró a su habitación, le prohibió las visitas por lo que no podría ver a Gaara, tampoco podría salir e iba a mantenerse dentro de la casa hasta que encontrara algún internado al otro lado del mundo si era posible para no tener que hacerse cargo de él, dictaminado que era un caso perdido y que por supuesto, nunca llegaría a ocupar un puesto en la empresa, todo esto lo dijo con lágrimas en los ojos, porque a Minato también le dolía toda esa situación, porque no quería separarse de su hijo, porque no quería hacerle nada de lo que había dicho, queriendo pedirle perdón por cada una de las palabras que había gritado el día anterior pero sobre todo, arrepentido de haberlo golpeado, sin embargo, ya no había solución para Naruto, no había manera de hacerlo entender y tampoco podía mantenerlo en casa a la espera de que encontrara el momento indicado para salir y burlarse de su autoridad una vez más, así que no, Naruto tendría que vivir en un internado, uno que dirigía su madre, Tsunade Namikaze, la única mujer que sabía podía controlarlo.

 

Para Naruto las horas pasaron lentas y tortuosas, se negaba a salir de la cama, dormía la mayor parte del día, lloraba todo el tiempo, no comía ni salía de aquel lugar, su padre no se enteraba de esto al tener que pasar todo el día en la empresa para después llegar hasta muy noche a la mansión; cada minuto que pasaba era horrible para el pequeño rubio quien era incapaz de olvidar a su teniente, a Sasuke.

 

 

 

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-¿Qué es esto? -Nunca antes se había sentido tan miserable en la vida, sin la presencia de Naruto a su alrededor su mundo se había derrumbado, en algún momento entre los encuentros secretos y la molesta actitud del rubio, él, quien no creía encontrar a la pareja perfecta, se había enamorado del menor, y ahora, desde que se había ido, había puesto su cuerpo en automático, seguía dando clases, seguía siendo el soldado recto que se suponía debía ser, seguía acatando cada orden y regla que se le impusiera, incluso en ese momento, cuando debería prestarle atención a su primo, quien había pedido hablar con él en privado después de cinco días de la ida de Naruto. Sai no pronunció palabra alguna, simplemente le tendió una carta y se fue, ignorando por completo todas sus dudas, fastidiado se dejó caer en la silla de su escritorio en su habitación, mirando con curiosidad el sobre.

 

Después de unos minutos decidió abrirla, encontrándose con una carta y una hoja pegada con cinta en puntos estratégicos, hoja que identificó rápidamente como el informe psicológico de Naruto, extrañado dejó la hoja en la mesa y tomó la carta con sumo cuidado, una carta escrita exclusivamente para él, una carta de Naruto.

 

Teniente...

 

He cometido muchos errores en mi vida, pero nunca voy a arrepentirme de haberlo conocido, de haberme involucrado con usted. Quiero decirle con sinceridad que ningún hombre había llegado a crear sensaciones tan grandes en mí como lo hizo usted, ni siquiera Nagato, la persona que moldeó mi vida a su antojo, incluso estando muerto.

 

Todo lo que necesitas saber de mí está en el informe psicológico, mi pasado, mi presente, todo. Uchiha Sasuke agradezco de corazón tu intento por salvar mi trasero, pero de los dos yo era el más culpable y el que mejor aguantaría las consecuencias, porque por mucho que digas odiar ser un soldado, lo cierto es que es lo que más disfrutas en la vida.

 

Para mí ya es demasiado tarde, pero tú aun puedes cumplir tus metas, ocupar algún día el puesto de tu padre, ser el general, el director de la academia militar de West Point, apuesto que el uniforme te quedaría de infarto.

 

Nunca voy a admitirlo Uchiha, pero voy a extrañarte con cada fibra de mi alma, fui un iluso y aunque conocía mi lugar, me enamoré de ti. Hiciste que pasara los nueve mejores meses de mi vida, creo que podré morir en paz, más aun sabiendo que llegué a significar algo para ti si en verdad fuiste capaz de estar a punto de sacrificar tu carrera por alguien tan roto como yo.

 

Espero verlo de nuevo algún día, teniente.

Naruto.

 

Sasuke arrugó la carta intentando parar las lágrimas que querían escaparse de su control, siempre había creído que para Naruto aquello no era más que un juego, pero pensar que la razón por la que se había sacrificado por los dos era porque sentía algo por él le levantó los ánimos, ahora que lo estaba confirmando con una cara escrita con puño y letra del menor, ira incapaz de resistirlo.

 

Quería ir a buscarlo, quería tenerlo entre sus brazos, lo quería e iba tenerlo otra vez, costara lo que costara, sin embargo, el nombre de Nagato llenó su mente de un instante a otro, llenándolo de miles de dudas, Sasuke tomó el informe psicológico entre sus manos, temeroso de lo que podía leer pero seguro de hacerlo ahora que Naruto le había dado total consentimiento a pesar de nunca haberlo necesitado.

 

Informe psicológico del paciente Namikaze Naruto.

Psicólogo a cargo: Iruka Umino

 

Este es un documento privado y exclusivamente escrito para la persona que de ahora en adelante estará a cargo del cuidado de mi paciente, Namikaze Naruto, un joven de 21 años que ha sido atendido por mí durante dos años.

 

El joven Namikaze es sin duda un mal ejemplo para los de su edad.

 

Es caprichoso y narcisista, todo lo que quiere cree que puede conseguirlo sin importar las consecuencias, no tiene respeto por nadie, ni siquiera por su padre, no es drogadicto ni alcohólico pero llega a abusar de estos objetos,  tiene una vida sexual activa desde los 16 años, no le importa la edad o estado civil y, a pesar de todo, es un joven sumamente inteligente, con un coeficiente intelectual más alto que cualquiera de su edad, su prodigiosa inteligencia solo se iguala a su odio hacia la autoridad.

 

Y lo cierto es que todo tiene su explicación. Namikaze Naruto tiene un fetiche con hombres mayores, le gusta ser dominado y maltratado, responde con excitación cuando le infringen dolor, lo cual es comprensible después de haber sido sometido por un hombre 8 años mayor que él a sus 16 años, Nagato Uzumaki, hermano menor de su madre fallecida, Kushina Uzumaki.

 

Naruto siempre mostró fascinación y gran respeto por su tío, fue la primera persona de la cual se enamoró y Nagato se aprovechó de esto, Naruto fue sometido a constantes abusos bajo la mano de quien consideraba la única persona que lo quería, él veía a sus ojos que todo lo que Nagato llegaba a hacerle era lo correcto, que se lo merecía, que cada paliza era porque él había hecho algo malo. Su padre, Minato Namikaze, no estaba mucho tiempo en casa y no sabía que Nagato mantenía comunicación con su hijo y tampoco notó nada extraño en su hijo al estar la mayor parte del tiempo en la empresa de la cual es director, Naruto fue doblegado, sodomizado y abusado durante cuatro años.

 

Nagato Uzumaki murió una semana antes del cumpleaños número 19 de Naruto por una sobredosis a mitad de un acto sexual cuando minutos antes ingirió una gran cantidad de drogas, en esa misma ocasión Nagato alcanzó a flagelar al menor con una navaja desde la cadera hacía abajo, su padre trajo a su hijo después de que este saliera del hospital, Naruto convenció a su padre de haber sido víctima de un robo y hasta el día de hoy se niega a contarle la verdad.

 

Fue normal descubrir que Naruto reaccionaba al dolor y gustaba de hombres que llegaban a dominarlo después de cuatro años obligado a responder sexualmente de esa manera ante Nagato, quien se encargó de traumatizar a Naruto diciéndole que su único dueño era él, que no importara con quien se acostara siempre estaría en su mente, burlándose de los sentimientos que tenía Naruto, convenciéndole que enamorarse solo iba a traerle problemas a su vida.

 

Hasta el día de hoy se sigue un protocolo muy severo con Namikaze Naruto, quien se rehúsa hablar con su padre por miedo a la decepción y vergüenza que cree este sentirá por él. Le pido atentamente que se le trate con cuidado, el joven Naruto puede ser alguien de carácter horrible, pero solo ha sido una víctima más de una vida injusta.

 

 

 

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Minato llegó temprano un día, las cosas en la empresa iban bien, aun no había hablado con su madre sobre Naruto al estar ocupado prácticamente todo el tiempo y ahora que tenía tiempo libre, lo menos que quería hacer, era pensar en lo que días atrás había pasado, el rubio mayor lo único que quería era descansar como Dios manda, sin embargo, cuando entró a la mansión, Hinata y Sakura, dos de las sirvientas de la mansión, corrieron hasta él con el rostro lleno de preocupación.

 

-¡Minato-san! Tiene que hacer algo con el joven Naruto, no quiere hacernos caso y estamos desesperadas -Minato dejó salir un suspiro lleno de fastidio, su hijo al parecer nunca iba a cambiar, Sakura se veía asustada, casi a punto de arrancarse el cabello, ¿Y ahora que había hecho Naruto?

 

-No deberían de preocuparse por él, en unos días lo llevaré con mi madre -Minato quiso seguir su camino, sin embargo, Hinata, siempre tímida y educada, se puso frente a él tapándole el paso con el rostro igualmente desesperado, casi a punto de llorar.

 

-¡No, usted no entiende! Desde que el joven Naruto regresó no ha querido salir de su habitación, no nos deja entrar, no ha comido y siempre está durmiendo,  hace unos minutos escuchamos un golpe que provenía de su habitación, hemos intentado abrir la puerta, llamarlo, ¡todo! y él no contesta -El portafolio de Minato cayó al suelo, el mayor corrió escaleras arriba hacía la puerta de su hijo, habían pasado ocho días desde que habían regresado, ¿Qué su hijo no había comido desde entonces? ¡Debían estar bromeando! ¿¡Por qué nadie le había dicho nada?! Desesperado comenzó a tocar la puerta, gritando el nombre de Naruto sin recibir contestación, Minato comenzó a golpear con todo su cuerpo la puerta con la esperanza de poder abrirla, sin embargo, después de varios minutos intentándolo y con un dolor creciendo en su hombro, aun no lo había logrado.

 

-Apártese -Minato miró a su espalda, incapaz de reconocer la voz que había llegado de la nada a sus oídos -¡He dicho que se aparte!-Era Uchiha Sasuke, era el hombre con el que Naruto se había liado, el hijo menor de su mejor amigo, ¿Qué hacía él ahí? ¿Cómo había entrado a su casa? esas y más preguntas se formaron en su mente, las cuales no tenían importancia en ese momento, Minato se alejó de la puerta tal como el Uchiha le había dicho, dándole el espacio necesario para que, con tres golpes certeros, la puerta fuese abierta, haciendo que se encontrara con una imagen que le dejó sin aliento.

 

Naruto estaba a mitad de la habitación tirado en el suelo, inconsciente, había perdido peso, su piel alguna vez acanelada estaba pálida, su hijo respiraba con dificultad, quería correr hacía él, tomarlo en brazos y llevarlo a un hospital, sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, el teniente ya estaba al lado de Naruto, abrazándolo contra su cuerpo con una expresión llena de desesperación.

 

-Despierta, vamos abre los ojos Naruto -Sasuke palmeó el rostro del menor delicadamente, sus manos le temblaban, sus ojos retenían las lágrimas, estaba asustado, no quería perder a Naruto -Vamos cadete, respóndeme -Su voz salió en forma de chillido, zarandeo el cuerpo de Naruto, esperanzado de que abriera los ojos, el mayor pegó sus frentes y siguió llamándolo con voz rota.

 

-Hey... Aun sigo aquí, teniente, pare de llorar -El mayor abrió los ojos sorprendido, encontrándose con unos ojos azules cansados, escuchando una voz en forma de susurro, había comenzado a llorar, había sido inevitable, sin embargo, ahora que tenía la atención de su soldado, Sasuke lo levantó en brazos y salió de la mansión para llevarlo a un hospital, Minato lo seguía de cerca.

 

-Quiero que te mantengas despierto, no cierres los ojos Naruto, solo mírame a mí -Sasuke miró su auto, sabía que no sería capaz de sostener a Naruto mientras estuviera manejando, no iba a poder mantenerlo despierto, Minato captó esto y se ofreció a ser él quién manejara, Sasuke no creía que eso fuera buena idea, el hombre estaba que se comía vivo así mismo, al final, le pasó a Naruto para que lo cargara en brazos mientras lo dirigía al asiento del copiloto -Manténgalo despierto, en todo momento -Fue lo último que le dijo antes de cerrar la puerta para rodear el coche a gran velocidad y así arrancar para dirigirse al hospital o clínica más cercana, por otro lado Minato miraba a su hijo en un mar de lágrimas, sintiendo como iba perdiéndolo poco a poco, Naruto intentaba mantenerse despierto en todo momento, sintiendo una opresión en el pecho con una imagen tan rota de su padre frente a él.

 

-Lo siento... -Naruto también comenzó a llorar, incapaz de seguir mirando a su padre desmoronándose por su culpa, por haberse descuidado tanto como para acabar así, siempre causándole problemas a su progenitor, por otro lado Minato al escuchar a su hijo comenzó a negar casi frenéticamente, la mano que sostenía la cadera de Naruto para atraerlo hacía él fue dejando su puesto para acariciar el rostro de su hijo, tratando de limpiar las lágrimas que salían sin control.

 

-Es mi culpa, yo debería estar más tiempo en casa... contigo, con mi hijo -Minato se aferró a Naruto, quien no quería ver a su padre así, lo último que hubiese deseado es que su padre se sintiera culpable por errores que él había cometido, por no haber confiado antes en él, por nunca haberle contado sobre Nagato y ahora por no haberle dicho sobre Sasuke.

 

Sin importarle cuantos altos y semáforos se saltó, Sasuke pudo llegar en pocos minutos al hospital, ayudó a Minato con Naruto para que pudiera salir del auto y corrieron dentro del edificio, no pasó mucho tiempo para que se llevaran a Naruto a urgencias, dejándolos solos en la sala de espera con una preocupación grabada en sus rostros, pues, a partir de ese momento, ya no podían hacer nada más que esperar por Naruto.

 

 

 

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Las horas pasaron y ninguno de los dos se atrevía a decir palabra alguna, Sasuke porque no tenía la más mínima intención de dar explicaciones a nadie más que no fuese Naruto y Minato incapaz de creer que aquello que siempre deseo estaba sucediendo, y durante una de las peores situaciones de su vida; la forma en que Sasuke había corrido hasta su hijo, la manera con la que lo miraba y suplicaba para que abriera los ojos, las palabras de su hijo para calmarlo, aquel brillo que siempre deseo ver en su mirada, joder... Naruto había hallado aquello que él encontró en Kushina, después de tanto tiempo esperando a que llegara ese momento, al fin su hijo había encontrado el amor.

 

-¿Familiares de Namikaze Naruto? -Tanto Sasuke como él saltaron de sus asientos para llamar la atención del médico, a grandes rasgos Naruto presentaba desnutrición y anemia, el menor estaba cansado pero hasta el momento se había rehusado a dormir, después de forcejear con las enfermeras el doctor logró inyectarle un tranquilizante y ahora dormía en la habitación 203 -No paraba de gritar que quería hablar con el teniente ¿Quién de los dos es "el teniente"? -El doctor los miró a los dos y fue Sasuke quién alzó la mano como si de un niño pequeño se tratara, el doctor sonrió imperceptiblemente -Pidió que usted fuera el primero en entrar a verlo cuando se fue quedando dormido, si no le molesta al padre no habrá ningún problema conmigo para que se quede en su habitación, Naruto tendrá que quedarse aquí por esta noche -Minato quería estar con su hijo, Sasuke entendería si tenía que quedarse fuera, solo pedía que en algún momento dejaran que viera a Naruto.

 

-Por mí está bien, el teniente Uchiha puede quedarse con mi hijo -Sasuke miró sin comprender a Minato, el hombre está con el Jesús en la boca desde que él legó y lo vio queriendo tirar la puerta de la habitación de su hijo, iba a negarse pero antes de poder hablar Minato lo volteó a ver y le sonrió sumamente cansado -Quiero ir a dormir unas horas, sé que tú lo cuidaras mejor -Las palabras de Minato estaban cargadas de culpa, el hombre aun no terminaba de derramar lágrimas pero había parado porque quería seguir haciendo entre las paredes de su hogar, Sasuke en ese momento supo que el día en que Minato llegara a enterarse sobre lo que pasó con Nagato y su hijo no iba a poder superarlo, le dio las gracias al mayor y este salió del hospital después de que el doctor le pidió que lo siguiera para llevarlo a la habitación de Naruto.

 

-Es aquí, cualquier cosa utilice el botón rojo al lado de la cama de Naruto, una enfermera llegará al instante -Sasuke asintió y abrió la puerta con mucho silencio, las cortinas estaban cerradas, la luz estaba apagada y Naruto dormía con una respiración tranquila, se aseguró de cerrar bien, caminó con paso decidido hacía la silla que había aun lado de la cama del menor y se sentó a su lado, tomando la mano más cercana a su posición, apretándola para convencerse de que Naruto ya estaba bien, Naruto había recuperado el tono de su piel, ver aquello lo hizo sonreír, ahora solo tenía que ser paciente para verlo despertar y maravillarse con los ojos azules del menor.

 

 

 

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-¿Qué hace aquí, teniente? ¿No debería estar en West Point llevando a cadetes rebeldes por el buen camino? -NUNCA, jamás en toda su vida iba a admitir que había extrañado su tono de burla y su sarcasmo , Sasuke suspiró ante el comentario de Naruto y lo miró con seriedad. Había pasado una hora desde que se había despertado y hasta ese momento se habían dirigido la palabra, ¿Qué habían hecho hasta entonces? Bueno, con solo mirar los labios hinchados y rojos del menor la respuesta era evidente.

 

-En tu carta escribiste: Espero verlo de nuevo algún día, teniente. Así que... aquí estoy -Naruto sonrió y dejó salir un suspiro escandaloso y lleno de frustración, el mayor se sintió complacido por la reacción y siguió hablando -¿En serio creíste que iba a dejarte ir después de confesarme que estabas enamorado de mí? Creo que tienes derecho a saber lo que yo pienso de ti -Naruto apartó la mirada, recordando a Nagato, poniendo palabras en la boca del teniente, anticipando la conversación e imaginándose a él mismo llorando por ser un idiota al no haber podido controlar sus sentimientos, sin embargo, el suave toque de la mano de Sasuke sobre su mejilla detuvo sus pensamientos, el teniente se había sentado en la camilla, muy cerca de él, lo miraba maravillado, casi podía decir que hipnotizado -Yo no soy como Nagato, yo no voy a burlarme de tus sentimientos, por el contrario, estoy realmente agradecido de no ser el único tonto enamorado de los dos, yo... no sé como lo hiciste Namikaze, pero lograste que me enamorara de ti -Sasuke acortó las distancias entre los dos, besándolo con delicadeza, justo como lo hacía mientras lo embestía en la academia con brutalidad, siempre procurando transmitirle algo que hasta ese momento no había podido identificar, aun no era capaz de procesar la información, aun no podía creer que alguien pudiera amarlo, menos al saber su pasado, sin embargo ahí estaba Sasuke, lejos de su hogar, mandado a la mierda su vida solo por querer estar junto a él, y la verdad es que no podía ser más feliz que en ese momento, siendo acunado entre los brazos de Sasuke, siendo besado tan delicadamente por aquella persona que tanto amaba, ignorando el paso del tiempo, ignorando las miles de preguntas que aun se tenían que hacer el uno al otro, solo queriendo y dispuestos a disfrutar de la compañía mutua.  

 

 

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Los meses pasaron rápidos desde ese día, Naruto fue dado de alta a los tres días, en los cuales su padre se negaba a dejarlo solo a pesar de tener un trabajo que atender, pidiéndole perdón por no haberlo cuidado antes, por no haberle prestado atención pero feliz de que al fin hubiese encontrado a alguien que lo cuidara mejor de lo que él nunca lo hizo, al final Sasuke y Naruto tomaron una decisión juntos, su padre nunca iba a saber sobre Nagato, no lo necesitaba, Naruto prefería que su padre siguiera pensando que todo su comportamiento se debía por pasar mucho tiempo a solas en la mansión y por las malas influencias, el menor no quería que su padre se siguiera culpando, las cosas con Nagato se dieron de esa manera por la ausencia de su padre, sabía que este iba a culparse por el infierno que su hijo tuvo que vivir durante cuatro años, para Naruto, Minato era un gran padre, la oportunidad de decirle lo que Nagato hacía con él la tuvo, una, dos y miles de veces, pero nunca lo hizo "por amor", porque él creía que las cosas eran correctas de esa manera.

 

Todo eso ya había quedado en el pasado, nadie tenía porque saberlo más allá de su psicólogo, Gaara, quien era su mejor amigo, y Sasuke, su novio. Y novio oficial hay que mencionar. Después de estar a su lado en el hospital, una vez que Naruto regresó a casa Sasuke le confesó que le había pedido a su padre que lo dejará ir a buscarlo, Fugaku se negó al principio pero él insistió tanto hasta el punto de decir que dejaría la academia, que renunciaba a ser el teniente e incluso un soldado si no estaba con Naruto, al final Fugaku no tuvo otra opción que dejarlo ir.

 

Después fue el mismo Sasuke quien habló con Minato para pedirle el permiso adecuado para salir con su hijo, el mayor no dudo ni un segundo y lo permitió, pero poniendo como condición que no se lo llevara de Nueva York, al principio Naruto y él tuvieron una crisis, Sasuke tenía que regresar a su puesto en West Point y Naruto tenía que quedarse con su padre, quien había decidido que era hora de que se incorporara a las actividades de Konoha Inc.

 

Sasuke si regresó a West Point, pero solo para renunciar, diciéndole a su padre que de ahora en adelante trabajaría en las empresas de su nuevo suegro, todo esto sin consultar a Naruto, quien seguía perjurando que ser un soldado era algo que amaba, bueno, eso no era del todo cierto, si había decidido serlo había sido porque su abuelo lo fue, su padre también lo era y después estaba su hermano por igual, él solo quería seguirlos para evitar un sermón sobre el linaje familiar y las costumbres que los Uchiha tenían, si nunca lo había dejado era porque no había tenido un motivo lo suficientemente bueno, ahora tenía  a Naruto y si era necesario renunciar a todo lo que conocía por él, lo haría, lo único que quería era estar a su lado.

 

Sai dejó la academia con él, casi implorándole que lo llevara con Naruto alegando que ya no aguantaba más, que tenía que conocer a Gaara, con quien había estado hablando desde la expulsión de Naruto puesto que el menor le había mentido y, el número que le había dado antes de irse, nunca había sido de él, sino de Gaara, quien después de recibir la primera llamada no se negó a recibir las siguientes, Sasuke al principio se negó pero después de contarle a Naruto por teléfono todo lo que había pasado y que al día siguiente volvería estar con él, el rubio le gritó y amenazó para que llevara a su primo a Nueva York, alegando que nunca se lo perdonaría si no lo hacía así, decir que no tuvo opción estaba de más.

 

Gracias a la ayuda de su suegro encontró un departamento, entró a trabajar sin ninguna dificultad a pesar de no tener experiencia ni conocimientos necesarios y, a los pocos meses, se volvió un experto tanto por la ayuda de Minato como por las constantes "clases" que Naruto le daba de vez en vez. A los 6 meses de estar ahí Naruto ya vivía con él con todo el consentimiento de su padre, iban juntos todas las mañanas a la empresa de Konoha Inc., una que algún día iba ser dirigida por Namikaze Naruto.

 

-Teniente, llegas tarde -Como todos los sábados, Naruto se iba temprano del trabajo y él tenía que quedarse para ayudar a su suegro, antes del anochecer el llegaba a casa, pero esta vez se había retrasado, Sasuke dejó su portafolio en el suelo, se quitó el saco mientras caminaba hacía el sofá, lugar en donde Naruto estaba sentado con su ropa de dormir y una sonrisa enorme dirigida exclusivamente para él, mientras se inclinaba para dejarle un beso en los labios, Sasuke se quitó la corbata y desabrocho los primeros botones de la camisa blanca que llevaba horas asfixiándolo.

 

-Te he dicho que no me llames así, ya no soy un soldado Naruto -El menor se rió mientras miraba a Sasuke tomar asiento a su lado, su pelinegro estaba cansado, pero él tenía planes para esa noche, el menor hizo oídos sordos del suspiró que el mayor lanzó cuando se sentó sobre su regazo, dejando sus piernas a los costados del cuerpo de Sasuke, juntando sus frentes para tenerlo más cerca, el mayor no tardó en poner sus manos en la cadera de Naruto -Tú y esa manía que tienes por querer hacerlo cuando más cansado estoy van acabar conmigo Naruto rió, dejando un pequeño beso en la nariz de Sasuke antes de separarse para poder mirarlo directamente a los ojos.

 

-Deja de engañarte, Sasuke, es la edad, estas demasiado viejo para esto -Con solo decir aquello Sasuke tomó el control, las posiciones ahora estaban invertidas, Naruto se vio acorralado entre el sofá y el cuerpo del mayor, algunas cosas no cambiaban, y el que le gustara ser dominado era una de ellas, Sasuke lo besó demandante y cuando se separaron en busca de aire juntaron sus frentes para mantener algún contacto entre los dos.

 

-Esta y todas las noches de tu vida -

-Por siempre y para siempre -

 

Era como un bálsamo para los dos, decir esas palabras era algo sagrado, algo que nunca podía faltar, como una promesa silenciosa que nunca iban a romper, una que decía que todas las noches, durante el resto de sus vidas, ya no iban a pedir solo una noche más, prometiéndoseque las mentiras y los engaños habían parado, que ahora necesitaban más de una, que ahora necesitaban todas las noches de sus vidas, y todo por querer estar juntos, luchando contra todo, contra el pasado, contra cualquiera, solo para repetir y recordarse que por siempre y para siempre no eran solo palabras juntas, sino su única verdad...

 

FIN

Notas finales:

Espero ver algun comentario : ) Me gustaría saber la opinión del final y/o si les gusto este oneshot :3 Nos vemos en otro fic. 

 

Para cualquiera que le interese aquí les dejo el link a mi proyecto actual, Irreal. El cual será actualizado el día de mañana. 

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=122539

 

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